TEMA DE PORTADA // nº 50 // Primavera 2022
Riesgos y enfoques geopolíticos en la política internacional Félix Arteaga // Investigador principal de seguridad y defensa del Real Instituto Elcano
La geopolítica se ha puesto de moda en los últimos años. A medida que el contexto internacional se ha vuelto más hostil y que todos los instrumentos de las relaciones internacionales como el comercio, la tecnología, la información, las migraciones y tantos otros se utilizan como armas (weaponization), han aparecido –o agravado– los riesgos de confrontación y, en consecuencia, los sujetos que participan en esas relaciones han tenido que adoptar medidas para adaptarse al nuevo contexto. La confrontación estratégica en curso entre la Federación Rusa y los países occidentales a propósito de Ucrania es el capítulo más reciente y peligroso, pero no el único al que se enfrenta la política internacional. La ‘geopolitización’ de las relaciones afecta a las políticas exteriores de las grandes potencias, pero también comienza a afectar las de los demás Estados e, inevitablemente, acabará contaminando a los actores privados, tanto más cuanto más globalizados sean. Dicho de otra forma, los riesgos geopolíticos, los que se derivan de la confrontación entre los Estados acabarán generalizando sus efectos y mecanismos de actuación.
La geopolitización facilita los monopolios y el proteccionismo con el agravante de que quien llega primero a una tecnología, servicio o mercado disruptivo se queda con todo
La geopolitización ha contribuido a la erosión del orden liberal y al de las instituciones multilaterales que han facilitado la cooperación internacional durante las últimas décadas. La geopolitización facilita los monopolios y el proteccionismo con el agravante de que quien llega primero a una tecnología, servicio o mercado disruptivo se queda con todo. Además, amenaza con fragmentar la globalización desconec-
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Actuarios
tando amplios sectores geográficos o de población de servicios hasta ahora globales y conectados como internet, la economía digital o la información. La geopolitización consiste en utilizar todos los instrumentos de poder, duro o blando, como armas para incrementar la capacidad de influencia frente a los terceros y para ser actor en un contexto de confrontación como el actual, los actores precisan adoptar un enfoque geopolítico (decidir si quieren ser lobos o corderos). La Unión Europea, los Estados miembros y sus actores privados han sido firmes partidarios del multilateralismo porque el orden global les favorecía, pero ahora se ven ante la disyuntiva de adoptar enfoques geopolíticos propios o protegerse de los enfoques de los demás. Para estos actores, la disyuntiva es la de primar o no sus intereses económicos, industriales y tecnológicos en sus decisiones, pero no resulta sencillo cuando se llevan muchos años subordinando esos intereses a valores y principios arraigados en el orden liberal. Al igual que la UE que se ha distinguido por ser una potencia normativa en su acción global, esto es influyendo en la creación de normas internacionales, los actores occidentales se han acostumbrado a actuar en contextos normativos que les favorecían. Y ahora que la geopolitización erosiona esos contextos deben aprender a competir en un contexto geopolítico sin normas y a actuar de acuerdo con sus intereses porque el campo de juego ya no está equilibrado y la competencia ha dejado de ser leal. La Estrategia Global para la Política Exterior y de Seguridad de la UE en 2016 asumió el cambio primando el pragmatismo basado en principios (principled pragmatism) sobre los valores en su acción exterior. No se trataba de marginar sus valores sino de estrechar la relación entre estos y sus intereses. La Comisión Europea adoptó un enfoque geopolítico desde el inicio de su mandato. A la constatación de la progresiva pérdida de su competitividad global debido a su retraso en las nuevas tecnologías disruptivas como la inteligencia artificial, el análisis de datos o la inteligencia artificial o la computación cuántica se añadió la del comportamiento agresivo de sus competidores. Su presidenta, Ursula von der Layen, apostó por un enfoque geopolítico para reforzar la coherencia entre los elementos internos y externos de las políticas comunes y mejorar su mar-