Women under tutelage: control devices of the denied spaces

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LA MUJER TUTELADA DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS NEGADOS

TRABAJO FIN DE GRADO

Estudiante: González Fernández, Irene

Tutor: Echarte Ramos, José María

DISEÑO INTEGRAL Y GESTIÓN DE LA IMAGEN Convocatoria Marzo 2019/2020 Universidad Rey Juan Carlos

AGRADECIMIENTOS

A las tres mujeres de mi vida, mi abuela, mi madre y mi hermana, testimonio e inspiración para de sarrollar esta investigación. Gracias por ser modelos ejemplares, durante tres generaciones, de la dignidad de la mujer trabajadora, libre y empoderada.

A mi tutor, José María, por sus consejos, su apoyo y su dedica ción durante todo el proceso.

A mi familia y mi pareja, por su compresión y apoyo incondicional, especialmente en los mo mentos difíciles.

«Pertenecer al género ‘fe menino’ no es algo que una naturalmente a las mujeres en absoluto. Ni siquiera existe un estado tal como ser ‘femenino’, lo cual es ya en sí una cate goría altamente compleja, fabricada en controverti dos discursos científicos acerca del sexo y en otras prácticas sociales. Gé nero, raza, conciencia de clase son logros impues tos sobre nosotros por la terrible experiencia histó rica de realidades socia les contradictorias: el pa triarcado, el colonialismo y el capitalismo».

Donna Haraway, A Cyborg Ma nifesto (Londres: Socialist Review, 1985).

1. INTRODUCCIÓN 2

1.1. Hipótesis de partida y objeto de estudio 2

1.2. Objetivos de la investigación 3 1.2.1. Objetivo principal 3 1.2.2. Objetivos secundarios 3 1.3. Metodología de análisis 4 1.4. Justificación del tema y estado del arte 6

2. MARCO TEÓRICO: SOBRE EL SUJETO Y

EL DISPOSITIVO FEMENINO 10

2.1. Sujeto femenino: identidad y mitos de la feminidad 10 2.2. El dispositivo femenino 13 2.2.1. Origen del término 13 2.2.2. Clasificación de los dispositivos femeninos 15

3. ANTECEDENTES: LA MUJER DENTRO DE CASA 18

3.1. La buena mujerromántica: la educación de adorno 18

3.2. La casa jaula: la intimidad de la vivienda burguesa 20 3.3. La ciudad industrial: antecedentes del urbanismo moderno 21 3.4. Dispositivos artesanales: construcción de la mujer decimonónica 24 3.4.1. Características y clasificación de los dispositivos artesanales 25 3.4.2. El ajuar de la novia: dispositivos para la esposa, madre y ángel del hogar 28 3.4.3. El tocador de señoras: dispositivos de la amante 30

4. SIGLO XX: LA MUJER SALE DE CASA 34

4.1. El sujeto femenino múltiple: ama de casa y trabajadora 35 4.2. La vivienda eficiente: democratización del espacio doméstico 38 4.2.1. La vivienda científica: Existenzminimum 38 4.2.2. El sueño americano: la casa del suburbio 39

4.3. La ciudad androcentrista: la mujer extraña en el urbanismo masculino 41

4.4. Dispositivos industriales: la construcción del ama de casa trabajadora 45 4.4.1. Características y clasificación de los dispositivos industriales 46 4.4.2. La cocina automática: dispositivos para el ama de casa 50 4.4.3. El maquillaje y la cirugía: dispositivos para la esposa 57 4.4.4. La píldora anticonceptiva: dispositivos para la mujer trabajadora 58

ÍNDICE

5. SIGLO XXI: LA MUJER YA NO TIENE CASA 64

5.1. El sujeto ciberfemenino: la mujer nómada conectada 65

5.2. La vivienda líquida: la casa como guarida física y virtual 70 5.3. La ciudad hiperconectada: arquitectura rizomática y difusa 73

5.4. Dispositivos digitales: la construcción de la mujer 2.0. 76

5.4.1. Características y clasificación de los dispositivos digitales 77 5.4.2. Las influencers y los filtros: dispositivos de belleza y maternidad 81 5.4.3. Las redes sociales y el pinkwashing: dispositivos para la mujer feminista 85

7. ÍNDICE DE FIGURAS 94

8. BIBLIOGRAFÍA 97

ANEXOS

6. CONCLUSIONES 90
8.1. Libros 97 8.2. Artículos y trabajos de investigación 99 8.3. Artículos online 101 9.
106

El presente Trabajo Fin de Grado tiene como objetivo el análisis cronológico, a lo largo de los siglos XIX, XX y XXI, de los objetos personales que configuran la experiencia vital de la mujeres. La investigación parte de la premisa de que estos objetos, entendidos como dispositivos ‘foucaultianos’, acumulan las normas morales y éticas de una sociedad, asignando a sus usuarios los roles y jerarquías establecidos en ella.

En el caso de la mujer como usuaria, los dispositivos tienen la función de perpetuar los estereotipos de género, en base a unos mitos de la feminidad tradicionalmente asociados a las mujeres como sujetos femeninos: la materni dad, la virginidad, el matrimonio y la belleza.

La investigación se estructura en dos apar tados: el marco teórico, donde se definen los conceptos de sujeto femenino y de dispositivos femeninos de control, y el análisis cronológico —dividido en tres etapas— en las que se estudian los objetos femeninos más relevantes en cada época, en función de la evolución del sujeto femenino, el espacio privado (casa) y el espacio público (ciudad). En los anexos se incorpora un catálogo de los dispositivos de control y el análisis gráfico de los espacios, pú blicos y privados, que contienen estos objetos.

RESUMEN

This Final Degree Project has, as purpose, the chronological analysis, throughout the nineteen th, twentieth and twenty-first centuries, of the personal objects that make up the vital experience of women. The research is based on the premise that these objects, understood as ‘Foucaultian’ devices, accumulate the moral and ethical norms of a society, assigning their users the roles and hierarchies established in it.

In the case of women as users, the devices have the function of perpetuating gender stereotypes, based on femininity myths traditionally associated with women as female subjects: motherhood, virginity, marriage and beauty.

The research is structured in two sections: the theoretical framework, where the concepts of fe male subject and female control devices are defi ned, and the chronological analysis - divided into three stages - in which the most relevant female objects in each era are studiedw, depending on the evolution of the female subject, the private space (house) and the public space (city). The annexes include a catalog of control devices and graphic analysis of public and private spaces that contain these objects.

#dispositivo #femenino #doméstico #género #objeto #feminismo #urbanismo de género

LA MUJER TUTELADA INTRODUCCIÓN

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1_Santiago de Molina, "Una casa muy seria de juguete", Múltiples. Estrategias de la arquitectura, 12 de septiembre de 2019, https://bit. ly/3aJHdm5.

2_Jean Baudrillard, El sistema de los objetos (Madrid: Siglo XXI, 1969), 20.

3_La identidad del sujeto femeni no analizada es necesariamente ‘cisgénero’ (el género coincide con el sexo de nacimiento), puesto que cualquier opción que se saliese de esta categoría era rechazada por la sociedad en el siglo XIX y XX. Se excluyen, por tanto, todos los géneros no binarios y no hetero sexuales (‘transgénero’, ‘género fluido’, ‘agénero’, homosexualidad, bisexualidad y otros) —e incluso no occidentales— con el fin de res tringir el mayor número de varia bles en la investigación.

4_El fetiche cobra el significado de ilusión, apariencia u oculta miento de una realidad, estable ciendo una analogía entre el feti chismo de la mercancía al que se refirió Karl Marx. Karl Marx, "Prólo go de Marx a la Primera Edición", El capital: crítica de la economía política (México: Siglo Veintiuno, 1998).

1. INTRODUCCIÓN 1.1. HIPÓTESIS DE PARTIDA Y OBJETO DE ESTUDIO

El ser humano se encuentra rodeado por objetos personales que construyen el espacio doméstico donde reside y que de terminan su experiencia cotidiana. Para Santiago de Molina, «la casa no es una forma, ni siquiera un material […] o un lugar, sino un conjunto de sensaciones evocadas por medio de objetos. […] La habitación íntima no es, efectivamente, una habitación, sino un conjunto de relaciones entre una conste lación de objetos y nuestra psique. En ese espacio intermedio se encuentran las entrañas de la verdadera habitación1»

Los objetos responden a las necesidades e intereses de sus propietarios, se adaptan al contexto sociocultural y evolucionan con las innovaciones tecnológicas. A través de las pertenen cias de un sujeto es posible definir su modo de vida, su rol de género, su nivel económico y sus lazos sociales y familiares (fig. 1). Siguiendo a Jean Baudrillard en “El sistema de los objetos”, «al mismo tiempo que cambian las relaciones del individuo con su entorno y con la sociedad, cambia el estilo de los objetos mobiliarios […] las cosas se repliegan y se despliegan, desaparecen, entran en escena en el momento deseado2». En definitiva, la constelación de objetos de una persona ofrece un imagen especular de su identidad y de las circunstancias que envuelven su existencia.

El presente Trabajo Fin de Grado se centra en el sistema de objetos personales de las mujeres, analizando su trascenden cia como dispositivos configuradores de la identidad femeni na durante los siglos XIX, XX y XXI.

La investigación parte de la premisa de que la mujer, cuya identidad ha sido tradicionalmente asociada al sujeto femeni no3, nunca ha tenido un espacio propio doméstico ni urbano. El rol tradicional de género femenino se restringe al papel de madre y esposa: de cuidadora de la familia y de la casa, y de guardiana de su virginidad y su belleza. No es dueña, sino administradora del hogar. No es propietaria, sino apoderada del cabeza de familia.

La supuesta libertad e intimidad que se ha asignado a ciertos espacios y objetos femeninos, como el tocador (fig. 2), la píl dora anticonceptiva o el smartphone, es en realidad un fetiche4 del empoderamiento de la mujer. Estos bienes personales no emancipan, no igualan, no liberan. Estos dispositivos, por sus connotaciones socioculturales ocultas, actúan como espejis

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS NEGADOS 2 INTRODUCCIÓN .01

mos de la liberación femenina, dotando a la mujer de cierta independencia dentro de un reducido marco parametrizado de elecciones ya acotadas. No existe la capacidad de decisión, sino el permiso para escoger una opción políticamente co rrecta. El fetiche evita y apacigua la subversión feminista a la vez que reafirma los roles de género establecidos.

En base a esta hipótesis, la mujer se encuentra en un estado de tutela continuo —ajena y desconectada de un entorno mas culino y patriarcal5, impropio a causa de la ilusión de libre albedrío— con el objetivo de que cumpla con las expectativas sociales y biológicas que se esperan de ella, sin cuestionar el orden socioeconómico androcentrista.

El objeto de estudio de este trabajo es, por lo tanto, el conjunto de dispositivos, mecanismos y herramientas arquitectónicas y urbanas que permiten la reproducción y perdurabili dad del fetiche del empoderamiento femenino desde el siglo XIX hasta la actualidad. En adelante, estos objetos recibirán el nombre de dispositivos femeninos de control, puesto que su función es adaptar y acomodar el entorno masculino, estableciendo una zona de confort, segura y tutelada, para que el sujeto femenino no desee salir de su espectro ontológico.

5_Para Oxfam Intermon, «el pa triarcado es una forma de socie dad en la que el hombre, lo mas culino, tiene la supremacía por el simple hecho de serlo. Y relega, de ese modo, a la mujer, a lo femeni no, a un segundo plano. Estos dos roles, el de poder y dominación del hombre y el de servicio y su misión de la mujer, se sostienen y perpetúan gracias al soporte del conjunto de la sociedad: el Estado, la Justicia, las leyes y normas, las costumbres, las creencias, etc.» Oxfam Intermón, "Sociedad pa triarcal: cómo luchar contra ella", Ingredientes que suman (blog), 2019, https://bit.ly/2xmfDc7.

1.2. OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN

1.2.1. OBJETIVO PRINCIPAL

El objetivo principal del trabajo es la visibilización de los dis positivos femeninos como objetos que perpetúan los estereo tipos de género asociados al sujeto femenino, y que actúan como herramientas de control y tutelaje de las mujeres con el fin de impedir su acceso libre y en igualdad al espacio doméstico y urbano.

Figura 1. Los museos etnográficos recopilan los objetos de un territo rio para caracterizar una sociedad. Museo Etnográfico Casas Cuevas Artenara. Fuente: fedac.org

1.2.2. OBJETIVOS SECUNDARIOS

1_Reivindicar la relevancia de los objetos femeninos cotidianos y domésticos —y de las mujeres en su rol de ‘ángel del hogar’— en la configuración de la memoria y la identidad etnológica de una sociedad.

Figura 2. Imagen editada del ori ginal. El tocador como dispositivo generador del sujeto femenino. Fuente: MementoMori Stock.

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INTRODUCCIÓN
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2_Recoger de forma empírica (escrita y gráfica) el com portamiento del sujeto femenino en el espacio domésti co y el espacio urbano en función de su constelación de objetos personales.

3_Denunciar el diseño de ciudades occidentales diri gidas exclusivamente a un sujeto masculino, blanco y heterosexual, lo que provoca la aparición de espacios urbanos peligrosos, inseguros y ajenos para las mujeres y otras minorías.

4_Demostrar la existencia de los estereotipos de géne ro en las nuevas generaciones conectadas a través de los dispositivos digitales y las tecnologías de la informa ción, a pesar de la supuesta customización y libertad de elección que se asocia al ciberespacio.

1.3. METODOLOGÍA DE ANÁLISIS

El presente Trabajo Fin de Grado pretende explorar y analizar las propuestas de distintos autores en cuanto a roles de género, derecho femenino al espacio urbano, posición de la mujer en el espacio doméstico e identidad a través de los ob jetos personales, con el fin de sintetizar el conjunto de teorías en una nueva propuesta argumentada y sustentada, pero no taxativa e invariable. Por ello, y para facilitar la fluidez de lectura de la investigación y huir de afirmaciones categóricas y excluyentes, se opta por redactar la investigación en forma de ensayo.

Para fundamentar la hipótesis de los dispositivos femeninos de control de manera empírica, se lleva a cabo un análisis grá fico de los espacios que ocupan en la casa y en la ciudad, aco tando las relaciones y conexiones del sujeto femenino frente al sujeto masculino. De esta forma, se estudia la vivienda al cobada del siglo XIX, los espacios públicos de la ciudad moderna y la interfaz de los dispositivos digitales del siglo XXI.

Por otro lado, el trabajo recoge un muestrario de dispositivos femeninos en fichas estandarizadas, con el propósito de crear un catálogo —ampliable en el futuro— de los objetos y las piezas de mobiliario que forman parte de la vida cotidiana de las mujeres. Se investiga y describe su fabricación, materiales, posición, método de adquisición, etc. Tanto las fichas de dispositivos como el análisis gráfico se recopilan en los anexos.

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS NEGADOS 4 INTRODUCCIÓN .01

En cuanto a la estructura de la investigación, el trabajo se or ganiza en bloques de contenido siguiendo un orden cronoló gico:

_Introducción. Hipótesis de partida, objetivos, metodología y estado del arte.

_Marco teórico. Definición de sujeto femenino y dis positivos femeninos de control.

_Análisis cronológico: antecedentes y siglo XIX. In vestigación sobre el sujeto femenino, el espacio domés tico, el espacio urbano y los dispositivos femeninos de cimonónicos.

_Análisis cronológico: siglo XX. Investigación sobre el sujeto femenino, el espacio doméstico, el espacio urba no y los dispositivos femeninos del pasado siglo.

_Análisis cronológico: siglo XXI. Investigación sobre el sujeto femenino, el espacio doméstico, el espacio urba no y los dispositivos femeninos del presente siglo.

_Conclusiones.

_Anexos. Análisis gráfico de espacios públicos, privados y digitales, y catálogo de dispositivos femeninos.

Por lo tanto, la metodología del trabajo se estructura en:

1_Definir el marco teórico del sujeto femenino occi dental y de los dispositivos que controlan su posición en el espacio doméstico y su acceso al espacio urbano.

2_Investigar las características sociales y económicas del sujeto femenino, incidiendo en su evolución desde el siglo XIX hasta la actualidad.

3_Estudiar la organización de la ciudad y la casa en cuanto a relaciones, recorridos, dimensiones y jerar quías, en relación al sujeto y los dispositivos femeninos.

4_Organizar y clasificar los dispositivos de control fe meninos según su cronología y tipología, y en función del mito de la feminidad que controlan.

5_Analizar la influencia de los dispositivos de control en la continuidad de los estereotipos de género occi dentales y su evolución análoga a las innovaciones tec nológicas y sociales.

6_Investigar el posible uso de los dispositivos femeninos de forma subversiva, ya sea para empoderar a la mujer o para romper con la dicotomía masculina y fe menina, estableciendo nuevas identidades.

NEGADOS 5 INTRODUCCIÓN 01.

6_Yolanda Coello García, "El 82% de los españoles afirma que la luz natural influye en su estado anímico", VELUX: Sala de Prensa, 29 de octubre de 2018, https://bit.ly/ 2Gr5Y8T.

1.4. JUSTIFICACIÓN DEL TEMA Y ESTADO DEL ARTE

El interés por el tema analizado en este trabajo radica en la falta de estudios, artículos y trabajos de investigación sobre los objetos femeninos y los elementos arquitectónicos y urbanos que configuran la esfera doméstica y cotidiana.

Aunque la perspectiva de género y la igualdad de la mujer está empezando a ser un tema recurrente en el debate político y académico —especialmente entre las mujeres jóvenes que lu chan por un trato equitativo en su futuro profesional—, la investigación en el contexto doméstico, cotidiano, rutinario, e incluso reproductivo, sigue considerándose un asunto trivial.

El espacio doméstico ha sido un territorio tradicionalmente ocupado por la mujer y por lo tanto, despreciado por la ar quitectura y el diseño hasta el último cuarto del siglo XX. La esfera reproductiva y afectiva sigue siendo un programa que no interesa profesionalmente; mientras que el Movimiento Moderno de Le Corbusier y Mies van der Rohe se centró en hacer ciudad, transformando el espacio público en un lugar para hombres blancos trabajadores, arquitectas como Char lotte Perriand y Lilly Reich quedaban relegadas al diseño de mobiliario y de interiores, al interpretarse como un trabajo secundario o de poca relevancia en el resultado final de la obra.

Sin embargo, y según el estudio de YouGov para el grupo VELUX6, el 90% de las personas pasan el 88% de su tiempo (unas 21 horas) en espacios interiores que, en muchos casos, no están bien ventilados ni iluminados. La calidad de los in teriores comienza a mejorar a causa del interés actual por la sostenibilidad medioambiental y la reducción de los efectos del cambio climático, pero el derecho a una vivienda digna, segura y equitativa para todos sus usuarios está sujeta a la es peculación del mercado inmobiliario.

Las diferentes Olas del Feminismo se centraban en la igualdad de la mujer en el entorno urbano y profesional, en la conquis ta de derechos civiles y reproductivos, y en la erradicación de la violencia de género, puesto que eran los problemas más acuciantes para lograr la equiparación entre hombre y mujer. Por ello, el espacio doméstico ha quedado fuera de las reivindicaciones feministas; los objetos personales y la distribución del mobiliario y las estancias perpetúan los estereotipos y los roles de género decimonónicos y franquistas.

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Este trabajo, por lo tanto, tiene el objetivo de revisar la esfera reproductiva y cotidiana, articulada a través de los objetos personales femeninos, desde una perspectiva feminista y crí tica, pero fundamentada en la bibliografía escrita respecto al sistema de objetos, el espacio urbano y doméstico, la identidad digital y el feminismo.

Respecto a los dispositivos femeninos, en su definición teóri ca existen obras clave como “El sistema de los objetos” de Jean Baudrillard y los textos de los filósofos Michael Foucault y Gilles Deleuze. Los mitos de la feminidad y el marco del sujeto femenino quedan definidos por Elsa Lever, Marcela Lagarde, Rollo May (“La necesidad del mito”) y Naomi Wolf (“El mito de la belleza”).

No obstante, la bibliografía es muy escasa en el análisis cronológico de los objetos, especialmente en los dispositivos ar tesanales —cuya transmisión es oral—. Por esta razón, se opta por llevar a cabo el análisis empírico y gráfico, consultable en los anexos de este trabajo.

Para la definición de la casa y la ciudad desde una perspec tiva de género, la principal bibliografía empleada fueron las tesis doctorales de Atxu Amann (“Mujer y casa”) y de Esther Liñan Pedregosa (“La evolución del espacio doméstico en el siglo XX”), los textos y libros de Zaida Muxí y el tratado “A Treatise on Domestic Economy” de Catharine Esther Beecher.

En cuanto a la identidad digital, la literatura es extensa si se refiere al campo de investigación, pero escasa respecto a la perspectiva de genéro. En este sentido, a la consulta de artículos como el de Luis Lisbona (“Espacio e identidad. Identidad en relación a la cultura de redes”) o Eli Parisier (“El filtro bur buja”), deben añadirse las teorías feminista y ciberfeministas del siglo XX, entre las que destacan “Una habitación propia” de Virginia Woolf, “La mística de la feminidad” de Betty Friedan, “A Cyborg Manifesto” de Donna Haraway, “Sujetos nómades” de Rosi Braidotti y “Un cuarto propio conectado: (Ci ber)espacio y (auto)gestión del yo” de Remedios Zafra.

NEGADOS 7 INTRODUCCIÓN 01.
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LA MUJER TUTELADA MARCO TEÓRICO

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7_Michel Foucault, "Prefacio", en Las palabras y las cosas: una arqueo logía de las ciencias humanas (Bue nos Aires: Siglo Veintiuno Editores Argentina, 2011), 9.

8_Manuel Martínez-Herrera, "La construcción de la feminidad: la mujer como sujeto de la historia y como sujeto de deseo", Actualida des en psicología 21 n.o 108 (2007).

9_Sigmund Freud, Obras comple tas (Madrid (España: Biblioteca Nueva).

10_Jean Laplanche et al., Dicciona rio de psicoanálisis (Barcelona: Pai dós, 2016), 118.

Los conceptos de identidad y sujeto son relativamente con temporáneos. Según Foucault, «el hombre es sólo una invención reciente, una figura que no tiene ni dos siglos, un simple pliegue en nuestro saber y que desaparecerá en cuanto éste encuentre una forma nueva7».

Antes del siglo XVII y XVIII, ni siquiera existía un ámbito de conocimiento que integrase el concepto de naturaleza hu mana frente a la identidad o subjetividad. El sexo biológico determinaba la diferencia entre macho y hembra, acotando el sistema de relaciones, valores, obligaciones y derechos en función de la categoría a la que pertenecía el ser humano.

