FEBRERO
ENCUENTRO JUNTO AL POZO - LA MUJER SAMARITANA Juan 4:1-42 INTRODUCCIÓN Una de las actividades más comunes en la experiencia misionera de Jesús fue su constante visita a los pueblos y ciudades para llevar el evangelio del reino. Cada lugar y momento eran testigos de sus grandes enseñanzas que quedaron escritas en el Registro Sagrado y que hoy nos sirven como guía en el caminar cristiano. La palabra de Dios es indispensable en la predicación del evangelio. Ahora imaginemos al Dios hecho hombre pronunciar su palabra, es por ello que era un placer y todo un deleite espiritual escucharlo y recibir su bendición a través de su mensaje. Hoy veremos cómo una mujer samaritana halló en las palabras de Jesús el sentido a su vida. El tema de hoy estará dividido en 4 partes y el triple llamado final. I.
JESÚS HACÍA DISCÍPULOS EN CADA LUGAR A DONDE IBA Es probable que cuando pensamos en Jesús y su vida misionera creamos que no tuvo necesidades, tal vez lo asemejamos a las grandes campañas de evangelismo que cuentan con todas las herramientas para proveer comodidad y confort a los invitados, pero a pesar de las comodidades y facilidades que tenemos hoy, el enemigo ha colocado tantas trabas para ocuparnos en todo menos en la sagrada obra de nuestro Dios. Ciertamente Jesús pasó por experiencias que solo quienes confían –como Jesús lo hizo– y aprendieron a confiar en Dios están dispuestos a llevarlo a cabo y gozarse al hacerlo.
SERMONARIO DÍA DEL AMIGO
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