Nelly Fonseca o Carlos Fonseca, un diálogo desde la Teoría Queer* escribe: Raúl Jurado Párraga**
«Eché el corazón al agua Y el mar lo arrojó a la playa Ebrio de llanto y de sal…» Nelly Fonseca
¿La poesía puede enmarcarse en los predios de la feminidad y/o la masculinidad? ¿La poesía tiene un vínculo con el género? ¿Hasta qué punto la teoría queer puede lograr la traducibilidad de estos discursos ambivalentes? Para lograr un acercamiento inicial a estas interacciones de género y poesía asediaremos la producción de la poeta Nelly Fonseca quien no solo organiza desde su creación poética una poética travestida, sino que realiza una performance corporal que problematiza el yo poético. Deseo lograr un diálogo desde la lectura que permita revalorar el trabajo de esta poeta y a partir de ella la de otras voces poéticas que necesitan visibilizarse y leerse valorativamente.
Nelly Fonseca Recavarren. Una instantánea biográfica La poeta nació en el puerto norteño de Pacasmayo, el 12 de octubre de 1922, en el núcleo de una familia acomodada siendo sus padres don Pedro Pablo Fonseca Chávez y su madre doña Cristina Recavarren de la Piedra Fonseca. La poeta falleció en Lima el 9 de abril de 1963 después de 41 años de una dolorosa y fulgurante vida. Hay que anotar que fue la menor de cuatro hermanos. Por los azares de la migración impulsada además por cuestiones laborales su familia vino a la capital instalándose en Barranco en una vieja casona señorial ubicada en la calle San Martín. Desde muy niña su campo de acción estuvo vinculada a la lectura, la música, las artes en general. Su infancia transcurría en plena libertad y juegos propios de una niña hasta que a los 9 años cuando: «cursaba el tercer grado en el colegio (Sagrados Corazones de) Belén de Lima (...) un resbalón por las escaleras mientras jugaba con sus compañeras, le acertaría un golpe a la columna vertebral.» (Lazarte, 2009:19) Golpe fatal que le cambiaría la vida, ya que de a poco fue agravándose su salud que a la larga la postraría en una silla de ruedas. Pero este hecho que hubiera limitado a otra persona se convirtió para la poeta en un aliciente para guiar sus energías hacia la creación poética. Siguiendo a Diego Lazarte este señala que a los «doce años, Tarito (Carlitos) autodidacta, escribiría su primer libro de poemas, Rosas Matinales (1934), en el cual dedica poemas a solícitas jóvenes barranquinas.» (Lazarte, 2009:19) Esta quietud o inmovilidad hicieron que Nelly ejerciera un cambio radical en su comportamiento que sacaría a luz su lado rebelde, provocador y desafiante ante una sociedad falocéntrica y pacata, que alimentaba un espacio social lleno de tabúes. A su corta edad asumió su cuerpo un giro radical de travestismo: se corta el cabello, cambia su manera de vestir femenina para vestir a la usanza varonil. Y, en un acto fundacional de su nuevo «parecer» cambia de nombre para hacerse llamar Carlos Alberto Fonseca, nombre y acción vital con la que comenzará su aventura intelectual.
* Texto presentado al coloquio «Identidades (re)inventadas: literatura, género y masculinidades», Casa de la Literatura 5-6 de julio del 2019. ** Licenciado y Magister en Educación por la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle – La Cantuta. Ha realizado estudios en la PUCP y en la UNMSM. Ejerce la Cátedra de Literatura en la UNE. Ha publicado: Panorama y apuntes de literatura peruana (1993) Poesía del 70: Antología y notas (1997) y los poemarios: Piel de brujo (1994), El sol partido de los sueños (1987) y Música Violeta (2014). Así como diversos artículos de literatura y educación en diversos libros colectivos. Por otro lado, participa activamente en congresos, coloquios y eventos de literatura y educación.
28