No será hasta el siglo XIX cuando aparezcan las ciencias so ciales, centradas en el estudio del hombre y sus circunstancias culturales8. El uso del término hombre no es casual: lo femenino se definía por negación de lo masculino. Mientras que el sexo establece dos categorías antagónicas (macho y hembra), según unas características biológicas, el género constituye una condición privilegiada (masculina) en contra de una inferior (femenina), en función de la anterior clasificación. El género es un orden jerárquico. El sexo es una dialéctica.

Esta posición ha sido defendida por pensadores como Freud, padre del psicoanálisis. Freud desarrolló la teoría de la en vidia del pene9 , «que surge del descubrimiento de la dife rencia anatómica de los sexos: la niña se siente lesionada en comparación con el niño y desea poseer, como éste, un pene (complejo de castración); más tarde, […] esta envidia del pene adopta dos formas derivadas: deseo de poseer un pene dentro de sí (principalmente en forma de deseo de tener un hijo); deseo de gozar del pene en el coito. La envidia del pene puede abocar a numerosas formas patológicas o sublimadas10». Esta tesis refuerza la idea de que el género femenino es verdade ramente un género de no hombre o un género no masculino, pues se basa en la carencia del miembro viril.

La feminidad se define así como un sistema de creencias sociales o mitos asociados a una identidad sexual cuyos atribu tos son supuestamente naturales y eternos, inalterables.

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS NEGADOS 10 .02 MARCO TEÓRICO
2. MARCO TEÓRICO: SOBRE EL SUJETO Y EL DISPOSITIVO FEMENINO 2.1. SUJETO FEMENINO: IDENTIDAD Y MITOS DE LA FEMINIDAD

Aunque la categoría genérica es cultural, y por lo tanto sub jetiva, la ideología patriarcal se nutre de la categoría sexual para afirmar que «el origen y la dialéctica de la condición de la mujer escapan a la historia y […] corresponden a determi naciones biológicas, congénitas, verdaderas, e inmutables11»

Marcela Lagarde califica este proceso como ideología de la na turaleza femenina y afirma que «ninguna mujer puede cum plir con los atributos de la mujer. La sobrecarga del deber ser y su signo opresivo le generan conflictos y dificultades con su identidad femenina12». La mujer se encuentra en un permanente estado de depresión y de imposibilidad de autorrea lización, puesto que las actitudes, sentimientos, relaciones y comportamientos que se esperan de ella son normativamente inalcanzables, y en muchos casos, opuestos. La mujer debe ser madre y amante, perfecta (fig. 3)

La ideología de la naturaleza femenina se transmite a través de los mitos de la feminidad (fig. 4). Para Rollo May13, los mitos son las herramientas con las que el ser humano construye las estructuras de valores éticos y morales y los transmite a los miembros de un determinado grupo social. Elsa Lever orga niza los mitos de la feminidad en tres paradigmas14: mito de la virginidad, mito del matrimonio y mito de la maternidad.

El mito de la virginidad. La castidad de la mujer pasa de ser un hecho biológico a cualificar al sujeto femenino como puro. La virginidad se convierte en un regalo al hombre, que garantiza que la mujer es verdaderamente femenina. Se otorga al sujeto masculino la capacidad de dominar a la mujer: una vez que esta ha sido desvirgada, pasa a ser su propiedad. La mujer es mercantilizada.

El mito del matrimonio. Elsa Lever lo califica de «con trato social supervisado por la iglesia15». El sujeto femenino no es mujer hasta el matrimonio (antes es hija, novia o prometida) mientras que el hombre lo es durante toda su vida (ahora es marido). El mito se ha perpetuado también desde el Estado: «El hombre, cuyas dotes sexuales son principalmente el valor y la fuerza, debe dar y dará a la mujer, protección, alimento y dirección, tratándola siempre como a la parte más delicada, sensible y fina de sí mismo, y con la magna nimidad y benevolencia generosa que el fuerte debe al débil, esencialmente cuando este débil se entrega a él, y cuando por la Sociedad se le ha confiado. La mujer, cuyas principales dotes son la abnegación, la belleza, la compasión, la perspicacia y la ternura debe dar y dará al

11_Marcela Lagarde, "Identidad Fe menina", Comunicación, Intercambio y Desarrollo Humano en América Lati na, A. C. - México, 1990, 2. https://bit. ly/2rvTxS4.

12_Ibídem, 3.

13_Rollo May, La necesidad del mito: La influencia de los modelos cul turales en el mundo contemporáneo (Barcelona, España: Paidós, 1998), 17-27.

14_Elsa Lever M., "La construcción del ‘ser mujer’ desde los mitos", Rebelión, 5 de mayo de 2009, ht tps://bit.ly/2t3rvO2.

15_Ídem.

Figura 3. Imagen editada del ori ginal. Betty Draper (January Jones) encarna el papel de esposa y ma dre perfecta en Mad Men. Fuente: Cordon Press.

Figura 4. La mujer se representa como virgen y madre. Jean Fou quet, Virgen de Melun, óleo sobre ta bla (Museo Real de Bellas Artes de Amberes: 1452-1458).

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11 02. MARCO
TEÓRICO

16_Melchor Ocampo, "Artículo 15", Ley de Matrimonio Civil (Puerto de Veracruz, México: 1859).

17_Naomi Wolf, El mito de la belleza (Barcelona: Emecé, 1991): 14.

18_Estos mitos, y los adjetivos asociados a su incumplimiento, se han transmitido de forma oral y escrita desde la religión. Las Sa gradas Escrituras igualaba el cas tigo por adulterio al de ser violada: «Si una joven virgen está prometi da a un hombre y otro hombre la encuentra en la ciudad y se acues ta con ella, los sacaréis a los dos a la puerta de esa ciudad y los apedrearéis hasta que mueran». Juan Luis de León Azcárate, Deute ronomio, Comentarios a la Nueva Bi blia de Jerusalén (Bilbao: Desclée de Brouwer, 2009), 22-23.

19_Elsa Lever M., "La construcción del ‘ser mujer’ desde los mitos", Rebelión, 5 de mayo de 2009, ht tps://bit.ly/2t3rvO2.

marido obediencia, agrado, asistencia, consuelo y con sejo, tratándolo siempre con la veneración que se debe a la persona que nos apoya y defiende, y con la delicadeza de quien no quiere exasperar la parte brusca, irritable y dura de sí mismo propia de su carácter16»

El mito de la maternidad. Es el mito más arraigado por que se fundamenta en la exclusiva capacidad biológica de procrear del sexo femenino. La figura de la madre está irremediablemente relacionada con la de mujer, pues constituye la última etapa para su realización. La fecundidad es venerada, pero sometida a la voluntad de los hombres.

El mito de la belleza. Este mito surge como respuesta a la toma de conciencia de las mujeres a partir del siglo XX: «Al liberarse las mujeres de la mística femenina de la domesticidad, el mito de la belleza vino a ocupar su lugar y se expandió para llevar a cabo su labor de con trol social17». A medida que la mujer adquiere un papel más relevante en la sociedad, el sistema patriarcal establece una serie de cánones de belleza, sirviéndose de la publicidad en los medios de masas para cosificar su cuerpo. El sujeto femenino se culpabiliza de no ser tan bella como las modelos de las revistas y los anuncios de perfumes, aunque estas hayan sido transformadas previamente, tras horas de maquillaje y programas de retoque fotográfico. La inseguridad y la ‘auto-misoginia’ conlleva la anulación de la conciencia de mujer.

Estos mitos, inverosímiles y antagónicos, reafirman la sobre carga de una identidad femenina conflictiva18. Es inviable alcanzar los parámetros de ‘buena mujer’ o mujer femenina, por lo que automáticamente se adquiere la categoría de ‘mala mujer’ (fig. 5)

Figura 5. En "Bodas de Sangre", Federico García Lorca critica el matrimonio concertado y el des tino funesto de la mujer adúltera. Fuente: fotogramas de La novia de Paula Ortíz (2015).

No existe un término medio en cuanto al comportamiento fe menino. Si la mujer decide salir de una relación tóxica que ya ha sido consumada, será vista como una adúltera, prostituta y mancillada. Si el sujeto femenino no es mujer (casada), se convierte en solterona, libertina, pecadora, loca. Si la mujer no concibe por voluntad, se transforma en loca, egoísta; mientras que no concebir por infertilidad tacha a la mujer de seca, in humana, bicho raro. Si no es guapa y delgada, se la califica de desaliñada, gorda y fea19

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2.2. EL DISPOSITIVO FEMENINO 2.2.1. ORIGEN DEL TÉRMINO

Los dispositivos de control de los espacios negados se apoyan en la tesis ‘foucaultiana’ de dispositivo. Foucault nunca pro puso una definición categórica del término, a pesar de que su obra se vertebra en torno a este concepto. No obstante, de sus entrevistas y escritos20 se extraen tres ideas fundamentales:

1_Un dispositivo es un conjunto heterogéneo que «compone los discursos, las instituciones, las habilita ciones arquitectónicas, las decisiones reglamentarias, las leyes, las medidas administrativas, los enunciados científicos, las proposiciones filosóficas, morales, filantrópicas21». El dispositivo es la red que conecta cada uno de esos elementos.

2_El dispositivo tiene una función estratégica, median te la cual se desarrollan relaciones de fuerza entre dife rentes facciones.

3_El dispositivo «está inscrito en un juego de poder22» pero ligado a los límites del saber, que lo originan y condicionan.

El ser humano adquiere su subjetividad en esta red de elementos ‘foucaultiana’ a la que hace referencia Deleuze23. Los dispositivos son instrumentos tangibles, de la intención de una sociedad, puesto que su función es establecer discursos, saberes y verdades, regular las relaciones entre sus individuos, y generar las formas de poder24. Su fin es la protección del sistema social, político y económico de la cultura en la que se crean y consumen.

Particularizando estas teorías en la construcción de la sub jetividad femenina, los dispositivos se manifiestan como ob jetos en los que se inserta un conjunto de normas morales y éticas, de creencias y prejuicios, que relegan a la mujer al rol de madre, esposa, amante y sirviente. Estas tradiciones o conocimientos, a los que Foucault se refiere como épistémè, son invisibles e intangibles.

Los dispositivos femeninos, por tanto, son todos aquellos objetos que perpetúan los mitos de la virginidad, del matrimonio, de la maternidad y de la belleza. Desde el tocador del siglo XIX, pasando por la cirugía estética del siglo XX y cul minando en los filtros para selfies del siglo XXI, presentes en apps como Instagram o Snow25

20_Michel Foucault, Dits et écrits: 1954 - 1988, vol. Dits et écrits: 19761979, 3 vols. (Paris: Gallimard, 2000), 229.

21_Ídem. 22_Ídem.

23_Deleuze define el dispositi vo ‘foucaultiano’ como «especie de ovillo o madeja, un conjunto multilineal». Gilles Deleuze, "¿Qué es un dispositivo?", en Michel Fou cault, filósofo, (España: Gedisa, 1999), 155-163.

24_Giorgio Agamben, "¿Qué es un dispositivo?", Sociológica (Méx.), 26 n.o 73 (mayo de 2011).

25_Snow es una aplicación sur coreana para móviles inteligentes que permite modificar los rasgos faciales, añadir maquillaje y fil tros, de forma digital. La aplica ción responde a los parámetros de belleza coreanos, cuyo origen so cial se remonta al confucianismo. Crystal Tai, "K-beauty: the ugly face of South Korea’s obsession with women looking forever flawless", South China Morning Post, 27 de di ciembre de 2017, https://bit.ly/2xr vwi0.

NEGADOS 13 02. MARCO TEÓRICO

26_Begoña Torres González y Mu seo del Romanticismo, eds., Museo del Romanticismo: guía (Madrid: Mi nisterio de Cultura, Secretaría Ge neral Técnica, Subdirección Gene ral de Publicaciones, Información y Documentación, 2009), 133.

27_Virginia Woolf, Una habitación propia (Barcelona: Seix Barral, 2009), 6.

28_Remedios Zafra, Un cuarto pro pio conectado: (Ciber)espacio y (auto) gestión del yo (España: Fórcola Edi ciones, 2011), edición de Kindle, 589.

29_Las mujeres ganan un 35,7% menos que los hombres y la bre cha salarial entre géneros es del 14,9% en España. Eurostat, "La bre cha salarial entre géneros en Es paña" (Justicia y Consumidores, Comisión Europea, noviembre de 2017), https://bit.ly/2s0w5ML.

30_Para más información so bre violencia de género: Graciela Atencio y Nerea Novo, "Agresiones sexuales múltiples en España. In forme 2016-2018" (Geoviolencia Sexual, 26 de mayo de 2018), ht tps://bit.ly/2COVqR3.

No obstante, a los dispositivos femeninos se les ha asociado tradicionalmente con la liberación y el empoderamiento fe meninos. Siguiendo con el ejemplo del tocador, este mueble, y la habitación que lo contenía, permitió que la mujer tuviese por primera vez un espacio propio dentro del hogar para almacenar sus objetos personales, «donde podía llevar a cabo todas esas ‘acciones misteriosas’: desde guardar una carta de amor o un recuerdo especial, hasta leer o asearse. El hecho de tener una habitación propia, demostraba una mayor con ciencia de individualidad, de vida personal y la necesidad de expresar esa individualidad de forma física26»

Virginia Woolf fue la primera autora que exigió ese espacio propio, una habitación privada y personal dentro de la casa, a pesar de que el hogar se hubiese considerado un espacio emi nentemente femenino. Reivindica «que una mujer debe tener dinero y una habitación propia para poder escribir novelas27» para desarrollar su creatividad y una identidad más allá de la femenina, excluyente e ilusoria. Para Remedios Zafra, la potencia de la propuesta de Woolf «hizo que el cuarto pro pio (fig. 6) no tardara en convertirse en objeto de especula ción, reivindicación feminista y símbolo de emancipación, y no sólo para las mujeres escritoras a quien entonces Virginia Woolf dirigía su reflexión28»

Figura 6. Dormitorio de Virginia Woolf en Monk’s House. Fuente: Wikimedia Commons.

La contribución de las demandas de Woolf a la independencia y al empoderamiento femeninos es innegable. Sin embargo, han pasado 90 años de la publicación de “Una habitación propia” y las mujeres siguen luchando por la igualdad salarial29 o por salir sin miedo a la calle30. ¿Por qué los cuartos propios y los objetos personales contenidos en ellos no han logrado la deconstrucción del sujeto femenino? Este trabajo plantea la hipótesis de que la mujer no puede adquirir la emancipación debido a que nunca ha sido libre, sino que ha pasado de un estado de ‘mujer confinada’ a uno de ‘mujer tutelada’.

Las habitaciones propias siguen estando insertas en el hogar doméstico, en la red de mitos femeninos (fig. 7). Los dispo sitivos siguen salvaguardado el sistema patriarcal, asignan do subjetividades masculinas o femeninas. La mujer es libre dentro del cuarto propio, pero cuando sale de él sigue siendo sujeto femenino.

Figura 7. Imagen editada del origi nal. Los espacios de trabajo actua les tienen como núcleo el ordena dor conectado a Internet. Fuente: www.estiloydeco.com.

Esa supuesta independencia no es más que una entelequia que los dispositivos proyectan sobre sus usuarias, para que los mitos se sigan transmitiendo. El dispositivo femenino es un fetiche del empoderamiento de la mujer.

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS NEGADOS 14 .02 MARCO TEÓRICO

2.2.2. CLASIFICACIÓN DE LOS DISPOSITIVOS FEMENINOS

Los dispositivos femeninos han ido transformándose parale lamente a la evolución de los mitos y de la cultura que estos configuran. Es posible establecer tres periodos cronológicos, en función de las innovaciones tecnológicas y sociales:

Antecedentes: la mujer dentro de casa. Dentro de esta categoría se engloban todos aquellos objetos y perte nencias manufacturadas, artesanales. Son dispositivos heredados de la madre o confeccionados para el matri monio. Por lo general tienen una función de almacenaje de otros instrumentos más pequeños, relacionados con el aparato contenedor. Son objetos domésticos e ínti mos que configuran a la mujer en su rol de madre y es posa, por lo que no evolucionarán hasta el cambio de paradigma del siglo XX.

Siglo XX: la mujer sale de casa. A causa de los con flictos bélicos del siglo XX, la mujer empieza a hacerse hueco en el mercado laboral. Las innovaciones tecnoló gicas de esta etapa influirán en la evolución de los dispositivos. Los objetos se especializan y mecanizan para facilitar el cumplimiento de una tarea doméstica con creta. Los dispositivos ya no se heredan, sino que se fa brican en serie y se compran en los centros comerciales.

Siglo XXI: la mujer ya no tiene casa. El nuevo siglo supone la aparición del universo cibernético, de dos realidades paralelas (física y digital). Los dispositivos deben conectarse a la red para adaptarse a unos mitos globales y virales. Los objetos son interactivos, multita rea, omnipotentes y omnipresentes. La mujer adquiere múltiples identidades en cada realidad, es anónima y manifiesta.

Cada dispositivo configura un determinado aspecto de la experiencia vital de las mujeres, en función del espectro ge nerado por los cuatro mitos de la feminidad: belleza, ocio, alimentación, sexualidad, relaciones sociales, moda e infor mación. La clasificación de los dispositivos femeninos (fig. 8) y el diagrama de análisis comparativo entre objetos (fig. 9) se definen en las tablas adjuntas.

Ocio Labores domésticas Costura Piano

Sexualidad Diván Cuna

Centros co merciales Do it yourself Apps de streaming Videojuegos

Anticoncep tivos Congelación de óvulos App de citas Chats

Alimenta ción Servicio doméstico Electrodo mésticos Comida a domicilio

Relaciones sociales Cartas Teléfono Mensajería instantánea

Fast-fashionVestidor Vestidos y ropa del hogar Moda

Información Objetos religiosos Prensa y novela femenina

Medios de masas Redes sociales

Figura 8. Clasificación tipológica de los dispositivos femeninos en las tres etapas cronológicas de es tudio. Elaboración propia.

Dispositivos artesanales Dispositivos industriales Dispositivos digitales

Siglo XIX Siglo XX Siglo XXI

Manufac turados / heredados

Espacio doméstico

Estandariza dos / en serie Customi zados

Espacio doméstico y urbano

Espacio doméstico, urbano y cibernético

Monotarea Monotarea y tarea dual Multitarea

Costumbres y rituales sociales Estereotipos de consumo Filtros de contenido online

Contenedo res y objetos de memoria Aparatos electrónicos

Dispositivos móviles inteligen tes y apps móviles

Figura 9. Diagrama comparativo de los dispositivos femeninos en función de su etapa cronológica. Elaboración propia.

ESPACIOS NEGADOS 15 02. MARCO TEÓRICO
Tipos de dispositivos Dispositivos artesanales Dispositivos industriales Dispositivos digitales Siglo XIX Siglo XX Siglo XXI Belleza Tocador Maquillaje Joyas Tratamien tos estéticos Filtros para selfies Instagram
16

LA MUJER TUTELADA ANTECEDENTES

17
03

31_Paloma Belmonte Rives, "So bre la situación de las mujeres en España (1800-1930). Un ejercicio de microhistoria" (Tesis Doctoral, Universidad Miguel Hernández, 2017), 10.

32_María Luisa Montero Curiel, "Los ajuares en Madroñera", Co loquios Históricos de Extremadura, 1989, https://bit.ly/2T2vau2.

33_Paloma Belmonte Rives, "So bre la situación de las mujeres en España (1800-1930). Un ejercicio de microhistoria" (Tesis Doctoral, Universidad Miguel Hernández, 2017), 10.

34_Atxu Amann, El espacio domés tico: la mujer y la casa (Buenos Aires: Nobuko, 2011), 123.

35_Alicia Pascual Fernández, "So bre el mito del amor romántico. Amores cinematográficos y edu cación", DEDiCA. Revista de educação e humanidades 10 (2016), 68.

36_Paloma Belmonte Rives, "So bre la situación de las mujeres en España (1800-1930). Un ejercicio de microhistoria" (Tesis Doctoral, Universidad Miguel Hernández, 2017), 10.

37_Begoña Torres González y Mu seo del Romanticismo, eds., Museo del Romanticismo: guía (Madrid: Mi nisterio de Cultura, Secretaría Ge neral Técnica, Subdirección Gene ral de Publicaciones, Información y Documentación, 2009), 133.

38_Ángel de Saavedra Rivas, Don Alvaro o la fuerza del sino (Madrid: Alianza, 2006).

39_José Zorrilla, Don Juan Tenorio, Letras hispánicas 114 (Madrid: Edi ciones Cátedra, 1979).

3. ANTECEDENTES: LA MUJER DENTRO DE CASA

El análisis de las circunstancias socio-históricas y domésticas que permiten la aparición de los dispositivos femeninos en el siglo XIX se centra en la figura de la mujer burguesa. Su rol de ‘reina y ángel del hogar’, como consecuencia de su ‘educación de adorno’ y la aparición de la habitación propia31, podría despertar una cierta libertad y autoconsciencia en el sujeto femenino. Para evitar la insumisión, los objetos personales de los que se la dotaba debían ejercer la función de dispositivos femeninos de domesticación.

Sin embargo, las mujeres trabajadoras del siglo XIX carecían de posesiones personales, más allá de una caja de costura para elaborar los objetos de su ajuar de matrimonio32. Estas mujeres, proletarias y campesinas, no poseen una consciencia fe menina, dado que no han recibido una educación ajustada al rol femenino romántico.

Por lo tanto, solo la mujer burguesa decimonónica está en marcada por los mitos de la feminidad, materializados en los dispositivos. No era necesario inculcar el fetiche del empoderamiento a las mujeres de las clases menos pudientes, ya que el trabajo actúa como un método de control; menos sofisticado, pero igual de eficaz que los dispositivos femeninos. La mujer trabajadora está atada a las tareas domésticas y a las laborales, sigue siendo una esclava33

Por otro lado, la escasez de fuentes primarias objetivas an teriores al siglo XX dificulta la definición categórica de los modelos de comportamiento femeninos decimonónicos. En consecuencia, para determinar los roles de esta época se ha consultado la literatura de los siglos XVIII y XIX, tanto en España como en Inglaterra. El amor romántico, las relaciones familiares y la jerarquía social se analiza desde novelas como “Sentido y sensibilidad” (1811) y “Orgullo y prejuicio” (1813) de Jane Austen, “Cumbres borrascosas” (1847) de Emily Brontë y “Jane Eyre” (1847) de Charlotte Brontë.

