Un sueño contagioso Briceida González Reyes, 11 años Municipio: Nogales, Colegio Las Vocales
Briana era muy soñadora, pero esa noche especial marcó su vida y dio un giro de 180 grados a todo su mundo.
A sus 15 años, ella era una joven alegre y amigable, disfrutaba de las tardes con sus amigos y pasar el tiempo con su familia, tenía 2 hermanos menores y desastrosos a los cuales amaba, más no soportaba por traviesos. El mejor integrante de la familia era un hámster muy bonito, al cual le llamaba Señor Panqueque, aunque ese no fuese su nombre. Ella le había dado ese apodo ya que el primer día que el hámster estuvo en la casa después de que sus hermanos lo trajeran de una tienda de mascotas, el hámster desapareció totalmente durante 1 día completo, lo buscaron por todas partes, más la búsqueda no fue exitosa, se rindieron y a la mañana siguiente, el pequeño roedor estaba atascado comiendo un panqueque que Briana había dejado en la cocina. El cómo llegó el hámster ahí es un misterio para otro día. Una mañana de marzo Briana despertó, se preparó para la escuela y en el momento en que iba a bajar los escalones de su casa, pisó mal y rodó bruscamente golpeando su cabeza (su frente en específico), cuando terminó lo que parecía un rodeo, siendo las escalones el toro obviamente, su cabeza le daba quinientas vueltas. El dolor no estaba, parecía como si hubiera tomado analgésicos anteriores a lo ocurrido. Su familia escuchó todo el estruendo que Briana había ocasionado por no ver donde pisa, estaban preocupados, pero al ver que se encontraba bien, su padre le dio un coscorrón. Toda la familia junta se fue a la cocina y mientras comían el desayuno, el padre leía el periódico y Briana peleaba con sus hermanos menores, sin imaginar los sucesos que acontecerían durante el transcurso de la noche. 63