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Noviembre, Día de la Construcción
Noviembre de 2020 Día de la Construcción
• CADECI • APYMECO • AFCP • IREAL • CADAMDA • INTI • CAMESI • ISF-AR • CEDU • Vivienda Federal • Los programas para reactivas la construcción ya comenzaron • Parques industriales para impulsar la economía • El nuevo rol de las mujeres en la construcción
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Infraestructura y gestión pública
Considerando el marco de una pandemia, nuestra industria no estaba mostrando un comportamiento uniforme: la construcción privada se acomodó muy rápido a los tiempos que corren mientras la obra pública está terminando el año sin todavía encontrar su rumbo. ¿Por qué? Como todos saben, en cualquier caso, no alcanza con tener un buen proyecto. Es imprescindible contar con el dinero necesario para afrontar los gastos pero también, hacer el trabajo de la ingeniería matriculada que demanda la administración de este tipo de inversiones. En este último aspecto, por ejemplo, la empresa privada viene aprovechando la baja de los costos de la construcción en pesos desde hace meses, potenciando un stock de proyectos que además se apalanca en una devaluación oficial lenta pero imparable; en tanto que el Estado -descontando algunas provincias- se dedicó a pagar los certificados de obra que recibe, postergando la promoción de nuevos emprendimientos. Es decir que mientras la empresa privada gestionó su inversión “hacia delante”, el Estado apenas ha mostrado buenas intensiones al retomar contratos viejos y proponer que el flujo de inversiones hacia la construcción se haga a partir de los incentivos fiscales y el blanqueo de activos: sin discutir aquí si ello significa utilizar moneda de procedencia dudosa y recaudar menos, como tantas veces se ha dicho, hacer Obra Pública es una política de Estado y su administración no es para improvisados ni cortoplacistas. En conclusión, la actual falta de inversión en obras públicas otra vez parecería radicar en la ausencia de gestión así como, planificación: la infraestructura debe estar en el centro de la escena y para que pueda definirse, no debe emplearse como variable que modifique el comportamiento coyuntural de la economía en general; por el contrario, la economía debiera supeditarse a la infraestructura, por tratarse del patrimonio que la sociedad necesita para su desarrollo, y en el mismo sentido eventualmente actuar como fondo anticíclico cuando cae la inversión privada. Quizá, ante las urgencias que no dan tregua, éste no fue un año para pensar en la sustentabilidad. Pero al menos sirva de experiencia -más allá del cansancio que provoca la repetición del mensaje-, para apreciar la importancia relativa que propone la formulación de políticas públicas conformes al justo equilibrio del cuidado ambiental, económico y social, los tres, factores que determinarán cómo llegar al éxito con los proyectos de corto, mediano o largo plazo.