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DIARIO DE A BORDO
Diario de a bordo
Golfo, el director financiero Texto Beatriz Navarrete Fotografía David Toledo
Ya sabéis que yo vivo en la clínica veterinaria. No está mal, cada día veo nuevos animales que vienen a consulta, nuevos casos interesantes de animales de los llamados exóticos: iguanas, cerditos vietnamitas, ovejas, ocas… Lo que no había visto hasta ahora era a animales “directores financieros”. Ayer vino a revisión Golfo. Es un perro con mucha suerte, porque su dueño lo recogió después de sufrir un atropello que lo dejó muy perjudicado y con grandes traumatismos. Con mucho esfuerzo y cariño Golfo consiguió recuperarse y formar parte de una familia que crece. Lo mejor para Golfo es que su dueño puede llevarlo consigo al trabajo, por lo que nunca ha sufrido la llamada “ansiedad por separación”. Yo, que vivo en el lugar de trabajo de mi dueña, nunca lo había pensado pero tiene que ser estupendo encontrar un centro laboral que permite que los trabajadores lleven a sus animales con ellos a trabajar. Yo creo que permitir el acceso de los animales de compañía a las empresas, fábricas o centros laborales, no solamente es bueno para el animal, sino también para los empleados. Todo
el mundo debería saber que tener a un perro tumbado encima de tus pies, esperando tranquilamente a que termines de trabajar para llevarlo a dar un paseo y volver juntos a casa, da una sensación absoluta de calma, relajación y bienestar. Golfo es conocido en toda la empresa, todos los empleados le miman y “comparten” su almuerzo con él. Vamos, que es el amo, de hecho le llaman el “director financiero” e incluso en los momentos en que su dueño sale de la oficina a alguna reunión, Golfo se queda a cargo del resto de compañeros sin que ello resulte un problema para nadie.
Yo creo que permitir el acceso de los animales de compañía a las empresas, fábricas o centros laborales, no solamente es bueno para el animal, sino también para los empleados.
El caso de Golfo es bastante común en otros países, pero aquí en España no es lo habitual. Supongo que es un problema de costumbres y de educación, tanto de los dueños como de los animales. Un problema de costumbres porque lamentablemente siguen existiendo personas que consideran a los animales como meros objetos a su servicio y no conciben que pueda existir una relación más cercana e incluso de cariño con un animal y ni se les pasa por la cabeza permitir que lo lleven al trabajo. También es un problema de educación porque existen dueños que hacen todo lo contrario y permiten que su animal de compañía no cumpla con unas reglas mínimas de convivencia con otros animales y menos aún con personas. Y ese mal ejemplo es el que hace que siga existiendo una opinión desfavorable para poder incluir a los animales de compañía en más facetas de nuestra vida diaria. Nº51 l
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