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Octubre, Día del Camino
Octubre de 2020 Día del Camino
• Vialidad Nacional • Vialidad de Buenos Aires • Asociación Arg. de Carreteras • Consejo Vial Federal • Federación Arg. de Transporte de Cargas • Instituto del Cemento Portland Argentina • Lemac • Cámara Argentina de la Construcción • Agencia Nacional de Seguridad Vial • Cámara Argentina de Consultoras de Ingeniería • Vialidad Federal • De los PPP a las inversiones con fondos públicos • El desafío de las obras viales en la montaña • Camino de las Altas Cúmbres
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Aprovechar las oportunidades
Cuando ya era escasa la inversión pública puesta en las obras viales del país, aparentemente, la emergencia sanitaria desatada por el Covid-19 puso en pausa a la industria este año y toda la cadena de valor continuó afectada aun pese al cambio de perspectiva que tiene la actual Administración central en cuanto a la distribución del ingreso. Al empezar este ejercicio y solo por mencionar unos ejemplos, tres cuartas partes de las 600 ejecuciones viales a cargo del Ejecutivo Nacional estaban paralizadas y muchas constructoras llevaban más de seis meses sin generar certificados de obra. Además, la deuda acumulada con contratistas sumó miles de millones de pesos y el resto de los contratos vigentes tenía retrasos. En las provincias y municipios, el panorama era el mismo, y en cuanto a la iniciativa particular, ya ni vale la pena hablar de los miles de kilómetros a cuenta de la asociación público-privada. Como en décadas anteriores, otra vez, las oportunidades fueron desaprovechadas y transcurrido casi un año, poco se hizo; y muy poco, en relación con el esfuerzo puesto en el marco de la pandemia. ¿Por qué sigue pasando el tiempo y no se apuran las intervenciones indispensables para los vecinos así como las mejoras en caminos terciarios que aumenten la producción de commodities exportables y bienes de consumo masivo? ¿Qué impide reactivar todos los proyectos con contratos existentes? ¿Qué impide lanzar proyectos y contratos nuevos? ¿Cuándo podrán bajarse los sobrecostos asociados al tránsito pasante o los índices de siniestralidad ligados a la falta de señalización e iluminación? ¿Cuántos choques frontales más habrá que ver hasta que se complete la construcción de segundas calzadas? ¿Adónde está la complejidad, que pueda entorpecer la recuperación del empleo y el comercio derivado de una buena conectividad? Mucho más puede señalarse e igualmente mencionarse beneficios para la salud pública y la educación. Pero como sea, hoy es tarde para insistir con la utilidad que supone la creación de fondos anticíclos y la conveniente disposición de tecnología moderna y modelos de gestión y mantenimiento. No obstante, como se veía en las páginas de esta edición, también se puede avizorar un período extraordinario, pues el PBI se ha derrumbado abruptamente y urge la inversión en infraestructura; mientras que un cambio de hábitos por razones sanitarias coloca a la construcción vial frente a una mejor oportunidad. No cabe duda de que el desafío está por delante y es más que una circunstancia. Ahora es, nuevamente, el momento indicado de empezar a construir un futuro mejor.