MI HIJO ES MUY INQUIETO
¿TENDRÁ
TDAH? Es importante conocer un poco de la historia del Trastorno por dé cit de atención e hiperactividad (TDAH) ya que actualmente todavía existen personas que piensan que este es un trastorno que esta de “moda” o que antes “con unas buenas nalgadas se quitaba”.
AGRADECIMIENTO Dr. Héctor Ocampo Ramos Médico Psiquiatra - Instituto Nacional de Salud del Niño Sede San Borja
Estas a rmaciones no son ciertas, este trastorno existe desde hace muchos años y actualmente como consecuencia de los avances cientí cos y médicos se conoce más sobre sus características y consecuencias, las cuales han demostrado que el TDAH es uno de los principales problemas de salud mental que se presenta en niños y adolescentes de todo el mundo. Las alusiones a cuadros similares a lo que hoy se conoce como TDAH se remontan por lo menos a dos siglos. Claro está que no se referían a él con el
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nombre como actualmente se le conoce, pero se hacían descripciones sobre el comportamiento de niños que tenían síntomas muy similares a lo que hoy entendemos como TDAH. En 1798 el médico escocés Sir Alexander Crichton, presentó la obra “Una investigación sobre la naturaleza y el origen de la enajenación mental” Crichton describía los síntomas del TDAH, destacando más la parte inatenta del niño. En 1845, el médico psiquiatra Heinrich Hoffman, ilustró mediante cuentos e historietas la conducta de los niños, uno de ellos titulado “Felipe el nervioso”donde describe los problemas de atención e hiperactividad de este niño. En 1899, Clouston sostenía que este trastorno de hiperexcitabilidad se debía a una disfunción en alguna parte del cerebro y señaló a la corteza como la estructura implicada.
En 1902, el médico pediatra ingles George Still, describe a un grupo de niños con una serie de síntomas muy parecidos a lo que hoy denominamos TDAH con presentación combinada, es decir, niños con problemas de atención pero también de hiperactividad. El Dr. Still, llegó más allá, a rmó, que la causa de este trastorno no estaba basada en la educación que recibía el niño de sus padres, sino que era un trastorno del desarrollo neurológico en el que la herencia jugaba un papel muy importante. En 1937, el psiquiatra estadounidense Charles Bradley descubre por casualidad los efectos de la bencedrina, una anfetamina que administró a un grupo de jóvenes indisciplinados de un internado. Estos chicos manifestaban problemas de conducta y obediencia. Pocos días después, Bradley pudo comprobar que la anfetamina administrada había mejorado la conducta y el rendimiento académico de los jóvenes.