Diarios pedagógicos
Realizado por Denny Alejandra Agudelo Diaz
María Camila Mendoza Pineda Curso
Práctica pedagógica VII
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Docente
Gloria Esperanza García
Universidad de Antioquia
Realizado por Denny Alejandra Agudelo Diaz
María Camila Mendoza Pineda Curso
Práctica pedagógica VII
Docente
Gloria Esperanza García
Universidad de Antioquia
En este texto encontrará una serie de diarios pedagógicos escritos por Denny Alejandra Agudelo y María Camila Mendoza. En ellos se narra sus experiencias durante la práctica pedagógica VII, la cual se llevó a cabo en el Hospital Alma Máter.
El documento está escrito de manera tal que al inicio encontrará escritos individuales y escritos en colectivo. La introducción fue desarrollada por ambas estudiantes, mientras que los diarios del 15 al 22 de diciembre narran sus experiencias individuales. Para cerrar encontrará los diarios del 19 al 24 de enero los cuales fueron escritos en colectivo. La experiencia de la escritura permite tomar distancia de los acontecimientos vividos, de tal maneraqueelsujetoinvolucradoenelactopedagógicopuedareflexionarentornoasuhacer. Por ello se valora la escritura de las maestras en formación como una posibilidad de enriquecer su formación profesional.
Nos llenaba de expectativas nuestra práctica en el hospital, nos sentíamos emocionadas por conocer este espacio, acercarnos a su cotidianidad y asumir el reto de acompañar a niñas y niños en situación de hospitalización. Sabíamos que no sería nada sencillo, pues inevitablemente cuerpo y emociones se implicarían, enfrentando situaciones nuevas, permeadas por la presencia de enfermedad. Sin embargo, nuestro entusiasmo seguía intacto.
Lograr el contacto con el hospital y en general, el proceso de comunicación para establecer el convenio con la universidad fue muy difícil, muy paradójico considerandoque elHospitalAlmaMáter, esprecisamenteelhospitaluniversitariode la Universidad de Antioquia. Tras una comunicación intermitente y poco fluida con la encargada de docencia, posible por la persistencia de nuestra profesora asesora, Gloria García, nos enteramos de todo el proceso necesario para nuestro ingreso al hospital: esquema de vacunación y titulaciones, uniforme especial, desarrollo de módulos virtuales, proceso de inducción, registro en plataforma y montaje de documentación, revisión documental. La cantidad de requisitos, tiempo y dinero invertido, además del poco acompañamiento por parte del hospital en todos los procesos mencionados y, por lo tanto, la necesidad de resolver por nuestra propia cuenta los inconvenientes e inquietudes presentadas, hizodetodoesteprocesounasuntotedioso y desesperanzador, que parecía lleno de
barreras y que ubicaba, más bien lejana, la fecha de inicio de nuestra práctica.
Cuando pensamos que terminaría el proceso y podríamos dar inicio, se nos indicó durante la revisión documental que debíamos hacer ajustes a algunos documentos pues por su fecha de expedición debían ser actualizados; además, una de nosotras debía aplicarse otra dosis de refuerzo de una de las vacunas y la otra debía presentar nuevamente otra titulación. Este acontecimiento fue muy frustrante, sumadoaltratorecibidoqueconsideramos no fue el más adecuado. En este momento pensamos desistir de la idea de realizar nuestra práctica en el Hospital Alma Mater, sentíamos que toda la tramitología y barreras que se nos ponían buscaban justamente que no lográramos realizar nuestras prácticas en este lugar. Parecía olvidarse la razón de ser del hospital universitario y, además, sus funcionarios, parecían desconocer las condiciones económicas de muchos de los estudiantes de la UdeA. Quien revisó nuestros documentos nos dijo, como si fuera así de simple, que presentáramos nuevamente todos los papeles ese mismo día en la tarde,pasandoporaltoloscostosextraque implicaba volverse a vacunar y realizarse una titulación.
Aún ante este panorama, tomamos la decisión de no desistir y resolver lo más pronto posible los requerimientos solicitados. Ese mismo día en la tarde recibimos al fin el carnet que validaba nuestra presencia en el hospital. Una sensación de alivio y satisfacción nos acompañó en ese momento. Después de mucho tiempo y esfuerzo invertido,
podíamos dar inicio a nuestra práctica pedagógica VII.
Sin lugar a duda, los comienzos asustan. Lanovedadllegacargada depreguntas,de dudas, pero también de emoción, de expectativas, de anhelos, de mariposas en el estómago…esas que te impulsan a seguir caminando. Eso sentí al entrar ese día,15dediciembre,alaunidadpediátrica del Hospital Alma Mater, un escenario y un contexto de práctica totalmente nuevo para mí, pues en mis experiencias de práctica anteriores el contexto escolar había sido el protagonista.
Personalmente, los hospitales no me resultan sitios gratos. Quizá los recuerdos queasocioaestelugarnoseanlosmejores. Pero en este caso me propuse el reto de movilizar, de generar las mejores condiciones, en la medida de mis posibilidades, para promover experiencias agradables para las niñas y niños que se encuentran en el hospital.
