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Gourmet
Mercedes Oropeza
o la pasión por la comida criolla “La cocina mantuana debería seguir creciendo en la mentalidad de los cocineros, para que su evolución no se detenga y siga sorprendiendo el paladar de propios y extraños”. Esta cocinera, cuyo ingenio surge del don con el que nació, demuestra que para lograr el éxito no basta el talento, hay que trabajar duro Por Cecilia Torres Fotos: Joseame - cortesía
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icen que la inteligencia que alcanza el triunfo es la de quien conoce sus metas y no pierde de vista la forma de alcanzarlas. Ese aserto da una idea de la personalidad de Mercedes Oropeza, cocinera de abolengo, que toma lo que la vida y el huerto le regalan y lo convierte en bocados de felicidad con sabor a la más tradicional cocina criolla. Mercedes nació en Caracas, pero heredó la explosiva mezcla de unos
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abuelos oriundos de Río Caribe y otros de Carora, así que no era extraño que la abuela oriental le pidiera ayuda en la cocina, con el fin de mantenerla ocupada y controlar sus travesuras. De esa manera creció al calor del fogón familiar y con un potencial creativo que pronto se decidió por la Escuela de Arte de la UCV. Sin embargo, el destino llama, y como en esa época no había escuelas de cocina, en lugar de tesis de grado de Arte,