3.1. LA BUENA MUJERROMÁNTICA: LA EDUCACIÓN DE ADORNO

En el siglo XIX, la mujer burguesa adquiere el papel de ad ministradora y cuidadora de la vivienda y la familia. Aunque «por primera vez la casa se convierte en un lugar bajo el con

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS NEGADOS 18 ANTECEDENTES .03

trol femenino que impone sus normas e introduce el concep to de domesticidad ligado a la privacidad34», la mujer queda atada a una identidad doméstica, soberana de lo privado pero invisible en lo público. La libertad o emancipación de la au toridad masculina, que supuestamente se destila de la habitación propia, es una quimera.

El Romanticismo origina los mitos de la feminidad35, sirvién dose de los dispositivos femeninos para transmitir los valores de una corriente que es tanto artística como profundamente social. La mujer romántica está dedicada de forma incuestio nable al papel de madre, esposa, virgen y amante, y por tanto se define en relación a la domesticidad e intimidad de la vivienda. Tal y como refleja Paloma Belmonte Rives en su tesis doctoral, «el hombre debía emplearse en llevar a cabo gran des logros y proteger a su familia, y la mujer debía limitarse al ámbito de la vida doméstica, principalmente en las faenas de la casa, mostrar los más dulces cuidados, atenciones y una ternura activa y vigilante36»

Esta corriente de pensamiento decimonónica construye una imagen de la mujer que, para Begoña Torres González, está «contaminada de reminiscencias religiosas, ensueños domésticos y también de imaginario erótico37», fruto del ideal de amor pasional y puro propugnado por obras dramáticas como “Don Álvaro o la fuerza del sino” (1835) de Ángel de Saave dra38 o “Don Juan Tenorio” (1844) de José Zorrilla39. La con cepción del amor romántico radica en una lucha de opuestos: la pasión frente al dolor, la gloria frente al infierno y la vida frente a la muerte. El amor hacia la mujer es símbolo de la pureza de lo metafísico. Es espiritual, inalcanzable y atormen tado40

El mito del amor romántico, por lo tanto, genera en el sujeto femenino una individualidad contradictoria y un sistema de relaciones tóxicas que diluyen la identidad de la mujer a una mera «proveedora de cuidados y afectos41» (fig. 10)

A raíz de este nuevo cometido doméstico, la mujer burguesa comienza a recibir una ‘educación de adorno’. Adquiere co nocimientos en gobernación del hogar y organización de las tareas domésticas, así como en la fe cristiana. Es instruida en lectura en voz alta, canto, piano, baile, costura y bordado (fig. 11)42

Aunque dejaron de ser analfabetas e incultas, las mujeres de cimonónicas eran educadas para convertirse en ‘ángeles del hogar’, para que «pudieran ‘hacerse notar’ con más atención entre los jóvenes casaderos43». Siguiendo a Belén Fernández,

40_Branka Kalenić Ramšak, "Ejemplos del amor romántico en la literatura española del siglo XIX", Atti del XX Convegno [Associa zione Ispanisti Italiani] 1 (2002), 199208.

41_Alicia Pascual Fernández, "So bre el mito del amor romántico. Amores cinematográficos y edu cación", DEDiCA. Revista de educação e humanidades 10 (2016), 68.

42_Belén Fernández de Alarcón Roca, "La mujer de élite del siglo XIX como transmisora de la cultu ra", Opción 31, n.o 6 (2015), 245-260.

43_José María Nácar, Guía higiéni co-cosmética de la mujer en el toca dor ó Colección ordenada y completa de cuantas reglas, operaciones y fór mulas higiénicas reclaman la salud, la belleza y la educación física de la mujer, Establecimiento tipográfico a cargo de J. Quesada (Madrid, Es paña, 1886), 372.

Figura 10. La mujer encarna el pa pel de ‘ángel del hogar’. Joaquín Sorolla, Mi familia (Ayuntamiento de Valencia, 1901).

Figura 11. Imagen editada del ori ginal. Educación de adorno duran te la infancia. Fuente: Biblioteca Nacional de España.

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS NEGADOS
19 03.
ANTECEDENTES

44_Belén Fernández de Alarcón Roca, "La mujer de élite del siglo XIX como transmisora de la cultu ra", Opción 31, n.o 6 (2015), 246.

45_Atxu Amann, El espacio domés tico: la mujer y la casa (Buenos Aires: Nobuko, 2011).

46_Ibídem, 121. 47_Ídem. 48_Ídem.

49_Begoña Torres González y Mu seo del Romanticismo, eds., Museo del Romanticismo: guía (Madrid: Mi nisterio de Cultura, Secretaría Ge neral Técnica, Subdirección Gene ral de Publicaciones, Información y Documentación, 2009), 31.

«las ‘anfitrionas’ organizaban tertulias o bailes en sus pala cetes o quintas con el fin de consolidar relaciones, bien para conseguir un objetivo de carácter matrimonial, o bien para in tentar aumentar el prestigio social de los propios maridos44»

Es, en definitiva, una educación patriarcal que construye a un sujeto femenino tutelado que acaba derivando en objeto feminizado, insertado en la red de normas morales y éticas románticas. Este sistema de relaciones se consolida gracias a los dispositivos de control de este siglo.

3.2. LA CASA JAULA: LA INTIMIDAD DE LA VIVIENDA BURGUESA

Los dispositivos femeninos aparecen en España alrededor del siglo XIX, como consecuencia de la importación del modelo neerlandés de familia y vivienda. Para Atxu Amann45, este nuevo sistema de relaciones afectivas y espaciales se funda menta en el concepto de intimidad, desarrollado en la centu ria anterior de forma paralela al proceso de transición entre el Antiguo y el Nuevo Régimen, entre los señores feudales y la burguesía, entre la casa pública medieval y la vivienda par ticular familiar46 .

Mientras la residencia medieval neerlandesa consistía en dos únicas habitaciones, una delantera para las actividades comerciales, y otra trasera para la vida cotidiana, «donde la familia cocinaba, dormía y comía47», el hogar burgués se subdividió según usos diurnos y nocturnos. Los espacios se compartimentaron y las ventanas se taparon con visillos: todo ello para generar intimidad. Si unimos a estos factores los impuestos especiales al servicio doméstico, las pequeñas vi viendas urbanas en propiedad y la separación del trabajo y la familia, el resultado es una sociedad con un marcado carácter individualista48

El modelo neerlandés entrará en la Península a través de los ideales subjetivistas del Romanticismo. En el hogar burgués español del siglo XIX (fig. 12) «es posible separar un ámbito masculino (privado y semi-público), donde destaca el gabi nete, el dormitorio, el fumoir y la sala de billar; el femenino (privado y semi-público), reflejado, entre otras habitaciones, en el dormitorio y en el coqueto boudoir; el infantil (privado), con su universo de juegos; y el de servicio, ‘los espacios escondidos’49». En los diagramas anexos se analizan los espacios

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS NEGADOS 20 .03 ANTECEDENTES

domésticos decimonónicos en función de estos ámbitos (fig. 13). Cada tipo de usuario —mujer, hombre, hijas/os y servi cio— se representa con los símbolos detallados en la leyenda.

Existe también una clasificación en función de la privacidad, que ordena las estancias en espacios públicos de representa ción (salas, comedores y gabinetes), espacios privados para la intimidad familiar (cuarto de estar, alcoba y boudoir) y es pacios excusados (retretes)50. A esta ordenación habría que añadirle los espacios marginales, correspondientes al servicio doméstico.

Hay, por lo tanto, un complejo sistema de escaleras, distri buidores y recorridos que separan los espacios en función del uso y las circunstancias económicas, de edad y de género de su usuario, pero, también, según su grado de intimidad.

Los roles de todos los miembros de la familia están acotados por las estancias a las que tienen acceso y por los dispositivos que estas contienen. Los objetos son ‘muebles-monumento’, cuya función es dotar de distinción51 e identidad a sus poseedores.

50_Roger-Henri Guerrand, "Espa cios privados", en Historia de la vida privada, de Philippe Ariès y Georges Duby, Taurus Ediciones, vol. 4 (Ma drid, 2017), 338.

51_Jean Baudrillard, El sistema de los objetos (Madrid: Siglo XXI, 1969), 14-15.

Figura 12. Imagen editada del ori ginal. Recreación de un comedor del siglo XIX en el Museo del Ro manticismo de Madrid. Fuente: Ministerio de Cultura y Deporte.

3.3. LA CIUDAD INDUSTRIAL: ANTECEDENTES DEL URBANISMO MODERNO

La vivienda burguesa del siglo XIX se sitúa en una ciudad en pleno proceso de formación. La Revolución Industrial, inicia da en el anterior siglo, transformó por completo el sistema social, económico y tecnológico en Europa occidental y Estados Unidos. La estructura rural, basada en una relación de servidumbre entre los terratenientes y el campesinado, entra en decadencia a raíz del desarrollo tecnológico. Las industrias se instalan en los núcleos urbanos, mejor comunicados para reducir los plazos de importación de materias primas y distribución de productos (fig. 14)

La factoría se configura como el centro neurálgico de la ciu dad, sustituyendo a la iglesia y al cruce de caminos como ge neradores de asentamientos humanos y polos de atracción de población. La mano de obra rural abandona el campo para convertirse en proletariado, una nueva clase obrera, sin dere chos ni organización interna, que ocupa los suburbios de las ciudades.

Figura 14. Imagen editada del ori ginal. Grabado de una ciudad in dustrial inglesa a finales del siglo XIX. Fuente: English Fine Cottons.

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS NEGADOS
21 03.
ANTECEDENTES

Figura 13. Estancias del espacio doméstico del siglo XIX. Elaboración propia. Fuente: Museo del Romanticismo.

alcoba masculina

de billar

gabinete

de los hijxs

femenina boudoir

principal

del comedor trascocina

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS NEGADOS 22 .03 ANTECEDENTES
01 02 05 06 09 10 fumoir sala
alcoba
antecámara
despacho
03 04
alcoba
07 08 11 12 despensa cocina

alcoba de servicio

salón de baile antesalón

antecámara vestíbulo

sala de estar

biblioteca comedor patio oratorio

Tanto el análisis de las relaciones y recorridos que establecen los su jetos con la vivienda de cimonónica, como los dispositivos femeninos artesanales que esta contiene, se describen detalladamente en los anexos.

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS
ESPACIOS NEGADOS 23 ANTECEDENTES 03.
13 14 17 18 21 22
15 16
19 20 23 24 distribuidor
almacenaje

52_En algunas ciudades euro peas se diseñaron barrios burgue ses planificados, como el Ensan che (Eixampla) de Ildefonso Cerdá en Barcelona, de 1859.

53_Juan Antonio Lacomba, Histo ria contemporánea. I, De las revolucio nes burguesas a 1914 (Madrid: Edito rial Alhambra, 1987).

54_Zumalakarregi Museoa, "Dos sier de la exposición ‘El descubri miento del ocio’", Zumalakarregi Mu seoa, 2008, https://bit.ly/2lKX8f8.

55_Aunque el modelo de ‘ángel del hogar’ se transmitía funda mentalmente de forma oral de ma dre a hija, en el siglo XIX también se difundía el prototipo de mujer burguesa mediante publicaciones como "Lecciones de higiene y eco nomía doméstica para uso de las maestras de la enseñanza y madre de familia: 1892" de Antonio Surós o "Guía del ama de casa" de Carlos Yebes en 1897. Paloma Belmonte Rives, "Sobre la situación de las mujeres en España (1800-1930). Un ejercicio de microhistoria" (Te sis Doctoral, Universidad Miguel Hernández, 2017), 64.

56_Martin-Fugier divide las eta pas vitales de esta época en infan cia, noviazgo, compromiso, con trato matrimonial, ceremonia del matrimonio, viaje de novios, vida conyugal, bautizo, primera comu nión, fiestas y aniversarios, vejez, muerte y luto. Anne Martin-Fugier, "Las grandes fechas de una vida", en Historia de la vida privada, de Phi lippe Ariès y Georges Duby, Taurus Ediciones, vol. 4, (Madrid, 2017), 173-194.

57_María Rosa Candel Tárraga et al., "Prenoviazgo, Noviazgo y Boda en la Provincia de Albacete" (Estudio antropológico, Universi dad Popular de Albacete, 1986).

Los asentamientos urbanos crecen desorbitadamente y sin planificación; en países como Gran Bretaña, Bélgica, Holanda, Noruega y Dinamarca, la población urbana llegó a duplicarse. En el caso de Reino Unido, pasó de 15 millones de habitantes en 1800 a 30 millones en 1880. En Francia la expansión demográfica fue menor, de 28 millones a 38 en los mismos años. Las viviendas obreras se distribuyen en barrios periféricos, en condiciones insalubres que fomentarán el alcoholismo, las en fermedades y los conflictos sociales. En cambio, el centro de la ciudad queda libre para la burguesía52, nueva clase social compuesta por los empresarios y comerciantes, enriquecidos por el negocio industrial. A partir de 1830, desplazarán a la aristocracia terrateniente en el poder político, económico y en el prestigio social53

La ciudad decimonónica es una sucesión de arquitecturas pri vadas —viviendas, empresas y espacios de consumo—, conec tadas mediante vías de comunicación para transporte priva do. El espacio público no existe, puesto que el ocio, todavía incipiente, se desarrolla en la propia vivienda y en teatros, cafeterías, circos, plazas de toros, museos y salones de baile54

En este contexto, la mujer del siglo XIX no tiene ninguna relación con la ciudad. El marco ontológico del sujeto femenino está conformado por la domesticidad de su vivienda. Como ‘ángel del hogar’, puede acceder al mercado junto al servicio doméstico, para supervisar el funcionamiento de su ecosiste ma. Como esposa devota, acompaña a su marido a la iglesia y a los espacios de ocio, para demostrar su validez como sujeto y objeto femenino, inserto en los mitos de la feminidad.

Más allá de un mero papel decorativo, las mujeres burguesas no participan en los procesos ciudadanos: no votan ni trabajan, solo habitan la vivienda con un propósito reproductivo y doméstico. Por ello, el análisis de espacios y dispositivos femeninos del siglo XIX de este trabajo de investigación se limitará al ámbito residencial.

3.4. DISPOSITIVOS ARTESANALES: CONSTRUCCIÓN DE LA MUJER DECIMONÓNICA

La transmisión predominantemente oral de las costumbres y rituales sociales en el siglo XIX dificulta la obtención de datos objetivos sobre el uso de los dispositivos femeninos y el com

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS NEGADOS 24 .03 ANTECEDENTES

portamiento de sus usuarias. El sujeto femenino está envuelto en una liturgia ancestral y hermética en todas las etapas de su experiencia vital, condicionado por unas pautas de actuación que se aprehenden de forma íntima, a través de la reproduc ción de las enseñanzas, consejos y conducta de la figura femenina de referencia. La mujer decimonónica debe ser aprendiz (hija) y maestra (madre) para que perdure el rito55

Por lo tanto, el presente trabajo de investigación se sitúa en un contexto clausurado, en el que las tradiciones se modifican según la situación geográfica y temporal. Para poder establecer un marco común, se han analizado las fuentes disponibles y se ha extraído la información recurrente que permite armar un discurso argumentado y objetivo. No obstante, este méto do puede implicar que el modelo de comportamiento social y cultural aquí desarrollado no sea plenamente exportable a una región concreta.

En adelante, la investigación de los dispositivos femeninos del siglo XIX se centrará en el tocador y el ajuar de novia, por ser los más representativos del rol del sujeto femenino. El tocador simboliza el papel de amante, de mujer perfecta, mientras que el ajuar condensa los ritos y tradiciones que determinan el comportamiento de la mujer decimonónica como madre, es posa y ama de casa. El tocador y el ajuar articulan el espectro ontológico de la mujer burguesa decimonónica.

Clasificación cronológica Dispositivo artesanal

Bautizo Medallas y amuletos de protección

Primera comunión Objetos religiosos

Infancia y noviazgo Elaboración del ajuar Contrato matrimonial Canastilla

Boda Exhibición del ajuar

Vida familiar Mobiliario contenedor del ajuar

Vejez y muerte Legado de pertenencias

Figura 16. Clasificación cronológi ca de los dispositivos femeninos artesanales del siglo XIX. Elabora ción propia.

Clasificación tipológica Dispositivos artesanales Belleza Tocador Maquillaje Joyas

Labores domésticas Costura Piano Ocio Sexualidad Diván Cuna Alimentación Servicio doméstico

Relaciones sociales Cartas

Moda Vestido y ropa del hogar

Información Objetos religiosos Prensa y novela femenina

3.4.1. CARACTERÍSTICAS Y CLASIFICACIÓN DE LOS DISPOSITIVOS ARTESANALES

Los dispositivos femeninos decimonónicos de control se ca racterizan por ser artesanales y hereditarios, confeccionados o transmitidos de madre a hija en los principales hitos de la experiencia vital femenina56. Cada evento social se articula mediante un ritual en el que los dispositivos cobran un papel protagonista, de formalización o sellado del acontecimiento. El objeto manufacturado es la prueba física de que el acto se ha desarrollado conforme a la tradición popular, además de simbolizar el poder adquisitivo y la posición social de su dueño (fig. 15)57.

La riqueza en los detalles decorativos o el uso de materiales nobles es un reflejo del poderío económico de la clase burguesa: «arquillas con marquetería y con ébano y marfil, camillas

Figura 17. Clasificación tipológica de los dispositivos femeninos ar tesanales del siglo XIX. Elabora ción propia.

Clasificación morfológica Dispositivos de almacenaje Dispositivos singulares Tocador/escritorio Maquillaje Joyas Cartas

Cómoda/arca Costura Ropa de hogar Objetos religiosos Armario Vestidos

Estantería Prensa y novela femenina Diván Piano Cuna Muebles singulares

Figura 18. Clasificación morfológi ca de los dispositivos femeninos artesanales del siglo XIX. Elabora ción propia.

NEGADOS 25 03. ANTECEDENTES

DE LOS

15. Dispositivos femeninos artesanales del siglo XIX. Elabora ción propia.

y cepillo

y perfume

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL
ESPACIOS NEGADOS 26 ANTECEDENTES .03 Figura
01 02 03 04 05 06 joyero tenacillas tocador peine
armario espejo

rosario costura polvera vestidos cartas abanico

Los dispositivos feme ninos artesanales del siglo XIX se describen detalladamente en los anexos.

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS
ESPACIOS NEGADOS 27 03. ANTECEDENTES
07 08 09 10 11 12

58_Mónica Piera, "La cómoda y el tocador, muebles de prestigio en la sociedad catalana del siglo XVI II", Pedralbes, n.o 25 (2006), 4.

59_María Luisa Montero Curiel, "Los ajuares en Madroñera", Co loquios Históricos de Extremadura, 1989, https://bit.ly/2T2vau2.

60_Ídem.

61_Jean Baudrillard, El sistema de los objetos (Madrid: Siglo XXI, 1969), 14-15.

62_Elsa Lever M., "La construcción del ‘ser mujer’ desde los mitos", Rebelión, 5 de mayo de 2009, ht tps://bit.ly/2t3rvO2.

63_Katty Soraya Resplandor, "His toria del Ajuar de la Novia", Matri monio e un Tocco di Classe, 2018, ht tps://bit.ly/31N2iaQ.

64_María Luisa Montero Curiel, "Los ajuares en Madroñera", Co loquios Históricos de Extremadura, 1989, https://bit.ly/2T2vau2.

65_Anne Martin-Fugier, "Las gran des fechas de una vida", en Historia de la vida privada, de Philippe Ariès y Georges Duby, Taurus Ediciones, vol. 4 (Madrid, 2017), 188.

66_María Luisa Montero Curiel, "Los ajuares en Madroñera", Co loquios Históricos de Extremadura, 1989, https://bit.ly/2T2vau2.

67_Katty Soraya Resplandor, "His toria del Ajuar de la Novia", Matri monio e un Tocco di Classe, 2018, ht tps://bit.ly/31N2iaQ.

68_Ídem.

69_María Luisa Montero Curiel, "Los ajuares en Madroñera", Co loquios Históricos de Extremadura, 1989, https://bit.ly/2T2vau2.

70_Nieves Hoyos Sancho, "Cos tumbres referentes al noviazgo y la boda en la Mancha", Revista de Dialectología y Tradiciones Populares XIV (1958), 165-92.

torneadas, arcas con embutido y talladas, espejos, brasero de bronce y asientos de cuero, entre otros58», mientras que la clase artesana tenía objetos que «eran de buena calidad y, bá sicamente, respondían a las necesidades que tenía cualquier familia para vivir con comodidad59». Sin embargo, los objetos de las clases más pobres se caracterizaban por «la ínfima calidad de los materiales y la escasez60»

En definitiva, los dispositivos del siglo XIX, tanto los mascu linos como los femeninos, adquieren un alto componente de prestigio y valoración social. Las posesiones burguesas se despegan de la funcionalidad supuestamente inherente al objeto doméstico para transformarse en ‘muebles-monumento61’, ge neradores de identidad.

En cuanto a la clasificación de los dispositivos femeninos, estos pueden agruparse según el momento temporal en el que se reciben y pasan a formar parte del patrimonio del sujeto femenino (fig. 16). Estos acontecimientos vitales son el bauti zo, la primera comunión, la infancia y el noviazgo, el contrato matrimonial, la boda, la vida familiar, la vejez y la muerte.

Además de la clasificación cronológica, los objetos se orga nizan según su uso y funcionalidad (fig. 17). Los dispositivos tienen la misión de configurar todos los aspectos de la exis tencia de la mujer en base a los mitos de la feminidad62: belleza, ocio, sexualidad, alimentación, relaciones sociales, moda e información.

Por último, las posesiones se dividen según su estructura y morfología (fig. 18). Los objetos pueden ser contenedores (dispositivos de almacenaje) de otros objetos más pequeños, como el armario, la cómoda o el tocador; o pueden ser objetos contenidos (dispositivos singulares), como el maquillaje que se almacena en el tocador o los vestidos que se guardan en el armario ropero.