Mateo, Samantha y Maximiliano nos recibieron entusiasmados, sus sonrisas en el momento en que entramos en la habitación que compartían y su disposición cuando les propusimos acompañarnos en lo que habíamos preparado para ellos, me llenó de confianza y los nervios de ese primer encuentro se marcharon.
Los trucos de magia, o mejor, trucos de ciencia, fueron nuestros aliados. El asombro y la curiosidad se pusieron a flor de piel. Muchas preguntas e hipótesis se hicieron protagonistas. Tomamos como pretexto presentarles a los niños algunos experimentos que pusieran de manifiesto la “magia de la ciencia”, pero, sobre todo, pretendíamos movilizar el reconocimiento del cuerpo como territorio, valorando sus capacidades más allá de la situación de enfermedad que está atravesando. El cuerpo se convirtió en el principal mediador de aquella experiencia, como posibilitador del desarrollo de los experimentos compartidos: el cabello transmitióenergíaalabomba,aligualque losvellosdelbrazo,lasmanossostuvieron los materiales y probaron por su propia cuenta los fenómenos observados, ojos y orejas se dejaron maravillar por lo que inicialmente resultaba inexplicable pero que tomó sentido más tarde. El cuerpo fue el protagonista.
Al salir de la habitación, tiempo después, enelcuartodeprocedimientos,seescuchó la voz de Mateo, de 3 años, que poco a poco se transformó en gritos y llanto: “Mamá no les ayudes. ¡No me chucen!”. Fue muy doloroso escucharle, a Mateo le parecía que hasta su mamá hacía parte de aquello que le aterraba tanto y le causaba tantodolor,ylepedíaquenolohiciera,no queríaqueningunaagujatocarasucuerpo. La enfermera y la madre intentaban explicarle que mientras más se moviera, más le dolería.
Yo no lograba observar lo que ocurría, sólo alcanzaba a escuchar. El procedimiento se hizo difícil, Mateo sólo lloraba. Pasado algún tiempo, lograron canalizarle la vena, y él sólo pedía que le pusieran una “curita”. Seguramente representaba para él que todo ya había terminado y que podía regresar a su habitación.
Este momento además de causarme dolor, me generó muchas preguntas, ¿cómo acompañar a niñas y niños en medio de estassituaciones?,¿podréhaceralgodesde mi rol de maestra que incida en la manera en que sobrellevan este tipo de
procedimientos?, ¿podrá el hospital, especialmente, el personal que hace parte de la unidad pediátrica, hacer de estos procesos experiencias menos dolorosas para los niños y sus familias?
A estas preguntas se les sumaron más inquietudes, a las que aún no consigo darles respuesta; sin embargo, me han llevado a una reflexión permanente sobre la presencia de situaciones dolorosas en la cotidianidad de maestras y maestros. Todos los seres humanos experimentan a lo largo de su vida el dolor, más aún cuandodecidendedicarsealaboresenque el contacto con la vida de otros seres humanos es inevitable, y, por lo tanto, la cercanía permanente con otros anhelos, otrostriunfos,otrasalegrías;perotambién, con otros dolores, angustias, y pérdidas. Esteeselcasodenosotrascomomaestras. Las experiencias de vida de cada niña y niño nos atraviesan y permean de alguna manera, lo he sentido durante cada una de mis prácticas, y ahora mucho más, al habitar un espacio en donde se asiste porque hay presencia de alguna enfermedad.¿Cómonospreparamoscomo maestras para experimentar y acompañar nuestro dolor y el ajeno?
Las prácticas pedagógicas, en mi proceso formativo, se han caracterizado por estar bañadas en prejuicios producto de mi ansiedad; por lo cual iniciar un nuevo proceso siempre significa un constante sentimiento de miedo. Ahora bien, el desarrollo de esta en un contexto ajeno a mis experiencias cercanas significaba fácilmente sentir pánico a la nueva situación.
Agradezco a mi compañera María Camila por acompañarme en estas nuevas experiencias que siempre son tan difíciles para mí, ella me contagió de su confianza para así tener un día satisfactorio en este inicio de práctica pedagógica VII.
En este primer momento empezamos a familiarizarnos con el espacio disponible. En los cuartos había espacio suficiente para movilizarnos en son de las propuestas, lo cual aumentó mi tranquilidad.
Nuestra primera propuesta fue basada en experimentos que asemejaban trucos de magia, acompañados por una lectura que permitióconectarconlosniñosyniñas.En esta oportunidad estuvimos compartiendo con Mateo, Maximiliano y Samantha; los tres estaban acompañados por sus respectivas mamás. La condición que los tenía en el hospital no les impedía movilizarse,porlocualnosdispusimosen el suelo para compartir el cuento. Mateo, como era esperado de su desarrollo cognitivo (tenía cerca de 4 años),
interrumpía constantemente la lectura; esto frustraba a Samantha y Maximiliano que constantemente les pedía silencio, pero Mateo insistía en querer ser escuchado.
