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Clientes, amigos y buenos parroquianos, por Ángel Calvo Calvo
CLIENTES, AMIGOS Y BUENOS PARROQUIANOS
Ángel CALVO CALVO*
En plena «segunda línea divisoria tecnológica» o «tercera ola», no es de extrañar que la tecnología tienda a ocupar un espacio creciente en los estudios de historia económica. La perspectiva histórica, a su vez, invita a reivindicar el papel de la tecnología en el crecimiento económico o en el alza de la productividad del trabajo y contribuye a captar mejor el alcance de modelos que, como el de la «especialización flexible», permiten salir airosas de la crisis a comarcas enteras.'
Se corre el riesgo, sin embargo, de que la creciente demanda en la historia de la tecnología convierta a estos estudios en mercancía barata, en historias de quincalla. Urge, pues, reclamar una historia social de la tecnología que permita la comprensión de las causas, desarrollo y consecuencias de los fenómenos tecnológicos.'
Por otra parte, resulta difícil sustraerse al impacto de hechos o noticias puntuales, relacionadas con la tecnología, que obligan al investigador a valorar y a ponderar la importancia de su aplicación. Así, por ejemplo, los comentarios de una revista técnica al anuncio de cierre definitivo de la fábrica textil
* Universidad de Barcelona. 1. MOKYR, J.: «La revolución industrial y la nueva historia económica», Revista de Historia Económica, otoño 1987, 3, p. 451. Dado el interés que tienen para zonas deprimidas me parece oportuno traer a colación aquí mis reflexiones sobre el llamado modelo NEC, que potencia las pequeñas empresas financiadas directamente con el ahorro familiar y distribuidas por diversas zonas del norte de Italia. Cf. CALVO, Á.: «La modernización de la industria en Barcelona», en Historia urbana del Pla de Barcelona, vol. 1, Ajuntament de Barcelona, 1989. Sobre el neoartesa-
nado, ver PI0RE, M. y SABEL, CH.: La segunda ruptura industrial, Alianza, Madrid, 1990. 2. HEADRICK, D. R.: Los instrumentos del imperio, Alianza Univ., Madrid, 1989, p. 10. Un componente esencial de la historia social es la tecnología: FOLSOM, M. B.: Technology and Culture, april 80, 21, 2, p. 262. Tampoco serviría una concepción «heroica» del desarrollo de la técnica, centrada en la búsqueda exclusiva de los grandes inventores, cf. KULA, W.: Problemas y métodos de la Historia Económica, Península, Barcelona, 1974, p. 105.
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«Batlló y Batlló». En funcionamiento desde hacía 25 años, dotada con 53.000 husos y casi 1.000 telares, había resuelto problemas técnicos de tanta relevancia como el de la economía de consumo de vapor y disponía de personal técnico más hábil que otras fábricas. Con todo, no había solucionado el problema de la organización del trabajo.'
Situada en estas coordenadas, mi comunicación, tras hacer un repaso de la literatura sobre transferencia de tecnología, analiza las condiciones cambiantes de la transferencia para detenerse, finalmente, en el contenido y formas de las trasferencias de tecnología entre Aragón y Cataluña, según un enfoque selectivo, centrado en la energía y en los transportes, fundamentalmente.
LITERATURA SOBRE LAS TRANSFERENCIAS
Por razones metodológicas, veo conveniente un repaso, sin pretensiones de exhaustividad, a obras significativas que permitan una exacta definición, delimitación y comprensión del tema objeto de estudio.
Respecto al primer aspecto, acepto la definición que D. Noble hace de la tecnología como resultante de una combinación de conocimiento científico, herramientas, usos lógicos, productos materiales de la gente.'
También me parece adecuada la que ofrecen J. A. y J. Sotelo para la transferencia de tecnología como un «proceso que permite la difusión de la ciencia y la tecnología a través de la actividad de los hombres» y cuyos contenidos son: la cesión de los derechos de propiedad industrial, suministro de bienes y servicios, cesión de un saber tecnológico (documentos, planos, diagramas...) y transmisión de servicios técnicos asociados a la venta o alquiler de maquinaria o bienes de equipo».5 L. A. Brown identifica difusión de innovación con transferencia de tecnología. Señala dos tendencias entre los historiadores de la tecnología: la despreocupación por la forma como actúa la difusión y el empleo descriptivo del concepto. Concibe la difusión de la innovación como un proceso, resultado de la actividad empresarial, comprensible desde tres perspectivas distintas. Desde la perspectiva de la adopción, dominante hasta hace poco, la difusión de una innovación es el resultado de un procese de aprendizaje o de comunicación. La perspectiva del mercado y de la infraes-
3. Industria e Invenciones, junio1989, pp. 237-8. 4. NOBLE, D.: America by design. Science..., p. XXII, sobre todo porque pulveriza la estrechez semántica que circunscribe la tecnología a «conocimiento sistemático de las artes industriales», LAYTON, E.: «Conditions of technological development», en SPIGEL-RÓSING, I., y DE SOLLA PRICE, D. (eds.): Science, Technology and Society. A Cross-Disciplinary Perspective, Sage Publ., London and Beverly Hills, 1977, pp. 197 y ss. 5. SOTELO, J. A., y SOTELO, J.: «Política económica y transferencia de tecnología en España», Situación, 1988, 4, pp. 53 y ss.
