otro hemisferio
Líder Juvenil
®
EL REGALO DEL DOLOR Tarde o temprano el dolor te va a parar el mundo. Hace poco, y después de veinte años en el ministerio juvenil, Tim y yo recibimos noticias que nos quebrantaron: uno de «nuestros chicos» sufrió algo que dejará cicatrices permanentes. La situación era tan fuerte, tan inesperada, tan injusta que cuando nos sentamos con la persona afectada y su familia, las preguntas, la confusión y el dolor no eran solamente de ellos. También sentimos nuestra fe bajo ataque frontal. por Annette Gulick
Lo que creemos acerca del dolor afecta en gran manera si nos quedamos a flote en las tormentas de la vida y si podemos ser de apoyo significativo a nuestros jóvenes, adolescentes y sus familias en medio de sus crisis. Tanto mis estudios como mis intereses se centran en la literatura y la Biblia en vez de la consejería o la psicología, así que parto desde lo mío a fin de ayudarnos a construir esquemas mentales de acuerdo a la realidad del dolor.
La estructura literaria de la oda se me hace pertinente al tema porque se construye de tres perspectivas que juntos crean un panorama detallado. En el teatro de los antiguos griegos el coro cantaba la primera parte de una oda, llamada la estrofa, mientras caminaban del este al oeste en el escenario. Se cantaba la antistrofa caminando en la dirección opuesta, demostrando de forma corporal que esta segunda parte servía como contestación para equilibrar lo anterior. Cuando el coro terminaba con ambas secciones, se unía para cantar el epodo, una postura que no era una simple síntesis de las anteriores sino una perspectiva más rica debido a lo antedicho.
ESTROFA: EL VALOR DEL DOLOR No Pain, No Gain (No hay ganancia sin dolor). Este lema se identifica con el ejercicio, pero Génesis 3 demuestra que es la regla para la vida humana fuera del jardín de edén: «darás a luz a tus hijos con dolor» (v. 16); «con penosos trabajos comerás de [la tierra] todos los días de tu vida» (v. 17). Aunque el dolor duele, a veces lo sufrimos con gusto porque nos recuerda de un esfuerzo que dará benefi-
26 LiderJuvenil.com
cios a futuro (por ejemplo, después de un buen entrenamiento físico) y a veces, por grande que sea el sufrimiento, lo consideramos poco comparado con el «gozo por venir» (por ejemplo el parto, la entrega total de Cristo por nosotros, Hebreos 12:2; el sufrimiento que purifica nuestra fe, 1ª Pedro 1:3-7).
El dolor nos advierte del peligro. De niña le preguntaba a mi papá –que es médico– por qué en la Biblia la gente temía tanto a los leprosos. Lo que entendí de su respuesta era que la lepra mutila al cuerpo de tal forma que es común que se pierde algún miembro como los dedos o la nariz. Años después mi papá me recomendó el libro Temerosa y maravillosamente diseñado (por Philip Yancey con
el Dr. Paul Brand) con el que aprendí que el gran peligro de la lepra es la ausencia del dolor. La bacteria de la lepra destruye las terminaciones nerviosas con el resultado de que el leproso no se da cuenta cuando se lastima, por ende no quita sus manos del fuego, no se cuida de las infecciones, etcétera y por esto sufre consecuencias muy graves. El Dr. Brand dijo, «Doy gracias a Dios por el dolor. No se me ocurre otro regalo más grande para mis pacientes leprosos que el dolor».
El sufrimiento emocional también sirve como advertencia de que algo anda mal. Puedo pensar en personas que se comportan como leprosos emocionales, espirituales o morales: no se dan cuenta que se están