Plaza de la Alfalfa

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Portada:

José Mª Andrés Franco

Impreso y hecho en Bormujos (Sevilla), en los talleres de Gráficas Moreno, S.L.

Andalucía. España. MMXIII

Edición de 400 ejemplares del nº 77 de CUADERNOS DE ROLDÁN

EJEMPLAR Nº

A la Bodega La Aurora, A en su centenario

Sé pocas cosas, caminos que se cruzan, miradas para siempre, amistad de días, años, ilusión en proyectos, y el deambular de encuentros, de encuentros en esa nuestra amistad. Calle Alhóndiga, esquina con Boteros: ALFALFA… manzanillas, cervezas, risas, palabras, y sobre todo la amistad de Rafael, mi amigo; quien me presento a ese otro amigo, Pepe y, allí perdí mi tiempo y gane en confianza y deje pasar todo el tiempo, ese tiempo que no nos pertenece; pero que también es nuestro. En este lugar comencé mi andadura en Cuadernos de Roldán fue un primer apunte, boceto rápido de aquella puerta que se me abrió y nunca se me cerro; la casa de Pepe, mi primer encuentro y mi primera participación en ese tercer número de aquellos Cuadernos, de estos Cuadernos de Roldán, dedicado a Ntra. Sra. Manzanilla y como compañeros de viaje fueron Cristóbal, Manuel Roldán, Jaime de Encinascla, Francisco Cosano, F.

Núñez Roldán, Felipe Alcaraz, Miguel Castilla, Luis, Javier Salvago, Manolo Baraldés, Marino Vigueras, Spinola, Aurelio Alvea, Rafael Becerra, Manuel Carrasco, Ramón Rodríguez Aguilera, José Luis Castro, Ángel Leiva, Antonio López de la Viña, Javier Egea, Ezequiel Martínez, Antonio Vicente, Juan José Folguerá, Rafael Arjona, Fernando Ortiz, Antonio Molina Flores, Francisco Ruiz, Juan Ortiz, José Luis Puerto, Eduardo del Campo, Manuel Amador, y en faena de imprenta entre otros de Antonio Cerrato: y, Carlos Becerra ese niño que aprendió los primeros colores conmigo y con sus diez años de vida, participó en ese Cuaderno tan lejano del 25 de Octubre de 1989.

(Su precio: 5 pesetas)

Gracias por vuestra amistad.

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José Ramón Vaca

PLAZA DE LA ALFALFA

Mercado antaño de pájaros enjaulados sigue siendo un gran patio público guardado por balcones y azoteas. Antaño se charlaba sosegado en sus tabernas con manzanilla y pescaíto frito, pero ahora los tiempos han cambiado y hay quien ha visto ante los veladores una asamblea de jóvenes indignados. El mismo mister Marx, poeta subversivo, dicen que ha venido de Highgate en clase turista. Ya una vez lo recibimos con pancartas, y como las pancartas se marchitaron ha vuelto de incógnito para ver la asamblea.

¿Y usted qué piensa, abuelo? Que una llamarada no es el fuego.

¿Y?

No hay fuego sin organización.

¿Y?

Soplete, compañero.

Soplete y martillo para forjar otro futuro. En la umbría de los árboles hay un griterío de pájaros y el anochecer de jazmín y azahar anuncia ya la primavera.

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Justo Girón

CONTRA LOS POETAS

Guárdate del amor aquí explicado, ojo a las tiernas rimas consonantes, cuídate de once sílabas amantes y de cualquier ardor versificado.

Sólo dice este halago organizado que estudié cuidadosamente antes las líneas (que pudieron ser farsantes) de quién sabe qué ilustre enamorado.

No prueba un corazón más encendido todo este poético bagaje, ni es más noble que lo que, a su manera, te dirán o te han dicho ya al oído. sólo es disciplina del lenguaje: palabras bien rimadas..., y en hilera.

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Rocío Cárdenas Luna

¿Quién como Sevilla? bajo lonas dormidas?

¿Quién como ella de Alfalfa y Sierpes?