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tructura, por el contrario, se interesa por el aspecto de la oferta de difusión. Finalmente, la perspectiva del desarrollo se inclina por el impacto de la difusión.6
A. G. Kenwood y A. L. Lougheed7 hacen una introducción a la difusión de la moderna tecnología y a la historia del crecimiento industrial desde el s. XVIII hasta 1914. Su visión, más matizada y menos mecánica que la de Rostow, pone el acento sobre el proceso de aprendizaje que implica demostración y actividades de imitación. Por otra parte, su enfoque a nivel microeconómico les lleva: 1.°) a afirmar que la difusión está determinada por la presencia en un país dado de precondiciones sociales, políticas y económicas y por la existencia de adecuados y efectivos mecanismos de transferencia; 2.°) a no limitarse a ciertos países o innovaciones específicas y 3.°) a referirse a mecanismos específicos de transferencia, tales como la economía internacional, el mercado, las inversiones bancarias o el Estado.
E. C. Pytlik y su equipo, en el marco de los trabajos interdisciplinares de la década de los 70 sobre tecnología, ciencia y sociedad, reivindican la tecnología como «determinante primordial del cambio social» que «modifica el estilo de vida humano hasta sus raíces» (p. XIII). La definen como un «proceso emprendido en todas las culturas (universal), que supone la aplicación sistemática de conocimiento organizado (síntesis) y tangible (instrumentos y material) para la extensión de la facultades humanas que están limitadas como resultado de un proceso evolutivo» (p. 6). Establecen tres niveles del desarrollo tecnológico (bajo/intermedio/alto) y otros tantos de sociedades tecnológicas (tribal/de transición/emergente).8
R. L. Heilbronner sintetiza sus conclusiones sobre tecnología y sociedad en tres puntos: 1.°) el progreso tecnológico es, en sí, una actividad social; 2.°) la dirección del progreso tecnológico es, en parte, el resultado de la política social; 3.°) el cambio tecnológico debe ser compatible con las condiciones sociales existentes. En un segundo bloque, añade: 1.°) el ascenso del capitalismo facilitó un importante estímulo para el desarrollo de la tecnología de producción; 2.°) la expansión de la tecnología dentro del sistema de mercado adoptó un nuevo aspecto «automático»; 3.°) el ascenso de la ciencia dio nuevo impulso a la tecnología.9
Sh. M. Brown hace hincapié en la rareza de los estudios históricos del cambio tecnológico guiados por un entramado teórico y en la tendencia a la realización de estudios de transferencia tecnológica entre regiones similares Señala que la transferencia de tecnología es un componente y condición del cambio tecnológico en algunos países. Su teoría es una versión modificada de
6. BRowN, L. A.: Innovation Diffusion: A new Perspective, Methuen, New York, 1981. 7. KENWOOD, A. G. y LOUGHEED, A. L.: Technological Diffusion and Industrialization before 1914, St. Martin's Press, New York, 1982. 8. PYTLIK, E. C. et alt.: Technology, Change and Society, Worcester, Mass., Davis Publ., 1979. 9. HEILBRONNER, R. L.: «¿Hacen historia las máquinas?», en KRANZBERG, M. et alt.: Tecnología y cultura, G. Gili, Barcelona, pp. 36-40.
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la teoría tradicional de la firma: lo que ésta considera parámetros Brown lo considera como variables.'
En el terreno de las grandes teorías que sirven de entramado básico para trazar la transferencia de tecnología desde una perspectiva histórica, D. J. Jeremy," al hacer depender de cada innovación la forma de transferencia, toma del pensamiento económico neoclásico la idea de que los costes relativos de los factores trabajo y capital condicionan la actividad de innovación con objeto de conservar el uso del factor más caro.
K. Bruland sugiere que los competidores europeos de Inglaterra fueron establecidos por las propias firmas inglesas de ingeniería, que desde mediados de los años 40 del s. XIX buscaron con ahínco mercados extranjeros para la nueva tecnología de la revolución industrial:2
Finalmente, en el Simposio Escandinavo sobre tecnología, M. Fritz señalaba la importancia de la difusión de la pericia."
LAS CONDICIONES DE LA TRANSFERENCIA
En nuestra propia historia, hay un episodio revelador relacionado con la transferencia internacional de tecnología escasamente difundido. Se trata del triste destino de 1.500 tornos de hilar seda según el sistema Vaucanson hallados en un convoy inglés apresado por L. de Córdova hacia 1783. Comprados por la Real Hacienda y distribuidos en las zonas sederas, a Cataluña le correspondieron 108, destinados a los «cosecheros y demás individuos que se exerciten en la fianza», que podrían adquirirlos a razón de 200 reales vellón por unidad. De momento, quedaron en poder de la Aduana de Cádiz, a pesar del interés, al menos formal, que la Administración mostró por extender su uso. Problemas de montaje y puesta en funcionamiento, añadidos al retraso en su llegada al destino (a Cataluña tardaron 7 años en llegar), a la menor eficiencia demostrada en los ensayos frente a los tornos piamonteses y al escaso interés por parte de los destinatarios, explican su permanencia en los almacenes."
El suceso es incomprensible fuera de un contexto global y una situación como los de finales del siglo XVIII. Por entonces, la industria continental copia los procedimientos técnicos ingleses, no teniendo ningún empacho en recurrir al espionaje industrial para romper el secreto. Precisamente, la centu-
10. BROWN, SH. M.: «The Ewo Filature: A Study in the Transfer of Technology...», Technology and Culture, july 1979, 20, 3. 11. JEREMY, D. J.: Transatlantic Industrial Revolution: The Diffusion of Textile Technologies between Britain and America, 1790-1830s, MIT Press, Cambridge, Mass., 1981. 12. BRULAND, K.: British Technology and European Industrialization, Cambridge Univ. Press, Cambridge, 1987. 13. MORLEY, J.: «The 1988 Scandinavian Symposium on the Diffusion of Technology», Technology and Culture, 1989, 30, 4, pp. 1.004 y ss. 14. Fondo Junta de Comercio, leg. 23, 35, 9.
