Asì Ocurrió Por: Ing. Jesús Zárate Hernández Fotografía: Oskar Ruizesparza
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Toreros al limite Saldívar y Talavante fueron exigidos al máximo para poder cortar cada uno una oreja Saldívar y Talavante fueron exigidos al máximo para poder cortar cada uno una oreja La prueba no podía ser más dura. El encierro de Begoña, compuesto por cinco toros de ese hierro y dos de Mimiahupan, resultó además de una gran decepción un difícil examen para los toreros. El primero en pasarlo, fue el tercer espada Arturo Saldívar, quien en su primera actuación enfrentó a un toro de San Miguel de Mimiahupan, que se fue a refugiar a las tablas, no para pelear sino para defenderse. Ahí le plantó cara con la muleta Arturo y le sacó una faena de riñones, con muletazos templados, que provocaron la explosión de un público que a esas alturas había visto solo decepciones. Saldívar siguió con la misma voluntad en segundo, el sexto de la corrida, pero se topó de frente a uno de Begoña que lo único que sabía hacer era huir. El primer espada Alejandro Talavante abrió la corrida con buenas expectativas, así lo dejaron ver los muletazos por alto, con los que comenzó el tercer tercio. Sin embargo, el toro se vino a menos, y con ello el trasteo del español. Su segundo no tenía la menor intención de embestir