Sevilla entre tiendas y esquinas vigilantes, serenos veladores, mimos en el oído de los espejos. Sevilla gustándose, meciéndose, llevando el no poder y poseer, llevándola sin que nos salve la estampa ni el romero de la que fue bailaora…

Agustín Torres Vázquez

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Carmen Rojas

Llena de orgullo, luce en su tirabuzón el nombre que el tiempo no ha conseguido arrebatarle. Estaba allí sin nombre cuando los tartessos fundan Ispal, los romanos construyen el foro de Hispalis, San Isidoro recopila saber en las Etimologías, los árabes rezan en la mezquita de Ibn Adabbas y los cristianos llenan de templos sus alrededores. Cuna de Hispalis, Isbilya y Sevilla.

Con ceño fruncido, reniega bautizos oficiales y sepulta en la historia nombres de militares, políticos y nobles. Como el corazón puro, es amante de lo que no tiene trampa ni cartón: desea que sigamos llamándole Alfalfa.

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Alejandro García Acebes Antonio Gracia Pérez

PLAZA DE LA ALFALFA

A los alfalfeños Paco y Mamen

De montículo tartésico llegaste a ser foro romano y corte visigoda. Andando el tiempo fuiste alcaicería, alhóndiga y, más tarde, mercado de la carne, recova y pescadería.

Hijos tuyos fueron Francisco Guerrero, Luis de Peraza, Fernando de Herrera, Rocío Vega, Rafael Laffon y “El Espartero”. Lugar de esparcimiento del Rey Don Pedro, espacio marginal de Rinconete y Cortadillo, solaz jocoso de Baltasar del Alcázar, paso diario de Luis Cernuda.

Vida, trasiego, mercado de pájaros, encrucijada, lugar de encuentro. Aquí lo popular se funde con lo selecto, la agilidad mental es moneda común, la sabiduría brota por doquier. Nací y siempre he vivido en tu seno. Mi vida transcurre en cuatro calles: de Boteros a Candilejo, del kiosco a “Casa Pepe”, de “La Aurora” al “Bar Manolo”. Esta, Fabio –¡ay dolor!– es mi Alfalfa famosa.

Ismael Yebra

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Sofía Pérez

Esta vez voy a hacer tiempo en la plaza mientras llegáis para recorrer en las voces alegres y desenfadadas todos nuestros proyectos. Pero no llegáis, y lo único que escucho es el vacío que hacemos al levantarnos de los veladores. Amapolas, flores de alfalfa y lirios es lo que me llevo.

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Carolina Abadía María José Barco

EL TRAJE DE MI NUEVA VIDA

Cada día que pasa refuerzo las costuras de mi voz para mejor sostén de la vida, y enhebrar las palabras con hilos de color de tarde que estiran del crepúsculo entre los dobladillos de mi traje. Estoy zurciendo los desgarros para poder usar mi corazón libre de hilachas que dejaron los resentimientos, y unir retazos al tiempo con aires de calvicie.

Quiero poner presillas y botones para permanecer unido a la esperanza que resta mi vida. Voy a engomar la tela para adaptar con amplitud los cambios en los años venideros, y bordar los bodoques con la belleza que me brinda la rosa. Guardaré en mis bolsillos los mejores recuerdos, y la identidad de mi persona, junto con los sueños que maduraron la ilusión de mis proyectos.

En este traje de diseño, pondré todo mi empeño, para que los tirones a destiempo no debiliten el molde que habita en mis genes. Jesús Solano

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A la tertulia La Esquina
Osorno

LA ALFALFA

¡Ay, mi plaza de la Alfalfa! No sé por qué no me extraña que lo que otorga a tu plaza su corazón y su alma sea todo lo que falta…

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Mario León

DE LA HABANA A LA ALFALFA

Para mi hija Carmen

De la Habana a la Alfalfa hay miles de kilómetros y un océano de agua. Llegaste con la última paloma antes de que los animales fueran expulsados de la plaza arca de Noé de piedra. Nada más que por verte andar bajo la lluvia tus botas de agua el impermeable de colores pisando charcos de inocencia. O por verte sonreír cayendo la tarde de verano las mejillas pintadas de blanco con un yogur helado en los labios mereció la pena venir quedarse en este barrio sabio y antiguo. El milagro de la carne de la Habana a la Alfalfa lleva tu nombre Carmen.