Posteriormente comenzamos los “trucos de magia” guiados por mi alter ego “la bruja escaldufa”. Los niños se mostraron emocionados ante la propuesta de magia. La idea era hacer un truco de magia y luego invitarlos a darnos sus hipótesis del suceso.Elprimertruco fueconun globoy unalatadegaseosa,papelyaluminio.Con esto descubrimos que la electricidad estática es difícil de generar cuando el cabello está recogido, puesto que, a diferencia de Mateo y Maximiliano, que movían la lata con facilidad, a Samantha no le funcionaba. Cuando se soltó el cabello y nuevamente frotamos el globo vimoscómoelexperimentotuvoéxito.Por recomendación de la trabajadora social que nos acompaña, llevamos globos para cada uno, así ellos podrían usarlos y conservarlos.
Con el experimento de la botella y el chorro de agua los niños se mostraron bastanteintuitivosalcompararelmoverla tapa de la botella con el hecho de que el agua fluyera, mas al final explicamos que era porque esta se llenaba de aire, la razón por la cual empezaba a expulsar el agua. La actividad final fue con el guante que se infla al contacto con el agua. Los niños mostraronunaconexiónentreloaprendido con la botella y la posibilidad de que el guante se inflara, Samantha menciona que es porque se llenaba de agua, mas Maximiliano al tocarlo comprueba que no esasíynotaqueesporquesellenadeaire. Mateo se mostraba muy activo en comprobarlo por sí mismo. Con esta actividad finalizamos el encuentro, dejando a los niños con deseos de que volviéramos en una próxima ocasión.
oportunidades durante la hospitalización, permite alejar el malestar del pensamiento y hacer otras actividades con ese cuerpo que,enfermo,noselimitaalaenfermedad. El valor del cuerpo que hace, que siente, que disfruta, que sueña es un asunto para recordarle y motivar al niño y la niña durante su proceso de hospitalización. Otracuestiónquellamómi atenciónfuela atención e interés que tuvieron los niños conlaactividad,semostraronmuyactivos e interesados en todo el proceso, cualidad que me parece valiosa, puesto que uno de mismiedoseraquenoselograradespertar interés con las propuestas.
Luego de esta experiencia, apoyamos al área de pediatría de la zona de hospitalización en la construcción de un pesebre, para mi es muy valioso la importanciaqueseleprestaaesteespacio, es una referencia cultural y social y, de claraéticadepartedelhospital,pensarque “los niños y niñas no solo están hospitalizados, están hospitalizados en navidad”. El desarrollo de las novenas y compartir con ellos algún detalle es de gran valor para apoyar que su tránsito por el hospital sea más ameno. Por lo cual me pareció de gran valor que nos permitieran ayudarconlaconstruccióndelnacimiento.
Durante el desarrollo de las actividades noté que los niños no se quejaban, no daban signos de algún malestar, mas, por miedo a importunar, no me atreví a preguntar las razones por las cuales se encontraban hospitalizados. Pero si tenían una dolencia, esta no era evidente en las actividades;los3lasdisfrutaron,serieron, hicieron propuestas, etc. Esta es la relevancia, quizás, de tener otras
Nuevas historias y rostros nos esperaban este día. Una característica particular de estaexperienciadeprácticaerajustamente que de un día para otro podíamos encontrarnos con niñas y niños diferentes. Amuchoslos veríamos sólounavez,pues ya habrían regresado a su casa; a otros los podríamos ver al día siguiente; e incluso a algunos sólo por un par de horas. Muy diferente a la experiencia en el entorno escolar, en donde el desarrollo era continuo con un determinado grupo, y había mayor posibilidad de procesos de reconocimiento entre los niños y nosotras como practicantes.
Lo anterior nos permitía tener a nuestra disposición la planeación propuesta para este día y la anterior, llevando a cabo la nueva planeación con quienes nos encontráramos por segunda vez, y teniendo la posibilidad de elegir cuál desarrollar con quienes apenas conoceríamos.
Nos encontramos con Johan, Liam y María,peronosóloconellossinotambién con sus familias. Cada una de sus acompañantessevinculóactivamentealos trucos de ciencia, se mostraron sorprendidas y animadas. La capacidad de asombro que solemos atribuir a niñas y niños perecía intacta en ellas. Sus ojos expresaban sorpresa, preferían sonreír porque no tenían respuestas a aquello que observaban, los experimentos parecían inexplicables: ¡Magia! Creo que su niña interior las habitó plenamente por un momento.Niñosyadultosseolvidaronpor
un rato del lugar en el que estaban y se dejaron sorprender. Fue muy grata la disposiciónquemostraronylamaneraque madres e hijos se vincularon.
