Re-inventándonos Departamento de animación sociocultural Juan Yánez TASOC Ahora, visto desde fuera, y una vez ha pasado el tiempo, parece que poco a poco volvemos a la normalidad. Me vuelve a emocionar recordar el principio de todo, de esta situación nunca antes vivida, por lo menos para mí. Venir al centro, ver las calles vacías, el no saber qué me iba a encontrar y, a veces, tener que superar el miedo poniendo una sonrisa, no sólo para los mayores, en este caso también para nuestros compañeros. Como dice la canción de Queen: “The show must go on” (el espectáculo debe continuar).
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Desde el principio el departamento buscó nuevas iniciativas para no perder la esencia de nuestro centro, dinámico y abierto, pero esta vez desde las TIC (las nuevas tecnologías).
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Se comenzó hablando con los diferentes colectivos que trabajan con nosotros de manera asidua desde hace años y la respuesta fue muy positiva; ahora no nos iban a dejar solos y además nos dijeron que contáramos con ellos para lo que necesitásemos: Iniciativas Humanas, colegio Claret, colegio Teresianas, I.E.S. Tomás Morales, I.E.S. Pablo Montesino, I.E.S. Pérez Galdós, I.E.S. Guía, Politécnico, Fundación La Caixa, Mémora y espero no dejarme a nadie atrás; incluso a título personal gente como Felipe González, que viene a cantar a los cumpleaños, y Rayco y Pedro de “Rayco y sus teclados” entre otros. El contacto con todos ellos era casi a diario, preguntándonos cómo íbamos y dándonos fuerzas con 24 CENTRO SOCIOSANITARIO EL PINO - LA REVISTA
escritos, audios, dibujos y todo aquello que se les ocurría, verdaderamente fue emocionante. Se siguió realizando un trabajo intergeneracional, ya que los diferentes centros seguían enviando cartas. También se añadieron centros de menores, contándonos sus casos e incluso llegando a tener cartas de la Península y de Ibiza, de personas que no conocíamos, pero se querían unir a la causa y apoyarnos. Los familiares fueron parte importante, el escuchar sus voces o ver sus videos de agradecimiento hacía que el personal, en ocasiones cansado, tirara para adelante, porque detrás de estos muros había muchas familias que confiaban en nosotros y que no iban a dejar que sucumbiéramos. En la planta 3ª aprovechamos mucho nuestra terraza. Se reproducía música casi a diario para animar a todo el centro, tanto por la mañana como por la tarde, creando además un vínculo con los vecinos de todas las edades. Era curioso ver a niños que nos saludaban, y entablamos conversaciones desde lejos cuando nos veían pasear por la terraza, agradecerles a ellos también esos aplausos. Ahora mismo el departamento estamos trabajando por plantas, debido a esta especial situación, pero al unísono, para que las actividades y grandes eventos que por ahora están suspendidos puedan realizarse en cada planta siguiendo las mismas pautas. Tenemos que trabajar de manera individual dentro de un conjunto al que pertenecemos.