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elementos centrales de su aportación teórica los que conducen a que la psique aparezca en Castoriadis como expresión de la imaginación radical y la sociedad como una creación del imaginario social instituyente”365.
Estos rasgos que señala Vera son fundamentales, pues confirman que la imaginación es la que produce racionalidad y realidad; y que, la imaginación es una facultad consustancial al sujeto como ser viviente-psíquico-social. De esta manera, lo que postula Castoriadis es que existe una potencialidad creadora propia de los individuos para construir instituciones que le permitan y garanticen su existencia como colectividad, porque los individuos contienen una buena parte de indeterminación. La afirmación de Castoriadis con respecto al individuo es la siguiente: La especificidad del individuo como ser humano es la imaginación radical, cuyo desarrollo requiere de lo imaginario instituyente como campo de creación de formas sociales. La creación remite a lo nuevo, a la innovación, a lo otro. Una nueva forma de sociedad, un nuevo modo de ser de individuo social. La creación está en el origen del surgimiento de la institución366. Esto quiere decir que las instituciones tienen sentido porque son hechas por los individuos, son éstos quienes las construyen en función de sus significaciones sociales. Los individuos son la sociedad, la sociedad son los individuos como un colectivo. En principio el individuo social es fabricación de la sociedad establecida. Mediante esta fabricación la sociedad como institución se perpetúa porque los individuos repiten y transmiten los valores, convenciones, reglas aprendidas. Sólo
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Vera, Juan Manuel. Castoriadis (1922-1997). Ob. cit., pp. 34 y 35. “La creación presupone un imaginario radical en la sociedad. Esa sociedad adquiere un poder instituyente que cabe contraponer a lo ya creado, a lo ya instituido, al sentido que los seres humanos encuentran dado en una sociedad dada. La clausura a la que aspira la sociedad instituida es siempre provisional. Junto a la sociedad instituida aparece la sociedad instituyente, capaz de generar nuevas significaciones, de crear lo nuevo en la historia, de hacer aflorar sentidos desconocidos existentes” Ibíd., p. 36. 366