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Dra. Soledad Machado, Dr. Rodrigo Della Santa, Dr. Julio Magliano, Prof. Dr. Carlos Bazzano
Uso de camas solares y cáncer de piel
Dra. Soledad Machado*, Dr. Rodrigo Della Santa*, Dr. Julio Magliano**, Prof. Dr. Carlos Bazzano***
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* Especialista en Dermatología. ** Profesor Adjunto de Dermatología. *** Profesor Titular de Dermatología.
Cátedra de Dermatología Médico - Quirúrgica. Hospital de Clínicas “Dr. Manuel Quintela”.
Facultad de Medicina. Universidad de la República. Montevideo - Uruguay.
Resumen. El uso de camas solares se ha popularizado desde los años 90 con fines cosméticos, pero esta práctica conlleva graves consecuencias en la salud de los individuos. El cáncer de piel es uno de los efectos no deseados más importantes relacionados con la exposición a radiación ultravioleta artificial. Estudios internacionales afirman su clara asociación y su presencia en edades más tempranas debido a la exposición precoz. En este artículo se presenta una revisión de la literatura internacional con el fin de informar y promover el desuso de este tipo de dispositivos. Abstract. The use of tanning bed with cosmetics purpose has been popularized since the 90s, but this practice has serious consequences on health. Skin cancer is one of the most important unwanted effects related to the exposure to artificial ultraviolet radiation. International studies confirm its clear association and its presence at younger ages due to early exposure. We present a review of the international literature in order to inform and promote disuse of tanning beds.
Palabras clave: camas solares, radiación ultravioleta, bronceado artificial, cáncer de piel. Keywords: sunbeds, ultraviolet radiation, artificial tanning, skin cancer.
El cáncer de piel
El cáncer de piel es la neoplasia más frecuente del ser humano, distinguiéndose el melanoma y el cáncer de piel no melanoma (CPNM), dentro de los cuales se encuentra el carcinoma basocelular (CBC) que es el más frecuente, seguido por el carcinoma escamocelular (CEC). Se diagnostican anualmente aproximadamente de 2 a 3 millones de CPNM a nivel mundial(1,2) . En Uruguay, en el período 2013-2017 el promedio anual de incidencia de CPNM fue de 1534 casos en hombres y 1392 en mujeres, según la Comisión Honoraria de Lucha Contra el Cáncer. Sabemos igualmente que la incidencia no es del todo ajustada, ya que existe un subregistro de los CPNM. Tanto en Uruguay como a nivel mundial se ha visto un incremento en la incidencia del cáncer de piel con respecto a la década pasada(3) . La mortalidad del CPNM en el período de 2014-2018 para los hombres fue de 2,13 casos por 100.000 habitantes, correspondiendo 1,26 casos por 100.000 a carcinoma escamocelular y 0,35 casos por 100.000 a basocelular. Para las mujeres se registraron 1,21 casos por 100.000 habitantes, siendo para CEC una tasa de 0,61 casos por 100.000 y para CBC 0,23 casos por 100.000(4) . El melanoma es el tercer cáncer de piel en frecuencia, pero es más agresivo en comparación con el CBC y CEC. En Uruguay se informaron en promedio 272 casos nuevos y 91 muertes por año entre 2014 y 2018.
S. Machado R. Della Santa J. Magliano C. Bazzano
Uruguay muestra las tasas de incidencia y mortalidad más altas de América Latina. Para los hombres, las tasas de incidencia se sitúan en el quintil más alto a nivel internacional, mientras que para las mujeres las tasas de incidencia se sitúan en el segundo quintil más alto(5) .
Factores de riesgo
Existen múltiples factores de riesgo que predisponen el desarrollo de cáncer de piel en un individuo. Hay factores constitucionales como: • antecedentes personales y/o familiares de cáncer de piel • piel clara • ojos claros • cabello rubio o pelirrojo • la presencia de múltiples nevos • historia de quemaduras solares en la infancia También hay factores ambientales, como: • la exposición a la luz solar • residencia en latitudes ecuatoriales • el uso de camas solares(6) La exposición a la radiación ultravioleta (RUV), es considerada un factor importante para el desarrollo de cáncer de piel tanto melanoma como para el CPNM. En 2009, la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC), clasificó a la radiación solar y a la RUV emitida por aparatos para el bronceado con una longitud de onda entre 100-400 nm como parte del Grupo 1: “Carcinogénicos para los humanos”(7) . A pesar de estos hechos, el bronceado con fines cosméticos ha llevado al desarrollo de una gran industria promotora del bronceado artificial, especialmente en los países occidentales. El uso de camas solares continúa siendo un hábito popular peligroso debido al potencial carcinogénico presente en la RUV(8) .
