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Bestiario

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Charrismo Sindical

Charrismo Sindical

¿Pero puedo ser bueno si me voy a morir? La certeza de la muerte, ¿no desmiente, no deshace toda moral? Ser bueno es siempre olvidarse de algo, creer que la fiesta va a durar.

Julio Cortázar, escritor y pensador argentino

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El sida es una bestia, un monstruo que no distingue género, edad, etnicidad, nacionalidad, estatus social ni profesión. De hecho, esta terrible enfermedad se arraigó con fuerza en el mundo cultural y tomó las vidas de grandes pensadores y hombres de letras como Julio Cortázar, Isaac Asimov, Michel Foucault y Reinaldo Arenas, por mencionar algunos. El miedo al rechazo social y el desconocimiento estuvieron detrás del silencio sobre sus muertes. Por ejemplo, Asimov quería que su enfermedad se conociese; sin embargo la presión de los médicos y sus editores frenó sus deseos de contarle al mundo que tenía un padecimiento estigmatizado por los exagerados escrúpulos morales de Occidente.

Ahora bien, ¿qué es el sida? Se cree que se originó en África, donde monos y simios albergan un virus similar al vih llamado siv (virus de inmunodeficiencia en simios). Los científicos consideran que la enfermedad llegó inicialmente a los seres humanos a través de chimpancés salvajes que viven en África central. Pero aún es una incógnita cómo pudo la enfermedad cruzar la barrera de las especies. La teoría más extendida es la de que se contrajo a partir de personas que cazaron o comieron chimpancés infectados. Los investigadores sitúan el origen del virus en humanos alrededor de 1930 basándose en cálculos científicos sobre el tiempo que tardarían las distintas cepas del vih en evolucionar.

En Occidente fue descubierto hasta principios de la década de l980, cuando médicos estadounidenses empezaron a observar que había grupos de pacientes con enfermedades muy poco comunes. Los primeros casos se detectaron entre homosexuales de Nueva York y California. Estas personas padecían enfermedades como el sarcoma de Kaposi, un tipo raro de cáncer de piel, así como un tipo de infección pulmonar que transmiten los pájaros. Pronto se detectaron también casos entre drogadictos que consumían sustancias por vía intravenosa y receptores de transfusiones de sangre. En 1982 se dio nombre a esta enfermedad: síndrome de inmunodeficiencia adquirida. Desde entonces el sida ha matado a unos 25 millones de personas en todo el mundo y ha dejado huérfanos a 12 millones de niños solo en África.

La enfermedad se desencadena a partir de un virus que se transmite mediante el contacto directo con fluidos corporales infectados: sangre, líquido seminal. El virus provoca una inmunodeficiencia en el organismo al atacar a un tipo de glóbulos blancos llamados cd4 que son los que ayudan a combatir infecciones. Una vez dentro del organismo, el virus se reproduce con rapidez y finalmente son miles de millones los que invaden el cuerpo. El sistema inmunológico entonces se debilita y el cuerpo y el virus libran una encarnizada batalla. Durante la batalla miles de millones de células cd4 pueden llegar a destruirse en un solo día. Al reducirse el número de células defensoras, el sistema inmunológico empieza a fallar y hacen su aparición infecciones oportunistas como la tuberculosis. Generalmente quien lo contrae padece varias enfermedades a la vez, y no una sola, es por eso que al hablar del sida se dice que es un síndrome y el virus que lo provoca se denomina vih (virus de inmunodeficiencia humana).

CASO CORTÁZAR

El sida no se había identificado cuando Julio lo contrajo, era una enfermedad sin nombre. Consistía en un retrovirus no identificado. Lo contrajo porque sufrió una hemorragia estomacal en agosto de 1981 cuando vivía en el sur de Francia. Lo hospitalizaron y le hicieron una transfusión de varios litros de sangre, que después se supo, en medio de un gran escándalo, que estaba contaminada. Comentó la escritora y periodista uruguaya Cristina Peri Rossi, en entrevista con el diario argentino El Clarín sobre la muerte del gran escritor, a quien conoció en 1973 y fueron amigos hasta su fallecimiento.

