1948
100 años de una pasión
Constantino Miranda, primer finalista olímpico Tras los Juegos Olímpicos de Ámsterdam 1928 que contaron con la participación de diez atletas españoles en diez pruebas diferentes y donde lo más destacado fue la tercera participación olímpica del velocista guipuzcoano Diego Ordóñez, el decimotercer puesto de Arturo Peña en 10.000 metros o la primera participación olímpica de unos saltadores españoles a cargo de Fernando Labourdette (longitud) y José Culí (pértiga), hubo que esperar otros 20 años para que los mejores atletas españoles tuvieran la oportunidad de disputar la máxima competición universal del deporte. Entre medias, por una parte, el atletismo español no acudió a la edición de Los Ángeles 1932 por el alto coste del viaje, y a renglón seguido la Guerra Civil española impidió participar a cualquier deportista español en los Juegos de Berlín 1936. A ese paréntesis se añadirían posteriormente la suspensión de las ediciones olímpicas de 1940 y 1944 con motivo de la Segunda Guerra Mundial. Finalmente, el regreso de los Juegos Olímpicos tras la contienda que asoló el mundo se produjo en Londres 1948 con motivo de los Juegos de la XVI Olimpiada, una edición a la que España acudió con un equipo de atletismo formado por siete hombres y donde lo más destacado fue la actuación del catalán Constantino Miranda, nacido en Sant Boi de Llobregat (Barcelona) el 12 de abril de 1925, y que desde aquellos Juegos tiene el honor de ser el primer diploma olímpico de la historia de nuestro deporte. En la capital británica, Miranda tomó parte en dos pruebas: 10.000 metros y 3.000 metros obstáculos. En primer lugar, la final de 10.000 metros fue un auténtico caos organizativo puesto que los repetidos doblajes de atletas impidieron establecer una clasificación fiable de llegada más allá del séptimo puesto. Algunas fuentes apuntan que el fondista español podría haber cruzado la línea de meta en octava posición, aunque sin ninguna fiabilidad, dado que en un primer momento los atletas fueron clasificados a partir de ese puesto ¡por orden alfabético! Pero, sin duda, lo más destacado fue la final de los obstáculos donde el corredor de Sant Boi certificó el que según los criterios actuales sería el primer diploma olímpico del atletismo español. En las eliminatorias había conseguido su clasificación con toda solvencia al ser
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cuarto en la primera serie (9:24.2) y luego en la carrera definitiva comenzó a cola de grupo, hasta que poco a poco fue remontando posiciones. Cuando ya marchaba en octava posición, Miranda tuvo un gesto que levantó el aplauso del público que abarrotaba el Estadio de Wembley, ya que cuando el yugoslavo Petar Segedin se tropezó al saltar la ría, Miranda hizo gala de una gran deportividad, se detuvo y le ayudó a levantarse dándole la mano. Finalmente, Segedin progresó hasta la sexta posición, mientras que el español consiguió cruzar la línea de meta en octava posición con un registro de 9:26.6, aunque hay fuentes que dan otras versiones de ese tiempo. El pódium de la carrera fue copado por tres atletas suecos: Tore Sjöstrand, Erik Elmsäter y Göte Hagstrom. A lo largo de su trayectoria deportiva Constantino Miranda fue dos veces campeón de España de 5.000 metros (1946, 1947), una de 10.000 metros (1945) y otras tres de 3.000 metros obstáculos (1945, 1946 y 1948), además de proclamarse campeón de España de campo a través en cuatro ocasiones (1946, 1947, 1949 y 1951). También fue plusmarquista nacional de 10.000 metros con 31:02.6 (1947), de 3.000m obstáculos (9:29.6 y 9:22.0 en 1946) y de 4x1500 metros (16:44.3 en 1947). Uno de sus grandes rivales domésticos fue Gregorio Rojo, que también participó en Londres en 5.000 y 10.000 metros, y que después se convertiría en un reconocido entrenador. Junto a Miranda y Rojo, también estuvieron en la capital británica Juan Bautista Adarraga (800 y 1.500m), Manuel Suárez Molezún (110 metros vallas), Félix Erausquin (disco), Pedro Apellániz (jabalina) y Enrique Villaplana (50km marcha).