Daño por radiación ultravioleta
La radiación ultravioleta (RUV) es una radiación electromagnética con una longitud de onda más corta que la luz visible, en el rango de 100 a 400 nm. La RUV se divide en tres categorías: UVA (400-320 nm), UVB (320-280 nm) y UVC (280-100 nm). La radiación solar incluye 95 % UVA y 5 % UVB, ya que la UVC es bloqueada por la atmósfera. Los diferentes espectros son considerados como carcinógenos humanos ya que son capaces de producir
mutaciones específicas causando daño directo e indirecto del ADN(9,10) . El daño sobre el ADN desencadena la activación de la
proteína p53 y provoca la formación de la hormona
melanocito estimulante, responsable de la producción de melanina por parte de los melanocitos. De esta manera se genera el bronceado, una expresión tardía del daño celular por la RUV(11) .
Historia del bronceado estético
En la década del 20, la famosa diseñadora Coco Chanel incursiona con el hábito del bronceado. Hasta ese momento en la historia, la tez blanquecina era símbolo de distinción y belleza. También la ciencia médica apoya este hábito recomendando los “baños de sol” para tratar ciertas dolencias como la anemia, depresión, fortalecimiento óseo, entre otras. El bronceado artificial es un fenómeno más reciente, surge en la década de 1960, pero no es hasta los ‘80 que aumenta su popularidad, teniendo un rápido crecimiento en los ‘90, principalmente en mujeres jóvenes. Los dispositivos utilizados para el bronceado artificial -como las camas solares-, emiten principalmente radiación UVA (alrededor del 95 % al 99 %) y UVB en menor porcentaje (1-5 %). La RUVB se considera necesaria para acelerar y mantener el proceso de bronceado(12) .
Uso de camas solares y cáncer de piel
A pesar de su popularidad, el uso de camas solares tiene consecuencias importantes en la salud. Su uso se ha visto relacionado con el desarrollo de cáncer de piel, tanto melanoma como CPNM. An S. et al presentaron en un metanálisis que la exposición temprana en menores de 20 años a camas solares y más de 10 exposiciones al año se asociaban al desarrollo de cáncer de piel. Existe una respuesta dosis dependiente entre el uso de cama solar y el riesgo de desarrollar melanoma y/o CPNM(8) . Con relación al melanoma, estudios internacionales concluyen que, a menor edad de inicio en esta práctica, mayor es el riesgo de desarrollar melanoma, y que las personas que han utilizado camas solares alguna vez en su vida tienen un 20 % de riesgo mayor de desarrollar melanoma en comparación con los que nunca utilizaron(13) . El grupo de la IARC informó que la exposición a
camas solares ante de los 35 años aumenta el
riesgo de melanoma en un 75 %(14). También se ha visto aumentado el riesgo de melanoma ocular, en individuos que comienzan el uso de camas solares antes de los 20 años(7). Se calcula que el riesgo de desarrollar melanoma aumenta 1,8 veces con cada sesión de cama solar al año(15). Un estudio noruego de 140.000 mujeres mostró la existencia de un riesgo adicional en el uso temprano de las camas solares y el desarrollo de melanoma(16) . El uso de camas solares también se ha visto asociado al aumento de CBC y CEC. Wehner et al, estimaron que el riesgo de carcinoma escamocelular aumentaba 102 % y de carcinoma basocelular 40 % cuando la primera exposición a la RUV artificial se presentaba en menores de 25 años(17) . Por estos motivos el uso de cama solar está prohibido en menores de 18 años en Australia, varios países de Europa, Canadá, en diversos estados de EE.UU., Brasil y Argentina. Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) desaconseja su uso en personas: • de piel clara • ojos claros • de cabello rubio o pelirrojo (fototipo I-II)
• menores de 18 años • personas con un número elevado de nevos • personas con pecas • antecedentes de quemaduras solares • antecedentes de cáncer de piel o lesiones cutáneas premalignas • piel con elementos de fotodaño • personas que utilizan medicamentos fotosensibilizantes (hidroclorotiazida, amiodarona, furosemide, isotretinoína, metformina, tetraciclinas, entre otros) o cosméticos que producen fotosensibilidad • inmunosuprimidos(12)
Conclusión
El uso de camas solares para obtener un bronceado con fines cosméticos se ha visto asociado al desarrollo de cáncer de piel tanto melanoma como no melanoma. Creemos que es de importancia implementar políticas informativas y de prevención para evitar el inicio precoz en estas prácticas y sus consecuencias a futuro.
Aprobado para publicación: 16/05/2022
Bibliografía
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