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STEVEN WILSON EN 6 RELATOS
Steven Wilson
en 6relatos
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Texto: Juan Francisco Jaramillo
Comunicador Social - Periodista Editor Musical - Revista El Rollo
Desde hace años existe un consenso que define a Steven Wilson como “el músico británico más exitoso del que la mayoría de la gente nunca ha oído hablar”. Sí, lo anterior es una contradicción tremenda si se considera al éxito en la industria musical como la capacidad de ser escuchado por una audiencia numerosa ya que para eso existen las estadísticas que arrojan las redes sociales y las plataformas de streaming. Pero el éxito en el caso de Steven Wilson –al igual que otros tantos músicos- debe ser visto por la calidad y riqueza en sus obras. Wilson hace parte de esa camada de músicos de rock progresivo contemporáneo que desde comienzos de la década de los noventa han revitalizado a un género que se creía estancado en los viejos patrones sonoros de los años setenta con obras de carácter faraónico por sus extensos pasajes sonoros y recibió un golpe a la mandíbula con el surgimiento del punk y su crudeza relegándolo a la categoría de una música compleja de escuchar, en su momento se diría que era “música hecha para músicos”. El frente de trabajo principal de Steven Wilson fue Porcupine Tree, una banda que editó diez álbumes de estudio y que permitió revitalizar el rock progresivo haciéndolo atractivo para nuevas audiencias al incluir elementos del pop, la música electrónica o el metal.
Tras un par de discos en solitario, “Insurgentes” de 2008 y “Grace for Drowing” de 201, Wilson editaría en 2013 “The Raven That Refused to Sing (And Other Stories) el que es considerado por la crítica especializada como su obra magna en términos de musicalidad y que además en las letras está escrito a partir de la influencia de escritores de terror británicos de comienzo del siglo XX como M.R. James, Algernon Blackwood y Arthur Machen lo que le confiere una atmósfera bucólica y de penumbra que lo conecta con la larga tradición británica de relatos cargados de suspenso, terror o desasosiego. El tema con el que abre el disco es Luminol, una canción que según Wilson está basada en un músico callejero que algún día observó en una estación de tren y que parecía un fantasma en medio de la multitud, según las palabras del músico británico: “No importa cómo sea el clima; él siempre está ahí, tocando su guitarra acústica y cantando estas canciones. Nieve, lluvia, vientos huracanados, nada le impedirá estar en su lugar. Es el tipo de persona tan metida en su rutina que incluso la muerte no lo detendrá”.
El siguiente tema, Drive Home habla del peso de los recuerdos y los traumas. Es así como según Wilson: “Una pareja va en un automóvil por la noche, están muy enamorados, el hombre está conduciendo, y su pareja, su esposa o novia o quien sea, está en el asiento del pasajero y al minuto siguiente tienen un accidente de tráfico en el que ella muere”. El fantasma de la pareja del hombre finalmente regresa diciendo: ‘Ahora voy a recordarte lo que pasó esa noche’. El hombre revive el accidente de una forma muy vívida incluyendo la muerte de su pareja. De nuevo, la idea de un trauma que lleva a una parte perdida de la vida de este tipo hace que él no pueda lidiar con la realidad de lo que sucedió, por lo que lo bloquea y hace que tenga que acudir a los objetos de su pareja para tratar de editar la película que transcurre en su memoria”.
Video LuminoL: https://www.youtube.com/watch?V=wyfQ1i-VV7m
En muchos relatos de terror clásicos suele aparecer la figura del Diablo como un antagonista que está al acecho de las almas de los desafortunados que se atreven a retarlo, de eso trata The Holy Drinker que narra la historia de un pastor protestante que en público lleva una vida recta e intachable pero que en privado es un alcohólico empedernido y reta al Diablo en una competencia para medir la capacidad de ingerir alcohol, según Wilson el desenlace de la historia es la condena eterna: “Por supuesto, no se puede vencer al diablo en una competencia de beber, no se puede vencer el diablo en cualquier cosa y entonces pierde para acabar arrastrado al infierno”.
Las cosas más extraordinarias pueden ocurrir en medio de las situaciones más comunes, de eso se trata The Pin Drop en el que una pareja que lleva casada por conveniencia muchos años colapsa. “La canción la canta básicamente la esposa. Está muerta, el marido la arrojó al río y flota en el río mientras canta esta canción, más allá de la muerte, más allá de la tumba, por así decirlo. La idea de que a veces en una relación puede haber tanta tensión, tanto resentimiento y odio tácito, que la cosa más pequeña puede desencadenar un episodio violento, y en este caso, uno que termina en tragedia. El sonido de un alfiler cayendo en un piso puede ser lo que provoca la furia “.
La penúltima canción del disco, The Watchmaker, es otro relato de fantasmas clásico en el que un hombre que tiene una relojería entierra a su esposa en el suelo del taller para tenerla cerca, el fantasma de la mujer regresa para llevárselo y así poder estar juntos en la eternidad. El cierre del disco corresponde a The Raven That Refused to Sing, según Steven Wilson esta es la canción más hermosa que ha compuesto en su carrera, la letra cuenta la historia de un anciano que ya siente cerca la hora de su muerte y en una epifanía recuerda a su hermana mayor que falleció cuando aún eran niños, este recuerdo lo consuela y en ese momento aparece un cuervo, entonces el hombre cree que ese cuervo es la manifestación espiritual de su hermana y le pide que grazne una vez como señal de que si es ella; pero el animal se niega y el hombre poco a poco se apaga esperando que ocurra el milagro de ese último graznido del ave.