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SALUDA Hermana Mayor
Nos vamos acercando a la Cuaresma, la Semana Santa y todos los procesionistas estamos deseando que llegue ya ese momento, esa semana que para nosotros se alarga a 10 días.
Durante los primeros nueve días, iremos mostrando desde la entrada de Jesús en Jerusalén, preludio de lo que vendrá: primero la pasión y seguidamente su muerte. Todo ello esperando con ansia la llegada del Domingo de Resurrección, el décimo día, para que la tragedia se transforme en alegría, la tristeza se convierta en gozo, del desconsuelo pasemos al regocijo, porque JESÚS HA RESUCITADO.
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Cada año, en casi perfecta sucesión cronológica, las cofradías cartageneras ponemos esta catequesis en la calle, por medio de las imágenes que representan esos momentos en los que Jesús pasa de la vida a la muerte y, finalmente, vuelve a la vida, en este caso vida eterna. La Cofradía del Resucitado es la que aporta alegría a la Semana Santa cartagenera, porque nuestro mensaje es de esperanza, de luz y, como digo, de vida eterna.
El Santo Ángel con la Cruz Triunfante, nos previene del triunfo de la vida sobre la muerte, Jesús se presenta ante nosotros con todo el esplendor de su resurrección, los soldados que vigilaban el sepulcro huyen atemorizados ante la presencia del Ángel y Cristo Resucitado, ese mismo Ángel advierte a las mujeres que Jesús ya no se encuentra en su tumba, porque ha vuelto a la vida. María Magdalena, es la primera en encontrarse con Él. Acompaña a sus discípulos hasta Emaús y le reconocen al partir el pan. Santo Tomás, sufre porque no ha creído hasta que no ha visto a Jesús con sus propios ojos. Los apóstoles, le hacen caso obteniendo una enorme pesca en el lago Tiberiades, todo ello para que finalmente San Juan y nuestra Madre, la Virgen del Amor Hermoso, cierren la procesión.
Al menos eso es lo que esperamos suceda este año, ya que desafortunadamente llevamos tres años en los que no podemos cumplir uno de nuestros fines, celebrar cada año la procesión de Domingo de Resurrección. Hace tres años, las inclemencias meteorológicas nos impidieron salir a procesionar y los dos años posteriores, la pandemia nos ha relegado a un encierro y a un retiro sanitario que siguieron impidiendo procesionar por las calles de Cartagena.
En el año de la lluvia, todo estaba preparado, los tronos cargados de flor, los sudarios, galas y banderines debidamente protegidos porque esperábamos que el tiempo nos permitiera salir, a pesar del riesgo de lluvia.
Finalmente no pudo ser, las previsiones no eran de riesgo, eran de lluvia segura y eso llevó a todos los que formamos el Cabildo de Mesa, a tomar la decisión de suspender la procesión. No podíamos poner en peligro el patrimonio de esta joven cofradía, que hacía poco acababa de cumplir 75 años.
Al menos, pudimos realizar el Via Lucis y, en las puertas de Santa María, un breve encuentro entre Jesús Resucitado y su Madre, finalizando con el canto de la Salve, que cerraba la Semana Santa 2019, en este caso con unas horas de antelación al horario habitual y sin poder disfrutar del sol que normalmente nos acompaña.
Para todos nosotros fueron momentos dolorosos, solamente paliados por la alegría del día en que nos encontrábamos y el apoyo de los hermanos del resto de cofradías e, indudablemente, de los numerosos cartageneros que nos acompañaron esa mañana.
Al año siguiente, nos pilló a todos en casa, en pleno encierro sanitario. Tuvimos que reinventarnos para poder seguir manteniendo viva la ilusión de nuestros hermanos y con las emociones a flor de piel, nuestro anterior Hermano Mayor, Ramón Pérez Saura, celebró un cabildo de monas virtual a través de las plataformas digitales que nos permitieron interactuar con todos los hermanos.
El año pasado continuábamos con las restricciones sanitarias. Celebramos el Resurrexit con las máximas precauciones. y tuvimos que desarrollar de nuevo el cabildo de monas, también a través de las redes sociales, pero esta vez, dirigido por nuestra primer mayordomo, Emilia Agüera, debido a la indisposición del Hermano Mayor.
El Domingo de Resurrección, y guardando también todas las medidas sanitarias, se celebró una misa solemne y se emitió un programa especial, que había sido grabado la semana previa, en el cual participaron todas las agrupaciones de la Cofradía y donde se comentaba algunos de los momentos mas
emotivos que se desarrollan en un año normal, programa que fue emitido por la cadena local Telecartagena y difundido a través de las plataformas digitales del ayuntamiento, la Cofradía y la propia cadena local.
Momentos difíciles, como los que nos han acontecido estos años, nos ayudan a ir creciendo como hermanos en Cristo.
Todos los que formamos parte de alguna cofradía debemos intentar mejorar, creciendo en la fe, demostrándolo cada día con nuestras acciones y obras.
En momentos de dificultad, cuando los valores cristianos van diluyéndose en nuestra sociedad, debemos estar más unidos que nunca.
Debemos pensar como si fuéramos uno a todos los niveles, las agrupaciones que forman parte de las distintas cofradías, deben tender a pensar como lo que son, elementos indispensables de su cofradía y trabajar conjuntamente con el resto de agrupaciones para que la cofradía crezca en todos los sentidos.
Del mismo modo, las cofradías deben caminar en una misma dirección, porque nuestro fin es el mismo, llevar a Cristo a todos aquellos que aún no ven su luz.
Estamos unidos por un mismo credo y sabemos que todos nuestros pensamientos, nuestras obras y acciones, las hacemos por Él.
Es muy importante la implicación de la juventud en esta tarea. Debemos escucharles, apoyarles y darles su lugar dentro de los órganos de gobierno de la Cofradía. Aprender de ellos, de sus ideas, de su empuje y visión de lo que son las Cofradías hoy en día. Por nuestra parte, enseñarles transmitiéndoles nuestros conocimientos, experiencias, inquietudes y todo lo que les pueda servir, pero, no con la intención que sigan haciendo las cosas como se han hecho hasta ahora, sino que las hagan con sus ideas, con sus nuevas formas de ver la sociedad en la que estamos inmersos pues, sin duda, para que nuestro mensaje cale, lo primero que debemos hacer es adaptarlo a los momentos en que vivimos y son ellos los que mejor pueden hacerlo.
Debemos intentar inculcarles ideas, valores, etc, pero nunca debemos intentar inculcarles formas de actuar porque, de ese modo, podrían considerar que pretendemos manipularlos y llevarlos a hacer las cosas como nosotros queremos que se hagan. Oigámoslos, están pidiendo a gritos ser escuchados.
Quiero aprovechar este momento para animaros a todos, mayores, jóvenes, niños, ….. a participar de la alegría de esta joven cofradía.
Por último, desearos una buena Semana Santa y, sobre todo, una feliz Pascua de Resurrección.
Tú sabes bien lo que quiero, En mi barca no hay oros ni espadas, Tan solo redes y mi trabajo. Señor, me has mirado a los ojos, Sonriendo, has dicho mi nombre, En la arena, he dejado mi barca Junto a ti, buscaré otro mar.
Marien Garcia Boj.
Hermana Mayor, Cofradía de Nuestro Padre Jesus Resucitados