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Marzo, El mes que cambiaba el 2020

9 de marzo de 2020

• Mendoza avanza con la recuperación y restauración del túnel de Cacheuta • Economía: Calmar las aguas para que el dinero fluya • Fuerte inversión para desarrollo bonerense • Proyecto para el nuevo Puente

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Ezcurra

22 de marzo de 2020

• Decisión política para proyectos de infraestructura • Avanzan los estudios el Paso

Internacional Las Leñas • Transformar e innovar en la industria de la construcción • Análisis Económico: Indicadores en altas y bajas

INDICADORES EN ALTAS Y BAJAS

En el primer bimestre del año los despachos de cemento Portland registraban los niveles más bajos de los últimos diez años. Una combinación de continuada recesión económica (caída del nivel de ingreso general), mayor presión impositiva (menor capacidad de ahorro/inversión privada) elevada incertidumbre sobre el futuro y paralización de la inversión pública, ayudaron a explicarla retracción de la inversión en construcción, así como del gasto en refacciones y/o mejoras. En enero se entregaban en el mercado interno 745,7 mil toneladas de cemento, es decir 14,7% menos que en enero de 2019. Y en el segundo mes del año se despacharon 686,7 mil toneladas de cemento, lo que arrojó una caída de 25,4% interanual.

El mes que cambiaba el 2020

TUNEL CACHEUTA

El Subsecretario de Obras Públicas del Ministerio de Planificación e Infraestructura Pública de Mendoza, Arquitecto Jorge Simoni, hablaba con El Constructor acerca del avance de las obras de recuperación y restauración del Túnel Nº1 de Cacheuta y de la refuncionalización integral de la Ruta Provincial N° 82. “Se trata de la refuncionalización integral de la Ruta Provincial N° 82, que por sus características, influencia y diseño se perfila para ser una de las realizaciones de infraestructura vial más importante de Mendoza de los últimos años. Propone ampliar la capacidad de la actual Panamericana, con un perfil de camino tipo autopista urbana, e incluye una serie de modificaciones diseñadas para mejorar la seguridad de los usuarios y jerarquizar la traza teniendo en cuenta el aumento del caudal de vehículos”. Según el entrevistado: “Accedimos a un financiamiento muy favorable para la provincia de Mendoza y supimos aprovecharlo”. El Túnel Nº1 de Cacheuta está ubicado en el kilómetro 32 de la Ruta Provincial 82, tiene 245 metros de longitud y fue clausurado en el 2000 debido a desprendimientos de rocas en su interior que ponían en riesgo la seguridad de las personas que transitaban por la ruta. Desde ese momento se habilitó un camino provisorio, que posteriormente fue hormigonado y permitió la circulación hacia Cacheuta. No obstante, debido a la topografía del lugar, ni la calzada ni la banquina poseían las condiciones de diseño establecidas para una ruta provincial en zona montañosa, según lo establece la Dirección Nacional de Vialidad, lo que compromete la agilidad en el tránsito vehicular. La obra, que habilitaría nuevamente el túnel con un ancho de calzada de 7,20 metros y veredas de 0,70 metros a ambos lados, estaría concluida en abril, según el entrevistado en ese momento. El Subsecretario de Obras Públicas del Ministerio de Planificación e Infraestructura Pública de Mendoza, Arquitecto Jorge Simoni, hablaba con El Constructor acerca del avance de las obras de recuperación y restauración . FINANCIAMIENTO INTERNACIONAL El país tenía en curso proyectos de infraestructura y sociales por más de US$ 27.000 millones con organismos financieros multilaterales, pero muchos estaban frenados por la vulnerabilidad de la macroeconomía. Resultaba estratégico ponerlos en marcha a la brevedad, coincidían los entrevistados. La economía argentina pasaba un momento bisagra (antes de la cuarentena). Todo o casi todo estaba pendiente de cómo se avance en la renegociación de la deuda soberana con el Fondo Monetario Internacional y los bonistas privados. De eso dependía la evolución del riesgo país -al cierre de esa edición superaba los 2100 puntos básicos- y en consecuencia, las posibilidades reales de apalancar los proyectos de infraestructura y la producción en su conjunto, con tasas de interés razonables. En ese momento el crédito internacional estaba virtualmente caído, a la espera de novedades en cuanto al reperfilamiento de la deuda. Pero los inversores y entidades de crédito también quieren saber si el Gobierno finalmente lograría domar la inflación, si la actividad empezaría a recuperar dinamismo y, en suma, si la economía daba muestra concretas de encaminarse para que los negocios tengan rentabilidad positiva. Si eso ocurría, las empresas producirían más porque venden más, tanto en el mercado interno como en exportaciones, el Gobierno recaudaría más por mayor nivel de actividad, el déficit fiscal tendería a reducirse e incluso a eliminarse y habría capacidad de repago de la deuda pública. Círculo virtuoso por donde se lo mire. Ésta era la señal que esperan los ejecutivos sentados al frente de sus empresas pero también los funcionarios desde sus despachos y los directivos de las entidades multilaterales de crédito en las poltronas del board. Coincidían que era el momento para finalmente desempolvar buenos proyectos de infraestructura que estaban a la espera de condiciones favorables para desarrollarse. Una vez más, la macro tenía la palabra. DECISIÓN POLÍTICA El Gobierno impulsaba proyectos de infraestructura de carácter social como agua y saneamiento, accesos o vivienda social. Esto sin descuidar avanzar en obras en sectores clave como Vaca Muerta o la minería metalífera y del litio. El nuevo Gobierno, que llevaba en el poder apenas 100 días, estaba definiendo prioridades para destinar los menguados recursos con los que contaba. A la par, intentaba dinamizar los canales de financiamiento internacional para apalancar la inversión en infraestructura pero con una visión estratégica para dinamizar la economía en sectores claves. “No podemos pensar el derecho al Hábitat si no pensamos en el derecho al trabajo. Van de la mano y esto es muy importante porque no hay industria que genere más trabajo que la industria de la construcción”, aseguraba en diálogo con El Constructor, la entonces ministra de Desarrollo Territorial y Hábitat, María Eugenia Bielsa. “Para cubrir al menos las necesidades mínimas de infraestructura en la región, se requiere al menos 25% del PIB al año”, consideraba Alicia Bárcena, titular de la Cepal. “De los 7 millones de personas sin acceso al agua, la situación de 5 millones se resuelve con obras de mediana complejidad”, afirmaba en su momento el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis.

PASO INTERNACIONAL LAS LEÑAS

El Gobierno provincial de Mendoza se reunía con autoridades y profesionales del país vecino (Chile) en el campamento donde se realiza una parte de los estudios geológicos para el futuro cruce fronterizo. El proyecto de obra contemplaba un túnel de baja altura de más de 11 kilómetros para conectar El Sosneado con Rancagua. “Es muy importante esta etapa. Desde los primeros días de febrero se está trabajando del lado argentino. Coordinamos un encuentro en el campamento de El Sosneado. Los estudios preliminares existentes incluían fotos satelitales pero el relevamiento in situ cambia totalmente”, explicaba Hermes Suizer, presidente de Desarrollo Regional de la Cámara de Comercio, Industria y Agropecuaria de San Rafael. El Paso Las Leñas era un proyecto que posibilitaba el desarrollo económico de la región y de todo el país por su conexión directa con el puerto de San Antonio, en Chile. Permitia potenciar el intercambio, los negocios, el empleo y el turismo en toda la zona.

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