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Abraham Lacalle

EN EL CORAZÓN DEL LABERINTO

Me siento en esta plaza cada día. Es un rincón del mundo y es el centro Del mundo, el corazón del laberinto: Yace en mí ya vencido el minotauro.

Las nubes pasan lentas, pasan lentas. Las risas de los niños y las hojas Irisan el silencio como un río Que lento, lento pasa y nunca acaba.

Pues hay en esta plaza lo que espera el hombre que desea amar la vida, los árboles que se alzan al buen cielo densos y bellos y en la sombra alientan los juegos de los niños y los besos de los amantes y las copas llenas de palabras de aquellos que encontraron un hilo de Ariadna en la amistad.

Antonio Cano

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Sevilla, Plaza de La Alfalfa Marzo de 2013
Antonio Agudo

PLAZA DEL CORAZÓN

A Ismael Yebra

Vieja plaza querida, niñez pura en tránsito diario de alegría. Horno, estanco pequeño, espartería, domingos de animales y apretura.

Gran Tino, Bar Manolo, embocadura de la estrecha y alegre Alcaicería. Plaza del corazón, la plaza mía exacta en su medida y su hermosura.

Secreto itinerario de mi gozo. Rey Don Pedro severo en su hornacina. Estrechez de Boteros hasta el sueño.

En tu espacio cercano y anchuroso cabe mi corazón, de esquina a esquina y se hace el mundo para mí pequeño.

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Carmen Márquez

RECUERDO

Contigo con tu voz con estas palabras que también son tuyas con tu nombre de aurora deslizado en un rótulo de años infinitos

Fue tan larga y tan larga la infancia

Reconozco la suerte la mía no quiero otra palabra no hay otra Porque sigo aquí simplemente

Fotografías en blanco y negro con sueños de horizonte el mundo a nuestros pies la dicha que nos unía

Apuntes de poetas con tu letra azul menuda inquieta de perfiles precisos como tú

Y después el sueño deformado el hachazo fatal el rizo de tu pelo dorado en mi memoria Y tu risa

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Concha Montes
Salvador Malpartida

MERCADO DE LA ALFALFA

Están aquí, salidos de las páginas de un bestiario doméstico, y llenan con su música distinta las horas matinales del domingo. De tierra, mar y aire, ahora encerrados en acuarios y jaulas, en derrotadas cajas de cartón, despertando ilusiones. Ante los ojos infantiles se despliega el mundo y su diversa maravilla: cantos, pelajes, miradas se amontonan en este zoco feliz y demorado, y el niño se imagina en aventuras posibles, tan cercanas que siente que es un dios y en su paseo por el pequeño paraíso va creando otra vez los animales.

Cuando pasen los años, será de nuevo el hombre que los nombra.

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Carlos Becerra Luna

GEOGRAFÍA OCULTA

A Juan El Chico y a Paco El Largo

En la escuela se nos daban conocimientos parciales de la geografía hispana: que cincuenta y dos provincias tenía el reino de Ezpaina y diecisiete regiones eran las delimitadas, archipiélagos e islas y las plazas africanas. Pero nunca se nos dijo la verdad entera y clara –no sabemos si guardando para ellos la tajada–, porque hay otra geografía bien distinta a la enseñada: placenteros paraísos, sabrosos feudos de taifas que se aprenden estudiando con los codos en la barra.

Vean, damas, caballeros, cuán distinto es este mapa: Tenemos a Cariñena y Jumilla la murciana,

—34—

Valdepeñas, Valdeorras y la parte riojana, El Condado, El Aljarafe y la costa de Granada, Ribeiro y El Priorato, Alicante y Almenara, Ribera del Duero y Toro, Tierra de Barros y Arlanza, Montilla, Yecla y Moriles, de Méntrida y de Navarra, Sanlúcar, Jerez y El Puerto y más abajo Chiclana, Alella y El Penedés, Utiel, Requena y Almansa, la Málaga cantaora, Manchuela, Rueda, la Mancha. Y por último, señores, esta Taberna en La Alfalfa.

