QUARTIERI D´INVERNO LA PRESENCIA DE TROPAS ITALIANAS EN HARO (1937-1939) Por Tomás Llanos
INTRODUCCIÓN Addis Abeba será romana/ y su bandera será la italiana./ Dejaos de cantar Addis Abeba/ y podéis tomar Guadalajara/ que los que habéis salvado la pelleja/ se lo debéis al tercio la Mejada./ Desde Jadraque y de Sigüenza/ vinieron a Haro a descansar los sinvergüenzas./ Addis Abeba será romana/ y su bandera será la italiana. En este cantar que recordaba un vecino de Murillo de Río Leza hay algo indiscutiblemente cierto. Los italianos llegaron a Haro para descansar. Y lo hicieron porque era un lugar perfecto para ello. En Haro —en toda la antigua provincia de Logroño en realidad, salvo escasísimas y muy breves excepciones— no rugieron los cañones, ni zumbaron las balas que asolaban los frentes. Por eso y por su privilegiada situación, cercana al frente norte y con salida hacia tierras aragonesas, La Rioja fue uno de los lugares elegidos por las fuerzas italianas para instalar sus cuarteles de invierno. La División Littorio, por dos veces, y la XXIII de Marzo —algunos de sus Regimientos, más bien—, con sus posteriores fusiones y cambios de nombre, tomaron Haro como una de sus bases de operaciones en la retaguardia. Aquí venían sus legionarios a restañar las heridas del combate, o a tomar impulso para nuevas luchas donde demostrar su valor. Pero también encontraban tiempo para galantear a las mozas jarreras, para bailar con ellas, muchas deslumbradas por el oropel de sus uniformes y por la musicalidad de su lengua. Y para compartir con largueza los excedentes de sus bien surtidas cocinas de campaña con una población que vi46
vía momentos de estrecheces. Aunque a algunos vecinos les escociera el tener que alojar a los oficiales en sus domicilios, o aunque de cuando en cuando promovieran escándalos, quizá más entendibles por estar en el reino del vino. Es la vida. Es la vida en retaguardia. He podido documentar la presencia de “importantes” contingentes italianos en Haro durante los siguientes periodos: - Mayo de 1937 -S eptiembre de 1937 a febrero de 1938 -M ayo y junio de 1938 (Ingenieros) - Septiembre a diciembre de 1938 La primera estancia, mayo del 37, se produce tras la participación de las fuerzas italianas en la fracasada maniobra de Guadalajara en el mes de marzo y antes de su intervención en la toma de Santander a finales de agosto. Como vemos, vuelven a aparecer en Haro inmediatamente después de este hito, prolongándose su presencia hasta febrero de 1938, cuando parten hacia Aragón. El CTV (Corpo Truppe Volontarie) combate aquella primavera en el Bajo Aragón y en la zona levantina durante el verano. En este periodo de tiempo, por espacio de dos meses, se acantonan en Haro tropas de Ingenieros. Tras la campaña levantina, regresan las fuerzas italianas a su “hogar” jarrero, permaneciendo en él hasta el mes de diciembre, momento en el que saldrán de la ciudad en busca del frente de Cataluña. Tras esta actividad guerrera, por fin el 1 de abril de 1939, cautivo y desarmado el Ejército Rojo, Franco da por concluida la Guerra Civil. Los comba-
tientes italianos comienzan a preparar sus petates para volver a la patria, aunque su partida aún se dilatará algunas semanas. Ahora son tiempos de reconocimiento, de desfiles multitudinarios, de gloria. La población de Logroño despide a los soldados italianos el 11 de mayo; lo anuncia en mayúsculas el periódico Nueva Rioja en la portada de la edición de ese mismo día: Pero Logroño tiene un doble motivo para festejar a los legionarios italianos en el momento de su despedida: sabido es que en nuestra ciudad y en diversos puntos de nuestra provincia han tenido sus estacionamientos y sus planas mayores. Con tal motivo se han anudado relaciones estrechísimas de simpatía y confraternidad: los italianos han llegado a encontrarse entre nosotros como en su casa y a ser considerados como de la casa. Por eso Logroño debía hacer algo extraordinario con su despedida, de ahí la fiesta de hoy. A partir del 31 de mayo el grueso de la expedición italiana zarpa de Cádiz con destino a Nápoles.
I. L LEGADA Y PRIMERA ESTANCIA. MAYO 37 La primera estancia de tropas italianas en Haro resulta realmente breve, probablemente apenas un par de semanas; menos de un mes en cualquier caso. Contamos con varios documentos, trazados en variopintos papeles por oficiales italianos, que así lo atestiguan. Por ejemplo, una media cuartilla de un libro de contabilidad en el que un capitán de la División Littorio declara que su Regimiento ha utilizado como depósito de municiones un local perteneciente al vecino de Haro Dionisio del Prado entre el 8 y el 19 de mayo de 1937.