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EDITORIAL

L¡ legó diciembre! Decimos ahora sin alegría, gritamos ahora más como un refugio que nos recuerda lo efímero que fue este año que “por fin se acabó”. Un año tortuoso por demás que no nos deja otra cosa que las ganas infinitas de que se acabe rápido y una ilusión infantil de que lo venidero será mejor, porque no está bien creer o asegurar que quizás el otro año será peor. Es inevitable no pensarlo pero es socialmente reprochable asegurarlo y más en este último mes, en donde, como dice la canción:

Al llegar la media noche, cuando risa y llan-

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to se confunda entre la gente… nos olvidaremos tal vez de todo esto y miraremos al cielo oscuro de la noche y rogaremos a las estrellas o a los juegos artificiales que lo que traiga el 2021 sea menos peor, porque así nos toca en Colombia, pilotear con lo menos peor, además de tener cuidado de no ahogarnos con las 12 uvas.

Es casi que absurdo vivir en esta Colombia en plena pandemia donde lo menos grave es el virus SARS-CoV-2 que azota al mundo. Tenemos aquí problemas más graves: masacres, feminicidios, pobreza, desigualdad, hambre, desempleo y un largo etcétera que no se compara al terror y la desdicha encontradas en la obra de Edgar Allan Poe, porque claro, no podemos hablar de Narraciones Extraordinarias sin referirnos al padre de la literatura policiaca, pero no la de las manzanas podridas y las violaciones extrajudiciales, esas obras vendrían décadas después. Las estadísticas de ahora en adelante tendrán una posdata de explicación en donde el protagonista será el coronavirus. Se dejaron de hacer muchas cosas, dejamos de hacer infinidad de actividades, la vida realmente nos cambió y tuvimos que vernos seguir y seguir y luchar y trabajar y sobrevivir aun cuando afuera, en las calles, la muerte nos acompañaba constantemente. Al parecer, la naturaleza fue la única que disfrutó los meses de encierro de las personas, los corales se recuperaron, aparecieron

especies que se creían extintas, vimos des- San Andrés, Amazonas, La Guajira y casi files completos de animales recorriendo que en cada departamento diariamente. las calles y ciudades y nosotros mientras Huracanes, ríos desbordados, fenómenos tanto en reuniones por Zoom, Meet, Cisco, naturales, incendios, masacres, hambre, Google academy y todas las aplicaciones muertes y masacres. que se hicieron populares durante el 2020. Esta edición trae entonces una serie Cuando propusimos el tema de la de relatos, anécdotas, crónicas, poemas, edición #25, queríamos dejar un poco de ilustraciones y dibujos que nos recuerdan lado el tan importante realismo mágico co- el caos que habita en nosotros mismos. Ha lombiano en donde al fiscal anticorrupción sido un año para recordar, para no olvidar, lo encarcelan por corrupto. Queríamos para re-pensar, y como se volvió popular ir más allá, quisimos proponerle a nues- re-inventarnos, aún sin habernos inventros colaboradores que nos narraran esas tado completamente pero aquí estamos anécdotas, situaciones y recuerdos que se nuevamente para ustedes, con este rollo salen de toda magia y se vuelven realidad, que esperamos pueda trascender y tocar pues bien es cierto que es mucho más na- esas puertas, ventanas y habitaciones que rrable lo que sucede a diario en el país se han mantenido cerradas durante meses del Sagrado Corazón de Jesús. Bastarían evitando que la muerte, en sus múltiples muchas novelas para dejar plasmado el formas, nos llegue de un momento a otro terror que se vive en Chocó, Providencia, para decirnos: Nunca jamás.

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