artistas
Y ARTESANOS
Alebrijes AUTÉNTICAS Y COLORIDAS QUIMERAS Niurka Guzmán Otañez* El sueño es la liberación del espíritu de la presión de la naturaleza externa, un desprendimiento del alma de las cadenas de la materia. SIGMUND FREUD D
Los sueños, las pesadillas, las imágenes fantásticas y en muchas ocasios sio-
e
s en la primera mitad del siglo XX cuando un sueño inspira a su creador, Pedro Linares López. Cuenta su hijo Felipe Linares que a la edad de 30 años su padre enfermó de úlcera gástrica; en una ocasión se desmayó y estuvo inconsciente. Durante este sueño profundo tuvo alucinaciones en las que aparecían criaturas extrañas, nunca vistas: combinaciones de varias partes de animales en una sola criatura, y una voz que repetía la palabra ¡alebrije!, ¡ale-
* Maestra en Artes Visuales por la UNAM y licenciada en Comunicación Visual por la Universidad APEC (República Dominicana). Posee experiencia docente de más de trece años en diversas instituciones privadas de educación superior, preparatoria y secundaria. Imparte talleres de arte especializados para niños, adolescentes y adultos. Su quehacer artístico se desarrolla paralelamente entre la pintura y el grabado.
CORREO del MAESTRO
núm. 266 julio 2018
Foto: Niurka Guzmán Otañez
nes sin sentido desprendidas de este tiempo en que nuestra razón se retira y nuestro s stro inconsciente toma el control han sido fuente de inspiración de artistas y escritores. o ores. En medio del estado onírico nace una de las artesanías mexicanas más populares e de es la actualidad, los alebrijes.
brije! Así, cuando estuvo repuesto de su enfermedad, Pedro Linares López realizó su primera producción de alebrijes que coincidió con la celebración de la Semana Santa. Estas creaciones resultaron tan terroríficas que la gente se espantaba y no las compraba. El primero en adquirir uno de estos alebrijes fue el artista Diego Rivera, el cual influyó en el colorido de estas piezas de arte en la segunda producción. Es importante destacar que la familia Linares, originaria de la ciudad de México, contaba ya con un nombre dentro del grupo de cartoneros artesanos. El oficio de la cartonería es una tradición familiar que data del siglo XVII. Desde entonces se han ganado la vida moldeando el papel maché y dando vida a las tradicionales figuras de Judas y piñatas.
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