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ria siguiente aporta un acontecimiento de consecuencias transcendentales para el mundo entero: el progreso y poder alcanzado por la tecnología industrial y los efectos desiguales del cambio tecnológico sobre todo el globo." Pero las nuevas condiciones se presentan, si cabe, con perfiles más diáfanos a finales del siglo XIX. Como dice Hobsbawm, los decenios anteriores a la I Guerra mundial configuran una de las ocasiones en que se produce una rápida transformación de la forma en que el hombre aprehende y estructura el universo. Entonces es cuando se asiste al fin de una interpretación del universo a la manera del arquitecto o ingeniero, es decir, algo inacabado pero realizable en un futuro próximo. Por si fuera poco, a la eliminación de la explicación religiosa sucede el rechazo de la «intuición y del sentido común». Conviene no perder de vista que, para entonces, Gran Bretaña ha perdido su hegemonía industrial y que nuevas naciones han emergido como potencias industriales, creando, por tanto, nuevas condiciones en el sistema económico, en general, y en las transferencias de tecnología, en particular."
Sancionada la decadencia de Europa por el enfrentamiento bélico, tras la I Guerra mundial, las ententes industriales (cartels, trusts, konzern) a nivel nacional o internacional como formas de organización dominantes y generalizadas de producción tienen su origen principal en la preocupación entre las empresas por asegurarse el aprovisionamiento de materias primas y garantizar la expansión de la propia producción mediante la estandarización del proceso productivo, la posesión de patentes industriales y la racionalización del trabajo humano.
A menudo, sobre todo en las empresas de alto contenido tecnológico, los cartels internacionales estaban basados en la reglamentación, cambio y control de las patentes. Una invención podía acarrear consecuencias económicas imprevisibles. Los acuerdos sobre patentes se intercalaban, habitualmente, con acuerdos de reparto del mercado.
Ya durante la I Guerra mundial, se produjo una aceleración del proceso de concentración de las patentes en manos de las «corporations»: en USA el control pasó del 3% al 17,2%, en dos años. Entre 1915-30, la expansión y refuerzo del control sobre la innovación tecnológica desembocó en la adquisición directa de patentes, en la formación de cartels sobre patentes, en acuerdos de intercambio cruzados con licencias y en la producción de know-how o investigación industrial. En los años 20, nuevas características del desarrollo de USA impusieron nuevas finalidades a la investigación industrial, cuya primera motivación pasó a ser el predominio a través de un uso ofensivo y protegido de las patentes para llegar a formar cartels con las industrias rivales desde posiciones de fuerza."
15. GODECHOT, J.: «La industrialización europea en la época revolucionaria», en VILAR, E: La industrialización europea, Crítica, Barcelona, 1981, pp. 86, 97; HEADRICK, D. R.: Los instrumentos del imperio, Alianza Universidad, Madrid, 1989, p. 9; LILLEY, S.: «El progreso teconológico y la revolución industrial, 1700-1914», en CIPOLLA, C. M. (ed.): Historia económica de Europa (3), Ariel, Barcelona, 1979, pp. 195 y ss. 16. HosssAwm, E. J.: La era del imperio (1875-1914), Labor, Barcelona, 1989, pp. 243-244. 17. DE MARÍA, M. A.: «Ristrutturazione industriale e innovazione tecnologica negli anni '20 in USA», en VV. AA.: Fisica & Societá negli anni 20, CLUP-CLUED, 1980, pp. 215 y ss.; HALFMANN, J.: «The Recasting of American Capitalism and the Development of the Transistor», International Conference, Florence-Rome, 1980.
CONTENIDOS Y VÍAS DE DIFUSIÓN
Examinadas las condiciones cambiantes de la transferencia de tecnología, conviene detenerse en los mecanismos o vías de difusión. a) Parece indudable que uno de los más significativos pasa por la transferencia de maquinaria y bienes de equipo.
En ausencia de series estadísticas, es preciso recurrir a indicadores, útiles para una aproximación al fenómeno. Nada mejor, en este sentido, que el análisis microeconómico. Para ello, he recurrido a las transferencias realizadas por la Maquinista Terrestre y Marítima, empresa emblemática del sector de transformados metálicos. No se trata de un caso único, pero sí altamente significativo y complejo. Otras fueron, en efecto, utilizadas por empresas extranjeras como vehículo para transmitir maquinaria incluso a sociedades del mismo o de diferente ramo. Casas de otros países aprovecharon las buenas relaciones de la Riviére, también del sector de transformados metálicos, con los fabricantes de papel para suministrarles bienes de equipo." La Sociedad Española de Construcciones Eléctricas actuaba como representante en exclusiva de la Sociedad Española de Electricidad Brown-Boveri para Cataluña y Aragón, entre otras; de la FARE de Milán, para toda España, y de la Société Génévoise d'Instruments de Physique." Optar por este camino supone utilizar una de las vías privilegiadas en la transferencia de tecnología, como son las firmas. La propia Maquinista Terrestre y Marítima asumió ese papel de mediación en la transferencia de tecnología entre importantes casas inglesas y los industriales del textil."
Así pues, la Maquinista Terrestre y M. juega un papel significativo, si no decisivo, al transferir una parte de su producción a la industria y los servicios, prioritariamente. Ambos sectores no son los mayoritarios en el Aragón de la segunda mitad del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX, pero, dado su dinamismo, ofrecen un indudable interés."
