1987
100 años de una pasión
José Luis González, el mediofondista total Los años ochenta fueron una década dorada para el medio fondo mundial, con grandes nombres que hicieron crecer el interés por el atletismo y llenaron los principales estadios del planeta. En España, tal y como estamos repasando en este libro, este auge estuvo representado principalmente por las figuras de José Manuel Abascal y José Luis González, cuyos enfrentamientos ya hemos recordado en otro apartado de este libro debido a su gran importancia para el desarrollo del atletismo español. Tal y como hemos visto, el gran logro de Abascal llegó con su medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984. Mientras tanto, José Luis González, nacido el 8 de diciembre de 1957 en la localidad toledana de Villaluenga de la Sagra, se había ido construyendo un brillante palmarés en pista cubierta con tres títulos europeos en 1.500 metros y otros dos en 3.000, un subcampeonato del mundo en esta distancia y el récord del mundo en 1.500 metros, también bajo techo, que estableció en Oviedo en marzo de 1986 con 3:36.03. También en la retina nos quedan grandes momentos como cuando derrotó a uno de los grandes del atletismo mundial, Sebastian Coe, en París en 1983 o la memorable carrera de 1.500 metros en el verano de 1985 Niza donde fue testigo privilegiado del duelo entre Steve Cram y Said Aouita en la que ambos rompieron por primera vez el muro de los 3:30 y donde el propio González establecía el récord de España con 3:30.92. A pesar de haber participado en grandes citas como los Juegos Olímpicos de Moscú 1980 o Los Ángeles 1984, el Mundial de Helsinki 1983 y el Europeo de Stuttgart 1986, tuvo que perseverar hasta 1987 para poder pisar el pódium de un gran Campeonato internacional. Fue en Roma y con ocasión de la segunda edición del Campeonato del Mundo, una cita a la que González llegó en un gran estado de forma y en un momento óptimo de confianza para pelear por los metales. Tanto que pasó sin dificultad las eliminatorias, en las que fue segundo por detrás del keniano Cheruiyot, y las semifinales, donde ocupó la misma plaza a la estela del que sería campeón Abdi Bile. Hasta plantarse en la gran final. El gran día, el discípulo de Martín Velasco demostró su enorme calidad corriendo de forma muy inteligente en el Estadio Olímpico de la Ciudad Eterna. Durante los primeros compases de la carrera el francés Remy Geoffroy fue el encargado de marcar el ritmo, dando paso a los
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400 metros en 1:03.46. Poco después, el keniano Joseph Chesire, el mismo hombre que había peleado el bronce con Abascal tres años antes en Los Ángeles, fue quien tomó el relevo para seguir con un ritmo lento por los 800 metros (2:03.90) y acelerar algo más hasta el paso por los 1.000 (2:32.09). A partir de ese momento los favoritos comenzaron a asomar por la cabeza de la carrera, principalmente el británico Steve Cram que atacó a falta de 450 metros para el final con González muy atento al cambio de ritmo, marchándose detrás de él. El somalí Abdi Bile también estaba alerta y los tres abrieron un pequeño hueco con el resto de competidores. Al paso por los 1.200 parecía que Cram y Bile se despegaban ligeramente del toledano, pero González reaccionó y les dio caza a la entrada de la última curva. Hasta que a falta de ciento cincuenta metros para el final el somalí se marchó con una gran demostración de fuerza y González superó al británico, que acabaría hundiéndose hasta la octava plaza final. Finalmente, en la recta de meta Bile consolidó su liderazgo para hacerse con el oro y José Luis mantuvo su plata final con un registro de 3:38.03, consiguiendo así su primera gran medalla internacional al aire libre. González iba a prolongar su carrera atlética hasta 1992, participando también en el Europeo de Split 1990, el Mundial de Tokio 1991 y los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, aunque salvo en la ciudad croata, en la que se clasificó en sexta posición, no pudo alcanzar la final en las otras dos grandes citas. Parte fundamental de la historia del atletismo español, en el momento de su adiós dejó unos sensacionales registros personales como el ya citado de 3:30.92 en 1.500 metros, 3:47.79 en la milla (1985) que en la actualidad sigue siendo récord nacional, 7:42.93 en 3.000 metros (1987) y 13:12.34 en 5.000 metros (1987).