El trabajo con familias siempre me ha parecido uno de los mayores retos en la labor de maestra. Creo que nada nos prepara lo suficiente para no sólo acompañar a niñas y niños, sino también a sus familias. Cada una con su propia historia de vida, costumbres, prácticas de crianza, creencias, dificultades, metas comunes, cosmovisiones. Estas particularidadescomplejizannuestratarea, pues nos pone el reto de implicarnos con cada familia atendiendo justamente a su singularidad. Es la práctica misma, la cotidianidad, el relacionamiento con las familias, lo que poco a poco nos va permitiendo encontrar más y mejores estrategias de trabajo.
En esta ocasión, las madres se vincularon entusiasmadas y lo hicieron por su propia iniciativa. Les resultó muy natural hacer parte de la actividad de la que sus hijos estaban participando. Esto hizo más significativo el espacio vivido, pues sirvió comopretextoparaintegrarse,inclusocon las otras madres.
La presencia y acompañamiento de los adultos significativos, frente al proceso que viven niñas y niños es fundamental, más aún en contextos de hospitalización, cuando esa presencia significa respaldo, cuidado, atención y amor en medio de una situación de enfermedad. Al mismo tiempo, este asunto me generó preguntas en torno al acompañamiento que se les da a los padres y acudientes en el hospital, pues el estar allí no sólo afecta a los niños sinotambiénasunúcleofamiliaryaquien permanentemente está con ellos mientras regresan a casa. Además de temas relacionados con la alimentación y la posibilidaddehospedarseenlahabitación, me pregunto si recibirán algún tipo de apoyo de profesionales en psicología o trabajo social, con quienes puedan contar durante su estancia en el hospital.
Si partimos de una concepción en salud integral,nosólo elcuerpo,sino tambiénel bienestar mental se ve afectado por la presenciadeenfermedad,yesnecesariono pasarloporalto,sinobrindarleslaatención adecuada a niñas, niños y sus familias, para que la estadía en el hospital no
comprometa aún más su desarrollo y las relaciones familiares.
Un nuevo día en práctica en contexto hospitalario significa un día más en lo que no sabes que podrás encontrarte. Para esta oportunidad íbamos preparadas con distintos materiales de ser necesario: arcilla y los experimentos del encuentro pasado. A nuestro encuentro llegaron Maximiliano y Samantha, quienes nos recibieron encantados. Compartimos la lectura planeada y comenzamos con la aventura de usar arcilla. No estaba entre nuestros planes pedirles que tantearan los elementos (cartón, tapas y arcilla) con los ojos cerrados, fue algo que se improvisó conforme la situación avanzaba y se creó un ambiente de espera y suspenso que permitió a los niños disponer sus sentidos. La arcilla se sentía blanda pero un tanto seca y al proponerles echar un poco de agua, notaron como su textura cambiaba, se hacía más maleable. Un comentario nació de Maximiliano “le hecho cremita”, me pareció curiosa su asociación entre la textura de la arcilla, un tanto cremosa, con lo que sería directamente una crema para el cuerpo. Ambos realizaron distintas creaciones que dejaron secando al sol, y, cuando estábamos por disponernos a marcharnos, se mostraban tajantes en que nosquedáramos; valoro elentusiasmo con el que participan en las actividades que llevamos, y lo diferentes que pueden ser las propuestas dependiendo del contexto, puesto que, a mi parecer, su atención es bastante sostenida con el apoyo de encontrarse en un lugar, quizás aburrido; lo que mostraría una pertinencia por parte de las interacciones con educadoras
infantiles, que con sus actividades, les permiten apropiarse de su cuerpo de una manera distinta en su estancia en el hospital.
Seguidamente estuvimos con María, una adolescente de unos 15 años, a quien le llevamos lapropuestade los experimentos científicos. Por un momento tuve el perjuicio de creer que sería una actividad aburrida para ella, pero la verdad es que estuvomuyatentaalalecturadelcuentoy a los experimentos; ella nos sorprendió con sus conocimientos previos, logrando dar explicaciones físicas a los fenómenos que le presentamos como “magia”.
Para cerrar, tuvimos la oportunidad de compartir,enotrahabitación,conJohande unos 13 años y Liam de unos 6 años y sus acompañantes. Para ellos decidimos proponerles el espectáculo de experimentos. Disfruté mucho el tiempo que pasamos en este espacio, sus acompañantes gozaron tanto la lectura como la presentación. Todos en la sala se mostraron activos, asombrados y hasta divertidos con nuestra propuesta y las ocurrencias de “la bruja escaldufa”. Me encantó poder ver el resultado de una propuesta enfocada en la enculturación científica, notar como se podían apropiar de nuevos conceptos y participar de manera activa con hipótesis, verificaciones; etc. Si bien Liam se encontraba en cama debido a un pie enyesado, esto no le impidió participar, todo el tiempo le facilitamos los medios y pudoestarpendientedesusresultados.Me surgeunainteresantereflexión,decómoes posible que, en un lugarcomo un hospital, haya la oportunidad de que circule la alegría y la diversión.
