1994
100 años de una pasión
Helsinki, el triplete del atletismo español El primero en llegar a la meta fue el vitoriano Martín Fiz. Quince segundos más tarde llegó el guipuzcoano de Azkoitia Diego García. Y 34 segundos después de éste lo hizo el madrileño de Boadilla del Monte Alberto Juzdado. Oro, plata y bronce. Los tres españoles consiguieron en el Campeonato de Europa de Helsinki 1994 un triplete desconocido hasta ese momento, que cuatro años después imitaría Italia en Budapest. Pero ni en Juegos Olímpicos ni en Campeonatos Mundiales se ha logrado jamás semejante proeza. Una de las mayores hazañas de la historia del atletismo español. Y una imagen emblemática: Martín Fiz y Diego García arrodillados, con los brazos en alto, dispuestos a abrazar a Juzdado, su compañero, su amigo, que llegaba sonriendo. “Me recibieron como si fuera un dios”, dijo Alberto tras la carrera. Los corredores españoles controlaron siempre la prueba y, tras las escaramuzas de rigor, en el kilómetro 30 sólo había cinco hombres en cabeza: los tres españoles y los portugueses Antonio Rodrigues y Antonio Pinto. Mil metros después atacó Diego, que se llevó con él a sus compañeros de equipo. Los lusitanos se rindieron. Las medallas estaban decididas. Y tan solo faltaba conocer el reparto. No mucho después Fiz quiso quedarse sólo y cambió de ritmo. Juzdado se descolgó, y poco después lo hizo García. Los metales ya tenían nombre y apellidos. Volvamos en busca de esa imagen, captada por uno de los grandes fotógrafos del atletismo mundial, José Antonio Miguélez. Martín acaba de llegar al mítico Estadio Olímpico de Helsinki con una marca de 2h10:31, un récord de la competición que duró 24 años, hasta que el belga Koen Naert venció en Berlín 2018 con 2h09:51. En la misma línea de meta, Fiz disfruta de su victoria en un recinto sagrado que había acogido los Juegos Olímpicos de 1952, los Mundiales de 1983 y los Europeos de 1971; que en ese momento albergaba este Europeo de 1994; y que en el futuro acogería los Mundiales de 2005 y los continentales de 2012. Fiz vuelve la vista atrás y espera a sus amigos. Diego llega el primero. Se funden en un abrazo. Juntos esperan a Alberto. Cuando su amigo traspasa la meta, se
162
arrodillan, extienden los brazos… Y abrazados generan esa fotografía que inmortalizó para siempre el extraordinario fotógrafo deportivo José Antonio Miguélez. Han hecho historia grande en el atletismo, y no sólo en el español. Diego García tenía entonces 33 años. A los catorce ayudaba a la economía familiar en un barco pesquero y se aficionó al atletismo en su paso por el servicio militar obligatorio, antes de ser noveno en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 y convertirse en el padre y el referente de la gran generación de maratonianos españoles que cambiaron la historia de esta carrera. Falleció el 31 de marzo de 2001 mientras, prácticamente retirado, corría junto a Alejandro Gómez para tomar parte en su Azpeitia - Azkoitia donde iba a recibir un homenaje. Su corazón se paró más o menos a la altura de Loyola. En el mismo lugar donde, desde 2002, una escultura del azkoitiano Xebas Larrañaga recuerda al gran atleta corriendo. Alberto Juzdado tenía 28 años y trabajó primero en un taller artesanal, pintando figuritas de escayola, y luego en un almacén de jamones propiedad de Paco Perela, fundador y primer presidente del Maratón Popular de Madrid (MAPOMA). En cuanto a Fiz, tenía 31 años y había debutado en el maratón el año anterior (2h12:47), precisamente en Helsinki. Le esperaban otras glorias: un título mundial (Gotemburgo 1995); una plata mundialista (Atenas 1997); el liderato del ránking mundial (Kyong-Ju1996, con 2h08:25, si bien su mejor marca en esta prueba es del año siguiente en Otsu con 2h08:05); puestos de finalista en los Juegos de Atlanta 1996 (cuarto) y Sídney 2000 (sexto); y un título más de finalista en los Mundiales con su octava posición en los Campeonatos de Sevilla 1999. Nadie da más. Era el momento más destacado de un gran Campeonato que deparó otros momentos de gloria y que vio encumbrarse a otros dos campeones de Europa como es el caso de Fermín Cacho en los 1.500 metros y de Abel Antón en los 10.000 metros.