18. CALVO, Á.: La transformación de la estructura industrial en Cataluña, 1898-1920, Universidad de Barcelona, 1986, inédita. 19. Reseña Ilustrada de la Industria y el Comercio de Cataluña, 1921. 20. ARCHIVO NACIONAL DE CATALUÑA (ANC). MTM, Copiador de Cartas, n.° 7, carta a L. Rosal, de Berga, 22 de junio de 1861; íd., 31 de julio de 1861. Se trataba de cuatro selfacting y 4.791 púas a Platt Brothers y Peugeot et Cie., respectivamente. 21. «Con esta base, carentes de hierros y aceros baratos, las empresas de construcciones mecánicas llevaron casi siempre una vida lánguida, plagada de dificultades, de rendimientos muy bajos. A pesar de los esfuerzos tempraneros de varias firmas barcelonesas —«Bonaplata», «Nueva Vulcano» y «La Maquinista Terrestre y Marítima, S. A.»— y de una sevillana —«Portilla Hnos. & White»—, la mayor parte de los pedidos de material agrícola y textil, ferroviario y de navegación fue servido, desde el principio, por fábricas extranjeras». NADAL, J.: El fracaso de la revolución industrial en España, 1814-1913, Ariel, Barcelona, 1975, pp. 157-158; FERNÁNDEZ, E.: Aragón contemporáneo (1833-1936), Siglo XXI, Madrid, 1975; GERMÁN, L.: «La industrialización de Aragón. Atraso y dualismo interno», en NADAL, J. y CARRERAS, A. (dir. y coord.): Pautas regionales de la industrialización española (siglos XIX y XX), Ariel, Barcelona, 1990, pp. 185 y ss.; BIESCAS, J. A.: El proceso de industrialización en la región aragonesa en el período 1900-1920, I. Fdo. Cat., Zaragoza, 1985.
Con ocasión de la construcción de compuertas para el Canal de Aragón y Cataluña, la Maquinista T. M. remite, en 1904-5, planos y cartas con explicaciones sobre la disposición de algunos mecanismos (guía intermedia para el tornillo de las compuertas grandes). Igual sucede con el material suministrado a Minas y FFCC de Utrillas22 y todo hace pensar que constituía una práctica habitual."
La industria aragonesa mostró una gran sensibilidad hacia el equipo para aprovechar y producir energía. Numerosas fábricas se dotaron de turbinas, máquinas de vapor y motores de gas fabricados en Cataluña. Ya en 1861, M. T. M. presupuestaba a M. Ordas, de Huesca, la maquinaria para sendas fábricas de harinas y de aserrar madera, y entre ella, dos turbinas. La número O de las construidas, una máquina hidráulica de pequeña potencia para un salto de 1,1 m y 1.175 litros, fue a parar precisamente a un «buen parroquiano» aragonés. En años sucesivos, varios «clientes» instalarán otras de diversos sistemas y potencia' (apéndice 1 y gráfico 1).
No hay que olvidar que el mercado aragonés de turbinas se nutrió, además y esencialmente, de la casa Planas (tercer puesto en importancia, detrás de Cataluña y el País Valenciá), y de las fabricadas por la Averly y, por tanto, autóctonas." Planas, lejos de limitarse a la construcción de 4 turbinas, con un total de 140 CV para la harinera de Villarroya y Castellano, en Puente Gállego, había efectuado experimentos con ellas."
La industria aragonesa recibió también tecnología de vapor de casas catalanas ya que los talleres de construcción de máquinas de vapor de la región no podían satisfacer la demanda creciente. Alexander Hnos., por su parte, había vendido cuatro máquinas de vapor a otras tantas harineras aragonesas." Qui-
22. ANC. MTM, 11/37. Cf. apéndice 3. La M. T. M. vende a J. N. de Escoriaza 4 locomotoras para el ferrocarril Sádaba-Gallur. Copiador s/n, Carta del 20 de febr. de 1913. Mientras que el puente sobre el Cinca en Monzón (1883) es de M. T. M., el de Grado de 1867 es de Le Creusot: Publication Industrielle, 1867. 23. Copiador n.° 6, Carta a J. P. Moreno, 2 de agosto de 1861. 24. Íd., 10 de agosto de 1861 y 24 de febr. de 1862. 25. NADAL, J.: España 200 años de tecnología, Ministerio de Industria y Energía, 1988, p. 43. Planas disfrutaba en España del privilegio de invención de la turbina Fourneyron, transformada por Fontaine. Cf. El Indicador de España, 1864-65. La turbina es una especie de máquina hidráulica provista de una rueda horizontal que gira bajo el agua accionada por la caída del agua o por el simple efecto de la corriente. BOUILLET, M. N. Dictionnaire Universel des Sciences, des Lettres et des Arts, L. Hachette, Paris, 1862; WEISBACH, M.: Théorie de la turbine Fourneyron, G. Gounouilhou, Bordeaux, 1856. Por los mismos años, una revista barcelonesa elogiaba la máquina y se extrañaba de su escasa difusión. La Ilustración Barcelonesa, 15 dic. 1858, p. 189. Para aspectos técnicos, ver la Publication Industrielle. 26. ILLA, A.: El libro del molinero, Tip. A. Arqués, Murcia, 1883. Debo la referencia a J. Nadal. 27. SANS Y GUITART, P: El porvenir industrial de Zaragoza, Barcelona, Imp. Peninsular, 1885, p. 50. Sans señala dos talleres de construcción de máquinas de vapor con cinco caballos de fuerza en total. Tan sólo la Sociedad General Azucarera de España encarga, entre 1909-1913, dos máquinas de vapor de 250 y 200 CV para la refinería de Alagón y otras tantas de 360 CV/u. para la Puebla de Híjar. Incluyo en el apéndice 1 testimonios del fenómeno, que espero poder cuantificar desde la M. T. M. en cuanto disponga del Registro de calderas.
zás sea conveniente recalcar aquí que una parte de las máquinas servidas por la M. T. M. constituían grupos electrógenos destinados a producir energía eléctrica, que debían ser completados con tecnología de la AEG."