Para este día nos encontramos en las habitaciones con Moisés y David, ambos de aproximadamente 13 meses, con quienes compartimos dos canciones acompañadasdealgunosmovimientoscon lasmanos.Moiséssemostróentusiasmado y atento con la primera canción, sus ojos estaban fijos en nuestras manos, para la segunda canción quería caminar y salir de la habitación. David por su parte, se mostró muy tímido, se encontraba triste y asustado cuando nos acercamos a su lado. Se refugiaba en los brazos de su papá que lo tenía sentado en sus piernas en una silla al lado de la camilla. Compartimos con él sólo una canción, procurando respetar el deseoquemanifestabadeestarsóloconsu papá.
Uno de los aspectos más retadores de esta experienciade prácticahasido, sin lugar a duda,noconocerdeantemanoconquienes nos entraríamos, sus características o necesidades particulares. Proyectamos las actividadesdecadadíacomoposibilidades que sólo en el momento en que nos encontramos con las niñas y niños, nos damos cuentasi sonrealizablestalycomo las habíamos planeado o si es necesario realizar ajustes. Bebés, niñas, niños, adolescentes, y adultos como acompañantes, todos de edades muy distintas convergiendo en el mismo espacio, además, cada uno con condiciones de salud muy diferentes, que posibilitan o no el desarrollo de las actividades.
Miguel y Mariana fueron invitados a trabajar con arcilla, pero justo en ese
momento Miguel fue llamado para realizarse unos exámenes médicos. Él no quería irse, quería quedarse allí, con nosotras, realizando la actividad que parecía entusiasmarle. Se negó por un momento, pero finalmente nos dijo que prontovolveríaparajugar.Estesucesome hizo pensar en la necesidad que se debe experimentarenmediodeunasituaciónde hospitalización, de otra serie de posibilidades distintas, tan vitales en la infancia, que aún en medio de una situación de enfermedad deben promoverse y estar presentes más que nunca,pueseljuego,elarte,lacreación,la exploración,sonpilareseneldesarrollode todo niño y niña.
Miguelregresóparaelfinaldelencuentro: “¡Volví!”, nos dijo entusiasmado. En ese momento ya nos disponíamos a hacer el cierre y a preparar los materiales para la próxima sesión. “¿Qué más actividades vamos a hacer?”, nos preguntaba Mariana, “traigan más actividades”, nos decía. Ambos se vincularon por su propia iniciativa a la elaboración de los títeres dedales que preparábamos para el día siguiente, disfrutaron construir los propios. Su deseo de vernos al día siguiente para desarrollar más propuestas y vivir otras experiencias, es uno de los mejores indicadores que podemos tener para reflexionar sobre la pertinencia de nuestros encuentros, sobre el interés y
motivación que despiertan y sobre la acogida de nuestra presencia por parte de los niños, niñas y sus familias.
En esta oportunidad, nos encontramos con 2 bebés, de 1 a 2 años aproximadamente; los acompañantes nos permitieron cantarlesconnuestrasmanos.Laformade vincularse de los acompañantes fue motivándolos a observarnos e imitando nuestros gestos; en algún momento fue divertidoyenotrosfuetranquilizador,esta situaciónmehaceverloimportantequees el acompañamiento de un ser querido en situación de enfermedad para los niños y niñas más pequeños, el cómo solo en su presencia pueden sentirse un poco mejor.
Luego nos dirigimos a un cuarto donde se encontrabaMarianadeunos10años;aella le hicimos la propuesta de trabajar con arcilla. Durante esta experiencia Mariana tomó la iniciativa de “enseñarnos” como usar la arcilla, así que Camila y yo preparamos trozos de arcilla y seguimos las indicaciones de Mariana hasta formar unasuertedeplato.Ellaseescuchabamuy segura de sus indicaciones y animada de ayudarnos a formar el elemento que esperaba. Nuevamente veo como se corta conesereduccionismodelcuerpoenfermo como incapacitado para realizar actividades, y más aún, actividades que resultan placenteras.
Terminada esta experiencia, decidimos aprovechar el tiempo restante para construir títeres dedales, los cuales serían insumo para la siguiente mediación. Para nuestra construcción se sumó la ayuda de Mariana y Miguel de unos 6 años. Esta vinculación en nuestro proceso de construcciónmehizonotarcuántovaloran los niños y niñas la oportunidad de crear y hacerlo con otros; ambos se sentían orgullosos de sus creaciones; ponían empeñoycorazónenlaactividadrealizada que, podría terminar siendo bastante significativa. El niño y la niña en condición de enfermedad no se priva de tener voluntad y deseos de hacer, de construir y disfrutar.
Vale la pena pensar y reflexionar en torno al material que presentamos a niñas y niños cuando buscamos generar una experiencia. Pues, aunque pueda parecer de relevancia secundaria, considerar la pertinencia del material, las distintas posibilidades de uso que permite, su capacidad para despertar interés, las propuestas por parte de niñas y niños que de él se derivan; resulta necesario si queremos trascender la simple aplicación de una técnica de manera mecánica y el desarrollo de una actividad que no deja de ser una simple manualidad desprovista de sentido pedagógico.
