Leland Snow y sus primeros aviones en la Argentina
Por Francisco Halbritter
Y
a hemos hablado sobre la trayectoria de Fred Ernest Weick como diseñador del avión agrícola moderno. Sus ideas dieron forma hace más de seis décadas a una aeronave especializada cuyo concepto básico no ha cambiado hasta el día de hoy. Simplemente, para dar coherencia a este artículo, recordaré algunos hechos vinculados con su trabajo. En 1948, cuando en Estados Unidos explotó la burbuja de "un avión en cada garage", Weick abandonó su puesto en la empresa ERCO, para la que había creado el Ercoupe, un importante protagonista de nuestra aviación civil. Había sido contratado para integrar el cuerpo de investigadores que la universidad Texas A&M College estaba reuniendo para resolver un problema aeronáutico que era cada vez más acuciante para el estado de Texas. Pues si bien por esa época la fumigación aérea en Estados Unidos ya estaba bastante desarrollada, las aeronaves que se utilizaban eran meras adaptaciones de aviones comunes, a los que se les agregaban los tanques y los equipos de dispersión en forma
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más o menos artesanal. Esto generaba una tasa de accidentes tan alarmante que el decano del área de ingeniería de la Texas A&M College, Howard Barlow, decidió que había llegado el momento de diseñar un avión moderno y seguro para su uso específico en la aeroaplicación. Weick inició sus actividades en abril de 1948 y su trabajo culminó en lo que se podría considerar como la reinvención del avión agrícola. Con el apoyo económico de la Civil Aeronautics Administration (el organismo antecesor de la FAA), el U.S. Departament of Agriculture, la propia universidad Texas A&M College y la National Flying Farmers Association, en agosto de 1949 se inició el diseño del prototipo. El resultado fue un avión monoplano metálico de ala baja y tren de aterrizaje convencional fijo, con la cabina totalmente independiente de la tolva de productos químicos, elevada, dotada de amplia visibilidad y con todos los refuerzos necesarios para hacerla segura en caso de accidente. El avión se denominó Texas A&M Ag-1, fue construido en la misma universidad y voló por primera vez en diciembre de 1950, equipado con un motor radial Continental de 225 hp de potencia. De este prototipo se derivaron dos descendientes directos, el Ag-2 construido por la Transland Aircraft, un avión que no pasó de la