Si, como dice J. Nadal, «la turbina ha actuado como alternativa al vapor, en los territorios deficitarios de carbón mineral»," el motor de gas se hizo atractivo, durante un corto período de tiempo, por su mayor economía." Sin embargo, la cuota de mercado en Aragón fue muy baja, como se deduce del cuadro 1 y del gráfico 2."
Ahora bien, ¿cómo valorar lo expuesto? Queda claro que La Maquinista Terrestre y Marítima, sin desempeñar un papel central en la transformación de la economía aragonesa, está presente en sectores punta, como el de la producción de energía para industrias variadas, algunas de ellas tan significativas como las azucareras. Hay que añadir que una parte importante de la tecnología transferida por la M. T. M. (equipo, información, personal especializado) procede del extranjero.'
Por otra parte, transferir tecnología suponía garantizar la asistencia y enseñanza técnicas adecuadas. Montadores de la M. T. M. se desplazan para «cuidar la máquina de vapor» durante seis meses en el establecimiento de un cliente, «enseñando a la persona que le pongan a su lado», o para instalar prensas."
Sin duda, la M. T. M. disponía de una red primaria de asistencia, o, al menos, de algunos enclaves, tal como deja entrever la carta a otro cliente aragonés: «Para el bajo aragón (sic) y riberas del Ebro, siempre tenemos herramientas, tornillos y linternas en Tortosa, que un «amigo» entiende, montando las prensas con madera...»." Maquinaria y repuesto llegaban a Tortosa por ca-
28. ANC, MTM: Libros de Recopilación de Trabajos, 18, 20 y 21. La Sección de Correspondencia, leg. 122, contiene los contratos de suministro de dos grupos electrógenos a vapor cerrados entre la M. T. M. y la Sociedad General Azucarera de España, por un lado, y aquélla y la AEG, por otro. 29. NADAL, J.: Op. cit., p. 43. 30. Boletín de la Asociación Central de Ingenieros Industriales, II, 1881-1882, p. 30. Sobre el gas, resulta imprescindible el apartado escrito por SUDRIA, C., en la obra colectiva dirigida por NADAL, J.: Producció i consum d'energia a Catalunya, inédita; también SUDRIA, C.: «L'Energia: de l'alliberament hidroeléctric a la dependéncia petroliera», en História Económica de la Catalunya Contemporánia. Segle XX, Enciclopédia Catalana, Barcelona, 1989, pp. 209 y ss. 31. ANC. MTM., Registro de motores de gas, 1902-1932. 32. Por ejemplo, la empresa utilizó los servicios de Whitehouse, un contramaestre fundidor de hierro. ANC. MTM, Copiador de Cartas n.° 6, carta de M. T. M. a G. C. Ress, 18 de marzo de 1862. 33. ANC. MTM., íd., a J. Esparó, Dos Torres, 17 de agosto de 1861; íd. a García Arévalo Hnos., 30 de set. de 1861. El salario del montador corre a cuenta del cliente; íd. a M. Eguerigüe, de Calaceite, 5 de oct. de 1861. El cliente, T. Puchol, estaba satisfecho de la prensa pero no del material servido. 34. Íd. a Agapito Llanas, Barbastro, 8 de abril de 1862.
botaje para ser distribuidos a los clientes por intermediarios que la Compañía llama «posadores»."
Tras el montaje de una máquina, la relación entre empresa proveedora y cliente no se interrumpía necesariamente. La asistencia cubría eventuales defectos de los aparatos y, cómo no, el repuesto necesario en caso de rotura o desgaste por el uso. Para no hacer excesiva la lista, unos ejemplos bastarán. Entre enero de 1861 y comienzos de junio de 1862, la Maquinista Aragonesa efectúa doce pedidos a la M. T. M. de contenido variado (tubos, hervidores, cilindros para prensas...). La Sociedad General Azucarera de España no tarda en pedir accesorios para una máquina de vapor de 200 CV instalada recientemente en la refinería de Alagón. De forma similar, solicita suplementos para la fábrica de Calatayud y accesorios para la de Puebla de Híjar (modificación de reguladores de las máquinas de vapor, cuerpos de excéntrico, engrasadores, records...).36 La situación se repite en los casos de la C. A. Electro-metalúrgica del Ebro, una vez que dispone de turbinas M. T. M.," y de la Electra Central del Jalón."
Para mantener el buen nombre, la M. T. M. no dudaba en desaconsejar instalaciones que no ofrecían suficientes garantías. Así ocurre, al menos, con el motor hidráulico proyectado por J. M. Hueso para mover un molino de chocolate y preparaciones en Ateca.39 b) Transferir tecnología equivale, también, a trasvasar información y conocimientos técnicos a través de manuales, revistas o publicaciones especializadas. Conviene recordar que los manuales nacen en el siglo XVIII, cuando acaba el aprendizaje tradicional para un amplio sector de la producción y se fundan nuevas y grandes instituciones, como el Conservatorio de Artes y Oficios o la Escuela Politécnica que implican una enseñanza reglamentada y la obtención del oficio en aquéllas.'
Entre las publicaciones técnicas, destacan el Diccionario Tecnológico o Nuevo Diccionario Universal de Artes y Oficios, y de Economía Industrial y Comercial,;^' La Revista Industrial, vinculada a la Junta de Fábricas; La Industria, Periódico Científico Industrial,' El Porvenir de la Industria; Industria e Invenciones; La Electricidad y un largo etcétera.
35. Íd. a José Cepera, Valderrobres, 27 de febrero de 1862. Con toda seguridad, tenían también agente en Valencia. El tema del transporte exigiría un estudio específico. 36. ANC, MTM, Copiadores de Cartas n.° 6 y s/n, correspondencia en 1861-62 y 1912-1913. 37. ANC, MTM, Copiador de Cartas s/n, 1912-1914. Cf. apéndice 2. 38. Íd., cartas del 4 de abril y 20 de mayo de 1913. 39. ANC, MTM, Copiador de Cartas n.° 6, 30 jul. 1861. 40. Scuolaofficina, dic. 1986, p. 2; CALVO, Á.: La Arqueología Industrial, CECBLL, 1990. 41. Publicado en Barcelona, Imp. de J. Torner, años 30 s. XIX. 42. Lo editaba en Barcelona J. Bellsolell i Bosch con periodicidad semanal y tenía un punto de suscripción en Zaragoza.
