
2 minute read
ORTOGRAFÍA Uso de las letras g, j
Federico García Lorca (1936), por Gregorio Prieto.

Romancero gitano de Lorca con litografías y palabras de Alberti. Federico García Lorca (1898-1936) nació en Fuente Vaqueros (Granada). Comenzó los estudios de Letras y Derecho. Pronto marcha a Madrid y en la Residencia de Estudiantes entabla relaciones con otros integrantes del grupo. Su viaje a Nueva York en 1929 lo marcará considerablemente. Tiene un período muy activo como poeta, dramaturgo, director escénico y conferenciante. Muere fusilado en la guerra civil española. Tanto en sus obras de teatro como en su poesía trata el tema fundamental de la frustración y la asunción de un destino trágico que impide satisfacer el deseo. Hunde sus raíces en la poesía popular, aunque es un hombre de gran cultura y muy riguroso en su labor de escritura. Las primeras obras del granadino Federico García Lorca, como Libro de Poemas (1921), recuerdan la lírica popular por sus formas y sus temas sencillos. Luego escribió Poema del cante jondo, donde aparece la Andalucía del llanto. Lorca expresa su dolor ante la vida a través de los cantes andaluces.
En 1928 publica Romancero gitano, con el que pretendió reflejar el modo de ver la vida del pueblo andaluz, especialmente de los gitanos. Mantiene el tono propio de la lírica tradicional, pero, al mismo tiempo, se encuentran imágenes cercanas al mundo de los sueños y alejadas de las metáforas tradicionales. Esta tendencia se agudiza en Poeta en Nueva York (1929), libro plenamente surrealista escrito en versos libres en el que lo social adquiere gran relieve: el poeta sintoniza con todas las personas que sufren. En 1935 escribe Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, fusión magistral de lo popular y lo culto. Es una elegía a la muerte del torero amigo. Otras obras de esta última etapa son el Diván del Tamarit y los Sonetos del amor oscuro. Hablan del amor y del dolor con una expresión honda y dolorida, que sitúa a Lorca como uno de los grandes sonetistas de nuestra lengua.
Romance de la pena negra
Las piquetas de los gallos cavan buscando la aurora, cuando por el monte oscuro baja Soledad Montoya. Cobre amarillo, su carne, huele a caballo y a sombra. Yunques ahumados sus pechos, gimen canciones redondas. Soledad, ¿por quién preguntas sin compaña y a estas horas? Pregunte por quien pregunte, dime: ¿a ti qué se te importa? Vengo a buscar lo que busco, mi alegría y mi persona. Soledad de mis pesares, caballo que se desboca, al fin encuentra la mar y se lo tragan las olas. No me recuerdes el mar, que la pena negra, brota en las tierras de aceituna bajo el rumor de las hojas. ¡Soledad, qué pena tienes! ¡Qué pena tan lastimosa! Lloras zumo de limón agrio de espera y de boca. ¡Qué pena tan grande! Corro mi casa como una loca, mis dos trenzas por el suelo, de la cocina a la alcoba. ¡Qué pena! Me estoy poniendo de azabache carne y ropa. ¡Ay, mis camisas de hilo! ¡Ay, mis muslos de amapola! Soledad: lava tu cuerpo con agua de las alondras, y deja tu corazón en paz, Soledad Montoya. * Por abajo canta el río: volante de cielo y hojas. Con flores de calabaza, la nueva luz se corona. ¡Oh pena de los gitanos! Pena limpia y siempre sola. ¡Oh pena de cauce oculto y madrugada remota! Federico García Lorca Romancero gitano, Alianza