Cortázar nació en Bruselas el 26 de agosto de 1914 se crió en Buenos Aires, vivió en varias zonas de Europa, aunque buena parte en París, ciudad donde murió hace más de 30 años. Siempre aseguró que en su juventud soñaba con París y que en su vejez añoraba Buenos Aires. Amante del cine y del jazz, su literatura da cuenta de esas aficiones y de su carácter de “nómada”, es posible detectar esas pulsiones en Rayuela (novela considerada por muchos como su obra maestra), Bestiario, La vuelta al día en 80 mundos, Historias de cronopios y de famas, entre otros.

Cortázar vivió con intensidad y a los 69 años murió presuntamente a causa de una leucemia. Fue enterrado en el cementerio de Montparnasse en París, en la misma tumba que Carol Dunlop, su segunda de las tres esposas que tuvo, quien murió poco antes que él. El duelo de Julio duró hasta su muerte, contaría su amigo y editor Mario Muchnik. Estoy muy harto de mi cuerpo. La verdad es que estoy bastante desesperado, le escribió Cortázar en esos días a Muchnik.

Al principio los allegados a Julio pensaron que podía padecer de cáncer. Pero ese diagnóstico no existió. La enfermedad que padeció no estaba todavía definida y no tenía una denominación específica, se le llamaba pérdida de defensas inmunológicas. Se caracterizaba por un aumento desmesurado de los glóbulos blancos, manchas en la piel, diarreas, cansancio, infecciones oportunistas y culminaba con la muerte. Cortázar viajó a Barcelona en noviembre de 1983 y estaba muy preocupado por el avance de la enfermedad. Me enseñó una placa negra en su lengua, el sarcoma de Kaposi, aseveró Peri Rossi. Padecía un virus que desconcertaba a los médicos y no tenía tratamiento específico. Ningún médico sabía, tampoco, cómo se transmitía o cómo se contraía. Años después se supo que Julio Cortázar se infectó durante una transfusión; esa sangre, que venía de la Cruz Roja, estaba contaminada. Se produjo un gran escándalo que terminó con la destitución del ministro de Salud Pública. La sangre se compraba a inmigrantes pobres. No se realizaban pruebas, análisis, porque la enfermedad, el sida, era desconocida.

Julio Cortázar murió el 12 de febrero de 1984. Quizá se trate del primer hombre de letras en morir a causa del virus sin cura.

CASO ASIMOV

Isaak Yúdovich Ozímov

Isaak Yúdovich Ozímov, más conocido como Isaac Asimov, fue un escritor y profesor ruso (posteriormente nacionalizado estadounidense) de bioquímica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston y famoso por sus obras de divulgación científica y por ser probablemente s el autor de ciencia ficción más prolífico de la historia. Asimov murió en 1992 de sida, tras haber contraído el virus durante una transfusión de sangre en 1983. Así lo reveló su viuda, Janet Jeppson, en It’s Been a Good Life [Ha sido una buena vida] una biografía del famoso autor.

Jeppson afirma que Asimov descubrió que era vih positivo tres años antes de su muerte, y que mantuvo la noticia en secreto por consejo de sus médicos. Nos dijeron que si hubiéramos dado la noticia, la gente habría estado muy prevenida ante nosotros: en aquella época incluso la gente instruida tenía miedo de tocar a un enfermo de sida, comento la mujer al diario británico The Sunday Times.

A Asimov le implantaron un triple bypass en 1983, cuando el público comenzaba a ser consciente de la existencia del sida, pero en los hospitales no se realizaba ningún control sobre la sangre destinada a las transfusiones. La intervención ayudó al autor de Yo, Robot a vivir con angina pectoris, pero después de cinco años inició para el declive que lo llevó a la muerte. En vísperas de una segunda operación, en 1989, le fue diagnosticada el sida y la operación fue anulada.