Estedíallevamosalhospitalgasasdeyeso para la elaboración del reno Rodolfo. Cuando presentamos el material a Keilymar y a Pablo, no lo habían visto antes, ni mucho menos lo habían utilizado para hacer alguna creación en su escuela. Su textura les resultaba novedosa, además el polvo que se desprendía, de aquello que parecía una tela blanca muy delgada con pequeños hoyos, les parecía extraño.
Los materiales que proponemos para el trabajo con niñas y niños forman parte esencial para la promoción de procesos creativos, convirtiéndose en vehículos de sensibilidad. El contacto directo con herramientas y materiales diversos, con múltiplesposibilidadesdeuso,favoreceel desarrollo de nuevas ideas, relaciones, apuestas auténticas, experiencias creadoras y creativas. La selección de materiales y herramientas no se da por azar, la intención pedagógica da sentido a esta selección, pues estos materiales no son sólo materia física, sino que representan estímulos que despiertan los sentidos: dan ganas de usarlos, palparlos, cogerlos, olerlos; y en general, experimentar con ellos.
Las gasas de yeso tienen una particularidad especial y es que su apariencia y textura atraviesa 3 momentos distintos. En un primer momento, lucen como una especie de tela blanca, medio rígida, áspera, con pequeños agujeros, que puedesercortadaentrozosmáspequeños; por ejemplo, para en esta ocasión, realizar títeresdedales.Enunsegundomomento,y tras aplicarle agua, las gasas de yeso se vuelven muy blandas, suaves y maleables, con el agua los agujeros quedan cubiertos, y la superficie se vuelve lisa. Para los títeresdedales,eldedosecubredealgunos trozos húmedos de gasa de yeso. Finalmente,pasadosalgunosminutos,este material se seca y se pone muy duro y compacto. Es necesario hacer movimientoscircularesalasgasasdeyeso yasecas,paraquepuedandesprendersedel dedo, adoptando su forma.
Estos cambios de texturas y sensaciones derivadas de ellas, que se experimentan con las gasas de yeso, pueden generan curiosidad y motivación en niñas y niños para experimentar y crear. Para Keilymar y Pablo este material fue fuente de inspiración y disfrute. Estuvieron expectantes y curiosos en cada fase del procesodeelaboracióndeltítere,alfinalle dieron su marca personal a través de la pintura. La expresión plástica permite que niñasyniñossereconozcan,descubransus capacidadesycomuniquenaquelloquelos identifica.
mundo de la sensibilidad y la creatividad. Los materiales y las herramientas pueden ser una puerta abierta a la reflexión permanente, pues la interacción con el medio, por ejemplo, desde los sentidos, puede generar expresividad y conocimiento, permitiendo la apropiación del contexto.
Nadiepuedeexperimentarinterésporalgo que no conoce, es necesario el contacto y la posibilidad de experimentarle. Se aprendeycomprendeelmundoatravésde lamanipulacióndelosmateriales,desdeel hacer creativo y reflexivo, dando paso al
Para esta nueva oportunidad, llevamos un eje conductor “Rodolfo el reno” como vinculador de la navidad y propuesta de arte plástica con vendas de yeso y expresión teatral. Empezamos el día en la habitación de Ángel (un niño con discapacidad cognitiva) y Liam de unos mesesdenacido.Paraamboscompartimos unacanciónapoyadaenlostíteresdedales; Liam apreció quedarse dormido gracias a esta, y Ángel mostraba asombro e interés por la propuesta.
Esamañananosvinculamosalanovenade navidad; recuerdo tener el atrevimiento de acercarme a los regalos que se les obsequiaron esa mañana a los niños y encontrarmeconcomidachatarra;fuealgo inesperado,amiparecer,viniendodeparte deunaentidadquevelaporelcuidadoyla salud.
En una próxima habitación nos encontramos con Keilymar y Pablo, de unos 8 años. Ambos se mostraron tímidos para acercarse a nuestra propuesta, pero, usando los títeres dedales como mediadores se fueron animando a participar.
Nunca había visto las posibilidades plásticas de las vendas de yeso hasta ese día, realmente me dejé guiar por mi curiosidad y realizar un trabajo en conjunto con los chicos para esperar un resultado óptimo. Ambos, al igual que yo, nos sorprendíamos de las formas que tomaba el yeso y la posibilidad de convertirlo en títere. La parte de pintar los títeres fue toda una sorpresa, intentamos combinar colores por primera vez, con la ayuda de los pinceles, darle un rostro y forma a esa creación. Al final, se supondría, todos fueron renos, los chicos se mostraron orgullosos de su creación, pero reflexionamos entorno a qué otras formas de pintar podríamos haber usado para que los detalles del títere fuesen más perceptibles.
Finalizamos la mañana dando una visita a lasaladeurgencias.Miexperiencianofue
agradable desde mi sentir, si bien había niñasactivasenlasaladeespera,sientomi corazón compungido al ver a los niños y niñas casi llorando del malestar. En dicha sala de espera intentamos compartir el cuentodeRodolfoelrenocondosniñasde unos 3 años, mas no se mostraron muy interesadas y fácilmente se dispersaron; por lo cual pasamos pronto a cantar la canción de Rodolfo el reno. Aquí se captó mucho más su atención, e improvisamos compartiendo con ellas los títeres, los pasábamos de dedo en dedo y se apropiaban de los gestos del personaje.