Rafaelarjona

—35—

DE MODERNOS

Dicen que en la Alfalfa hay bares y extranjeros, que todos los días son noches y todas las noches sábados. Dicen que se escucha rock americano, con moda y cigarrillo en mano.

Dicen que las callejuelas se estrechan cuando los jóvenes se agarran la mano, y que los balcones beben en silencio entre trago y trago del bullicio alocado.

Dicen que es un lugar de modernos, cuando no sienten el latir de lo autóctono, de las tabernas sublimes, en las horas encontradas.

Dicen que uno amanece, con el aroma de los naranjos, las tostadas de jamón y sabor sevillano.

Dicen la Alfalfa rebosa en vida, en arte, en cánticos, y que los adoquines bailan cuando escuchan una copla entre versos al aire regalados.

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Inés R.

PANFLETO CONTRA LA DESDICHA

Con el corazón en llamas, galopábamos los altos castillos del invierno saltando por encima de la lluvia. Fuimos seres sin sitio, carne de frontera, rojos jinetes buscando siempre el pálpito del alba. Fuimos ojos ardiendo de nunca dar con el mar, prófugos de leyes donde nunca cupimos. Fuimos los que pusieron el ayer sin sonrisa en la misma hoguera donde arden los objetos sin uso, lo injusto y su moho o las tardes de desdicha. Fuimos aquellos que aún queremos ser, los que traen un rastro de luz en el hilo de las palabras para cegar al verdugo o poner el hombro junto a hombres rotos como vidrios.

—38—
Salvador Compán
Paco Cosano

SI YO NO FUERA POETA

Una noche me dijo mirándose en mis ojos que nunca había paseado por un jardín tan bello.

Ahora se ha ido, y yo podría decirle que me he quedado sin el jardín donde gustaba pasearme; pero no puedo, porque soy poeta honesta y no tolero el plagio.

Y si yo no fuera poeta podría decirle que me ha dejado sin risas y sin llanto, que se ha llevado mi esperanza y mis temores, que me ha robado la sal de mi mesa y el agua de mis flores, podría decirle.

Pero no puedo, porque los poetas no podemos incurrir en la vulgaridad de los lugares comunes, aunque expresen verdades como puños.

—40—
Carmen Mogollo

(Foro antiguo)

Guardo en la memoria la esperanza de un verde nuevo. El incienso lejano y la flor reciente. La fuente ingrávida de floridas casas con desnudos mármoles

y azucenas. Zaguanes traspasados al arrullo último anterior a la noche. Y la amistad tras un amarillo relámpago. Al partir, quedarán almeces temblorosos en la plaza vieja, y las risas de unos niños en un recuerdo sepia.

–En la Alfalfa está La Aurora–

—42—
Francisco Borrás

CUMPLIMIENTO DEL VINO

Esta tarde es aquella otra tarde que viví, la tarde de altos chopos, de otro viento. Del agua adormecida, como un rumor de madre tibia.

Tarde de besos blancos, de labios primitivos, semejante a esta tarde que, dulce y somnolienta, me devuelve a otra edad, a otro destino.

Me miro, y me recuerdo –ahora, como entonces–con los ojos azules y abierta la memoria.

(Llegan hasta los labios las felices abejas que inundaron de luz las horas ya vividas).

Es cierto –lo sé ahora– el tiempo es la celada y son falsas sus máscaras. Aquel temblor de juncos, y éste, son un sólo temblor: vahído de vinos generosos, de fuego, de carne ya cumplida.

—44—
Manuel Márquez

SEVILLA

Desde la otra orilla, entre los márgenes del Guadalquivir cuando te vi, me ilusioné. Ahora, aquí, frente a ti desde la perspectiva de la Giralda, la Torre del Oro con el frenesí de tu simpatía. Te siento, histórica, gótica, Mozárabe, judía. Tu fantasía, oliendo a vida y tu rostro queriendo alegría.

—46—
P. Naranjo
Domingo Jiménez

CUALQUIER BAR DE LA ALFALFA

Al Dr. Yebra que me enseñó a ver este hermoso barrio sevillano

Hasta aquí arrastra el hombre su desgana después de su trabajo. Bebe un vaso y habla de Dios y dice “nunca”, “acaso”… mientras dobla su rito una campana.