En 1991, su salud ya se había deteriorado notablemente. En abril de 1992, cuando murió, su hermano explicó que una crisis cardíaco-renal había sido la causa de la muerte. Asimov dejó atrás un gran legado en el mundo de la ciencia, la literatura y muchas otras disciplinas.

CASO FOUCAULT

Se dice que cuando Michael Foucault se enteró de que tenía sida, lo primero que hizo fue comprarse un boleto de avión para ir a San Francisco. Fue directo a los salones sadomasoquistas. Finalizaba el año de 1983, Foucault estaba en el punto más alto de su carrera y en plenitud de facultades. Habían aparecido en librerías dos de los libros más esperados en Francia, los nuevos volúmenes de Historia de la sexualidad. El día de su muerte, todos los diarios le dedicaron las primeras planas, el primer ministro hizo públicas sus condolencias.

Su fama internacional había empezado en los años setenta con la publicación de Locura y civilización: en la Edad Media, el loco se movía con libertad e incluso se le veía con respeto, pero en nuestra época se le confina en asilos y se le trata como a un enfermo, un triunfo de equivocada filantropía. Su agudeza deslumbró a grandes intelectuales como Henri Bergson, Maurice Merleau-Ponty y a su mentor, Jean Hyppolite, pronto, fue elegido miembro del Collège de France.

Sobre su muerte, el 26 de junio de 1984, Le Monde publicó: Michel Foucault ingresó a la clínica de enfermedades del sistema nervioso del hospital de la Salpêtrière. Los exámenes revelaron varias áreas de supuración cerebral. El tratamiento con antibióticos. Un agudo deterioro impidió toda posibilidad de tratamiento efectivo y la muerte ocurrió a la una quince minutos de la tarde del 25 de junio. Semanas después, Liberation publicó una nota en la cual se enfrentaba al rumor de que el filósofo había muerto de sida. No se sabe con exactitud cuándo le diagnosticaron la enfermedad, pero sus allegados apuntan que debió ser a finales de 1983.

Uno de los amigos de Foucault cuenta que Daniel Defert, su amante, estaba furioso pues concluyó que Michel lo había engañado y contagiado. Foucault había demostrado su interés por la vida sadomasoquista y la practicó siempre que pudo desde 1975 en los baños de San Francisco. Además en 1977. En 1977, cuando Francia debatía sobre el consentimiento —a partir de qué edad una persona puede decidir tener relaciones sexuales o no— un grupo de intelectuales, entre los que estaban Barthes, Derrida, Sartre, Simone de Beauvoir y el propio Foucault publicaron una carta abierta que generó gran controversia. El documento sugería, entre otras cosas, la despenalización de las relaciones sexuales con menores siempre que no hubiera violencia ni coacción. Sobre el tema Foucault apuntó: En cualquier caso, una barrera de edad establecida por ley no tiene mucho sentido. Una vez más, se puede confiar en que el niño dirá si fue o no sometido a violencia. Un juez de instrucción, un liberal, me dijo una vez cuando discutíamos esta cuestión: después de todo, hay muchachas de dieciocho años que se ven prácticamente obligadas a hacer el amor con sus padres o padrastros; pueden tener dieciocho años, pero es un intolerable sistema de coacción. Y uno, además, que siente que es intolerable, si tan solo la gente está dispuesta a escucharlos y ponerlos en condiciones para que puedan decir lo que sienten.

¿Apología a la pedofilia? Guy Sorman, en su libro, Mi diccionario de mierda, afirmó que a fines de los sesenta, el Michel Foucault mantuvo relaciones sexuales con niños árabes mientras mientras vivió en Túnez. El autor asegura que hubo testigos pero nadie lo denunció en ese momento. Foucault fue y es como un dios en Francia. Sorman afirma que Foucault no se habría atrevido a hacer eso en el país galo y, además, lo compara con Paul Gauguin, el pintor que tuvo sexo con menores a las que pintó en Tahití, y André Gide, novelista que en muchos pasajes de su diario rozan la pedofilia y al que se acusa de un comportamiento similar en Africa. Sin duda, hay una dimensión colonial, se trata de imperialismo blanco.