Cerramos la ejecución pasando por los cubículos de la sala de urgencias. Allí los niños y niñas no mostraban mejorías. Compartimos con una niña de unos 10 años el cuento y la canción de Rodolfo, recuerdo hacerlo en voz baja pues sentía que no era apropiado hacer demasiado ruido, pues ella no estaba cómoda. Logramos sacarle algunas sonrisas y palabras que quizás la ayudaron a estar más cómoda. Por último, visitamos un chico de unos 8 años, bastante tímido y recostado sobre la camilla buscando mejoría. Su manifestación de compartir con nosotras fueron unas cuantas sonrisas acompañadas de palabras de su madre.
Efectivamente, al hospital se va a buscar mejoría,esnormalquelosniñosyniñasno se sintieran llamados a participar de las actividades, pero si la maestra de educación infantil encuentra un pequeño recoveco donde pueda hacerlos sentir mejor, pues que así sea.
El encuentro de este día estuvo mediado por una invitación especial que hicimos a Mariangel y Marylin para convertirse en panaderas por un día. Propusimos la elaboración de masa, con harina, sal, colorante y agua. Tras una canción que invitaba a un juego de manos, como momento previo y a manera de calentamiento, nombramos a Mariangel y aMarylin comopanaderasponiéndolesun gorro en su cabeza, a manera de acto simbólico. Disfrutaron amasar y crearon figuras libremente. La textura de la masa les resultaba llamativa y agradable: “Parece plastilina”, decían.
La idea del cuerpo como ese territorio que se habita y que permite crear, transformar y disfrutar del mundo, fue nuestro horizonte. En esta sesión, de manera particular, buscamos partir de una invitación a personificar la labor de los panaderos, para explorar otra de las muchas posibilidades que tiene nuestro cuerpo y nuestra imaginación de asumir nuevos roles y tareas.
Como mencionamos en nuestras planeaciones, a lo largo de nuestras visitas al hospital mantuvimos un objetivo central: sensibilizar a niñas y niños sobre laideadequesucuerpoeselterritorioque habitan y que les pertenece, y al que pueden vincularse de múltiples maneras; relacionándose al mismo tiempo con el entorno y demás personas que les rodean.
Cuando finalizábamos la actividad con Mariangel y Marylin, presenciamos un acontecimiento que nos resultó muy dolorosoydifícil de asimilar.Personal del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar ingresaron a la unidad pediátrica y salieron de una de las habitaciones con Damián, de apenas un mes. Al fondo se escuchódeinmediatoelllantodelamadre, llorando desconsoladamente. Fue un momento de muchos sentimientos encontrados,quenosllevaronaquedarnos en silencio y a permanecer afuera en el pasillo, sin saber cómo actuar. Muchas preguntas en torno a esta situación, que nos costaba entender pues desconocíamos el contexto y el proceso particular que ya llevaban la madre y el bebé.
Este suceso fue detonante de muchas emocionesmuydiferentes:tristeza,miedo, angustia, malestar; y, además, generó en nosotras un interés por entender el proceso, identificando la responsabilidad que tenemos como futuras maestras de conocer protocolos e instituciones encargadas de la atención frente a la vulneracióndederechos,especialmentede niñas, niños, jóvenes y mujeres. Este hecho, además de doloroso, despertó en nosotras la necesidad de acercarnos a procesos y temas como estos para mejorar nuestras comprensiones y cualificar nuestra práctica y posibilidades de acción. Frente al panorama de este día, decidimos retirarnos de la unidad pediátrica, pues consideramos que lo más pertinente y respetuosos era suspender nuestra propuesta, y regresar al día siguiente.
Para este día nos pensamos una actividad basada en una pregunta orientadora ¿Qué quiero hacer cuando crezca? Para el desarrollo de dicha propuesta llevamos un par de títeres que movilizarían el pensamiento de los niños y niñas a cuestiones futuras, a través de un diálogo yunaparticipaciónactivacon adivinanzas y como cierre una actividad artística (construcción de títeres) que fuese vehículo de expresión plástica y teatral. Lostíteresnospermitieronsermediadores al momento de comunicarnos con las niñas; ellas se sentían en confianza con ellos; de dirigirse a sus preguntas y de juguetear con su textura.
Para la construcción de su títere, dispusimos los materiales en aquella pequeña sala donde se encuentran libros, juguetesymesas.Fuenuevoparanosotras vercomotantasniñassesumaronanuestra actividad de manera simultánea: Roximar de unos 2 años, Marylin de 5 años, Melanie de 4 años, Maria Paula de 8 años y Natalia de unos 5 años. Todas se acomodaron en sillas y comenzaron a diseñar su propio títere; resaltamos como las actividades de hacer y crear generan tanto interés, moviliza sus procesos atencionales y logran crear vínculos con aquellas personas con las que se encuentran compartiendo el espacio.