3.4.2. EL AJUAR DE LA NOVIA: DISPOSITIVOS PARA LA ESPOSA, MADRE Y ÁNGEL DEL HOGAR

El ajuar de la novia (fig. 19) consiste en un conjunto de ob jetos domésticos que se elaboran artesanalmente a partir de la primera comunión de la futura esposa, ceremonia religiosa que marca el final de su infancia y su presentación en sociedad como mujer63. La conclusión de la niñez femenina determina

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el comienzo de la confección del ajuar, tarea desempeñada por la mujer soltera —con ayuda de los miembros femeninos de su familia (hermanas, madres, tías y abuelas)64— hasta la formalización del matrimonio (fig. 20). Para la condesa de Gencé, «la existencia entera de la muchacha se desliza entre dos velos, el de la primera comunión y el de la boda65». La soltería y el noviazgo representan un limbo en la persistente situación de tutela del sujeto femenino, ya sea de los padres en la infancia o del esposo en el matrimonio. Sin embargo, la construcción del ajuar actúa como un espejismo o fetiche del empoderamiento femenino: durante este breve periodo de ‘libertad regulada’ que supone la adolescencia, se asientan las bases de su venidera posición social, económica y conyugal. El ajuar representa «un auténtico ritual de sabor tradicional, que debe ser enjuiciado desde un punto de vista folclórico y sociológico66». El ajuar no es solo una cuestión individual y de prestigio familiar, «sino que era vivido por la comunidad como una garantía social, ya que definía el estado de ‘matrimonio’ de un elemento de la sociedad y por lo tanto la perpetuación del orden y la estabilidad social67»

A pesar de las peculiaridades regionales, el ajuar suele alma cenarse en un arca, generalmente ornamentada, en la que se guarda menaje, ropa del hogar, vestidos y lencería, fabricados artesanalmente con materias primas como lino, seda y algodón, y adornados con lino de damasco, incrustaciones y bordados68. El número de arcas y la inclusión de otros muebles contenedores depende del poder adquisitivo de la familia de la novia, pero el ajuar siempre debe contar con todos los ob jetos domésticos necesarios para el nuevo hogar de los recién casados (fig. 21)69

El proceso de creación del ajuar está marcado por un rito nupcial estricto y taxativo, basado en supersticiones naci das de la religión y el folclore70. Los objetos decorativos y de menaje del hogar se iban adquiriendo a lo largo del tiempo, mientras que el mobiliario se compraba cuando el compro miso ya estaba garantizado, en forma de pedida de mano o de contrato matrimonial. Las prendas, bordadas por la novia como demostración de sus habilidades domésticas, se elabo raban durante los periodos de inactividad laboral, en descansos o situaciones extraordinarias como el luto71. El número de colchas, mantas, sábanas, mantelería, servilletas, camisas o toallas, entre otros, debía ser siempre par e incluía las inicia les bordadas de los novios72

Una semana antes de la boda, los objetos se exponían en la casa de la familia paterna, en la sala principal de la casa o en

71_«En ocho años que dure el luto no ha de entrar en esta casa el viento de la calle. Haceros cuenta que hemos tapiado con ladrillos puertas y ventanas [...]. Mientras, podéis empezar a bordar el ajuar. En el arca tengo veinte piezas de hilo con el que podréis cortar sá banas y embozos». Federico Gar cía Lorca, La casa de Bernarda Alba (Madrid: Catédra, 2015), 8.

72_Katty Soraya Resplandor, "His toria del Ajuar de la Novia", Matri monio e un Tocco di Classe, 2018, ht tps://bit.ly/31N2iaQ.

Figura 19. Imagen editada del ori ginal. Exposición de un ajuar de novia. Fuente: Fotografía cedida por la Asociación de Mujeres Adel fa de Cortegana.

Figura 20. Imágenes editadas del original. Las mujeres eran instrui das desde su infancia para elabo rar su ajuar. Fuente: Centro de Es tudio de Castilla la Mancha.

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73_María Luisa Montero Curiel, "Los ajuares en Madroñera", Co loquios Históricos de Extremadura, 1989, https://bit.ly/2T2vau2.

74_Anne Martin-Fugier, "Las gran des fechas de una vida", en Historia de la vida privada, de Philippe Ariès y Georges Duby, Taurus Ediciones, vol. 4 (Madrid, 2017), 188.

Ajuar personal de la novia

Unidades Objetos

Camisones de noche

Enaguas de color blanco o rosado

Enaguas negras

Fondo para faldas blanco o rosado

Fondo para faldas negro

Sujetadores

a 3 Sujetadores para la noche

pares Bragas

Bata de lana

Bata para el verano

Bata de cama, de seda 12 pares Medias 2 a 3 Búster

Ajuar para el baño

Unidades Objetos

12 a 18 Toallas de lino 6 a 12 Toallas de felpa 6 a 24 Toallas para invitados de lino 4 a 12 Toallas grandes de baño de lino mixto o de felpa 2 a 8 Alfombras

12 Toallas de lino mixto

Ajuar para la cama matrimonial

Unidades Objetos

2 a 12 pares Sábanas de lino 4 a 6 pares Sábanas de lino mixto 2 a 6 Fundas de colchón de lino mixto 4 a 24 Fundas de almohada de lino 8 a 12 Fundas de almohada de lino mixto 2 a 4 Cubiertas de lino mixto 2 a 4 Cubiertas de lana 1 a 2 Edredones de plumas o lino

Unidades Objetos

Ajuar para la mesa 1 a 4 Ser. para 6 personas blancos de lino 2 a 4 Ser. para 6 pax. colorados de lino mixto 1 a 2 Servicios para 12 personas de lino 1 a 4 Ser. para 12 pax. colorados de lino mixto 2 a 6 Servicios para carro portaplatos de lino 1 a 2 Manteles de té de lino 1 a 2 Manteles de té de lino mixto

Unidades Objetos

Ajuar para la cocina 4 a 12 Paños de cocina de lino mixto 4 a 18 Paños para secar los vasos de lino 6 a 18 Paños para secar los platos de lino mixto 6 a 18 Paños para secar las ollas de cáñamo 6 a 12 Paños de cocina 6 a 12 Paños para quitar el polvo 6 a 12 Paños para limpiar el suelo

Unidades Objetos Ajuar para la cama individual 4 a 12 pares Sábanas de lino mixto 2 a 6 Fundas de colchón de lino mixto 2 a 6 Fundas de almohada de lino mixto 2 a

Edredones de lana

Cubiertas de lana

Edredones de plumas o lana

Figura 21. Composición de un ajuar de novia según la etiqueta. Elaboración propia. Fuente: "Histo ria del Ajuar de la Novia", https:// bit.ly/31N2iaQ.

la alcoba de la novia, para que los familiares, amigos y vecinos comprobasen la validez del matrimonio. «Cuando la exposi ción estaba preparada, un familiar del contrayente, normal mente la madre, recitaba, una por una, todas las piezas que llevaba su hijo (o hija) y, a la vez, otra persona lo anotaba en pliegos de papel, poniendo a la derecha de cada pieza su precio en metálico, para sumar el valor total de la dote. [...] Se hacía con el propósito de fijar una “tasa” que, con el tiempo, favoreciera a todos los hijos por igual73». Tras la celebración de las nupcias, todos los objetos se trasladaban al hogar de los casados.

Frente a la funcionalidad y domesticidad del ajuar castellano, la canastilla o trousseau francesa se introdujo en las tradiciones de la clase burguesa del siglo XIX. Este dispositivo femenino se centraba en la figura de la novia, pues «contenía encajes blancos y negros, que se transmiten de generación en genera ción, alhajas y joyas de familia, o modernas, bibelots de valor, abanicos, frascos de perfume, bomboneras, tejidos y pieles, entre otros74». Al igual que el ajuar, se exponía en el salón y formaba parte de la dote, simbolizando la posición social de la novia y su familia.

En conclusión, tanto el ajuar como la canastilla aúnan, en su tradición, los mitos de la feminidad correspondientes a la virginidad, el matrimonio, la maternidad y la belleza. En el ritual de su confección se cimentan las pautas de comportamiento del sujeto femenino en ciernes, como ‘ángel del hogar’, proveedor de cuidados y ejecutor de las tareas domésticas. Por lo tanto, el ajuar de la novia se desvela como un dispositivo femenino de preparación para la mujer casada, de entrenamiento para el rol que culturalmente se espera de ella.

3.4.3. EL TOCADOR DE SEÑORAS: DISPOSITIVOS DE LA AMANTE

La transcendencia del tocador como dispositivo radica en su singularidad, puesto que es el único mueble configurado para un uso exclusivamente femenino. El tocador es símbolo del poderío económico de la burguesía, y de la elegancia y belleza virginal atribuidos al ideal romántico de mujer.

El tocador está «destinado al peinado y aseo de la mujer y a la custodia de las joyas, objetos de plata y adornos persona

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les75». Debido a este cometido de almacenaje de objetos de valor, el mueble es en sí mismo una pieza ornamental, profu samente embellecida siguiendo el estilo parisino caracterís tico de la burguesía del siglo XIX. Los cajones se tapizaban y se compartimentaban para un mejor almacenamiento de las alhajas, mientras que en el tablero escritorio se colocaba un tapete decorativo76

Los intrincados detalles de los tocadores encarecían el cos te de este tipo de mobiliario de prestigio. Por esta razón, el tocador era adquirido por el padre o el suegro de la novia, y regalado a esta como un objeto más de su ajuar. En algunas ocasiones, el mueble pertenecía a la dote del novio y su esposa solo tenía derecho de uso77

El tocador suele situarse en la alcoba femenina (fig. 22), aunque en la casa burguesa decimonónica era común la existencia de una estancia íntima anexa al aposento (boudoir o toilette), en la que este mueble cobraba un papel protagonista78

El boudoir, tipología espacial que se masifica en el siglo XVIII, es un cuarto en el que la mujer burguesa podía bordar, orar, leer y reunirse con las amistades más cercanas de manera informal, sin ser molestada por la familia. Para la arquitec ta Diana Cheng79, el boudoir es el precursor de la habitación propia ‘woolfiana’80, debido a que, por primera vez, se otorga cierta capacidad de decisión e independencia al sujeto feme nino. No obstante, el supuesto libre albedrío quedaba anulado en la práctica, pues el cuarto era utilizado para los encuentros sexuales de la pareja. Es decir, la intimidad femenina quedaba relegaba al cumplimiento de las «obligaciones maritales81» y a la reclusión de la mujer, especialmente durante los periodos de menstruación82

El tocador y el boudoir son dos dispositivos más de perpetua ción del rol de mujer romántica (bella, virgen y amante) y ‘ángel del hogar’ (esposa, madre y beata) respectivamente, una reproducción de la actitud femenina esperada, materializada en cuarto propio y mueble: «atributo femenino, el desorden que reinaba en el boudoir –que era un nido de cosas bellas y preciosas– subrayaba la fragilidad y la excesiva sensibilidad de la mujer, y era síntoma de su irracionalidad y de su ánimo cambiante y caprichoso. En el boudoir todo debía ser pequeño, delicado y frágil, como se suponía que debía ser la criatura que lo habitaba83».

75_Mónica Piera, "La cómoda y el tocador, muebles de prestigio en la sociedad catalana del siglo XVI II", Pedralbes, n.o 25 (2006), 278.

76_Ibídem, 268.

77_Ibídem, 280.

78_Belén Fernández de Alarcón Roca, "El tocador de señoras en la vida cotidiana de la mujer decimo nónica", La pieza del mes, Museo del Romanticismo, mayo de 2013, 4.

79_ Diana Cheng, "The History of the Boudoir in the Eighteenth Cen tury" (Tesis Doctoral, McGill Uni versity, 2011), 143.

80_Término referido al corpus teórico de Virginia Woolf, una de las primeras activistas feminis tas.

81_Diana Cheng, "The History of the Boudoir in the Eighteenth Cen tury" (Tesis Doctoral, McGill Uni versity, 2011), 143.

82_Irene Velez, "Historia del Bou doir", Divinas Boudoir (blog), 2019, https://bit.ly/2RzGcns.

83_Begoña Torres González y Mu seo del Romanticismo (Madrid, Spain), eds., Museo del Romanti cismo: guía (Madrid: Ministerio de Cultura, Secretaría General Técni ca, Subdirección General de Publi caciones, Información y Documen tación, 2009), 127.

Figura 22. Imagen editada del ori ginal. Alcoba femenina en el Mu seo del Romanticismo. Fuente: Ya roslav Romanenko (Flickr).

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84_En España, la matriculación universitaria libre de las mujeres se legalizó el 8 de marzo de 1910. Lolita Belenguer, "La mujer en la universidad: del acceso restringi do a ser mayoría en las aulas", 20 Minutos, 5 de octubre de 2018, ht tps://bit.ly/2jLvABZ.

85_El sufragio universal se inclu yó en la Constitución Española de 1931 y las mujeres votaron por pri mera vez en las elecciones gene rales del 19 de noviembre de 1933. Clara Campoamor encabezó el mo vimiento feminista y sufragista en España para lograr este derecho. Lucía Sánchez, "85 años del voto femenino", Ethic, 19 de noviembre de 2018, https://bit.ly/2S4Zmkn.

86_Hermine Catry Van Der San den, "Situación de la mujer es pañola en el siglo XX: Un largo camino", Mosaico. Revista para la promoción y apoyo a la enseñanza del español 1 (1998), 9.

Figura 23. Imagen editada del ori ginal. Mujeres votando por prime ra vez en 1933. Fuente: Asociación Clara Campoamor.

Figura 24. Imagen editada del ori ginal. Las sufragistas Annie Ken ney y Christabel Pankhurst. Fuen te: The Hastings Press.

4. SIGLO XX: LA MUJER SALE DE CASA

El último siglo del milenio representa un periodo crucial para el sujeto femenino: la incorporación de la mujer al mundo laboral garantizaba su independencia económica. Las mujeres tienen acceso libre a la educación superior84, profesional y universitaria, fuera cual fuera su clase social o poder adqui sitivo. Esto supone la aparición de un sujeto femenino que, por primera vez, sale de casa y usa el espacio urbano. Más allá del cuidado de los hijos, del marido y del hogar, puede ocupar puestos de poder en la sociedad y tomar decisiones en ámbi tos académicos y profesionales.

La llegada de la democracia en Europa permite adquirir cier tos derechos sociales fundamentales como el sufragio femenino85 (fig. 23) y el divorcio86. La autogestión del cuerpo femenino se materializa en la despenalización del aborto y la legalización de la píldora anticonceptiva87. La conquista de estos derechos en el siglo XX parecería igualar la posición del sujeto femenino y del sujeto masculino, de diluir las barreras de género. No obstante, el sistema patriarcal fue capaz de adaptar sus mecanismos de tutelaje a través de los dispositi vos femeninos.

Para la catedrática ecofeminista Alicia Puleo88, el patriarcado puede manifestarse de forma coercitiva o consentida. El patriarcado de coerción, que se encasilla en los ritos y tradi ciones vistos en el siglo XIX, manifiesta la desigualdad de gé nero mediante prohibiciones expresas, a través de normas en contra de la libertad de las mujeres. Sin embargo, el patriar cado consentido se fundamenta en mecanismos de seducción e incitación, por lo que «será el propio sujeto quien busque ansiosamente cumplir el mandato, en este caso a través de las imágenes de la feminidad normativa contemporánea (ju ventud obligatoria, estrictos cánones de belleza, superwoman que no se agota con la doble jornada laboral, etc.). La asunción como propio del deseo circulante en los media, tiene un papel fundamental en esta nueva configuración histórica del sistema de género-sexo89». En definitiva, la mujer desea ser trabajadora e independiente, pero sin renunciar a ser madre, esposa y amante, de acuerdo a unos mitos de la feminidad que siguen presentes. Las desigualdades salariales, la precariedad laboral, los contratos a tiempo parcial, el techo de cristal o la violencia de género impiden la igualdad real y perduran la dualidad de los roles masculino y femenino.

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4.1. EL SUJETO FEMENINO MÚLTIPLE: AMA DE CASA Y TRABAJADORA

El siglo XX, marcado por los constantes conflictos bélicos90 , supuso un cambio en el paradigma social y cultural, pero tam bién en el plano laboral. La mujer salía por primera vez del espacio doméstico para ocupar los puestos de trabajo aban donados por los hombres, forzosamente reconvertidos en sol dados a causa de la propaganda patriótica y la necesidad de masa combatiente. Las mujeres tenían una doble responsabi lidad; el rol del sujeto femenino decimonónico seguía estando vigente, pero se desdoblaba en dos facetas: el cuidado doméstico y el cuidado de la nación, trabajando en las fábricas del frente interno o como voluntarias en el ejército91 .

En España, en 1930 solo el 10% de las mujeres españolas estaban registradas como trabajadoras, de las que la gran mayoría eran solteras o viudas. Se dedicaban exclusivamente a profesiones relacionadas con los cuidados y la educación: eran maestras, enfermeras o empleadas domésticas92

La inclusión de la mujer en el tejido fabril contribuyó a la masificación del movimiento feminista, más allá de los círculos intelectuales y herméticos en los que se movía la Primera Ola93, relacionada con la innovación política de la Revolu ción Francesa y representada por obras como “Vindicación de los derechos de la mujer” (1792) de Mary Wollstonecraft y “Declaración de los derechos de la mujer y de la ciudadana” (1791) de Olimpia de Gouges.

La Segunda Ola feminista tuvo su mayor repercusión en la primera década del siglo XX. El movimiento de las sufragistas británicas o suffragettes, con un marcado carácter interclasis ta, tenía como objetivos el sufragio femenino (fig. 24) y el ac ceso a la educación, que se conseguirían mediante la igualdad legislativa94. En Inglaterra, el sufragio universal llegaría con la feminización de la economía tras la Primera Guerra Mundial, como una concesión por haber sostenido al Imperio británico durante el conflicto95 .

En España, el derecho a voto se legalizaría con la Segunda Re pública Española (1931-1939), mediante sufragio pasivo96 en 1931 y sufragio activo en 1933. En esta etapa política también se conquistaron otros derechos, como la reforma del Código Civil para otorgar cierta independencia a la mujer casada o la inclusión del divorcio y la educación mixta en la Constitu ción Republicana97 .

87_Ídem.

88_Alicia Puleo, "El patriarcado: ¿una organización social supera da?", Temas para el debate 133 (di ciembre de 2005), 39-42.

89_Ídem.

90_La Primera Guerra Mundial (1914-1918), la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), la Guerra Ci vil en España (1936-1939) y la Gue rra Fría (1947-1991) fueron los con flictos europeos más importantes en el siglo XX. Tulio H. Demicheli, " «La Larga Guerra del siglo XX»: el siglo más sangriento de la His toria", ABC Cultura, 1 de febrero de 2014, https://bit.ly/2Lsys5P.

91_Margaret Regis, "In Uniform", en When our mothers went to war: an illustrated history of women in World War II (Seattle, Wash: NavPubli shing, 2008), 106-24.

92_Hermine Catry Van Der San den, "Situación de la mujer es pañola en el siglo XX: Un largo camino", Mosaico. Revista para la promoción y apoyo a la enseñanza del español 1 (1998), 7.

93_La ‘ola feminista’ es un tér mino para clasificar cronológica mente los periodos de la historia en los que la corriente ha tenido mayor impulso. Samara de las He ras Aguilera, "Una aproximación a las teorías feministas", Universitas. Revista de Filosofía, Derecho y Política 9 (enero de 2009), 49.

94_Amaia del Río Martínez, "His toria del movimiento feminista" (Propuesta didáctica, Instituto He goa, 2019), https://bit.ly/2XkR52H. 95_Ídem.

96_El sufragio pasivo permitía a los hombres elegir a mujeres como diputadas, pero las mujeres no podían votar. En las elecciones a Cortes Constituyentes de 1931, fueron elegidas Margarita Nelken (Partido Socialista Obrero Espa ñol), Victoria Kent (Partido Repu blicano Radical Socialista) y Clara Campoamor (Partido Republicano Radical). Lucía Sánchez, "85 años del voto femenino", Ethic, 19 de noviembre de 2018, https://bit. ly/2S4Zmkn.

97_Hermine Catry Van Der San den, "Situación de la mujer es pañola en el siglo XX: Un largo camino", Mosaico. Revista para la promoción y apoyo a la enseñanza del español 1 (1998), 9.

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98_Sobre el rol de la mujer repu blicana durante la Guerra Civil, consultar: Francesc Tur, "La mili ciana en la Guerra Civil: de heroína a prostituta (1936-1937)", Ser Histó rico, 25 de junio de 2018, https:// bit.ly/3263S7K.

99_Margaret Regis, "In Uniform", en When our mothers went to war: an illustrated history of women in World War II (Seattle, Wash: NavPubli shing, 2008), 106-24.

100_Ramón Hevia Tuero, "La gue rra fría como conflicto económico. Capitalismo y comunismo" (Traba jo Fin de Grado, Universidad Ponti ficia de Comillas, 2015), 24-30.

101_Ricardo García Cárcel, "La mujer durante el franquismo", en Historia de una marginación, vol. 145 (Historia16, 1988).

102_Isabel Pérez Molina, "Las mu jeres durante el franquismo", La gaceta de los miserables, 31 de mayo de 2018, https://bit.ly/2LS1MAr.

103_Ricardo García Cárcel, "La mujer durante el franquismo", en Historia de una marginación, vol. 145 (Historia16, 1988).

104_El eslogan Kinder, Küche und Kirche (‘niños, cocina e iglesia’), de finía el rol de la mujer en la Alema nia nazi. Margarete Crelling, "«Kin der, Küche, und Kirche»: Women’s Work in the Third Reich" (History Undergraduate Theses, University of Washington Tacoma, 2018).

105_Isabel Pérez Molina, "Las mu jeres durante el franquismo", La gaceta de los miserables, 31 de mayo de 2018, https://bit.ly/2LS1MAr.

106_Ricardo García Cárcel, "La mujer durante el franquismo", en Historia de una marginación, vol. 145 (Historia16, 1988).

107_Amaia del Río Martínez, "His toria del movimiento feminista" (Propuesta didáctica, Instituto He goa, 2019), https://bit.ly/2XkR52H.

108_El colectivo ‘LGB’ incluye a lesbianas, gays y bisexuales. El término se amplió a ‘LGTB’ en los 90 con los transexuales y a ‘LGT BI’ en el siglo XXI como los inter sexuales. En los últimos años, se emplea ‘LGTBI+’ para incluir a las identidades queer. Pnitas, "LGT BIQ+, terminología de la diversi dad", Pnitas (blog), 18 de noviembre de 2014, https://bit.ly/308fe9s.

Durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Civil Espa ñola, la mujer ocupó por primera vez un lugar en el frente de batalla como milicianas98, aviadoras, enfermeras voluntarias o agentes. En el plano laboral, la mano de obra femenina era cualificada y especializada (fig. 25), debido a la tecnologización del armamento99

La última mitad del siglo XX, con una Europa polarizada por el capitalismo estadounidense y el comunismo soviético100 , arrancó el proceso de reconversión de las naciones europeas en repúblicas democráticas y monarquías parlamentarias. Mien tras, España se encontraba económica, social y políticamente aislada por la dictadura franquista. Frente a unas mujeres europeas que empezaban a tomar consciencia, el franquismo supuso un retroceso en los avances de la Segunda República.

La familia tradicional conservadora se erigió como la piedra angular del régimen franquista, en el que la mujer española «era esposa, madre y reserva de los valores espirituales [...] El ideal femenino era el del sacrificio, de la obediencia y el de la subordinación101». El aparato falangista generó un discurso ideológico que situaba a la mujer como un sujeto pasivo y al hombre como uno activo. En base al argumentario de la Iglesia católica, se suspendió el matrimonio civil, la con tracepción y el divorcio, y se otorgaron ayudas estatales a las familias numerosas. La restitución del Código Civil de 1889 volvía a calificar jurídicamente a la mujer como una ‘menor de edad’, una niña tutelada por la figura masculina de referen cia, padre o marido102. En el ámbito académico y laboral, se prohibió la educación mixta y el ejercicio femenino de profe siones jurídicas103

El lema Kinder, Küche und Kirche104 se importó a España me diante la Sección Femenina (fig. 26), liderada por Pilar Pri mo de Rivera. La organización se encargó de adoctrinar a las mujeres españolas mediante el Servicio Social, en el que aprendían sobre economía doméstica y labores del hogar105

La “Guía de la buena esposa” de 1953 (fig. 27) ejemplifica el comportamiento femenino modélico que se esperaba de las mujeres. Entre los años sesenta y la muerte de Franco, el ‘mila gro económico español’ y la apertura del régimen al desarrollo político y social flexibilizó el rol femenino de la primera etapa franquista106

En Europa, la Tercera Ola del feminismo se iniciaría con la publicación en 1963 de “La mística de la feminidad” de Betty Friedan. Este nuevo feminismo se centraba en la reforma del sistema y en la eliminación de la desigualdad mediante un pa

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pel activo político. Frente a la vertiente liberal, el feminismo radical de los setenta y ochenta se organizó en el Movimiento de Liberación de la Mujer, centrado en el fin del capitalismo como sistema opresivo. Los conceptos fundamentales femi nistas —como el género, la casta sexual o el patriarcado—, se acuñaron en las obras de los setenta107: “Política sexual” de Kate Millet y “La dialéctica del sexo” de Shulamith Firestone. El tercer periodo del feminismo, junto con otras corrientes de la contracultura del siglo XX, lucharon por la libertad de expresión y de los derechos civiles, y se opusieron a las guerras y la nuclearización. La revolución sexual, especialmente entre el colectivo LGB108, logró la legalización de la píldora y el aborto.

En España, la liberación sexual se iniciaría en la democracia gracias a la Constitución Española de 1978 —en el plano le gislativo—, y a movimientos contraculturales como la Movida —en el plano social109—. Se aprobó la Ley 30/1981 del divor cio110 y la Ley Orgánica 9/1985 del aborto111, se despenalizó la píldora anticonceptiva112 y se fundó el Instituto de la Mujer en 1983.

A pesar de los avances legislativos, el patriarcado de consen timiento se mantuvo en las últimas decadas. Las mujeres re únen el 70-80% de los contratos a tiempo parcial y soportan una brecha salarial del 30%113. La imposibilidad de conciliar la familia con la promoción laboral genera el ‘techo de cristal’ y una reducción drástica de fecundidad: la mujer no tiene tiem po para ser madre o profesional, ya que asimila la mayoría de las tarea del hogar114

La violencia de género, y en especial los feminicidios de los años noventa, construyeron un relato del terror propagado en los medios de comunicación. Para Nerea Barjola, la media tización morbosa de los asesinatos machistas, cuyo máximo exponente es el caso Alcàsser, «transforma la violencia ejercida sobre las mujeres en una acusación contra sus demandas de mayor autonomía. Ante una agresión sexual, los medios responden haciendo apología de la vida familiar y de valores sexuales conservadores, señalando cuál es nuestro lugar y cuá les nuestros comportamientos adecuados115»

109_Hermine Catry Van Der San den, "Situación de la mujer es pañola en el siglo XX: Un largo camino", Mosaico. Revista para la promoción y apoyo a la enseñanza del español 1 (1998), 9.

110_Jefatura del Estado, "Ley 30/1981, 7 de julio, por la que se modifica la regulación del matri monio en el Código Civil y se deter mina el procedimiento a seguir en las causas de nulidad, separación y divorcio", Boletín Oficial del Esta do 172 (20 de julio de 1981), 1645716462.

111_Jefatura del Estado, "Ley Orgá nica 9/1985, de 5 de julio, de refor ma del artículo 417 bis del Código Penal", Boletín Oficial del Estado 166 (7 de diciembre de 1985), 22041.

112_Jefatura del Estado, "Ley 45/1978, de 7 de octubre, por la que se modifican los artículos 416 y 343 bis del Código Penal", Boletín Oficial del Estado 243 (11 de octubre de 1978), 23604.

113_Lina Gálvez Muñoz y Paula Ro dríguez Modroño, "El empleo de las mujeres en la España democrática y el impacto de la Gran recesión", AREAS, Revista Internacional de Cien cias Sociales 32 (2013), 105-23.

114_José Luis Bajo Benayas, "El desigual reparto de las tareas do mésticas se cobra a la víctima de siempre: la mujer", elEconomista.es, 24 de octubre de 2016, https://bit. ly/2YsyuhR.

115_Nerea Barjola Ramos, Microfí sica sexista del poder: el caso Alcàs ser y la construcción del terror sexual (Barcelona: Virus Editorial i Distri buïdora, 2018), 12.

Figura 25. Imagen editada del original. Rosie la remachadora, We Can Do It!. J. Howard Miller para Westinghouse, National Museum of American History.

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SIGLO
XX 04.

116_Pere Fuertes y Xavier Monteys, Casa collage: un ensayo sobre la ar quitectura de la casa (Barcelona: G. Gili, 2014), 104.

117_Algunos autores, como la ar quitecta Zaida Muxí, achacan el nulo desarrollo de la vivienda a la asimilación del espacio domés tico como un territorio femenino. Marga Tojo, "Zaida Muxí: «La fa milia nuclear es una invención del siglo XIX»", Público, 2 de abril de 2019, https://bit.ly/2kagE4d.

118_Esther Liñan Pedregosa, "La evolución del espacio doméstico en el siglo XX: la cocina como ele mento articulador de la vivienda" (Tesis (Doctoral), E.T.S. Arquitectu ra (UPM), 2015), 25-27.

Figura 26. Imagen editada del ori ginal. Labores en el Servicio Social. Fuente: Diario16.

Figura 27. Imágenes de la "Guía de la buena esposa". Fuente: elpolvo rin.over-blog.es

4.2. LA VIVIENDA EFICIENTE: DEMOCRATIZACIÓN DEL ESPACIO DOMÉSTICO

Frente a la vivienda decimonónica, estructurada en ámbitos restringidos —según género, privacidad y jerarquía social—, la organización espacial de la casa del siglo XX se adapta al funcionalismo de las innovaciones en tecnología doméstica. Los estrictos límites de la zonificación burguesa se diluyen en favor del confort y la eficiencia en las tareas domésticas. Las innovaciones tecnológicas en el espacio doméstico no su pusieron la emancipación de la mujer. Aunque los electrodo mésticos permitían compatibilizar la vida laboral con la familiar, solo el sujeto femenino se ocupaba de las tareas.

4.2.1. LA VIVIENDA CIENTÍFICA: EXISTENZMINIMUM

A principios de siglo, la residencia burguesa seguía basándose en una acumulación de ‘dispositivos-monumento’, exhibidos en habitaciones alcobadas y concatenadas, articuladas por los recorridos protocolarios de los ámbitos femenino, masculino y de servicio. En el otro extremo, la vivienda obrera y de clase media europea se encontraba completamente obsoleta, asentada en el modelo insalubre de la habitación polivalente. El núcleo familiar vivía hacinado en un mismo espacio, sin ventilación ni higiene116

En el periodo de entreguerras, el gobierno alemán de la Repú blica de Weimar y el aparato estatal de la Rusia soviética pro movieron un complejo programa de investigación en torno a la democratización de la vivienda. La tipología residencial, anteriormente ignorada por la arquitectura117, fue el centro de experimentación de la corriente racionalista. La casa pasó por el filtro de la sistematización industrial, analizándose desde una perspectiva de mercado. El ama de casa tenía que realizar las tareas domésticas en el menor tiempo posible para incor porarse de manera eficiente al mundo laboral118

Por otro lado, la vivienda debía contener todas las exigencias de habitabilidad en el menor espacio posible, tanto en sus va riables biológicas (iluminación, higiene y temperatura) como

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DE
CONTROL
DE LOS
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psicológicas (confort, descanso e intimidad). El Existenzmi nimum, o célula mínima existencial, se constituyó como el modelo teórico que reunía todas estas exigencias (fig. 28)119.

Este prototipo seguía apostando por una célula basada en la yuxtaposición de funciones, pero de forma ordenada y económica. El aseo, antes colectivo, se incorpora dentro de la casa. Los dormitorios se compartimentan y se escalan hasta unas dimensiones mínimas que certifiquen el confort y la higiene.

La cocina se independiza de la zona de día.

Para la clase trabajadora, que no podía permitirse la contratación de un servicio doméstico, la cocina seguía siendo un ámbito exclusivamente femenino. Las tareas domésticas, incluyendo la limpieza y el cuidado de los hijos, llegaron a gestionarse desde servicios comunitarios120. En estos casos, la mujer se liberó de su papel de cuidadora y ‘ángel del hogar’ para introducirse en el sistema productivo estatal, pero se guía siendo madre y esposa. Además de trabajadora a jornada completa121, sostenía la economía doméstica y el bienestar fa miliar.

Desde la arquitectura del Movimiento Moderno, la cocina se estudió para mecanizarse con los mismos criterios científicos y productivos del Existenzminimum. Se buscaba la economía de movimientos y la reducción del esfuerzo físico. Las pro puestas de Catherine y Harriet Beecher en “The American women’s home” (1869), la cocina máquina Frankfurt (Frank furter Küche) de Margarete Schütte-Lihotzky, la cocina mue ble de Lilly Reich y la cocina casillero de Charlotte Perriand, son ejemplos paradigmáticos de la emancipación femenina a través de la liberación de las tareas domésticas122

119_Atxu Amann, El espacio domés tico: la mujer y la casa (Buenos Aires: Nobuko, 2011), 171.

120_Esther Liñan Pedregosa, "La evolución del espacio doméstico en el siglo XX: la cocina como ele mento articulador de la vivienda" (Tesis (Doctoral), E.T.S. Arquitectu ra (UPM), 2015), 25-27.

121_En el régimen soviético, los sujetos masculino y femenino for man parte de un colectivo al que tienen la obligación de servir me diante su mano de obra.

122_Esther Liñan Pedregosa, "La evolución del espacio doméstico en el siglo XX: la cocina como ele mento articulador de la vivienda" (Tesis (Doctoral), E.T.S. Arquitectu ra (UPM), 2015), 31-133.

4.2.2. EL SUEÑO AMERICANO: LA CASA DEL SUBURBIO

Los avances en tipologías residenciales se exportarán a me diados de siglo a Estados Unidos, transformando el prototipo de vivienda obrera mínima en un bien de consumo capitalista para la clase media. La casa estadounidense en los suburbios se constituirá como el símbolo del modelo de familia del siglo XX (fig. 29)

Después de la Segunda Guerra Mundial, las innovaciones tecnológicas de la industria bélica se pusieron al servicio de

Figura 28. Imagen editada del ori ginal. Ville Radieuse (1924), pro puesta de Le Corbusier en París. Fuente: The Charnel-House.

Figura 29. Prototipo del estilo de vida americano de posguerra. Fuente: www.npr.org

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ESPACIOS NEGADOS 39 04. SIGLO XX

123_David Travers, ed., Arts & Ar chitecture, 1945-54: The Complete Re print (Los Ángeles: TASCHEN Ame rica, 2008).

124_Sigfried Giedion, La mecani zación toma el mando (Barcelona: Gustavo Gili, 1978), 520.

125_Atxu Amann, El espacio domés tico: la mujer y la casa (Buenos Aires: Nobuko, 2011), 45.

126_Esther Liñan Pedregosa, "La evolución del espacio doméstico en el siglo XX: la cocina como ele mento articulador de la vivienda" (Tesis (Doctoral), E.T.S. Arquitectu ra (UPM), 2015), 141.

127_María Palomares Pacheco, "Publicidad en la arquitectura de la casa de posguerra: Ralph Rap son y la Greenbelt House" (Trabajo Fin de Grado, Universidad de Valla dolid, 2018), 27-29.

128_Christine Frederick, House hold engineering: scientific manage ment in the home (Chicago: Ameri can School of Home Economics, 1923).

la sociedad, aplicándose en los proyectos de experimenta ción doméstica. El programa Case Study Houses, promovido por John Entenza en la revista “Arts & Architecture”123, es el máximo exponente del sueño americano en la arquitectura y el diseño.

Durante los conflictos de la primera mitad de siglo, las muje res habían formado parte del tejido socioeconómico estadounidense, por lo que no se podía someter al sujeto femenino por la fuerza para restablecer el orden patriarcal decimonóni co. Había que generar una nueva estructura social y cultural donde la mujer desease ser ama de casa: los dispositivos feme ninos tenían que ser bienes de consumo masivo, productos fabricados en serie.

Para Siegfried Giedion, «la mecanización del hogar tiene su punto de partida en problemas sociales: el status de las mu jeres norteamericanas y el status del servicio doméstico. El movimiento feminista, el abolicionismo y el problema del servicio están todos ellos enraizados en la noción de que una democracia no puede soportar una clase no liberada ni un sexo privilegiado124». Atxu Amann también incide en el pa pel de los avances en infraestructura doméstica: «la transfor mación del tocador en cuarto de baño contiguo al matrimonio facilitado por el abastecimiento de agua, significarán una reivindicación de la intimidad que favorecerá la desaparición de toda ayuda exterior para estas acciones personales125».

Figura 30. Estereotipos de género en un anuncio de refrigeradores de 1950. Fuente: Alamy.

Sea por una motivación sociológica o meramente tecnológica, las nuevas promociones urbanísticas suburbanas incorpora ron los electrodomésticos en sus programas. Para facilitar el retorno del sujeto femenino a su rol, ahora compatibilizado con el trabajo, la publicidad se encargó de vender «la felicidad en lo cotidiano126». La vida familiar se idealizó a través del mito del estilo de vida americano, representado en las bar bacoas en el jardín con piscina, en las tartas y asados prepa rados en la cocina americana (open kitchen), y en la repetición del programa arquitectónico de suite con vestidor, salón con televisión y garaje para el coche127. La vivienda estaba habitada por la unidad familiar prototípica, compuesta por el mari do oficinista, la mujer ama de casa y dos o más hijos (fig. 30 y 31). Para Christine Frederick, «el hogar sin servicio (es decir, sin empleadas permanentes) ofrece una oportunidad única para que la familia siga los estándares exactos… y permite una cooperación familiar y una oportunidad para adiestrar a los pequeños128»

El estilo de vida americano (American Way of Life) de los años 50 y 60 se trasladaría a Europa después de la Guerra Fría, a

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raíz de la implantación del capitalismo en los estados euro peos. Este modelo de vivienda, y en consecuencia, de familia y sociedad, se mantendría sin cambios sustanciales hasta finales del siglo XX.

129_Enrique Valdearcos, "Arqui tectura y urbanismo en los ss. XIX y XX", Clio 33 (2007), 9-16.

130_Laura García Campo, "La in fluencia del urbanismo desde una óptica feminista" (Trabajo Fin de Grado, Universidad Rey Juan Car los, 2018), 8-10.

4.3. LA CIUDAD ANDROCENTRISTA: LA MUJER EXTRAÑA EN EL URBANISMO MASCULINO

La ciudad del siglo XX es heredera del urbanismo primitivo industrial, nacido como respuesta a la expansión demográfica, el éxodo rural y las innovaciones técnicas de la Revolución Industrial. El crecimiento descontrolado de los núcleos urba nos y los suburbios obreros se intentaría planificar a través de las propuestas urbanas del Movimiento Moderno. Sus princi pios se reflejaron en la Carta de Atenas de 1933, síntesis del Congreso Internacional de Arquitectura Moderna (CIAM) de 1928.

El Movimiento Moderno construye un modelo de ciudad funcionalista, segregada por usos: espacios industriales y de trabajo, residenciales, comerciales y de ocio, y dotacionales (espacios verdes y equipamientos deportivos). Los sectores se conectan entre sí mediante vías de comunicación, en las que se prioriza el vehículo privado sobre el transporte público y la circulación peatonal.

El espacio urbano se pone al servicio de la especulación inmo biliaria; los usos de baja rentabilidad se trasladan a las afue ras, mientras que los sectores lucrativos ocupan el centro de las ciudades129. El centro comercial sustituye a la plaza pública, originaria de las polis griegas.

Aunque la ciudad moderna pretendía reducir la conflictivi dad de los tejidos urbanos, el resultado fue un urbanismo por y para el sujeto masculino. La primacía de circulaciones directas del centro (trabajo) al suburbio (casa) estaban dirigidas a hombres blancos, heterosexuales, de clase media, ocupados y sanos (fig. 32)130. Para Isabela Velázquez Valoria, «el urbanis mo concede prioridades, refleja poderes y confiere derechos a unos y otros según estén o no alineados con la visión economicista de nuestra sociedad131». En consecuencia, el resto de población quedaba excluida de la experiencia ciudadana.

Cuando el sujeto femenino sale de casa por primera vez para incorporarse a un puesto de trabajo, se encuentra con una ciu-

131_Isabela Velázquez Valoria, "Ciudades para las personas, ciu dades para la vida: Género y urba nismo", Papeles de relaciones ecoso ciales y cambio global, n.o 129 (2015), 73-83.

Figura 31. Madre y esposa en el American Way of Life. Anuncio de refrigeradores de 1950. Fuente: Alamy.

Figura 32. Imagen editada del original. Jane Jacobs fue una acti vista urbana en contra de las po líticas de renovación urbanas en Nueva York, como la Lower Manha ttan Expressway de Robert Moses. Fuente. Metalocus.

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DE
LOS
ESPACIOS NEGADOS 41 04. SIGLO XX

34. Espacios públicos y privados de las ciudades en el siglo XX. Elaboración propia. Fuente: Plataforma Ar quitectura.

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS NEGADOS 42 SIGLO XX .04 Figura
25 26 30 31 teatro cafetería peluquería vivienda oficina 27 28 supermercado metro 29 32 hospital

gimnasio restaurante museo

colegio parque

Tanto el análisis de las relaciones y recorri dos que establecen los sujetos con el espacio público y privado del siglo XX, como los dis positivos femeninos industriales que estos contienen, se describen detalladamente en los anexos.

DE CONTROL DE LOS ESPACIOS NEGADOS 43 04. SIGLO XX
33 34 35 36 37

132_Adriana Ciocoletto y Col lec tiu Punt 6, Espacios para la vida co tidiana. Auditoría de Calidad Urbana con perspectiva de Género (Barcelo na: Comanegra, 2014), 14.

133_Laura García Campo, "La in fluencia del urbanismo desde una óptica feminista" (Trabajo Fin de Grado, Universidad Rey Juan Car los, 2018), 18.

134_En el año 1999, el 36,3% de los conductores eran mujeres. Direc ción General de Tráfico, "Censo de conductores", Anuario estadístico general (Madrid: Ministerio de In terior, 2008).

135_Eurostat, "Estadísticas de empleo" (Eurostat: Statistics Exp lained, junio de 2017), https://bit. ly/2kItnLH.

136_Jan Gehl determina la cali dad del espacio público mediante las variables de intimidad y segu ridad. Ambos factores deben ser intrínsecos al proyecto, y no im plantarse a posteriori a través de la vigilancia formal. Jan Gehl, La humanización del espacio urbano: la vida social entre los edificios (Barce lona: Editorial Reverté, 2015).

137_Europa Press Euskadi, "El 42% de las mujeres del Bilbao Metro politano ha modificado sus reco rridos por seguridad", Europa Press, 5 de marzo de 2018, https://bit. ly/2lUiuGG.

Esfera pública Esfera privada Masculino Universalidad y neutralidad

Femenino Particularidad y parcialidad Cultura, ciencia y técnica Naturaleza Libertad Necesidad Mente: producción de ideas

Cuerpo: producción de cuerpos Razón y entendimiento Pasión y sentimientos Ética de la justicia Ética del cuidado Competitividad Caridad y beneficencia

Hacer Ser

Productividad y trabajo asalariado Improductividad y "no trabajo" "Los iguales":indivi duos y ciudadanos "Las idénticas": madres y esposas

Figura 33. Diferencias entre los espacios de la ciudad. Fuente: A. de Miguel y M. Boix, "Los géneros de la red: los ciberfeminismos", en The role of humanity in the information age. A Latin Perspective (Santiago: Universidad de Chile, 2002).

dad androcéntrica, que prima las actividades laborales (esfera productiva), realizadas mayoritariamente por los hombres, frente a las tareas domésticas y de cuidado (esfera reproducti va), desempeñadas exclusivamente por las mujeres (fig. 33). El sujeto femenino es una invitada en el sistema urbano patriarcal, que tiene vetada la participación ciudadana, intelectual y cultural (esfera política), y la conciliación laboral le impide su desarrollo personal a través de relaciones sociales o de ocio, más allá de la familia (esfera propia)132. La vida cotidiana del sujeto femenino múltiple es, por lo tanto, una cadena de ta reas que «obliga a las mujeres a realizar desplazamiento poligonales en ciudades androcéntricas diseñadas para realizar desplazamientos pendulares (casa-trabajo) que, en la mayoría de los casos, son los que realizan los hombres liberados de las tareas reproductivas133» (fig. 34)

A esta situación se suma la dependencia femenina del trans porte público; a finales del siglo XX en España, solo un tercio de las mujeres utilizaba el vehículo privado para sus desplazamientos poligonales134. Sin embargo, las frecuencias estaban diseñadas específicamente para el trabajo productivo a jor nada completa, y no para los trabajos nocturnos y a tiempo parcial, que suelen ocupar las mujeres. Según datos de Eu rostat135, en la década de los años 90, el 31,7% de las mujeres en Alemania trabajaban a tiempo parcial, frente al 64,4% en Holanda, el 26,2% en Francia, el 36,9% en Dinamarca y el 14,6% en España. Por otro lado, la organización funcional de los equipamientos urbanos a gran escala, omitiendo los ámbitos residenciales por su menor rentabilidad, no permite compati bilizar las esferas vitales.

