OJO POSMO
Líder Juvenil
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¿conversión o conversiones? ¿Cuántas veces nos hemos de convertir? Hemos de enseñarle a los jóvenes que la conversión es, a la vez un evento y un proceso. Consecuentemente, nos hemos de convertir una vez y, al mismo tiempo, muchas veces dado el carácter dinámico de la experiencia humana. por Félix Ortiz
¿QUÉ ES LA CONVERSIÓN?
El intelecto. Para podernos convertir hemos de conocer una información mínima y básica, de lo contrario, no podemos tomar una decisión inteligente. Es preciso entender el concepto de pecado, las consecuencias del pecado, el porqué fue necesaria la muerte de Cristo, el propio concepto de conversión y sus implicaciones, entre otras cosas.
Diría que es prácticamente imposible hablar de la conversión cristiana sin antes hacer mención de qué es el pecado desde la perspectiva bíblica. En el libro de Génesis capítulo 3 vemos el pecado plasmado como una rebelión del ser humano en contra de la soberanía y autoridad de Dios. Es una declaración de independencia, una substracción de la jurisdicción del Creador. El ser humano, en abierta rebelión contra el Señor, se declara autónomo e independiente. Si tuviera que usar una figura visual hablaría de marcharse de la casa del Padre, tomar el propio camino, vivir la vida sin tener en cuenta a Dios, ir a la nuestra. De hecho, así lo describe la Escritura en el libro de Romanos cuando Pablo hace mención del Antiguo Testamento, todos se descarriaron como ovejas, cada cual se apartó por su camino. Explicado el concepto de pecado quiero entrar ahora a hablar de conversión. En griego, en su origen, la palabra no tenía ninguna connotación religiosa. Convertirse era simplemente dar un giro radical, es decir un giro de 180 grados. No de 360 como algunos indican para hacerlo más radical, pues volveríamos al punto de partida. La imagen gráfica es alguien que va caminando, en un momento dado se para, considera su camino y se da cuenta que va en la dirección equivocada, da un giro (180 ¡Recordemos!) y se orienta en la dirección correcta y hacia allí se encamina. Por tanto la conversión es un volverse de nuestros propios caminos y, a la vez, un volverse hacia. Ambos de6 LiderJuvenil.com
ben ir unidos, darse la mano y tienen un carácter inseparable. Dos partes de una misma realidad. Nos volvemos hacia Jesús pues Él es camino y, a la vez, nos invita a seguirle; a ir en pos de Él. Nos convertimos cuando dejamos el camino que seguimos, en nuestra opinión el más adecuado, para vivir una vida de seguimiento del Maestro quien es a la vez nuestro camino. Quisiera acabar este apartado con una declaración radical y contundente. Si el
pecado es rebelión, la conversión es sumisión, rendición incondicional a Dios y su autoridad.
Así de sencillo, de claro y de costoso.
LOS REQUISITOS DE LA CONVERSIÓN La conversión, para que sea real y genuina, debe afectar a toda la personalidad del ser humano, todas sus dimensiones, es decir, el intelecto, las emociones y la voluntad. Unicamente cuando estas tres convergen se produce ese auténtico giro de 180 grados del que vengo hablando.
Las emociones. Ahora bien, también la dimensión emocional debe estar involucrada. Pensamos en una vida con Jesús, siguiéndolo, colaborando con Él en la restauración del universo y lo vemos como algo de lo cual queremos ser parte. Imaginamos los cambios y sanidad que puede traer a nuestra experiencia como seres humanos y deseamos que suceda. La voluntad. Siendo todo lo anterior (intelecto y emociones) bueno, no es suficiente. La voluntad debe estar involucrada. Hemos de sopesar los precios que hemos de pagar y entender los ajustes que se requerirán en nuestro estilo de vida, valores, prioridades, actitudes y acciones. Nadie se pone a construir una torre sin hacer una estimación del precio, afirma Jesús. Podría darse el caso de que quedara sin recursos y no pudiera terminar y fuera el hazmerreír de todos. Única y exclusivamente cuando convergen estos tres aspectos: intelecto + emociones + voluntad = conversión, se puede producir un auténtico giro de 180 grados. Si piensas en hacer un régimen o someterte a una dieta verás que funciona igual. Intelecto: entiendo los peligros de la obesidad y los beneficios de un peso equilibrado y ejercicio moderado. Emociones: me proyecto en el futuro, me veo en la playa con 10 kilos menos y a gusto