CASO ARENAS

Cuba será libre. Yo ya lo soy. Con esta nota se despedía del mundo el novelista y poeta cubano Reinaldo Arenas. Era el 7 de diciembre de 1990, tenía 47 años y hacía tres que le habían diagnosticado sida. Arenas se había escapado del hospital donde se encontraba internado a causa de su dolencia y se encerró en su domicilio, desde donde cortó toda comunicación con el exterior y donde le encontró muerto su asistente, junto con instrucciones sobre a quién debia llamar y sus últimas disposiciones.

Cuando la policía de Nueva York ingresó a su departamento descubrieron el cuerpo del escritor junto a los restos de un cóctel mortal: un vaso de whisky a medio tomar y un frasco de tranquilizantes vacío. Encontraron también una carta de despedida donde Arenas culpaba a Fidel Castro de de su soledad, del destierro y de la enfermedad que lo orilló al suicidio. La nota firmada por Arenas tenía un post data: Para ser publicada.

El escritor nacido el 16 de julio de 1943, en la provincia rural de Oriente en Cuba, descubrió en el invierno de 1987 su padecimiento. Ese invierno, entre severas y sudorosas fiebres y una terrible pulmonía, los doctores detectaron en la sangre del autor, la enfermedad que lo enganchó semanas a la cama de un hospital niuyorquino y que lo afligió por el resto de su vida.

Una vez recuperado de la pulmonía y al interior de su departamento se “arrastró” ante una foto de su amigo, colega y compatriota Virgilio Piñera, a quien le pidió, como si le rezara a la imagen de un santo —según lo escrito por Arenas en el prólogo de su autobiografía Antes que Anochezca— tres años más de vida para terminar mi obra, que es mi venganza contra casi todo el género humano. Arenas necesitaba tiempo para terminar dos novelas más, de una serie de cinco, que el propio autor llamó pentagonía y que subtituló La historia secreta de Cuba. Las cinco historias narran cinco agonías con grandes dosis del anecdotario personal del escritor, donde los personajes centrales están cerca de la muerte, porque la muerte es inevitable y porque para Arenas la muerte significaba también una liberación.

Arenas fue uno de los refugiados que participó en el éxodo del Mariel. Posteriormente se instaló en Nueva York. Era un disidente, fue de los pocos intelectuales que se atrevieron a manifestarse anticastristas desde la isla, y luego, en el exilio. Él fue quien tuvo la iniciativa de exigir un plebiscito a Fidel Castro, lo que le costó la enemistad del Comandante en jefe. Igualmente, fue un militante abiertamente homosexual. Enorme pensador y activista.

En la actualidad, el sida es una pandemia global que afecta a todos los países del mundo. Según onusida, existen 37.9 millones de personas que viven con vih. Un 21% (8.1 millones) no ha sido diagnosticado. En total hay 1.7 millones de niños con el virus. Solo el 62% de las personas que viven con vih tienen acceso a tratamiento, es decir,14.6 millones de personas no lo reciben. El sida aún causa demasiadas muertes al año: solo en 2018 fallecieron 770 000 personas por enfermedades relacionadas con el síndrome.

La región más afectada por la enfermedad es el África subsahariana donde se registran dos tercios de los casos totales de vih y casi el 75 por ciento de muertes de sida. Las tasas de infección varían pero son los países del sur de África los más afectados. En Sudáfrica se estima que el 29 % de las mujeres embarazadas tienen el vih. La tasa de infección en la población adulta de Zimbabue es superior al 20 % mientras que en Suazilandia un tercio de la población adulta es seropositivo. Entre las causas principales de esta pesadilla del sida en África se han resaltado la pobreza, la promiscuidad y unos sistemas sanitarios y educativos inadecuados. El colonialismo es la principal causa de muerte: la opresión y la falta de empatía. Es un bestiario.

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