Como no podía ser de otra manera, parte de la información técnica procedía de países que habían desarrollado en mayor medida lo que algunos llaman «praxis científica», junto a un sistema de enseñanza avanzado."
Los técnicos de la M. T. M. podían consultar el Bulletin de la Société d'Encouragement pour l'industrie nationale y, por tanto, tenían acceso a las noticias sobre inventos y procedimientos puestos a punto en Francia." c) La importancia de las Escuelas técnicas va más allá de los aspectos meramente cuantitativos (número de alumnos matriculados o de títulos expedidos).
Por R. D. de 4 de septiembre de 1850, quedó abierta la posibilidad de crear escuelas industriales." La Escuela de Barcelona, heredera de una rica tradición," inicia su actividad en 1851 y la carrera de ingeniero se convierte en superior nueve años más tarde. El centro es clave en la formación de técnicos procedentes de todas las regiones españolas."
Sin embargo, la incidencia fue desigual, teniendo en cuenta el diverso grado de desarrollo regional existente. Entre 1869 y el 6 de diciembre de 1873, la Escuela de Barcelona expide títulos de ingenieros a 240 naturales de Cataluña y tan sólo a 9 aragoneses." A fines del siglo XIX, un 34,4% de ingenieros existentes en España residen en Barcelona.'
43. BARACCA, A. et alt.: Scienza e industria 1848-1915, Laterza, Roma-Bari, 1979, pp. 109 y SS.; LILLEY, S.: op. cit. 44. El Bulletin de la Société d'Encouragement pour l'industrie nationale se editaba en París. 45. El Consultor, Barcelona, 1858. 46. Hay que subrayar la política de promoción técnica llevada a cabo por la Junta de Comercio y algunas realizaciones, como el Gabinete de Máquinas y las Cátedras de Estática y de Maquinaria. Cf. MONÉS, J.: «La formació técnico-professional i científico-técnica», en L'obra educativa de la Junta de Comerp, 1761-1851, Cambra Oficial de Comerc, Indústria i Navegació, Barcelona, 1987. 47. GARRABOU, R.: Enginyers industrials, modernització económica i burgesia a Catalunya, L'Avenp, 1982; Anuario Estadístico de la Ciudad de Barcelona, 1917, p. 228. 48. Registro de títulos de Ingeniero Industrial Fondo Antiguo de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Barcelona, elaboración propia. Agradezco a su director, G. Lusa, el esfuerzo que realiza y su labor en el Grupo de Historia de la Ciencia y de la Técnica de la Escuela. 49. GARRABOU, R.: Op. cit., p. 92.
ASOCIACIÓN NACIONAL DE INGENIEROS INDUSTRIALES
N.° DE SOCIOS DE LA ASOCIACIÓN
Barcelona 55 Zaragoza 9 Gerona 5 Huesca 3 Lérida Teruel 1 (al servicio MTM) Tarragona 7 CATALUÑA 67 ARAGÓN 13
Fuente: Guía..., SERRA HNOS. y ROSELL Barcelona, 1894.
Diversas ciudades españolas contaban con la presencia de miembros de Instituciones de Ingenieros, tales como la Institución de Ingenieros Civiles o la Institución de Ingenieros Metalúrgicos." d) A falta aún de un estudio específico sobre el sistema de patentes de invención como un todo, en la medida que la invención puede ser vista y analizada como una actividad económica, no parece demasiado aventurado afirmar que el trasvase tecnológico entre Aragón y Cataluña por esa vía tuvo una relevancia nada despreciable" y un carácter temprano, a juzgar por ejemplos como el de la máquina de moler trigo y olivas inventada en 1777 por J. Alosas, un albañil aragonés de Moyuela52 (apéndice 4). e) Finalmente, la inversión constituye un vehículo importante de transmisión de tecnología. El control financiero ejercido sobre numerosas empresas permite a las firmas, a través de la intervención personal o por otros mecanismos, convertirse en abastecedoras de equipo. Un simple repaso de los Anuarios Financieros, tarea que dejo para otra ocasión, permitiría poner nombres y apellidos al fenómeno."
En conclusión, las líneas precedentes, primer esbozo de un trabajo de mayor alcance, todavía incipiente, pretenden abordar un tema que no ha recibido un tratamiento adecuado en la historiografía internacional, inclinada al estudio de las transferencias de tecnología entre países, ya sea de economías
50. ANC. MTM., Engineers and Constructors, 1880. 51. Sobre los privilegios de industria, véase MARTÍNEZ, M.: Diccionario... Madrid, 1869, pp. 238 y SS.; DUTTON, H. I.: The patent system and inventive activity during the industrial revolution, Manchester Univ. Press, London, 1984; GILFILLAN, S. C.: «An Attemp to Mesure the Rise of American Inventing and the Decline of Patenting», Technology and Culture, Summer 1960, pp. 201 y ss. CARON, E: Le résistible déclin des sociétés industrielles, Perrin, Paris, 1985; HIRSCH, J. E: «Á propos des brevets d'invention dans les entreprises du Nord au XIXe siécle», Revue du Nord, avril-juin 1985, pp. 447-459. 52. ACA. Fondo de la Junta de Comercio, legajo 23. 53. Un tratamiento integral del tema exigiría hablar del impacto de las Exposiciones Universales: la Hispano-francesa de Zaragoza, las de Barcelona (1888; 1929). Cf. CARON, F.: «Réflexions á propos de l'Exposition de Paris de 1881», Bulletin d'Histoire de l'Électricité, 2, déc. 1983, p. 7; FOREST, P., y SCHROEDER, B.: «La Science á tout faire», Protée, automne 1988, pp. 49 y ss. Junto con A. Roca, estoy empeñado en el estudio de las Exposiciones, dentro de un proyecto internacional que coordina el Centre de Recherches en Histoire des Sciences et des Techniques, Cité des Sciences et de l'Industrie (Paris).