La mujer es vista —y se percibe a sí misma— como una intrusa en el territorio del sujeto masculino. Siguiendo a Jan Gehl136, los escasos espacios públicos, sin seguridad ni intimi dad, promueven una constante sensación de inseguridad en los grupos no privilegiados. La presencia policial y las cámaras de vigilancia recortan la intimidad a costa de la seguridad colectiva, pero no eliminan el miedo de las mujeres en sus desplazamientos nocturnos. Según un estudio de la Diputación Foral de Bizkaia137, el 42% de las mujeres en Bilbao ha modifi cado sus trayectos habituales por cuestiones de seguridad, el 32% se ha sentido insegura en los espacios donde desarrolla sus actividades cotidianas y el 82% declara la existencia de lugares públicos inseguros en su barrio.

La vigilancia formal es ineficaz ante los factores de insegu ridad femenina en la ciudad ‘lecorbuseriana’, como los espa cios residenciales mono-funcionales de baja densidad, la mo-

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notonía del espacio urbano, la proliferación de mecanismos arquitectónicos peligrosos138, la inadecuada iluminación y señalización, el sobredimensionado de las vías de comunica ción y la impunidad de los comportamiento incívicos en la vía pública139

Las situaciones de violencia contra la mujer en el espacio pú blico conllevan la pérdida de la condición de ciudadanía del sujeto femenino. Las víctimas, que son culpabilizadas desde los medios por salirse de su marco reproductivo, se exponen como modelos ejemplarizantes para el sujeto femenino múltiple: si la mujer no sale de casa, no puede sucederle nada malo140 .

138_En esta categoría se inclu yen todos los puntos de riesgo «que permiten el escondite de una persona, impiden la huida y difi cultan la posibilidad de auxilio en caso de producirse una situación de peligro»: soportales, desnive les, retranqueos pronunciados, parques infantiles sin uso, apar camientos en superficie, puentes y pasadizos. Laura García Campo, "La influencia del urbanismo des de una óptica feminista" (Trabajo Fin de Grado, Universidad Rey Juan Carlos, 2018), 24.

139_Ana Oregi y Zuriñe Elordi, "Diagnóstico de seguridad de Vi toria-Gasteiz", Urbanismo inclusivo. Las calles tienen género (Servicio Central de Publicaciones del Go bierno Vasco, 2012), 48-49.

4.4. DISPOSITIVOS INDUSTRIALES: LA CONSTRUCCIÓN DEL AMA DE CASA TRABAJADORA

Los dispositivos artesanales decimonónicos se actualizan a dispositivos industriales con la consolidación de la sociedad de consumo y la economía capitalista. La suma de innovaciones tecnológicas (electricidad, petróleo y motor de combustión interna) y económicas (taylorismo, fordismo y keynesia nismo) constituyeron el modelo de producción-consumo de este siglo141

La economía estadounidense se basaba en los métodos de organización científica del trabajo, que patenta Frederick Taylor (fig. 35), y de producción en cadena para el consumo en masa, de Henry Ford. Para Harvey, «el reconocimiento explícito de que producción en masa significaba consumo en masa, de un nuevo sistema de reproducción de la fuerza de trabajo, de una nueva política de control y gerencia del trabajo, una nueva estética y una nueva psicología, en suma, un nuevo tipo de sociedad democrática, racionalizada, modernista y populis ta142». El sistema se afianzaría con las políticas sociales del Estado del Bienestar, que blindaban el poder adquisitivo de las familias para garantizar el consumo de los productos.

El marketing, desarrollado a mediados de siglo, canalizaba la oferta y la demanda en el mercado hacia los estereotipos de público objetivo. El éxito de un producto dependía de la promoción de ventas y la publicidad. Las aspiraciones y necesidades de los clientes se estandarizan para poder ser controladas

140_Nerea Barjola Ramos, Micro física sexista del poder: el caso Alcàs ser y la construcción del terror sexual (Barcelona: Virus Editorial i Distri buïdora, 2018).

141_Alba Carosio, "El género del consumo en la sociedad de consu mo", La ventana. Revista de estudios de género 3, n.o 27 (julio de 2008).

142_David Harvey, La condición de la posmodernidad: investigación so bre los orígenes del cambio cultural (Buenos Aires: Amorrortu, 2012).

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DE LOS ESPACIOS NEGADOS 45 04. SIGLO XX

143_Alba Carosio, "El género del consumo en la sociedad de consu mo", La ventana. Revista de estudios de género 3, n.o 27 (julio de 2008).

144_Ídem.

Figura 35. Imagen editada del ori ginal. Organización científica del trabajo (taylorismo) en una fábri ca con mano de obra femenina. Fuente: Conhecimento Científico - r7.com

y cuantificadas. El consumidor se homogeneiza en arquetipos, fundamentados en una compleja simbología cultural y psico social. La decisión de compra se exhibe como personal y vo luntaria, pero es resultado de un estudio mercadotécnico143

En este contexto, el sistema socioeconómico de consumo fija al sujeto femenino como el blanco de las estrategias de marke ting (fig. 36). Según estudios de mercado, las mujeres entre 24 y 54 años toman el 80% de las decisiones de compra en hogar; por lo tanto, el fortalecimiento de su rol doméstico es esencial para el buen funcionamiento del modelo capitalista. Para Alba Carosio, «la sociedad de consumo se extendió con base en el llamado explícito al ama de casa, centro de la industria y la publicidad, […] que sustituyera sus viejos saberes y prácticas […] por nuevos equipamientos de consumo. Se postuló el ideal de ‘nueva vida con tiempo suficiente para salir de paseo y de compras’, los nuevos equipamientos se publicitaban como ar mas para la liberación de las mujeres144»

El estereotipo de mujer ideal reside en un hogar moderno y cómodo, actualizado con las últimas tecnologías gracias al sueldo de su esposo. Los productos estandarizados ofrecen la felicidad doméstica a través de un falso automatismo de las tareas del hogar (fig. 37).

Figura 36. Marilyn Monroe repre senta el canon de belleza y la co sificación del cuerpo femenino hasta convertirlo en un bien de consumo. Fuente: El Mundo.

4.4.1. CARACTERÍSTICAS Y CLASIFICACIÓN DE LOS DISPOSITIVOS INDUSTRIALES

En el siglo XX, los dispositivos del sujeto femenino tienen una finalidad domesticadora. Su objetivo primordial es impedir la desconexión total con la esfera reproductiva; contener a la mujer en su espectro ontológico tradicional. Los objetos ar tesanales, transmitidos en herencia de madres a hijas, repro ducen los mitos decimonónicos de la feminidad a través de rituales litúrgicos. Sin embargo, los dispositivos industriales de este siglo son objetos fabricados en serie para el consumo masivo, productos cuya obsolescencia programada garantiza la actualización de los mitos femeninos conforme a los avan ces socioculturales y políticos.

Los dispositivos industriales se venden a través de la televi sión, la radio y la prensa, medios masivos de comunicación capaces de llegar a todos los sujetos femeninos. La estructu

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS NEGADOS 46 .04 SIGLO XX

ra publicitaria del consumismo —sistema económico y social del capitalismo de Occidente— se fundamenta en el empleo de estereotipos que canalizan los deseos y necesidades de su público objetivo145

Los estereotipos de la publicidad femenina recrean una vida perfecta en base a los cánones de belleza de cada época. Para instaurar los mitos de la feminidad en los productos dirigidos a mujeres, los dispositivos de control conectan al sujeto feme nino con la vida doméstica. En consecuencia, el rol de mujer perfecta, construido a través de los anuncios publicitarios en los medios masivos, se alcanza a través del uso cotidiano de es tos productos: poner la lavadora, planchar la ropa, meter una tarta en el horno, encender la televisión, leer la prensa rosa, maquillarse cada día o tomarse una pastilla anticonceptiva146

Los dispositivos femeninos son herramientas indispensables en la rutina doméstica, y en esa relación de dependencia reside el fetiche del empoderamiento: su eficiencia y su bajo precio reduce el tiempo empleado en las tareas del hogar, lo que permite incorporarse al mercado de trabajo remunerado y disfrutar de tiempo libre para el ocio o los cuidados per sonales. Sin embargo, la esfera reproductiva sigue recayendo exclusivamente en las mujeres. El sujeto femenino puede salir de casa para desarrollar diferentes identidades, pero una de ellas siempre será la de ama de casa.

Los dispositivos femeninos alienan a la mujer durante todo su ciclo vital identitario (fig. 38): al ‘sujeto femenino-niña’ le regalan muñecas, cocinas en miniatura y bebés para alimentar y pasear en carrito; el ‘sujeto femenino-esposa’, o ‘sujeto femenino-amante’, adquiere ropa y productos de belleza para ser mejor partido; el ‘sujeto femenino-ama de casa’ compra objetos para el hogar que facilitan sus tareas; y el ‘sujeto feme nino-madre’ compra ropa y juguetes para sus hijas, completando el ciclo147

En cuanto a la clasificación tipológica (fig. 39), los dispositi vos femeninos se organizan en electrodomésticos (lavadora, horno, batidora, tostadora, plancha, lavavajillas…), productos de belleza (cirugía estética, higiene corporal y facial, maqui llaje, perfumería, ropa…), productos del hogar (alimentación, droguería, útiles de limpieza, menaje…) y productos de salud e higiene íntima (compresas, tampones, preservativos y píldo ras anticonceptivas).

La investigación de los dispositivos industriales se centrará en los tres ámbitos principales que construyen la identidad del sujeto femenino del siglo XX: la cocina como paradigma de

145_Marta Mejías Fuentes, "La evolución del estereotipo de la mujer en la historia de la publici dad" (Trabajo Fin de Grado, Univer sidad de Valladolid, 2017).

146_Cayetana Llorca Martínez y María Márquez Martínez, "Evolu ción y análisis del canon de belle za aplicado a la moda" (Trabajo Fin de Grado, Universidad de Sevilla, 2016).

147_Alba Carosio, "El género del consumo en la sociedad de consu mo", La ventana. Revista de estudios de género 3, n.o 27 (julio de 2008).

Clasificación según la identidad Dispositivos industriales Esposa y amante

Niña Muñecas y bebés Cocinas Cajas registradoras y kits de enfermera y peluquería

Maquillaje Cuidado corporal y facial Ropa Bolsos Zapatos Complementos

Ama de casa Electrodomésticos Alimentos Productos de limpieza

Figura 38. Clasificación de los dispositivos femeninos industria les según la identidad del sujeto femenino múltiple. Elaboración propia. Electrodomésticos

Clasificación tipológica Dispositivos industriales

Lavadora Lavavajillas Horno Plancha Tostadora Batidora Freidora Microondas

Productos de belleza

Cirugía estética Cremas Perfumes Ropa de moda Maquillaje

Productos del hogar

Alimentación ÚtilesDroguería de limpieza Menaje

Productos de salud e higiene íntima Compresas Tampones Preservativos Píldoras anticonceptivas

Figura 39. Clasificación tipológica de los dispositivos femeninos in dustriales. Elaboración propia.

DE
CONTROL
DE LOS ESPACIOS NEGADOS 47 04. SIGLO XX

DE LOS

Figura 37. Dispositivos femeninos industriales del siglo XX. Elabora ción propia.

televisor

de pimienta

cámara anticonceptivos

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL
ESPACIOS NEGADOS 48
13 14 15 16 17 18
spray
electrodomésticos tabaco .04 SIGLO XX

estética

y piercings

muñeca

Los dispositivos feme ninos industriales del siglo XX se describen detalladamente en los anexos.

ESPACIOS NEGADOS 49
19 20 21 22 23 24 tacones cirugía
bikini maquillaje
bolso
04. SIGLO XX

148_Ídem.

149_Marcela Lagarde, "Identidad Femenina", Comunicación, Intercam bio y Desarrollo Humano en América Latina, A. C. - México, 1990, 2.

150_Las siedlungen son unidades habitacionales de promoción es tatal, desarrolladas por el gobier no alemán en los periodos de pos guerra del siglo XX. Las colonias de vivienda social se desarrollarían fundamentalmente en Frankfurt y Berlín, siguiendo los principios del racionalismo del Movimien to Moderno. José Antonio Blasco, "Las siedlungen berlinesas y la vi vienda social en la Alemania de entreguerras", Urban Networks, 19 de septiembre de 2016, https://bit. ly/2nJ699M.

151_Catharine Esther Beecher, A Treatise on Domestic Economy. For the Use of Young Ladies at Home and at School (New York: Harper & Bro thers, 1845).

152_Catharine Esther Beecher y Harriet Beecher Stowe, The Ameri can Woman’s Home (New Brunswick: Rutgers University Press, 2002).

la esfera doméstica, los productos de belleza como represen tantes del canon de belleza, y la píldora anticonceptiva como fetiche del empoderamiento reproductivo.

4.4.2. LA COCINA AUTOMÁTICA: DISPOSITIVOS PARA EL AMA DE CASA

La mecanización de las tareas culinarias no ofrece la eman cipación realista de la mujer, sino que consolida el fetiche de la felicidad doméstica. El sujeto femenino está inserto en una sociedad de consumo en la que tener éxito significa ser ama de casa; el arquetipo de mujer ideal se dedica en cuerpo y alma a su familia, ayudándose de los productos estandarizados. Aunque el ahorro y la productividad que aportan las innovaciones tecnológicas es veraz y cuantificable, la cocina es un ámbito exclusivo de la mujer. El sujeto femenino no puede despren derse de la identidad de ama de casa porque el estereotipo se promueve desde la sociedad de consumo148

Los proyectos que persiguen aliviar la carga doméstica son ineficaces, puesto que no abordan la raíz de la desigualdad de género: la asociación de la esfera reproductiva (no remu nerada) al sujeto femenino, de acuerdo a unos mitos basados en diferencias biológicas y físicas ficticias, asumidas cultural mente desde el cristianismo149. En este sentido, los aportes de la arquitectura del siglo XX al bienestar doméstico serán analizados como dispositivos femeninos de control.

4.4.2.1. LA COCINA FRANKFURT DE MARGARETE SCHÜTTE-LIHOTZKY

En 1926, Margarete Schütte planteó la cocina Frankfurt para las siedlungen150 Romërstadt de Ernst May, influenciada por la investigación de Catharine Esther Beecher en “A Teatrise on Domestic Economy. For the Use of Young Ladies at Home and at School151” y en “The American Woman’s Home152” (1869).

Según Catharine E. Beecher, «no hay un aspecto de la economía doméstica que más seriamente involucre la salud y el confort diario de todas las mujeres americanas, que la ade

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS NEGADOS 50 .04 SIGLO XX

cuada construcción de la casa. […] La casa ha de ser funcional, planificada alrededor de las necesidades y capacidades de la mujer153».

La aportación de Beecher se centraba en las cuestiones económicas e higiénicas de la vivienda familiar, estudiando su dise ño desde la economía, la salud y la estética. Las instalaciones, el almacenaje y las comunicaciones se proyectan en un núcleo central, que garantiza las condiciones de confort en todas las estancias. La cocina se ubica en la planta principal, compuesta por un espacio de trabajo y un cuarto de calderas, cerrado para evitar el paso de los olores. El cuarto de calderas posee una estufa para cocinar, un fregadero y estanterías (fig. 40)154.

El modelo de Margarete Schütte retomaba los criterios de confort doméstico de Beecher, pero sintetizaba todas las funciones en un mismo espacio reducido, mediante la orga nización eficiente de las tareas y el uso de las tecnologías do mésticas. Posteriormente, Schütte proyectaría el prototipo en las viviendas para mujeres de 1927. Desarrollaría también dos versiones del la cocina Frankfurt, en una versión ampliada (escuela de oficios Varrentrapp de 1928) y en una reducida (proyecto de vivienda en hilera para el segundo Congreso CIAM de 1929).

La Frankfurter Küche (fig. 41) representa «la primera versión de la cocina compacta moderna. […] En ella, todas las partes quedan perfectamente integradas y adaptadas en el menor es pacio posible de acuerdo con su función, ya sea de almacenaje, de trabajo, de lavado, planchado o de cocinado155». Schütte propone una cocina-máquina, ideada para optimizar el traba jo doméstico desde dos perspectivas: incorporar a la mujer en la esfera productiva y mejorar la calidad de vida de la unidad familiar.

El mobiliario se coloca en forma de ‘L’, en una estancia aislada. Los equipamiento siguen una clasificación funcional: espacio de manipulación de alimentos, espacio de almacenamiento del menaje de cocina y zona de lavado y planchado156. La coci na se concibe como un laboratorio, separada de «la relajación, la compañía y los placeres157». El bloque en “L” se compone de dos módulos de almacenaje, fregadero y escurridor de platos, espacios de trabajo y dispensadores de alimentos. En el lado opuesto, donde se encuentran los dos accesos a la habitación, se proyecta un módulo para cocinar y planchar.

En cuanto a los materiales, se utiliza madera lacada azul para los muebles y madera de haya para las superficies de trabajo y vidrio en los módulos superiores. Para facilitar la limpieza y

153_Zaida Muxí Martínez, citando a Catharine E. Beecher, en "Mujeres y arquitectura: teoría y práctica de la vivienda", Arquitectura COAM, n.o 340 (2005), 28-37.

154_H. Ward Jandl, John A. Burns, y Michael Auer, Yesterday’s houses of tomorrow: innovative American ho mes, 1850 to 1950 (Washington, DC: Preservation Press, 1991), 37.

155_Esther Liñan Pedregosa, "La evolución del espacio doméstico en el siglo XX: la cocina como ele mento articulador de la vivienda" (Tesis (Doctoral), E.T.S. Arquitectu ra (UPM), 2015), 37.

156_Ibídem, 39.

157_Margarete Schütte-Lihotzky, Warum ich Architektin wurde (Salz burg: Residenz-Verl, 2004), 142.

Figura 40. Espacio de cocinado en la propuesta de Catharine Bee cher. Fuente: "The American Wo man’s Home", Museum of Fine Arts (Houston).

Figura 41. Imagen editada del ori ginal. Cocina Frankfurt de Marga rete Schütte. Fuente: MAK Museum Vienna.

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS
NEGADOS 51 04. SIGLO XX

158_Esther Liñan Pedregosa, "La evolución del espacio doméstico en el siglo XX: la cocina como ele mento articulador de la vivienda" (Tesis (Doctoral), E.T.S. Arquitectu ra (UPM), 2015), 49-59.

159_Zaida Muxí Martínez, "Muje res y arquitectura: teoría y prác tica de la vivienda", Arquitectura COAM, n.o 340 (2005), 36.

160_Esther Liñan Pedregosa, "La evolución del espacio doméstico en el siglo XX: la cocina como ele mento articulador de la vivienda" (Tesis (Doctoral), E.T.S. Arquitectu ra (UPM), 2015), 87.

las condiciones higiénicas, el solado es cerámico y las paredes se alicatan hasta 40 centímetros por encima de la superficie de trabajo. La cocina Frankfurt se planteó como una máquina aséptica al servicio del ama de casa, pero la estancia también debía garantizar su confort; Schütte incorporó un radiador, luminaria deslizante en el techo y sustituyó la cocina de carbón tradicional por una eléctrica158

En definitiva, la Frankfurter Küche supuso una revolución en la arquitectura doméstica, puesto que las cocinas actuales siguen repitiendo los mismos esquemas de organización. Su éxito en la eficiencia doméstica es incontestable, pero la crítica surge si se analiza desde una perspectiva feminista: la mujer era el único usuario de la cocina Frankfurt.

Figura 42. Imagen editada del ori ginal. Cocina de Lilly Reich. Fuente: docplayer.org

Figura 43. Cocina de Charlotte Perriand en el apartamento de Le Corbusier. Fuente: champ-magazi ne.com

4.4.2.2. LA COCINA MUEBLE DE LILLY REICH

Lilly Reich, habitualmente encasillada en el diseño de mobi liario y moda, desarrolló en 1931 dos proyecto de vivienda mí nima para la sección Die Wohnung unserer Zeit (“La vivienda de nuestra época”) en la Exposición de la Construcción Alemana de Berlín. De su propuesta Boardinghaus sobresale el prototipo de mueble-cocina, influenciado por la cocina-maquina de Schütte.

La cocina de Lilly Reich (fig. 42) se colocaba en el centro de la vivienda, actuando como un umbral. Al contrario que en la Frankfurter Küche, la zona de cocinado se relaciona con el resto de estancias, aunque se podía ocultar mediante un sistema de cierre159. El mueble-cocina se compone de dos va riantes, en función de la vivienda: para el apartamento de una persona soltera, el prototipo «tenía una superficie continua y equipada que incluía fregadero, placas para cocinar, zona de trabajo y debajo de éstos, sistemas de almacenaje. Sobre la zona de trabajo se disponían dos estanterías y varias barras para colocar el utillaje. Las dimensiones del mueble sencillo eran 1,40 de ancho por 2,10 de alto160». Para la residencia de una pareja casada, la cocina contaba con una mesa escamoteable. En ambos modelos se colocó un armario superior, que ocupaba la altura entre el mueble-cocina y el techo.

Respecto a los materiales e instalaciones, Reich empleó madera lacada en blanco y madera negra de ébano para todo el mueble. Al ser planteado como un objeto contenedor, carecía

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS NEGADOS 52 .04 SIGLO XX

de iluminación y ventilación propia. Destacan las placas de cocinado y el calentador de agua eléctrico, conectados a la toma de agua y electricidad en la parte trasera del mueble161 .

La cocina de Lilly Reich representa una versión en miniatura del prototipo de Schütte, que selecciona las funciones más bá sicas para organizarlas en el mínimo espacio posible. En este sentido, supone un avance en la organización de las tareas do mésticas, dado que la cocina se ubica en el mismo espacio que la zona de descanso. A pesar de ello, el modelo no deja de ser un dispositivo femenino: solo se utiliza por una mujer162, a la que se le permite estar presente en un espacio de ocio mien tras realiza sus obligaciones domésticas.

161_Ibídem, 87-97.

