Instituto Jesús Sacerdote
Luz en medio de la oscuridad /2 Ante un mundo anémico de oración y de adoración, el sacerdote es, en primer lugar, el hombre de la oración, de la adoración, del culto, de la celebración de los santos misterios.
a Iglesia es capaz de resistir a todos los ataques, a todos los asaltos que las potencias políticas, económicas y culturales pueden desencadenar contra ella, pero no resiste al peligro que proviene del olvidar esta palabra de Jesús: “Vosotros sois la sal de la tierra, vosotros sois la luz del mundo”. El mismo Jesús indica la consecuencia de este olvido: “Si la sal se hace insípida, ¿cómo se preservará el mundo de la corrupción?”. ¿A quién serviría un sacerdote tan semejante al mundo, que se convierte en sacerdote mimetizado y no en fermento transformador? Ante un mundo anémico de oración y de adoración, el sacerdote es, en primer lugar, el hombre de la oración, de la adoración, del culto, de la celebración de los santos misterios. 8 Alégrate
Ante un mundo sumergido en mensajes consumistas, pansexuales, atacado por el error, presentado en los aspectos más seductores, el sacerdote debe hablar de Dios y de las realidades eternas y, para poderlo hacer con credibilidad, debe ser apasionadamente creyente.
Foto por Jomarc Cala en unsplash.com
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