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similares o, más recientemente, de economías dispares. Resulta, con todo, de sumo interés asomarse al comportamiento de dos economías desiguales en el interior del mismo mercado nacional.
Desde una óptica microeconómica, sin rehuir los planteamientos teóricos y asumiendo mis propias deficiencias, he optado por un amplio marco cronológico, capaz de traslucir los profundos cambios acaecidos en la situación internacional y que no pudieron por menos que influir en las condiciones, formas y mecanismos de las transferencias. En efecto, arranca del período final del librecambio y coincide con la pérdida de la hegemonía industrial por parte de Gran Bretaña y el ascenso de países nuevos. En idéntico intervalo, se produce la plena mecanización de la actividad."
Estimo que puede afirmarse que la dirección principal —no única— de las transferencias de tecnología va de la economía con mayor peso en la producción industrial (Cataluña, en este caso) a las de menor peso en la mencionada producción (Aragón) si bien no necesariamente en la producción total, como sería el caso de Andalucía (ver gráfico 5).
Gráfico 1
TRANSFERENCIAS DE TECNOLOGÍA (1868-1913) MERCADO ARAGONÉS DE TURBINAS M. T. M.
RESTO ESPAÑA 91,6%
Fuente: A.N.C. M.T.M. 03.30 ARAGÓN 8,4%
54. GIEDION, S.: La mecanización toma el mando, G. Gili, Barcelona, 1978, pp. 54-56.
168
Gráfico 2
TRANSFERENCIAS DE TECNOLOGÍA (1902-32) MERCADO ARAGONÉS DE MOTORES DE GAS M. T. M.
RESTO ESPAÑA 97,1%
ARAGÓN 2,9%
Fuente: A.N.C. M.T.M. 04.21
Gráfico 3
EL PROBLEMA ENERGÉTICO. MERCADO ARAGONÉS DE TURBINAS «PLANAS»
ESPAÑA 32,5%
CATALUÑA 61,1%
ARAGÓN 6,3%
Fuente: NADAL, J., «Las turbinas...», op. cit. Elabo. Á. CALVO.
Gráfico 4
DISTRIBUCIÓN POR SECTORES MERCADO ARAGONÉS DE TURBINAS «PLANAS»
ELECTRICIDAD 67,3%
OTROS 3,8%
PAPEL 9,9%
HARINA 14,0%
TEXTIL 5.0%
Gráfico 5
DISTRIBUCIÓN DE LA PRODUCCIÓN (PRINCIPIOS SIGLO XX) (1907)
12,50%
8,90%
Fuente: Varios, Una historia..., p. 66. El. prop.
170
5,70% • RESTO
E ARAGÓN
❑ MADRID
• VALENCIA
▪ CASTILLA-LA MANCHA
▪ CATALUÑA
• CASTILLA
• ANDALUCÍA
Apéndice 1
TURBINAS TRANSFERIDAS A ARAGÓN POR LA MAQUINISTA T. M.
PROPIETARIO CABALLOS LUGAR INSTALACIÓN FECHA
Bailarín Cacho Hnos. 12 Zaragoza 1868 Albiñana Junyent 133 S. Juan (Zaragoza) 1878 Bailarín Cantí ? Zaragoza 1878 Rafaela López 50 Río Cinca, Monzón 1880 C. A. Electrom. Ebro 875 Río Ebro 1907
Fuente: ANC. M. T. M., Registro de trabajos.
MÁQUINAS DE VAPOR INSTALADAS POR ALEXANDER HNOS. EN HARINERAS ARAGONESAS HASTA 1883 (CABALLOS)
Venancio Olalquiaga Hijos de Fco. Palos Villarroya y Castellano Antonio Blecua
Fuente: A. ILLA, op. cit. 15 30 125 15 Mequinenza Alcañiz Zaragoza Sádaba
MOTORES DE GAS TRANSFERIDOS A ARAGÓN POR LA M. T. M. (36)
PROPIETARIO CABALLOS LUGAR INSTALACIÓN FECHA
Soc. Aguas Potables 100 Barbastro 1904 Expos. Hispano Francesa 100 Zaragoza 1907 Felipe Monsech 10 Fabara 1911 Maquinista T. M. 30 Gallur 1912 A. Millán 10 Fabara 1911 Fábrica Militar Subsistenc. 60 Peñaflor 1913 Electra Central del Jalón 50 Calatorao 1913 TOTAL ARAGÓN 360
TOTAL MOTORES
M. T. M. 12.623
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Apéndice 2
SUMINISTROS DE M.T.M. A ELECTRO METALÚRGICA DEL EBRO (1912-1914)
3 enero 1913
8 enero 1913
11 enero 1913 22 enero 1913
19 marzo 1913 25 marzo 1913
5 abril 1913 11 abril 1913
9 mayo 1913 16 mayo 1913 8 julio 1913 10 julio 1913 14 agosto 1913 25 agosto 1913 6 septiembre 1913 11 septiembre 1913 4 nov. 1913
15 diciembre 1913
3 enero 1914 1 polea para motor eléctrico 35 CV 3 poleas para movimiento molino de bolas 1 placa hierro fund. cruzamiento vías 47 tornillos 50 tornillos de acero 2 placas giratorias; 4 cartelas 1 doble viga; 12 tornillos 16 soportes; 4 piezas suspensión conduct. 12 viguetas 1 embranque de fundición; 1 embudo 1 válvula 5 planchas de acero 1 entramado 1.- piso servicio de hornos 176 tornillos 1 placa hierro fundido; 48 tornillos 1 compuerta canal desagüe turbinas casquillos y defensas para turbinas 3 placas hierro fundido 20 arandelas de bronce para turbinas 20 ruedas cadena para tornos de elevación 4 juegos tornos movimiento electrodos 1 piñón para gato de 4 tm 2 rodetes bomba galerías 14 discos para rodillos trituradora cal 2 ejes para rodillos trituradora cal 25 tuercas, 6 cubetas, 12 tapones hierro fundido, 1 polea, 1 juego poleas, 6 planchas 2 viguetas laminadas