4.4.2.3. LA COCINA CASILLERO DE CHARLOTTE PERRIAND

Charlotte Perriand fue uno de los máximos exponentes del Movimiento Moderno en la rama del interiorismo y el dise ño de mobiliario. Siguiendo los preceptos de los Congresos CIAM, Perriand investigó sobre la estructura de la cocina en sus proyectos domésticos163. De todas sus intervenciones se analizará el equipamiento doméstico para la residencia de Le Corbusier (fig. 43)

Perriand describe la distribución y el programa de la vivien da: «el señor y la señora separados en dos espacios entrelaza dos por un corredor [...]. A la derecha de la entrada, hacia el este, estaba el estudio del maestro: tabú. Allí podía escribir y pintar, allí podía reinar su orden. A la izquierda, hacia el oes te, estaba el dominio de la señora, comprendiendo la cocina, el comedor y el dormitorio del señor y la señora [...]. En la intersección de los dos espacios: el área para recibir amigos y el acceso a la planta superior para encontrarse un dormitorio independiente, y la terraza de la azotea164»

La cocina se ubica en la zona femenina, abierta a los ámbitos de día y de descanso. Las dimensiones del mobiliario responden a los estándares determinados en “Precisiones respecto a un estado actual de la arquitectura y el urbanismo165” de Le Corbusier. Para la vivienda se escogen casilleros con una profundidad de 50 centímetros. Los muebles se dimensionan respecto a las medidas del primer modulor: altura de trabajo de 82 centímetros, altura mínima del módulo suspendido de

162_En el caso de que el aparta mento para una persona solte ra fuese ocupado por un usuario masculino, la utilización del mue ble-cocina de Lilly Reich sería una cuestión de mera supervivencia. 163_Destacan su casa estudio en la plaza Saint Sulpice de París (1927), la villa Baizeau en Cartago (1927), la casa Loucher (1928), el equipamiento interior, presenta do en el Salón de Otoño (1929), el estudio de la Villa Radieuse (19301933), la vivienda de Le Corbusier en el número 24 de la Rue Nunges ser et Coli de París (1931), el mo delo de cocina para la Unidad de Habitación en Marsella (1950), el proyecto de vivienda en el Sáhara, presentado en el Salón de Arts Mé nagers (1958), su refugio de mon taña en Meribel-Les Allues (1961) y los apartamentos mínimos de la estación de esquí Les Arcs (19671982). Esther Liñan Pedregosa, "La evolución del espacio doméstico en el siglo XX: la cocina como ele mento articulador de la vivienda" (Tesis (Doctoral), E.T.S. Arquitectu ra (UPM), 2015), 98-101.

164_Jacques Barsac, Charlotte Pe rriand: un art d’habiter, 1903-1959 (Paris: NORMA, 2005), 119.

165_Le Corbusier, "La aventura del mobiliario", en Precisiones respecto a un estado actual de la arquitectura y del urbanismo (Barcelona: Apóstro fe, 2006).

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS
ESPACIOS NEGADOS 53 04. SIGLO XX

166_Las Cases Study Houses se recopilan en los números de ene ro de 1945 a 1954 de la revista "Arts & Architecture". David Travers, ed., Arts & Architecture, 1945-54: The Com plete Reprint (Los Ángeles: TASCHEN America, 2008).

167_Juan Coll-Barreu, Construcción de los paisajes inventados: Los Ange les domésticos 1900-1960 (Barcelo na: Fundacion Caja de Arquitectos, 2004), 213.

168_Miguel Espinet, El espacio cu linario: de la taberna romana a la co cina profesional y doméstica del siglo XX (Barcelona: Tusquets, 1984). 127.

127 centímetros y altura máxima de 216 centímetros. La coci na se distribuye en dos ámbitos en forma de “C”. Una de las alas estaba destinada al menaje y a los utensilios de cocinado, situada cerca del pasa-platos y los fregaderos. En el otro ala se dispone la cocina eléctrica y un módulo superior de almacenaje, en cuya cara opuesta se instala un mueble con cajoneras y un armario para la limpieza y planchado (fig. 44)

Respecto a los materiales, se utilizan marcos de madera en co lor negro ébano, superficies exteriores en acero gris, puertas deslizantes en contrachapado, superficies de trabajo en estaño, cerámica blanca para los paramentos verticales y puertas de contrachapado barnizado. Para garantizar el confort, se coloca un radiador, una ventana e iluminación artificial me diante un sistema de barra.

El modelo representa un caso intermedio entre la cocina Frankfurt de Margarete Schütte y la cocina-mueble de Lilly Reich. En consecuencia, la cocina de Charlotte Perriand es también un dispositivo de control.

Figura 44. Axonométrica de los dispositivos abiertos y cerrados de la cocina de Charlotte Perriand en el apartamento de Le Corbusier. Fuente: Esther Liñan Pedregosa, "La evolución del espacio domés tico en el siglo XX: la cocina como elemento articulador de la vivien da" (Tesis (Doctoral), E.T.S. Arqui tectura (UPM), 2015), 118.

4.4.2.4. LAS COCINAS ABIERTAS DE LAS CASE STUDY HOUSES

Frente a la célula mínima de las viviendas del Movimiento Moderno europeo, en Estados Unidos se apostó por una ar quitectura de consumo, de acuerdo con la propaganda del American Way of Life. Las Case Study Houses se presentaron como un producto capitalista para la clase media-alta, publicitado en la revista “Arts & Architecture166”. Son modelos «de casas pequeñas, realistas, abiertas al paisaje, higiénicas, prefa bricadas, racionalistas y avanzadas167». Incorporaban las mis mas innovaciones científicas y tecnológicas que las viviendas mínimas europeas, pero se vendían como bienes de consumo.

El diseño de la cocina de las viviendas respondía a los están dares de la industria doméstica: «en 1945, por ejemplo, vein ticinco fabricantes de aparatos de gas y ocho miembros de la industria de armarios de cocina decidieron que la profundidad de las superficies de trabajo sería de 625 mm a fin de aco modar a esta medida las lavadoras automáticas, los lavavajillas o las cocinas-compact; o que la altura desde el pavimento has ta la plataforma de trabajo se fijaría en 900 mm, considerada confortable para la mujer media norteamericana168»

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS NEGADOS 54 .04 SIGLO XX

El mobiliario se distribuye en forma de “L” o “U”, en bandas paralelas o en islas, favoreciendo la relación entre el comedor y la cocina. La anchura de los módulos varía en cada proto tipo. Respecto a los materiales, la innovación fomentó el uso de cerámicas, vidrios, aluminio y maderas contrachapadas, que proporcionaban superficies lisas y homogéneas, fáciles de limpiar. El fregadero y los electrodomésticos se ejecutaban en acero inoxidable169 .

Para Esther Liñan Pedregosa170, las cocinas de las Cases Study Houses se diseñaban en relación a una ventana. Por ejemplo, el modelo n.º 20-B, proyectado por Conrad Buff y Donald Hensman, contaba con una ventana sobre la zona de trabajo, que enmarcaba el paisaje exterior de la vivienda; unas puertas correderas que conectaban la cocina y el patio; y una ventana pasa-platos hacia el salón comedor, que permitía controlar los accesos a las habitaciones infantiles y a las zonas comunes. En el programa de John Entenza, la ventana de la cocina funciona como un dispositivo femenino, que conecta al ama de casa con el paisaje exterior y las estancias interiores. La cocina era el centro de la vida doméstica, donde la mujer cocinaba mientras vigilaba a sus hijos (fig. 45)171

169_Esther Liñan Pedregosa, "La evolución del espacio doméstico en el siglo XX: la cocina como ele mento articulador de la vivienda" (Tesis (Doctoral), E.T.S. Arquitectu ra (UPM), 2015), 148.

170_Ibídem, 133-255.

171_Sigfried Giedion, La mecani zación toma el mando (Barcelona: Gustavo Gili, 1978), 616.

172_Esther Liñan Pedregosa, "La evolución del espacio doméstico en el siglo XX: la cocina como ele mento articulador de la vivienda" (Tesis (Doctoral), E.T.S. Arquitectu ra (UPM), 2015), 336.

173_La ergonomía es una discipli na que aboga por la adaptación de los dispositivos tecnológicos y los espacios de trabajo a las caracte rísticas físicas y psicológicas de sus usuarios.

4.4.2.5. LA COCINA TECNOLÓGICA DE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX

A partir de los años 50, la influencia de los Metabolistas ja poneses, el futurismo de Alison y Peter Smithson en La casa del futuro (1956), y las utopías de Archigram, se traslada al equipamiento de la cocina, pero no a su distribución. El plan teamiento del espacio doméstico seguía atado a un modelo estándar, a caballo entre la cocina Frankfurt de Margare te Schütte (estancia aislada) y la cocina abierta de las Case Study Houses (estancia conectada al salón comedor). La totalidad de las tareas domésticas se mecanizan mediante los pequeños electrodomésticos, que permiten su programación y control. La cocina máquina se transforma en una cocina domotizada172, cuya colocación en la estancia responde a los parámetros de la ergonomía173

Respecto a los materiales, se introducen nuevos compuestos en los electrodomésticos y módulos de cocinado, como el plás tico, la piedra sintética, el laminado lacado o el acero inoxi dable. El mobiliario se sofistica y sus instalaciones se ocultan:

DE
CONTROL
DE LOS ESPACIOS NEGADOS 55 04. SIGLO XX

174_Klaus Spechtenhauser, The Kitchen: Life World, Usage, Perspecti ves (Basilea: Birkhäuser, 2013), 123.

175_Julia Pérez Lozano, "¿Qué pasa con las mujeres en la alta co cina?", Gastroactitud, 15 de octubre de 2018, https://bit.ly/2mYUBPu.

176_Le Cordon Bleu, "Nuestra His toria", Sobre Le Cordon Bleu, 2019, ht tps://bit.ly/2nUuFo2.

177_Ferran Adrià, "Nouvelle cuisi ne", El País, 20 de agosto de 2004, https://bit.ly/2n8v8D7.

178_Peter Barham, La cocina y la ciencia (Zaragoza: Acribia, 2003).

179_Julia Pérez Lozano, "¿Qué pasa con las mujeres en la alta co cina?", Gastroactitud, 15 de octubre de 2018, https://bit.ly/2mYUBPu.

180_Antonio José Cancela Sán chez, "Cocineras con estrella Mi chelin España 2019", Colección Guías Michelin 20 (2019), https:// bit.ly/2mkEJ9q.

«hacer de la cocina un espacio habitable requiere una nueva cualidad desde la disposición de la casa y su concepto gene ral. Tiradores que se extraen cuidadosa y silenciosamente y se cierran por sí solos o amortiguadores que absorben los ruidos de las puertas, son marcas de un nuevo nivel de confort en los muebles174». Desde una perspectiva arquitectónica, los techos y suelos técnicos y/o radiantes, o los elementos móviles, tam bién suponen una mejora del confort en la cocina.

Sin embargo, la incorporación de la tecnología en las artes culinarias supondrá la fractura de la relación unidireccional entre la gastronomía y el espectro doméstico. La alta cocina surge como una vertiente profesional opuesta a la cocina casera y cotidiana de las mujeres175. La cocina profesional es eminentemente masculina y remunerada, mientras que la gas tronomía doméstica pertenece a la esfera reproductiva; es una expresión afectiva que se le presupone al sujeto femenino ama de casa.

La masculinización de la cocina se inicia con su transformación en disciplina académica, a raíz de la proliferación de es cuelas de hostelería como Le Cordon Bleu176 (1895). Su desa rrollo fue testimonial hasta la posguerra, con la aparición de la nueva cocina177 (nouvelle cuisine) en los años 70, y la gastro nomía molecular178 en los años 80 y 90. La cocina se convierte en una ciencia que requiere de I+D+i, riesgo y marketing: el cocinero es ahora chef, una figura pública que puede ser juez de un talent show mientras dirige su restaurante179 .

Figura 45. Imagen editada del ori ginal. Cocina abierta de la Case Study House n.o 20-B. Fuente: Ju lius Shulman (Getty Archives).

Las exigencias de la alta cocina impiden la conciliación fami liar, y por lo tanto, la emancipación efectiva del sujeto feme nino múltiple (trabajadora y ama de casa) a causa del techo de cristal. De los 206 restaurantes españoles con estrellas Miche lin, sólo 19 están dirigidos por mujeres, lo que representa un 9,8% del total (fig. 46)180.

En definitiva, la cocina tecnología también actúa como un dispositivo de domesticación. El sujeto masculino ocupa la vertiente profesional y recreativa de la gastronomía: la cocina es un medio de vida o una afición. En cambio, el sujeto feme nino queda restringido a la condición doméstica —no remu nerada—, o a las posiciones laborales más precarias.

Figura 46. Imagen editada del ori ginal. Ganadores de las Estrellas Michelin 2019 en España. De los 15 chefs que aparecen en la foto grafía, solo 3 de ellos son mujeres. Fuente: Expansión.

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS NEGADOS 56 .04 SIGLO XX

4.4.3. EL MAQUILLAJE Y LA CIRUGÍA: DISPOSITIVOS PARA LA ESPOSA

Las libertades individuales del capitalismo rompen con el recato y el pudor carnal de la cultura judeocristiana. Como apunta María Isabel Menéndez181, en la sociedad consumista se mitifica la omnipresencia del cuerpo humano: se ha asu mido la condición carnal y la experiencia corporal del yo182 , transformándolo «en el icono cultural por excelencia, pre dominante e incluso socialmente discriminante a causa de acuciantes exigencias formales, no siempre razonables y éti cas183». El cuerpo tiene que modificarse, retocarse y rejuve necerse para aproximarse al aspecto físico ideal, perfecto y canónico.

Para Michel Foucault, el cuerpo en la sociedad moderna es un objeto político, «tan profundamente investido y moldeado por el poder que segrega una visión del mundo y lo social184»; se encuentra inmerso en un conjunto de ritos que «permiten el control minucioso de las operaciones del cuerpo, que ga rantizan la sujección constante de sus fuerzas y les imponen una relación de docilidad-utilidad185». Siguiendo la teoría de Foucault, el culto al cuerpo es un dispositivo de control político: se construye la promesa de una decisión personal, fundamentada en un bienestar físico y psíquico, que inserta al sujeto en una cultura de consumo corporal (fig. 47)

En el caso del cuerpo femenino, el control político presenta una doble vertiente. No solo está inmerso en los ritos de la sociedad de consumo, sino que se oprime y cosifica conforme al sistema patriarcal. El cuerpo de la mujer es un producto del mercado, al servicio de la industria cosmética, farmacéu tica y médico-estética186. Lo biológico —morfología corporal y sexual— se politiza para establecer la inferioridad natural en las mujeres187. El cuerpo femenino propio es impuro e im perfecto, por lo que debe modificarse y adaptarse al canon de belleza.

Reinterpretando a Foucault desde una perspectiva feminista, «las mujeres están simbólicamente atrapadas en el Panóp tico188 mediante sus cuerpos, sometidos al control y la vigi lancia exhaustiva, ejercida por ellas mismas y por las perso nas que las rodean, interiorizando la obediencia al mandato patriarcal189». El modelo del Panóptico es idéntico al de los dispositivos de control; es un poder automático e invisible, personal pero desindividualizado, que determina todos los aspectos del cuerpo femenino.

181_María Isabel Menéndez Me néndez, "Biopoder y postfeminis mo: la cirugía estética en la prensa de masas", Revista Teknocultura 10, n.o 3 (2013), 615-642.

182_Carmen Magallón Portolés, "El cuerpo. Eje y termómetro para el apoyo emocional en la concien ciación y el empoderamiento a mujeres en situaciones de violen cia doméstica", en Sin carne: repre sentaciones y simulacros del cuerpo femenino, tecnología, comunicación y poder, de Mercedes Arriaga Flórez (Sevilla: Arcibel Editores, 2004), 293.

183_Cristóbal Pera Blanco-Mora les, Pensar desde el cuerpo: ensayo sobre la corporeidad humana (Ma drid: Triacastela, 2006), 23.

184_Alain Corbin, "Prefacio", en Historia del cuerpo. Vol. 1: Del Renaci miento al Siglo de las Luces, de Geor ges Vigarello et al. (Madrid: Santi llana, 2005), 21.

185_Michel Foucault, Vigilar y cas tigar: nacimiento de la prisión (Ma drid: Siglo XXI, 2005), 141.

186_María Isabel Menéndez Me néndez, "Biopoder y postfeminis mo: la cirugía estética en la prensa de masas", Revista Teknocultura 10, n.o 3 (2013), 625.

187_Sara Berbel Sánchez y María Teresa Pi-Sunyer Peyrí, El cuerpo si lenciado: una aproximación a la iden tidad femenina (Barcelona: Viena, 2001), 57-60.

188_El Panóptico es una tipología de prisión, diseñada por Jeremy Bentham en 1790. Foucault lo con sideró un método ideal de la tecno logía de observación. María Isabel Menéndez Menéndez, "Biopoder y postfeminismo: la cirugía estética en la prensa de masas", Revista Tek nocultura 10, n.o 3 (2013), 626. 189_Ídem.

Figura 47. Imagen editada del ori ginal. Anuncios de cirugía estética en el metro de Seúl, Corea del Sur. Fuente: Pousta.

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS
NEGADOS 57 SIGLO XX 04.

190_Elsie McPhail Fanger, "Cuer po y cultura", Razón y palabra, n.o 25 (2002), 2.

191_Jacques Derrida, Márgenes de la filosofía (Madrid: Cátedra, 2013), 253.

192_Carla Rice, "Nuestros cuerpos, territorios ocupados", en Mi cuerpo es un campo de batalla: análisis y tes timonios, de Colectivo Ma Colère (Valencia: La Burbuja, 2006), 99.

193_María Isabel Menéndez Me néndez, "Biopoder y postfeminis mo: la cirugía estética en la prensa de masas", Revista Teknocultura 10, n.o 3 (2013), 629.

194_Enrique Gil Calvo, Medias miradas: un análisis cultural de la imagen femenina, Colección Argu mentos 241 (Barcelona: Editorial Anagrama, 2000).

195_María Isabel Menéndez Me néndez, "Biopoder y postfeminis mo: la cirugía estética en la prensa de masas", Revista Teknocultura 10, n.o 3 (2013), 615-642.

Operaciones estéticas

Formato

Ultherapy Facial Estiramiento cutáneo por ultrasonido

Rinoplastia

Relleno nasal Cirugía de nariz

Eliminación de piel y grasa de la zona abdominalAbdominoplastia Lifting de muslos

Reducción de grasa localizada Blefaroplastia Cirugía de párpados

Implantes, gineco plastia, etc. Aumento, reducción y reafir mante de pecho

Botox Reducción de arrugas Rellenos dérmicos Ácido hialurónico, colágeno-base, semi-permanente, permanente

Transferencia de grasa Tratamiento de zonas faciales hundidas

IPL, ultrasonido y tratamientos láser

Corrección de pigmentación, manchas y enrojecimientos

Levantamiento facialLáser

Remodelado del cuerpo median te la succión de grasa localizada Liposucción y lipoescultura

Cirugía de ombligoUmbilicoplastia

Cirugía de los genitales femeninosNinfoplastia

Reducción de celulitisMesoterapia

Cirugía de orejasOtoplastia

Cirugía del mentónMentoplastia

Cirugía de los glúteosGluteoplastia

Cirugía del párpado inferiorCantopexia

Cirugía del clítorisClitoriplastia

Cirugía de aumento de labiosQueiloplastia

Figura 48. Tipos de operaciones. Elaboración propia. Fuente: Marie Claire y EsteticGirl.

La cosmética y la cirugía reconstruyen el cuerpo —enemigo del sujeto femenino— conforme a la fantasía nórdica190 occi dental y la mitología blanca191. Para Rice, «se nos ha educado en una cultura en la que las medidas del cuerpo tienen una importancia extrema, en la que la delgadez es sinónimo de salud, de seducción, de moralidad y de sexualidad. En la que, de hecho, el valor esencial de una mujer depende de su capacidad de adelgazar192».

Los productos y la cirugía cosmética tienen una función nor malizadora. El canon de belleza inalcanzable se normativiza y estandariza para promover la cultura de la modificación del cuerpo. La cirugía se publicita en los medios como un proyecto personal saludable, despolitizado y neutral. Sin embargo, los productos de belleza y las operaciones estéticas (fig. 48) son herramientas que se utilizan para ser más normal193

De acuerdo con Enrique Gil Calvo194, el canon de belleza afecta a tres paradigmas: el atractivo físico, la medida corporal y la distancia social. La belleza se alcanza mediante la cosmética, la moda y la cirugía estética facial; la delgadez se obtiene con las dietas, el gimnasio y la cirugía estética corpo ral; mientras que la distancia social evalúa la respuesta cultu ral, ya sea positiva o negativa, a los anteriores procedimientos. El hambre o el dolor se asumen como inevitables, los riesgos y secuelas asociados se diluyen al acercarse al canon de belleza.

En resumen, el uso de la cosmética y la medicina estética no responde a una decisión autónoma y libre del sujeto femeni no. El cuerpo es un campo político, un dispositivo de control que elabora la imagen de una mujer defectuosa, inacabada, que debe completarse mediante los bienes y servicios capitalistas. El canon de belleza no es una elección personal, sino una obligación social y cultural195

4.4.4. LA PÍLDORA ANTICONCEPTIVA: DISPOSITIVOS PARA LA MUJER TRABAJADORA

La píldora anticonceptiva es un medicamento hormonal dirigido a mujeres196 que desean regular su menstruación o evitar el embarazo. Su origen, a mediados del siglo XX, parte de las investigaciones posteriores al descubrimiento del «proceso

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS NEGADOS 58 .04 SIGLO XX

químico que transformaba la sapogenina diosgenina en pro gesterona197», hormona sexual sintética femenina. La píldora se comercializó por primera vez en Estados Unidos en 1957 como regulador de la menstruación. No sería hasta 1960 cuan do se aprobó su venta como anticonceptivo oral. En España, y hasta su despenalización en 1978, el uso de la píldora era un delito contra el modelo de familia franquista198

La píldora anticonceptiva se convirtió en un símbolo de emancipación de la mujer para la Tercera Ola del feminis mo. Su influencia en la igualdad de género es indiscutible; la píldora permite que la mujer controle su ciclo reproductivo, transformándose en un sujeto femenino múltiple: se podía elegir entre los roles de madre y ama de casa, y en definitiva, planificar un embarazo sin depender de los métodos anticonceptivos masculinos199

Más allá del mito de la píldora en el feminismo, y si se analiza desde un punto de vista económico y social, este método anticonceptivo es un mecanismo de control del cuerpo feme nino. De acuerdo con la idea de campo político200, a la que se hacía referencia en los dispositivos cosméticos y quirúrgicos, la píldora es también objeto de la especulación económica. El retraso o la planificación del embarazo introduce a la mujer en el mercado laboral, pero no se libera de las cargas de la esfera reproductiva: sigue teniendo que hacerse cargo de las tareas domésticas y del cuidado de hijos y ancianos, sin remu neración o reconocimiento alguno.

