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Mientras el individuo esté atrapado por lo instituido, vive en una pseudo realidad que es la que le da existencia, se encuentra limitado e impedido de pasar a lo instituyente321. Cuando el individuo social comienza a desmontar las significaciones de lo imaginario establecido, y a generar nuevas significaciones, entonces en ese momento, crea una nueva praxis individual y social. Se trata de un sujeto, activo, reflexivo, imaginativo, crítico, arriesgado, con el claro deseo de ejercer su libertad, ser autónomo y desarrollarse en una sociedad democrática. Se crea praxis social en el mismo instante que el individuo decide no continuar siendo un títere de lo establecido. La imaginación radical es “de origen indominable en su efectividad, indomable por el pensamiento”322, se encuentra “perpetuamente en acción, de la historia en general y de la historia de la psique singular…”323, para producir imaginario instituyente lo que le exige una triple contribución, esto es, actuar, transformar, cuidar que la actividad para el cambio sea para el desarrollo constructivo y no destructivo. “…Hay…una condición absoluta de la reflexividad, una condición sine qua non: la imaginación sin trabas, no regulada, no sometida a la funcionalidad ni a la repetición, opuesta a la imaginación animal. Porque el ser humano es imaginación no funcional puede poner como entidad algo que no es una “entidad”, es decir, su propio proceso de pensamiento…Sin esta imaginación desregulada, no podría reflexionar, me limitaría a calcular, a razonar…a computar…Me represento no como animal bípedo, sino como actividad representativa, como proceso en y por el cual surgen las representaciones pero también las preguntas, relativas a estas representaciones y a su encadenamiento. Asimismo…en el ámbito del actuar, yo me actúo, pues eso es la voluntad: actuarse como actividad actuante, volver reflexivamente sobre sí mismo como actividad, quererse o querer algo con conocimiento de causa, actuar sobre sí mismo reflexivamente como sujeto actuante…Es la acción que se dirige sobre el sujeto y que tiende a captarlo <como> actividad actuante. Cuando digo “representarse como actividad representativa”…”324. 321
“…debemos reconocer la imaginación radical de la psique como emergencia de representaciones nuevas, y como inseparable de la creación de lo nuevo en la historia. En efecto, ¿cómo aparece ésta? Aparece por cierto como obra del imaginario social, el imaginario instituyente, pero, en la obra del imaginario instituyente, hay una triple contribución del ser humano singular” Castoriadis, Cornelius. Sujeto y verdad en el mundo histórico-social. Ob. cit., p. 160. 322 Castoriadis, Cornelius. La institución imaginaria de la sociedad. V.2., Ob. cit., p. 246. 323 Ídem 324 Castoriadis, Cornelius. Sujeto y verdad en el mundo histórico-social. Ob. cit., pp. 106 y 107.