Arte & Espectáculo por Claudio Larrique Cine _____________________________________________________________________
Rey Richard
(King Richard) Estados Unidos, 2021. Drama biográfico. Dirección: Reinaldo Marcus Green. Con Will Smith, Aunjanue Ellis, Saniyya Sidney y Demi Singleton. 2 hs 24’. +9 años Las películas deportivas, en general, se estructuran en torno a la idea de superación, cuando la lógica es subvertida por la obstinación y la entrega de alguien. Nos gustan las historias de los ganadores, y más cuando resultan intangibles, increíbles. Lo imponderable también debe tenerse en cuenta, pero suele ser despreciado en planteamientos de carácter edificante. Esto vale incluso para Woody Allen con su Match Point, una obra maestra sobre ese tema (aunque no es una película sobre deportes, ni siquiera sobre tenis, por cierto). La recién lanzada Rey Richard no es una excepción, pero no tan obvia. Incluso porque ya conocemos el desenlace: las hermanas Venus y Serena Williams se convirtieron en dos leyendas del tenis, entre las más grandes de todos los tiempos. Ambas encabezaron el ranking y ganaron los principales torneos de este deporte. Pero no es exactamente esto lo que le interesaba al director Reinaldo Marcus Green. La historia que nos cuenta es sobre su padre, Richard Williams,
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Ciudad nueva - Marzo 2022
interpretado brillantemente por Will Smith. Es de Richard la idea de convertir a sus hijas en imbatibles máquinas deportivas, después de una simple observación: una vez vio a un tenista ganar 40 mil dólares en un torneo menor, una cantidad de dinero que a él le tomaría casi un año reunir con su trabajo como guardia de seguridad. A partir de ahí, elaboró un plan detallado sobre cómo dos de sus cinco hijas llegarían a la cima del tenis mundial. La película nos muestra precisamente este duro y complejo viaje. A pesar de los clichés con frases motivacionales, tenemos un retrato muy rico de significados. En primer plano está el corte racial y social. ¿Cómo podían destacarse dos negras de periferia en un deporte de élite practicado por blancos en clubes cerrados? No sería suficiente que fueran buenas, tenían que ser las mejores, y Richard lo entendió. Al mismo tiempo, a pesar de su rigor como entrenador y como padre, temía que el deporte robara la infancia de sus niñas. Y tomó una decisión ultracontrovertida al respecto (y la película explora bien el tema) al prohibirles disputar torneos juveniles. La cuesión del “robo de la autonomía” es otro aspecto importante que asoma sutilmente en esta trayectoria de arduos entrenamientos hacia
un soñado estrellato. ¿Cómo asegurar de que lo que eligió para sus hijas es realmente lo que ellas quieren hacer? Yendo más allá, ¿es moralmente correcto imponer un destino profesional a un hijo? En cierto momento, tenemos la impresión de que toda la familia está anclada a las ambiciones de ese padre. ¿Hasta cuándo y cuánto vale el sacrificio? Veremos que la lucha, en este caso, no fue de uno solo, y que la búsqueda por preservar la individualidad resultó ser fundamental en todo el proceso. Es fácil ahora señalar a Richard Williams como un visionario, un emprendedor, alguien que puede convertirse en un símbolo de los manuales de éxito empresarial o un ejemplo de las tesis de la meritocracia. Pero sólo se llega a esta conclusión porque tuvo éxito. ¿Y si hubiera fallado, como tantos? ¿Hubiera valido la pena? ¿Cuál es la verdadera medida del éxito? La película no tiene pistas tan evidentes al respecto, pero están ahí. El hecho de que Rey Richard sea un biopic producido por las propias hermanas Williams hace que el cuadro sea, digamos, suavizado. Aún así, toda la historia es muy sorprendente. Es un soplo de fe en la humanidad cuando el mundo parece mostrar otras señales. Emanuel Bomfim (Para debatir. Eficaz)