Aquí deja su esfuerzo en la ventana de este barrio en clausura. No hace caso cuando la roja espada del ocaso desgarra su memoria y la semana.

Aquí la soledad es compañera de su cabal liturgia en el camino, y hasta se le descorcha la alegría.

Podéis creerme, aquí no desespera. Aquí encuentra su paz y aquí en el vino deja muchas heridas cada día.

—48—
Félix de Cárdenas

EL ESPARTERO

En una espartería de la Alfalfa un joven soñaba con ser torero, Manuel García se llamaba y se apodó “Espartero”.

Con ello simbolizaba el oficio de su padre, que él mismo ejerció hasta los 16 años, cuando inició la aventura taurina.

Vio cumplido su sueño, primero con buen cartel de novillero, después, matador de toros ponderado por todos. Tenía el miedo de los valientes.

El valor en los toreros es la superación del miedo. El toreo siempre estará cautivado por la nostalgia del pretérito que inmortaliza una imagen idílica.

¡“Espartero”! El oficio más preciado y el apodo taurino más [preclaro de esta parte del mundo: la Alfalfa sevillana.

—50—
Rafael Gómez Ayala

La ciudad es un enorme manicomio que no huele a nada.

Hemos olvidado el olor de verdad, muchas cosas son mentira, muchas cosas son mentira, muchas cosas son mentira.

Habitamos la locura en los centros comerciales. El anhelo clama anhelo y consumimos tierra fría, maniquíes, piel inerte.

Demasiada gente vive en la superficie y no se da cuenta de que llora. El plástico lo tapa.

Andar así no lleva a ninguna parte.

El azar se agita ausente en los cuerpos torpes que se ignoran.

—52—
SUPERFICIE
Mónika Torres Carrasco Jake Mate

NIÑO EN LA ALFALFA

Con la ilusión por bandera, a La Alfalfa, una mañana, de la mano ya lejana de un domingo en primavera, llegaba por vez primera.

Y, entre la pajarería, fue el niño, de cría en cría y de caricia en anhelo, descubriendo, sin recelo, qué era la vida aquel día.

—54—
Ricardo Urréjola

¡Plaza de la Alfalfa!

Fuiste Decumano Mayor y Cardo Maximus en su intersección. Te dieron distintas formas, y distintas funciones te asignarían la historia y el destino.

Forraje y Vino, Antiguas Carnicerías.

¡Plaza de la Alfalfa! De todas maneras tu nombre me sabe a verde, a florecillas malvas y a olor a paja guardada en pacas.

¡Cuantos recuerdos en tantos años, cuantas mascotas y animales domésticos colmaron los sueños!

—56—
Lola Gaviño

SUFICIENTE MUNDO EN QUE GASTAR LA VIDA

Las páginas más hermosas que conozco. La música. Los amigos con quienes bebo y miro el paso de las muchachas. Esta ciudad, los días en esta plaza de mañanas bulliciosas y tardes lentas, donde la noche tiene calles en silencio camino de cualquier parte. El cine y el viaje. Algunos paisajes más y de entre todos aquel que dura en los mares. La memoria de la casa y los cielos de la infancia, aquel sueño todavía vivo como la sorpresa de un beso.

—58—

SUEÑOS

Todos los sueños del mundo metidos en una caja de cartón y de repente abrirla y ver como salen fuera y observar la felicidad de la gente.

Teresa Aguilar

—59—

EL CANDILEJO

A D. José, in memoriam

Eramos jóvenes y el camarero –don José le llamábamos, aunque era Pepe, a secas, para la parroquia–, con voz sonando como a jefatura de aquellos años, siempre nos decía “un vaso de estos vale más que todo lo que me vais a consumir”. Y el vaso, un alto y fino supercandilejo de dos litros, brillaba como un ascua cuando, tocado con su espuma, asía el sol desde la puerta de cristales (dádiva de esa luz alfalfa y única que aún hoy, como un autómata, frecuento). Después de su advertencia, una voz parca nos preguntaba ¿qué queréis, cazón en amarillo, albóndigas, jamón de mono…?, refiriéndose a altramuces, olivas o avellanas. Nos miraba con la especial ternura de los hombres sin molde, recio y bondadoso por igual.

