1978
100 años de una pasión
Antonio Corgos, en la élite mundial La tarde del domingo 11 de junio de 1978 se recibió en las redacciones de los periódicos un escueto despacho de la agencia EFE fechado en Bydgoszcz (Polonia): Antonio Corgos, de 18 años, había batido el récord español de longitud con 8,05 metros y desbancaba a Rafael Blanquer (8,01 en 1976). Hubo un cierto estupor, porque sólo los más iniciados sabían que Corgos era el campeón júnior de la prueba y que su mejor marca era de 7,73 metros. Parecía insuficiente para alcanzar de improviso los 8,05 y la noticia se puso en cuarentena por no pocos, pero resultó felizmente cierta. Luego se conocieron más detalles. Corgos, nacido el 10 de marzo de 1960 en Barcelona y que se entrenaba con Jordi Campmany, había saltado esos 8,05 metros a las 15:30 horas en el estadio Zdzislaw Krzyskowiak, dentro del IV Grand Prix Brdy, con + 0,5 metros por segundo de viento legal, en el quinto ensayo, tras haber llegado antes a 7,36, 7,35, 7,28 y 6,97 metros en los cuatro saltos anteriores y antes de renunciar al sexto intento. Aquel salto de 8,05 metros batió también la plusmarca europea júnior, y era una de las mejoras más sorprendentes en la historia de los récords españoles en cualquier prueba. Acabó el año como undécimo del mundo. ¿Había sonado la flauta? “No había sido una casualidad, sino una causalidad”, como dijo el propio Toni no mucho después. Y de hecho, la sorpresa inicial de saltar ocho metros se convirtió en hábito: en sólo dos años, Corgos batió otros dos récords de España al aire libre e igualó otro. El 17 de junio de 1979 llegó a 8,09 metros (+1,8) en Bruselas, mejorando su plusmarca europea júnior y clasificándose en duodécima posición en las listas mundiales; el 28 de julio de 1980 igualó ese registro (+0,2) en la final olímpica de Moscú en la que fue séptimo; y el 24 de agosto ganó los Campeonatos de España con 8,23 (+0,2), una plusmarca que le colocó cuarto del ránking mundial (sólo superado por los 8,54 de Lutz Dombrowski (RDA), los 8,38 de Larry Myricks (USA) en pista cubierta y por Frank Paschek (RDA) y sus 8,36 metros) y que iba a durar 19 años como récord de España hasta que la superó otro joven llamado Yago Lamela. Junto a aquellos récords nacionales al aire libre, Corgos también enlazó ocho plusmarcas bajo techo y saltó más de ocho metros en treinta y tres ocasiones.
80
Por si fuera poco, los éxitos métricos de Antonio Corgos fueron acompañados por los competitivos, que se pueden leer más en detalle en otros lugares de esta obra: tres veces olímpico, (séptimo en Moscú 80, décimo en Los Ángeles 84 y nada menos que quinto en Seúl 88), una vez finalista mundial, (fue séptimo en Helsinki 83), una plata europea al aire libre, en Atenas 82, y dos en pista cubierta (Grenoble 81 y La Haya 89). Las lesiones, intermitentes, mermaron a un atleta excepcional, que en sus años jóvenes también compitió en triple y en altura, pruebas en las que fue campeón de España júnior y al que en algunas publicaciones internacionales se le conoció al principio como ‘Cervantes’, por su segundo apellido. Un genio.