38 que si es cierto es que las tortillas hechas solo con huevo ya eran conocidas en el siglo XVI por los españoles y los indígenas sudamericanos. y recuperada posteriormente por los cocineros gaditanos con el actual y popular nombre.
El consomé. Aunque casi todo el mundo indica que el consomé tiene origen francés (como muchos otros platos) en realidad la génesis hay que hallarla en España, en un caldo concentrado elaborado con carnes y verduras. La razón de ello se encuentra en que cuando los soldados napoleónicos, comandados por el general Junot, saquearon en 1807 la biblioteca del monasterio de Alcántara, se llevaron, entre otras muchas cosas, un recetario de cocina atesorado por los monjes, en el cual podía verse reflejada la receta del “consumado”, el cual fue adaptado rápidamente por la cocina francesa con el nombre de “consommé”. Cuando los franceses se encuentran con la noticia del origen español, no la admiten (como otras tantas veces), e indican que su consommé procede del siglo XVII, anterior al robo del recetario, pero da la casualidad que el actual consomé es similar a la receta encontrada en Alcántara mientras que la anterior receta francesa (el potage consoméz) difiere bastante de la composición actual, tras la aportación española. Una vez más, los franceses se han aprovechado de la antigüedad de un término, aunque el plato sea distinto.
La mayonesa.
Aunque esta salsa adquirió renombre en toda Europa a comienzos del siglo XVIII, gracias al cocinero del Duque de Richelieu, y por ello muchos adjudican su autoría a la cocina francesa, lo cierto es que este mariscal francés importó su receta a Francia tras haberla probado durante el sitio a la ciudad menorquina de Mahón. Y la mejor prueba está en su nombre: mayonesa, derivada de mahonesa, esto es, “nacida en Mahón”.
La patata. La patata no se conoció en Europa hasta el siglo XVI, cuando fue llevada por los españoles, e inicialmente fue considerada tan solo como una mera curiosidad botánica que tenía bellas flores; excepto en España, que su tubérculo se empezó a consumir, imitando a los incas que ya lo hacían, al reconocer su alto valor nutritivo; se cree que en el primer lugar donde se consumió fue en el Hospital de la Sangre de Sevilla, en donde se daba de comer gratuitamente a soldados y mendigos, en la década de 1570. No fue hasta el siglo XVIII que el tubérculo de la patata se empezó a consumir fuera de España, más concretamente en Francia, la cual, en un principio, fue considerada como un remedio médico en virtud de sus propiedades nutritivas y energéticas. Hasta ese siglo, en algunas regiones, como Borgoña en el siglo XVII, había sido prohibido el consumo de la patata, pues se afirmaba que comerlas podría producir la lepra. Posteriormente, en el tercer tercio del siglo XVIII, con la hambruna derivada de las guerras, se extendió su consumo por toda Europa.