Quizás elpropósitodemovilizarla visión a futuro no se dio en todas ellas, pero marcó una búsqueda de posibilidades en Maria Paula, quien nos comentó, desea profesionalizarse como botánica y, en medio de su construcción, pensó en otras posibilidades como el diseño de modas. Mas en todas las niñas hubo una exploración de habilidades y capacidades; conforme se sentían cómodas en la propuesta y sus materiales, iban hallando independencia en su toma de decisiones.
Llama también nuestra atención aquellos momentos,luegodelcierredelaactividad, donde vemos, como resultado de esta posibilidad de compartir el espacio, una interacción amplia entre las niñas; así pues, el momento de construcción les permitió identificarse y jugar.
Luego de esta experiencia, decidimos ir a la sala de urgencias; allí nos encontramos conSebastiándeunos7años;él,peseasu malestar, quiso participar del diálogo de títeres sobre las profesiones respondiendo de manera activa a las adivinanzas. Nuevamente resaltamos los títeres como herramienta mediadora con niños y niñas en el contexto hospitalario, aquí los tiempos de conexión son muy cortos y precisos; por lo cual los títeres permiten una comunicación casi inmediata y llamativa para los niños y niñas.
Para este día decidimos proponer a los niños y niñas un reto con sus sentidos del olfato y la escucha; nuestra intención desde el inicio de la práctica fue buscar actividades que permitieran habitar el cuerpo como territorio y encontrar en él esas posibilidades que se ven excluidas a causa del estado de enfermedad del mismo, por ello para nuestra propuesta de cierre quisimos abordar la posibilidad de usar otros sentidos distintos al tacto, el cual tuvo un lugar privilegiado durante las anteriores mediaciones.
los vasos para confirmar sus sospechas. Como cierre se invitaría a realizar un mensaje para el hospital, esto como forma de pensar el cuerpo del niño o niña enfermocomouncuerpoquesiente,desde una mirada emocional, además de esa vinculaciónconelespacioqueloacogeen su momento de malestar. No estaba planeado usar nuevamente los títeres en esta oportunidad, mas por si acaso se convocaron, lo cual fue un acierto para la interacción.
Laactividadsedesarrollaríademaneratal que los niños y niñas tendrían la posibilidad de oler y escuchar los elementos contenidos en distintos vasos queescapabanasuvista,demaneratalque creasen hipótesis al respecto para dicha incógnita. Seguidamente se les permitirá unamuestradelcontenidoqueescapabade su visión para que la clasificaran según su presunción y al finalizar descubriríamos
Esta experiencia pudimos compartirla con Lucina, Marilyn y Stefany en distintos momentos y lugares, dando como resultado distintas reflexiones de cada interacción.
En la mediación con Luciana tuvimos la oportunidad de una interacción activa por parte suya y de su acompañante; ambas interactuaronconoloresysonidosydieron sus apreciaciones. Valoramos la buena comunicación que tenían con los títeres como los sujetos que dirigían la actividad, así como el tenerse en cuenta sus comentarios y propuestas. Aquí
resaltamos como la memoria puede ser movilizada a través de los sentidos; comentarios como “huele a natilla”, o” yo olí esto en…” fueron cuestiones que nos permitieron ver como se moviliza el conocimiento, creando constantemente redes entre conocimientos previos y situaciones nuevas.
Enotromomento,durantelapropuestacon Marilyn, vimos potencial en la actividad para trabajar procesos de autorregulación. ParaMarilyneramuydifícilabstenersede tomar los vasos, estrujarlos, abrirlos, etc. Para lo cual los títeres constantemente le mostraron la forma indicada de usar el material, “manitos atrás”, “solo usaremos la nariz”. Si bien hubo momentos de confrontación con las indicaciones, ella intentó seguir la propuesta como se le pedía.
Para finalizar, estuvimos compartiendo con Stefany en compañía de la profesora Gloria García quien se sumó de manera activa a la propuesta. Durante la actividad con Stefany notamos una gran motivación por participar de la actividad, ella se mostrócómodaconnosotrasylos títeresa quienes se dirigía constantemente; les contaba situaciones cotidianas, les pedía que se calmasen, los abrazaba, les realizaba preguntas, etc. Esto nos hace pensar en el papel de la motivación del sujeto en el espacio creado; nuestra propuesta puede ser interesante o aburrida dependiendo del sujeto que interactúe; aquí vimos la interacción con los sentidos como un acierto, las niñas disfrutaron de usarlos, de crear conexiones, hipótesis e incógnitas alrededor de la actividad y, vivieron esa posibilidad de habitar otras dimensiones de su cuerpo, pese al estado de enfermedad.
Aquí retomamos nuevamente nuestro objetivo inicial, pensarnos el cuerpo como territorioquesehabita,queinteractúa,que tiene otras posibilidades de bienestar pese aunestadodeenfermedadquelolimitaen algunas áreas.