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100 años de una pasión
Luis Miguel Martín Berlanas, doble finalista olímpico La carrera de 3.000 metros obstáculos es una de las pruebas más espectaculares que podemos vivir dentro de un estadio de atletismo. Una disciplina que siempre ha tenido en España grandes especialistas y que en los años ochenta vivió una primera época de esplendor, gracias a las figuras sobresalientes de Domingo Ramón y Francisco Sánchez Vargas, cuarto y quinto clasificados en los Juegos Olímpicos de Moscú. Pero que definitivamente vivió su gran revolución a finales de los noventa y el comienzo del nuevo siglo. Uno de los grandes exponentes de la etapa floreciente de los 3.000 metros obstáculos es, sin duda, el madrileño Luis Miguel Martín Berlanas (11 de enero de 1972). Un atleta que se había revelado en sus primeros años como un destacado mediofondista con marcas personales reseñables de 1:48.40 en 800 metros y 3:36.11 en 1.500 metros, pero que dio un enorme salto de calidad cuando, acertadamente, decidió pasarse a los obstáculos en el año 1998. En su primer curso en la disciplina marcó 8:20.54 y consiguió proclamarse campeón iberoamericano en Lisboa; y ya en 1999 logró superar la vieja plusmarca de Domingo Ramón en el Meeting de Sevilla con un registro de 8:11.18. A partir de ahí la trayectoria de Martín Berlanas no dejó de brillar en los obstáculos, siendo recordadas sus espectaculares actuaciones en las finales olímpicas de Sídney 2000 y Atenas 2004, donde peleó de tú a tú con los africanos para firmar una magnífica quinta plaza en ambas citas. Su imagen saltando en la última ría de la cita australiana junto a los mejores especialistas mundiales hizo soñar a la afición española incluso con la posibilidad de conseguir una medalla olímpica. Desde el punto de vista cronométrico, Luismi rompió el muro de los 8:10 en Mónaco en 2000 y en años sucesivos siguió rebajando el récord de España hasta los 8:07.44 que consiguió en el Memorial Van Damme de Bruselas el 30 de agosto de 2002, a solo 53 centésimas del récord de Europa del holandés Simon Vroemen, y en una carrera en la que sólo fue superado por uno de los más grandes de la especialidad, el keniano Ezekiel Kemboi. Ese registro figuraría como récord de España durante 17 años, hasta que 2019 Fernando Carro lo batió en Mónaco con 8:05.69. La trayectoria de Martín Berlanas se completa con una medalla de bronce en el Campeonato de Europa de Múnich 2002, la cuarta y la sexta plaza en los Mundiales de Ed-
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monton 2001 y París 2003, respectivamente, o la segunda posición en la Copa del Mundo disputada en el Estadio de La Peineta de Madrid en 2002. Uno de sus grandes rivales domésticos fue el oscense Eliseo Martín, que vivió su día de gloria en el citado Campeonato del Mundo de París y del que hablaremos en profundidad en otro apartado de este libro. Sin duda, Luismi y Eliseo fueron dos de los más grandes especialistas mundiales de una disciplina que vivió su época de esplendor en España en esos años y que supuso una auténtica revolución en los ránkings de todos los tiempos de esta prueba. Hubo que esperar hasta el verano de 2019 para ver cómo el madrileño Fernando Carro en la prueba de Mónaco de la Diamond League rebajaba en casi dos segundos el récord de Luis Miguel Martín Berlanas en Bruselas en agosto de 2002, con un tiempo de 8:05.69 minutos. Sin duda una de las mejores actuaciones de un atleta de fondo español en la década de los 10 de este siglo. Fernando Carro se consolidaba con esa marca y esa carrera como uno de los grandes del continente en la distancia al lograr la que es la cuarta mejor marca de la historia de un atleta europeo en los 3.000 metros obstáculos. El futuro dirá dónde y cuándo llegará su cima.