SABRINA, TERCERA TEMPORADA Sabrina, la bruja adolescente, se convierte en la Reina del Hades, su trabajo consiste en arrastrar a las almas humanas al Infierno.
La primera es de un viejo ajedrecista que vendió su alma al Diablo para llegar a convertirse en el mejor jugador del mundo. “Yo vendí la mía sólo por cinco novelas”, pienso, “tiene razón mi mujer: lo hice por poco”. El segundo es un vendedor de helados que ha hecho un trato con Satán y a cambio de su alma le da al demonio almas inocentes, incontaminadas, puras. “Maldito pederasta”, pienso, “¿qué dirá Ángel Ortuño de los goces de su Señor Obscuro?”
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