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17. MÚSCULO PSOAS

Bloqueos miofasciales

Capítulo 17 MÚSCULO PSOAS

A. Ocón Moreno, A. Vela de Toro, L. Herrero Lozano

INTRODUCCIÓN

En lo que al bloqueo del músculo psoas se refiere debemos tener en cuenta 2 variantes importantes:

• Bloqueo músculo psoas propiamente dicho para el tratamiento del síndrome miofascial, objetivo principal de este capítulo.

• Bloqueo del compartimento del psoas, diana para el bloqueo del plexo lumbar y sobre él que igualmente vamos a comentar algunos aspectos.

El músculo psoas se origina en la cara lateral de las vértebras (incluyendo apófisis transversas y discos intervertebrales) desde T12 hasta L5. Se inserta, junto a su porción ilíaca, en el trocánter menor.

Se trata de un músculo cuya función es variable:

• Unilateral: desplazamiento del miembro inferior libre (el que no asume el peso corporal). El dolor en este caso se distribuye de manera cráneo-caudal por la zona lumbar y se irradia hacia la cara anterior del muslo.

• Bilateral: flexión del tronco. Dolor característicamente horizontal en la zona lumbar que se reproduce con la bipedestación y sobre todo al levantarse desde baja altura.

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Capítulo 17. Músculo psoas

En cuanto al compartimento del psoas o de Bonitot, es importante comentar que contiene 3 ramos colaterales largos: obturador, femoral y femoral cutáneo lateral. Un bloqueo a este nivel nos permite, añadiendo bloqueo ciático y génito-femoral, realizar intervenciones de miembro inferior con un mejor control del dolor postoperatorio y un manejo más sencillo a nivel hemodinámico y respiratorio.

INDICACIONES

La indicación más clara del bloqueo del mismo es el síndrome miofascial, para cuyo diagnóstico debemos llevar a cabo una exploración física cuidadosa.

En decúbito supino le pediremos al paciente la flexión del músculo con y sin resistencia.

Igualmente hay una serie de puntos gatillo que resultan útiles en su exploración como son:

• Palpación del triángulo femoral, lugar de la unión músculo-tendinosa del mismo, generando un dolor característico lumbar y hacia la cara anterior del muslo e ingle.

• Por dentro de la cresta ilíaca, a través de la aponeurosis del oblicuo externo, generando dolor hacia zona lumbar y sacroilíaca.

• Palpación indirecta del psoas por toda la longitud de la columna pudiendo generar un dolor irradiado característicamente hacia el ombligo.

Por último, y brevemente, no hay que dejar de comentar la indicación del bloqueo lumbar vía compartimento del psoas, pues nos permite (acompañado de al menos el bloqueo ciático) la realización de cirugías de miembro inferior en pacientes con gran comorbilidad y que difícilmente tolerarían una anestesia general o espinal.

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Bloqueos miofasciales

POSICIONAMIENTO DEL PACIENTE Y SONDA

Paciente en decúbito prono, sonda convexa eje sagital sobre apófisis trasversal lumbares.

Con el paciente en decúbito prono, partiendo de la anatomía referida anteriormente, localizaremos con la sonda en eje sagital (algunos autores prefiere axial) las apófisis espinosas para, de medial a lateral ir localizando láminas apófisis articulares finalmente transversas (típica imagen en tridente) entre las cuales observaremos el psoas con su característica delgada línea hiperecogénica en su espesor.

TÉCNICA Y ABORDAJE

• Aguja: generalmente 22G 90 mm.

• Sonda: lineal.

• Abordaje: en plano.

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Capítulo 17. Músculo psoas

• Infiltración: siempre variable, pero podemos usar bupivacaína 0,25% sin sobrepasar los 3 mg/kg, en general alrededor de unos 20 mL.

IMAGEN ECOGRÁFICA

Imagen ecográfica. Signo del tridente; apófisis trasversal (A.T.) bajo las cuales observamos el Músculo Psoas.

COMPLICACIONES

• Obviamente una de las posibles complicaciones a la hora de paliar un síndrome miofascial es el bloqueo del plexo lumbar, a veces difícil de evitar, motivo por el que la visión directa con ecografía y la neuroestimulación de cara a reproducir el dolor nos pueden ser muy útiles para ser lo más selectivos posibles (igualmente nos sirve para localizar el punto del psoas que más se puede beneficiar de la infiltración)

• Entre otras complicaciones destacan las derivadas de la localización anatómica, motivo por el que se trata de un bloqueo complejo. Podemos mencionar: punción renal, lesión del nervio femoral, hematoma retroperitoneal, inyección intravascular con toxicidad cardíaca y/o neurológica, inyección subaracnoidea o epidural,…

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