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Apéndice 3
SUMINISTROS DE LA M. T. M. A MINAS Y FFCC DE UTRILLAS (1903-13)
Puentes: S. Jorge; S. Martín; Segura (2.° paso); Muniesa; Segura (2.° paso); Lahoz y
Aguas Vivas. Giratoria de 12,78 m. Giratoria de 8 m. Modificación de la placa de apoyo central y de las fundaciones. Corazones para la giratoria de locomotoras: estación de Zaragoza. Giratoria de 4 m para vagones. Proyecto de almacenes de carbón y muelle. Disposición general de las armaduras y correas de la cubierta de los lavaderos. Canales para la cubierta del lavadero. Mecanismo tolva torre de esquistos. Armaduras pequeñas para la cubierta de los lavaderos. Plataforma de descarga para los lavaderos de carbón (proyecto). Esquema de las armaduras para los lavaderos de carbón. Plano parcial de Loma Blanca. Chimenea cilíndrica de plancha. Chimenea cónica de plancha (no aprobada). Croquis del basculador de los lavaderos de carbón. Vagoneta berlina para vía. Recorte de suspensión grúa para vagón de 6.000 kg. Planchas onduladas y galvanizadas. Presupuesto de chimeneas de hierro para Utrillas (borrador). Proyecto de almacenes de carbón y muelle de descarga. Puerta de entrada desde la carretera. Transbordador eléctrico de carbón de 5.000 kg de potencia. Aguada para la estación de Zaragoza: disposición(es); planos de consulta; croquis de los tanques; sección transversal; planta y alzado. Bomba de vapor con una caldera para las aguadas de Plan, Belchite y Zaragoza. Tubería principal de conducción de vapor. Disposición de cáncamos para servicio de la máquina de vapor. Torre de esquistos. Recorte del tope de la grúa sobre vagón. Estación de Utrillas. Armazón; Gabait. Disposición de la máquina. Disposición general del bastidor y del armazón. Modificaciones de la caldera y armazón. Cubierta para la fábrica de aglomerados.
Caballete para bombas; bomba centrífuga. Caja para carga y descarga del carbón. Plano original en m de locomotora. Manivela y cigüeñal eje motor locomotora. Tolva de transporte. Carro transbordador para vagones cargados. Grúa giratoria de 6 tm sobre vagón. Eje y ruedas. Recorte para la grúa sobre vagón. Vagón intermedio para enlace de locomotora para vía de metro con vía normal. Vagón; vagón con puertas y freno. Giratoria de 12,78 m. Giratoria de 12,78 m: otra disposición; disposición de cuñas e indicación de los ángulos de las vías. Giratoria de 8 m: modificación de la placa de apoyo central; modificación de las fundaciones. Corazones para la giratoria de locomotora (estación de Zaragoza). Giratoria de 8 m para vagones. Proyecto de almacenes de carbón y muelle. Disposición general de armaduras y correas para cubierta de los lavaderos. Proyecto de estructura metálica para enlace de la vía minera. Planchas onduladas para la cubierta de los lavaderos. Canales para la cubierta de los lavaderos de carbón. Mecanismo tolva torre de esquistos. Proyecto de plataforma de descarga para los lavaderos. Esquema de las armaduras para los lavaderos de carbón. Plano parcial de Loma Blanca. Armaduras grande y pequeña para la cubierta de los lavaderos.
Fuente: ANC, MTM, 09.46, 1, 2; 09, 106; Copiador de Cartas, s/n, Cartas de 21 de enero de 1905 y 15 de septiembre de 1913.
Apéndice 4
ALGUNAS PATENTES DE INVENCIÓN REGISTRADAS EN CATALUÑA
TITULAR
A. GENOVART
R. PINEDA
FLAQUER Y PLANAS
FRADERA Y VILA
HETHERINGTON
LAESERSON
H. CHARDOUNET
Casa E SIMÓN
T. JENNY (Sabadell)
R. BACIANA (Sabadell)
DURÁN CAÑAMERAS (Sabadell) PROCEDIMIENTO O INVENCIÓN
Distribuidor de hilos (bobinoir): supresión de carretes y sustitución por tubo madera o cartón. Perfeccionamiento de descortezar ramio en baño calentado hasta ebullición.
2 telares mecánicos. Correa transmisión de 1 y 3 hilos. Carda chapones encadenados. Telar Laeserson de pedal constr. en Lyon. Invento fabric. seda artific. a partir de una especie de colodión. Humectador de lana y algodón por vapor (desaparición retortijón y vello; adquisición de fuerza y elasticidad). Tensor automático de las cuerdas y regulador de torsión en máquinas de hilar (tensión regular; mayor rapidez movimientos). Tundidoras longitudinales para lanas cardas o mecheras; desmotadoras; accesorios.
Adaptación del telar Jacquard. Telar que sustituye al Jacquard por máquina Crompton reformada. FECHA
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