Pasó la vida y don José apareció sentado en la avenida Menéndez y Pelayo, en los Jardines de Murillo. Sus ojos mantenían una mirada exenta de aquel ser de mi memoria. Andaba muy despacio con bastón y con unas zapatillas de cuadros para sus cansados pies. Le saludé en varias ocasiones y él respondía sonriendo, como le sonríen los dioses a sus fieles.

—60—
—61— José Ramón Vaca . . . . . . . . . . . . . .6 Carlos Abadía . . . . . . . . . . . . . . . . .8 Francisco Núñez Roldán . . . . . . . .10 Agustín Torres Vázquez . . . . . . . . .12 Alejandro García Acebes . . . . . . . . .14 Ismael Yebra . . . . . . . . . . . . . . . . . .16 Carolina Abadía . . . . . . . . . . . . . . .18 Jesús Solano . . . . . . . . . . . . . . . . . .20 Mario Rodríguez García . . . . . . . . .22 Francisco Gallardo . . . . . . . . . . . . .24 Antonio Cano . . . . . . . . . . . . . . . . .26 Enrique Barrero Rodríguez . . . . . . .28 Concha Montes . . . . . . . . . . . . . . . .30 Juan Lamillar . . . . . . . . . . . . . . . . . .32 Rafaelarjona . . . . . . . . . . . . . . .34-35 Paula Romero González . . . . . . . . .36 Salvador Compán . . . . . . . . . . . . . .38 Ana Llorca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .40 Manuel Rámila . . . . . . . . . . . . . . . .42 Miguel Florián . . . . . . . . . . . . . . . .44 P. Naranjo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .46 Francisco Mena Cantero . . . . . . . . .48 Manuel Castillo Martos . . . . . . . . . .50 Francisco Javier Martín López . . . . .52 Víctor Jiménez . . . . . . . . . . . . . . . .54 Manuel Sánchez Herrera . . . . . . . . .56 José Daniel M. Serrallé . . . . . . . . . .58 Teresa Aguilar . . . . . . . . . . . . . . . .59 Jesús Tortajada . . . . . . . . . . . . . . . .60 ESCRIBEN
—62— José Ramón Vaca . . . . . . . . . . . . . .7 Justo Girón . . . . . . . . . . . . . . . . . .9 Rocío Cárdenas Luna . . . . . . . . . . .11 Carmen Rojas . . . . . . . . . . . . . . . .13 Antonio Gracia Pérez . . . . . . . . . . .15 Sofía Pérez . . . . . . . . . . . . . . . . . . .17 María José Barco . . . . . . . . . . . . . .19 Osorno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .21 Mario León . . . . . . . . . . . . . . . . . .23 Abraham Lacalle . . . . . . . . . . . . . . .25 Antonio Agudo . . . . . . . . . . . . . . .27 Carmen Márquez . . . . . . . . . . . . . .29 Salvador Malpartida . . . . . . . . . . . .31 Carlos Becerra Luna . . . . . . . . . . . .33 Inés R. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .37 Paco Cosano . . . . . . . . . . . . . . . . .39 Carmen Mogollo . . . . . . . . . . . . . .41 Francisco Borrás . . . . . . . . . . . . . . .43 Manuel Márquez . . . . . . . . . . . . . .45 Domingo Jiménez . . . . . . . . . . . . .47 Félix de Cárdenas . . . . . . . . . . . . . .49 Rafael Gómez Ayala . . . . . . . . . . . .51 Mónika Torres Carrasco . . . . . . . .53 Ricardo Urréjola . . . . . . . . . . . . . . .55 Lola Gaviño . . . . . . . . . . . . . . . . . .57 PINTAN

Se acabó de imprimir en 2013, en la húmeda e inevitable primavera sevillana, tan piadosa como festiva, entre cirios, farolillos, pases de pecho, copas de manzanilla y miradas de reojo. Ismael Yebra, Francisco Gallardo y Francisco Núñez manejaron algunos trastos bajo la eficaz batuta de Pepe Aguilar y el imprescindible tino de Paco, imprentero mayor d e

los sueños escritos

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