comercio
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Diario de a bordo
La industria se mueve No hay nadie más interesado, y a la vez, más preparado, para realizar un comercio de animales transparente, ajustado a la normativa y donde prevalezca por encima de cualquier consideración el bienestar de los propios animales, que los propios empresarios del sector. Ignasi Solana Secretario de AEDPAC
La base de la pirámide de todo el sector del comercio y la industria del petcare en el mundo -fabricantes de alimentación, laboratorios veterinarios, distribuidores, servicios varios, peluquería, accesorios, congresos, ferias y un largo etcétera- se basa precisamente en la posibilidad de poder adoptar, adquirir y disfrutar de la compañía de un animal vivo en casa. Este simple hecho genera una industria de decenas de miles de puestos de trabajo solo en España. Se crea así un sector que desde hace unos años presenta cifras y credenciales propias que reclama un espacio con atribuciones y normativa propia cuando, hasta hace bien poco, todo lo relacionado con el animal de compañía -o popularmente denominado mascotas – se encontraba a menudo desdibujado entre los departamentos y los estudios vinculados a la ganadería en los estamentos de la administración pública de nuestro país.
Concienciación y voluntad
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Nos consta que en los últimos años ha crecido enormemente la concienciación y la voluntad política de converger junto con el impulso de un
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mercado cada vez más maduro y focalizado en el pequeño animal de compañía. Esto ha permitido crear un mercado y una legislación propia y singular, como ya sucede en los países más avanzados en el mundo. Por esta razón resulta evidente que no hay nadie más interesado y a la vez más preparado para realizar un comercio de animales transparente, ajustado a la normativa y donde prevalezca por encima de cualquier consideración el bienestar de los propios animales, que los propios empresarios del sector.
Necesidad de cooperación a gran escala A pesar de ello, aumentan cada vez más la voracidad y el afán de poner coto a toda esta realidad por parte de grupos y organizaciones que cuentan con una fuerza extraordinaria y una gran capacidad de lobby, y de movilización de una opinión pública a menudo poco informada de la verdadera realidad del comercio animal. Aún así, cuentan con una fuerte implantación e influencia global en los principales órganos de decisión que si no lo remediamos puede ocasionar un daño irreparable. Ante esta problemática, surge la necesidad de cooperar a gran escala y garantizar los intereses de los miles de profesionales y trabajadores de la industria. Por ello, se están realizando movimientos al más alto nivel para crear una gran plataforma de asociaciones de comercio para compartir normativa, conocimiento e intercambio de experiencias de todo el mundo. Una de las opciones que se rumorea es la activación y renovación del legendario Pet Advisory Council – IPAC, que además contaría con la suma y la integración de las principales organizaciones que defienden el comercio de animal de compañía, ya sean de origen silvestre o nacidos en cautiverio, y convertirse así en un futuro próximo en la primera entidad defensora de los intereses de la industria para dotar al sector de una voz propia y mayoritaria ante los reiterados intentos de paralizar su actividad. Nos va todo en ello y en eso estamos.
