LUZBEL III
A los impulsos del delirio ardiente de mi fiebre, con paso vacilante descendiendo seguí por la pendiente. Y como el extraviado caminante que al fin quiere llegar de la jornada, avanzaba sin guía y anhelante. La materia al espíritu adunada, en el antro silente se sentía por nuevas energías alentada. 25