Si la mujer quería desarrollar la maternidad antes, durante o después de su vida laboral, el sujeto masculino permanecía ajeno a la crianza. El hombre, en su rol de padre, aparece como una figura amistosa durante la niñez, que enseña a mon tar en bici a sus hijos, pero que no regaña cuando suspenden un examen o no se comen la comida. En este sentido, el sujeto femenino como madre puede controlar su ciclo, pero forma parte de un sistema que impide la conciliación familiar mien tras se perpetúa el techo de cristal.

Dentro del propio género, el anticonceptivo constata la des igualdad económica y social existente. Es un producto con sumido por mujeres con cierto poder adquisitivo y nivel de estudios (fig. 49)201, con una consciencia previa de su individualidad, por lo que su acceso queda restringido a mujeres con pocos recursos económicos.

La dificultad de acceso a revisiones ginecológicas anuales, y la escasa financiación de las píldoras anticonceptivas202, li-

196_Aunque el medicamento se vende en la publicidad y las farma cias como un anticonceptivo para mujeres, puede ser empleada por las personas con aparato repro ductivo femenino, adaptando la fórmula hormonal. En este trabajo se utiliza el término mujer para re ferirse al sujeto femenino, enten dido como un individuo de sexo femenino, blanco y heterosexual.

197_Guillermo Galán, "50 años de la píldora anticonceptiva", Revista chilena de obstetricia y ginecología 75, n.o 4 (2010), 217-20.

198_«No se concibe una política demográfica eficaz sin abordar el problema de los miles y miles de vidas que se frustran antes de na cer, por maniobras criminales», Jefatura del Estado, "Ley de 24 de enero de 1941 para la protección de la natalidad contra el aborto y la propaganda anticoncepcionista", Boletín Oficial del Estado, n.o 33 (28 de enero de 1941), 768.

199_Celeste Murillo, "La píldora y la ilusión del cuerpo propio", Ideas de izquierda, 26 de agosto de 2018, https://bit.ly/2Im9jat.

200_María Isabel Menéndez Me néndez, "Biopoder y postfeminis mo: la cirugía estética en la prensa de masas", Revista Teknocultura 10, n.o 3 (2013), 615-642.

201_Las mujeres solteras que consumen la píldora anticoncep tiva son socialmente etiquetadas como ‘fáciles’, ‘promiscuas’ y ‘pu tas’, según se refleja en el diálogo (fig. 49) entre Peggy Olson (Elisa beth Moss) y su ginecólogo en "Mad Men".

202_En la sanidad pública es pañola, las citologías se realizan cada tres años y se deben solicitar en atención primaria, por lo que la mayoría de las mujeres acaban acudiendo a un ginecólogo priva do. María R. Sahuquillo, "Sanidad financiará solo dos de los 10 an ticonceptivos de tercera genera ción", El País, 7 de octubre de 2013, https://bit.ly/2Iu3zMe.

DE
CONTROL
DE LOS ESPACIOS NEGADOS 59 04. SIGLO XX

«GINECÓLOGO: Veo por tu historial y por tu dedo que no estás casada.

PEGGY OLSON: Exacto.

GINECÓLOGO: Y quieres tomar píldoras anticonceptivas.

PEGGY OLSON: Bueno, quería...

GINECÓLOGO: No te pongas nerviosa. Joan te ha enviado a mí porque no voy a juzgarte. No es malo que una mujer sea práctica ante la posibilidad de las relaciones sexuales. Abre las piernas.

PEGGY OLSON: Es bueno oírlo.

GINECÓLOGO: Aunque, como médico, me gustaría pensar que facilitar esta situación a una mujer no va a conver tirla en una ramera. Acerca el culo. No te voy a morder. Te lo advierto: te qui taré el tratamiento si veo que abusas. Es solo por tu propio bien. La realidad es que incluso en los tiempos moder nos, las chicas fáciles no encuentran marido.

PEGGY OLSON: Lo entiendo, Doctor Emerson. Soy una persona muy res ponsable.

GINECÓLOGO: Oh, seguro que no eres una buscona. Aunque, Joan... Solo es una broma, puedes vestirte. Bueno, voy a hacerte una receta de Enovid. Cuesta 11 dólares al mes, pero ahora no te conviertas en la puta de la ciu dad solo para amortizarlos. Perdona la palabra».

Figura 49. Conversación entre Peggy Olson (Elisabeth Moss) y el Doctor Emerson. Fuente: Matthew Weiner, prod., "Capítulo 1, Tempo rada I: El humo ciega tus ojos", en Mad Men, serie de televisión (Los Ángeles: Lionsgate, 2007), minuto 20-22.

mitan el acceso a estos productos, derivando en embarazos no deseados, abortos clandestinos, conflictos intrafamiliares, dependencia económica e imposibilidad para desarrollar una vida profesional203

El retraso de la maternidad es también una cuestión económi camente excluyente. Las mujeres deciden quedarse embarazadas tras lograr una cierta estabilidad laboral. La vitrificación de ovocitos y la fecundación in vitro (fig. 50)204 configuran una industria reproductiva al servicio de un sujeto femenino que desea volver a su rol de madre y ama de casa. La píldora anticonceptiva no nivela el tiempo empleado en las tareas reproductivas, sino que las demora hasta la maternidad.

Por otro lado, si se analiza la píldora desde un plano médi co o saludable, el producto está siendo cuestionado por sus efectos secundarios en el cuerpo femenino. De acuerdo con la encuesta205 realizada por la escritora Sabrina Debusquat para su libro “J’arrête la pilule” (‘yo dejo la píldora’), el prototipo de consumidora tiene entre 20 y 34 años (74,1%), titulación universitaria (34,2%) y toma un anticonceptivo estroprogesta tivo206 (42,9%) o combinado (15,3%) desde hace más de cinco años (67,9%). Destaca el gran número de mujeres que alegan efectos secundarios negativos o indeseables (70,1%), como des censo del libido (69,6%), aumento de peso (53,6%), mal humor, depresión o ansiedad (51,9%) y migrañas o dolores de cabeza (36%).

A pesar de los problemas asociados, se mantiene su uso debido a sus beneficios; las mujeres francesas encuestadas lo con sideran el mejor método de concepción (46,2%), que además regula problemas hormonales y menstruales (40,5%), como el acné o las reglas irregulares y dolorosas. En el caso de haber dejado la píldora intermitente o permanentemente, el 71,5% de las mujeres atribuyen efectos positivos asociados con la finalización de las tomas: el aumento del libido (70,8%), la sensación de reconexión con el cuerpo propio (59,2%) y la dis minución de los cambios de humor (34,8%), entre otros.

Figura 50. Anuncio de un centro de fertilidad. Fuente: HM Hospitales.

Por ello, el estudio científico publicado en la revista “Human Reproductive Update207” recomienda la sustitución de la fórmula genérica de la píldora por un compuesto hormonal personalizado, en función de la edad, la estatura, la masa cor poral y la genética. La pastilla anticonceptiva interrumpe el ciclo menstrual, simulando un primer trimestre del embarazo continuo. Al sustituir las hormonas naturales por sintéticas, se produce una carencia crónica de vitaminas y de minerales, derivando en depresión y falta de deseo sexual208

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Sabrina Debusquat209 y el doctor Marc Girard210 comparan la castración química con los efectos en el libido de la píldora. La estigmatización biológica del sexo deriva en un modelo de comportamiento del sujeto femenino, por el que la mujer, liberada de su rol reproductivo, se asocia con comportamientos neuróticos y depresivos. No obstante, su estado mental es consecuencia de la escasa investigación en anticonceptivos asequibles, adaptados y seguros.

203_Celeste Murillo, "La píldora y la ilusión del cuerpo propio", Ideas de izquierda, 26 de agosto de 2018, https://bit.ly/2Im9jat.

204_Instituto Bernabéu, "Conge lación de óvulos: retrasar la ma ternidad", Instituto Bernabéu. Medi cina reproductiva, 2019, https://bit. ly/2Lz45am.

205_Sabrina Debusquat, "Les fe mmes et la pilule: effets secon daires, arrêt et sevrage", Encuesta para J’arrête la pilule, abril de 2017, https://bit.ly/2M85ery.

206_La píldora estroprogestati va contiene dosis reducidas de progestina (hormona sintética de la progesterona) y estrógeno, mientras que la píldora combi nada equilibra ambas hormonas. American Academy of Family Phy sicians, "Píldoras anticonceptivas de progestina solamente", family doctor.org: Asesoramiento médico de confianza de la Academia Americana de Médicos de Familia, 2019, https:// bit.ly/2GrxJ2Z.

207_V. De Leo et al., "Hormonal contraceptives: pharmacology tai lored to women’s health", Human Reproductive Update 22, n.o 5 (sep tiembre de 2016), 634-646.

208_Cristina Pop, "La píldora an ticonceptiva, ese botón que apaga tu ovulación y enciende los efec tos secundarios", Código Nuevo, 2 de febrero de 2018, https://bit. ly/357My3N.

209_Sabrina Debusquat, J’arrête la pilule (París: Les Liens Qui Li bèrent, 2017).

210_Marc Girard, "Médicalisation et guerre des sexes" (Femmes, Mé decine et Economies, París: Le Café des Antigones, 2015).

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211_Luis Lisbona, "Espacio e iden tidad. Identidad en relación a la cultura de redes", II Congreso Inter nacional de Investigación en Artes Vi suales ANIAV 2015, junio de 2015.

212_Juan Carlos Pose, reseña de La Galaxia Internet, por Manuel Cas tells, Biblio 3W, Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales 7, n.o 374 (15 de mayo de 2002).

213_Un ‘metaverso’ es un entorno colectivo y virtual donde los hu manos actúan como iconos, seme jante al mundo real, pero sin sus limitaciones económicas o cultu rales. Neal Stephenson, Snow crash (Barcelona: Gigamesh, 2008).

214_Luis Lisbona, "Espacio e iden tidad. Identidad en relación a la cultura de redes", II Congreso Inter nacional de Investigación en Artes Vi suales ANIAV 2015, junio de 2015.

215_Marc Augé, Los ‘no lugares’: es pacios del anonimato. Una antropolo gía de la sobremodernidad (Barcelo na: Gedisa, 2001).

216_La sobremodernidad se re fiere a la aparición de una nueva individualidad, fruto de los nuevos modos de relacionarse con el es pacio público y con los medios de comunicación. Ídem.

217_Organización Europea para la Investigación Nuclear (Conseil Européen pour la Recherche Nu cléaire).

218_Según Guy Debord, la socie dad de los países occidentales se caracteriza por el consumo de la mercancía como espectáculo y como sistema de relaciones en tre sus individuos. Guy Debord, La sociedad del espectáculo (Valencia: Pre-Textos, 2012), 36-44.

219_El concepto de rizoma fue de sarrollado por Deleuze y Guattari en "Capitalismo y esquizofrenia". Es un modelo epistemológico don de los elementos no siguen un or den jerárquico, sino que cualquier elemento puede conectarse con otro, dando lugar a nuevas inter conexiones y multiplicidades. Gi lles Deleuze y Félix Guattari, El an ti-edipo: capitalismo y esquizofrenia (Barcelona: Paidós, 2017), 13.

220_Luis Lisbona, "Espacio e identidad. Identidad en relación a la cultura de redes", II Congreso In ternacional de Investigación en Artes Visuales ANIAV 2015, junio de 2015, 3.

5. SIGLO XXI: LA MUJER YA NO TIENE CASA

El siglo XX finaliza con la consolidación de internet como medio de comunicación global y espacio virtual, paralelo a la realidad física. Las redes cibernéticas también modificarán la identidad decimonónica y moderna del sujeto femenino, especialmente en su relación con el espacio público (ciudad) y el privado (vivienda)211. Los dispositivos de control de las mujeres —anteriormente artesanos e industriales—, se converti rán en dispositivos digitales, conectados al medio cibernético. Internet, nacido en los años 70 como un proyecto universita rio y público de investigación tecnológica, es una estructura descentralizada de redes de comunicación, interconectadas mediante protocolos TCP/IP, que permiten transformar las redes físicas heterogéneas en una red única, lógica y global212 . El espacio cibernético original se fundó como un ‘metaverso’213 de accesibilidad universal, opuesto a la jerarquía, la propiedad privada y la especulación económica214. Para Marc Augé215 , internet representaba un nuevo paradigma del ‘no-lugar’: era una producción transitoria de la sobremodernidad216, pero carecía de la variable mercantilista de los ‘no-lugares’.

En los años 90, un equipo del CERN217 de Ginebra creó el lenguaje HTML, el primer cliente web (World Wide Web) y el primer servidor web (fig. 51). Su integración en internet como dominio público permitió el crecimiento masivo de los usuarios y su democratización. La individualidad dual e ina lienable que perpetúa la sociedad del espectáculo218 del espacio físico, se entremezcla con las subjetividades múltiples, derivadas de las infinitas conexiones de las redes rizomáticas cibernéticas219 .

Sin embargo, el internet actual poco tiene que ver con sus valores fundacionales. El modelo web 2.0. del siglo XXI cons tituye la adaptación del sistema capitalista y de los mitos de la feminidad al espacio físico-virtual. Para Luis Lisbona, «la web ha dejado de plantear la multiplicidad y el anonimato como características principales para dar paso a un yo que quiere hablar de sí mismo y hacerse a sí mismo220». La identidad digital se convierte en un objeto de consumo, una ima gen especular221 de la que tomamos consciencia como entes autónomos cibernéticos, reconociéndonos frente al resto de individuos interconectados. El ‘yo’ online es una marca perso nal a promocionar en la realidad virtual para tener éxito en la sociedad de la realidad física222

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Los objetos artesanales respondían a valores judeocristianos, mientras que los productos industriales canalizaban el canon de belleza femenino en la mercancía; los dispositivos digitales construyen modelos de comportamiento ajustados a la diver sidad de identidades. Aunque el usuario decide a las personas que sigue, las apps que se descarga o los contenidos que consume, su identidad digital está siendo moldeada constantemen te, cada vez que desbloquea el smartphone (fig. 52) y le da a ‘me gusta’ en una red social. Los algoritmos y las cookies223 detec tan las necesidades y deseos de los individuos para construir un relato que influya en sus decisiones de consumo online, mediante mecanismos como los pop-ups, la publicidad encubierta de influencers y las fake news224

221_Jacques Lacan, "El estadio del espejo como formador de la fun ción del yo [je] tal como se nos re vela en la experiencia de la función psicoanalítica", en Escritos (Méxi co: Siglo XXI, 2009), 99-105.

222_Luis Lisbona, "Espacio e identidad. Identidad en relación a la cultura de redes", II Congreso In ternacional de Investigación en Artes Visuales ANIAV 2015, junio de 2015, 3. 223_Las cookies son unos archi vos informáticos que obtienen datos del usuario de forma auto mática para crear publicidad per sonalizada. David López Jiménez, "Las cookies como instrumento para la monitorización del usuario en la Red: la publicidad personali zada", Ciencias económicas 29, n.o 2 (1 de enero de 2011).

5.1. EL SUJETO CIBERFEMENINO: LA MUJER NÓMADA CONECTADA

224_Para más información sobre los efectos psicosociales de las fake news: Soroush Vosoughi, Deb Roy, y Sinan Aral, "The spread of true and false news online", Scien ce 35, n.o 6380, 3 de septiembre de 2018, 1146-51.

El sujeto femenino del siglo XXI se desdobla en dos espectros metafísicos: el sujeto construido por las identidades tradicio nales de mujer, asociadas al espacio físico y los mitos de la feminidad; y el sujeto ciberfemenino, cuyas identidades han sido elaboradas —o simuladas— por el propio sujeto y se manifiestan en el espacio virtual (redes sociales, foros y páginas web). El sujeto posmoderno está a caballo entre dos realida des paralelas. En el espacio físico, ya sea doméstico o público, las mujeres siguen ancladas a un modelo de feminidad basado en los mitos, que en este siglo evolucionan conforme al desarrollo de internet y los dispositivos digitales. No obstante, los avances en igualdad de género en materia legislativa y social son indiscutibles en este siglo.

En 2017, España ocupó la novena posición (70,1%) entre los estados miembros de la UE-28 en el Índice Europeo de Igualdad de Género225. En el plano legislativo, sobresalen medidas como la ampliación del permiso de paternidad a 8 semanas en abril de 2019 (2 de ellas obligatorias), que se igualará al per miso de maternidad en 2021: 16 semanas y 6 obligatorias226

En el ámbito social, el éxito del movimiento estadounidense ‘#MeToo’227 se ha exportado a España como ‘#NiUnaMenos’, a raíz de la mediatización de los asesinatos de Diana Quer y Laura Luelmo y el caso de ‘La Manada’.

225_European Institute for Gen der Equality (EIGE), Gender Equa lity Index 2019: Spain (Vilna: Euro pean Institute for Gender Equality (EIGE), 2019).

226_Agencias, "Los permisos de paternidad son desde hoy de ocho semanas", El País, 1 de abril de 2019, https://bit.ly/2uAFk7v.

227_El movimiento #MeToo sur ge en 2017 con el caso de Harvey Weinstein. El impacto de la publi cación en "The New York Times" llevó a miles de mujeres, anóni mas y víctimas, a denunciar sus experiencias en las redes sociales.

Jodi Kantor y Megan Twohey, "Har vey Weinstein Paid Off Sexual Ha rassment Accusers for Decades", The New York Times, 5 de octubre de 2017, https://nyti.ms/2z1x4OR.

Figura 51. Imagen editada del ori ginal. Recreación de la primera web. Fuente: CERN.

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS
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228_Manuel V. Gómez y J. A. Unión, "Una movilización masiva exhibe en las calles la fuerza del femi nismo", El País, 3 de septiembre de 2019, https://bit.ly/2EWZdur.

229_Aunque la frase ya se utilizó como lema en los movimientos feministas de los 60 y 70, su sig nificado ha trascendido al ciber feminismo. Carol Hanisch, "The Personal Is Political", Notes from the Second Year: Women’s Liberation, 1970.

230_Instituto Nacional de Esta dística, "Mujeres y hombres en Es paña", Estadísticas con perspectiva de género (Madrid: Instituto Nacio nal de Estadística, 2019).

231_Sociedad Española de Geria tría y Gerontología, "El 89% de los cuidadores en España son mu jeres y en el 47% de los casos, el cuidador principal es un familiar", Sociedad Española de Geriatría y Ge rontología, 11 de marzo de 2016, ht tps://bit.ly/2J8xkCs.

232_Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades, "Muje res en Cifras - Violencia - Víctimas Mortales por Violencia de Género", Estadística (Madrid: Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad, 2019).

233_Este dato solo engloba a las mujeres asesinadas por sus pa reja. Agencias RTVE.es, "De Diana Quer a Laura Luelmo: las víctimas que no se cuentan entre las 47 asesinadas en 2018", RTVE.es, 31 de diciembre de 2018, https://bit. ly/2CJZiBH.

Los casos de violencia sexual demuestran la existencia de una desigualdad de género cultural, que ha llevado a las manifes taciones del 8 de marzo (Día de la Mujer)228 y ha dado lugar a la fundación de la Cuarta Ola del Feminismo (fig. 53). Fren te a las anteriores ‘Olas Feministas’, que reclamaban la igualdad de derechos civiles a través de la lucha sindical, la Cuarta Ola es un activismo fundamentalmente online, crítico con los comportamientos cotidianos machistas que construyen la po sición de la mujer: «lo personal es político229». Propone la superación de los roles de género y el rechazo a la violencia contra las mujeres, que también se manifiestan en el espacio virtual.

Según la publicación “Mujeres y hombres en España” del INE230, la brecha de género en 2018 fue de un 12,1%. Si se ana liza la desigualdad salarial por tipo de trabajo, en 2017 el trabajo a tiempo completo fue de un 10%, mientras que a tiempo parcial llegaba al 15%. En cuanto a la conciliación familiar, a mayor número de hijos menores de 12 años, más disminuye la tasa de empleo de las mujeres: en 2018 trabajaban el 74,3% de las mujeres sin hijos menores de 12 años, el 69,9% con un hijo, el 68,4% con dos hijos y el 47,7% con tres hijos o más de menos de 12 años. En el caso de los hombres, la tasa de empleo aumenta con el número de hijos menores de 12 años.

La desigualdad en la esfera reproductiva se recoge en la Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo de 2015. Las mu jeres dedican 33,9 horas al trabajo remunerado y 26,5 horas al trabajo no remunerado, frente a las 39,7 horas remuneradas y las 14 horas no remuneradas de los hombres. De esta ocu pación no remunerada, las mujeres dedican 4 horas diarias al cuidado de los hijos y 2 horas a la realización de tareas domés ticas. En cambio, los hombres españoles invierten 2 horas en cuidados y 1 hora en tareas domésticas. Por otro lado, según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)231, el 89% de los cuidadores de personas dependientes son mujeres (fig. 54)

Respecto a la violencia de género232, desde 2003 se han regis trado 1.022 mujeres víctimas mortales233, 30 menores víctimas mortales y 265 húerfanos desde 2013, y 1.697.803 denuncias recibidas desde 2007.

Figura 52. Imagen editada del ori ginal. Interfaz del sistema operati vo iOS 13 para smartphones. Fuente: La Manzana Mordida.

En cuanto a la influencia de las mujeres en la toma de decisio nes, en 2018 un 30% ocupaban puestos directivos en el sector privado y público. En la Administración General del Estado sobresale la presencia de un 61,1% de mujeres en Presidencia

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de Gobierno, Vicepresidencia/s y Ministerios, frente al 43,5% en Secretarías de Estado, 39,7% en Subsecretarías y Secretarías Generales y 39% en Direcciones Generales y Secretarías Ge nerales Técnicas. En cambio, en las empresas del IBEX 35 no existen mujeres con puesto de representante (0%), mientras que en presidencia y consejería su presencia se limita a un 8,8% y 23,2%, respectivamente234

En el espacio virtual, la mujer ciberfemenina responde a la definición de sujeto nómada de Rosi Braidotti235; es un su jeto múltiple, capaz de trascender su rol tradicional para producir nuevas experiencias positivas, relacionadas con ser mujer. La conectividad de internet permite el devenir del su jeto nómada, flexibilizar su posición política y cultural236. No existe un cuerpo que identifique a un usuario como mujer en la red, sino que es el conjunto de comportamientos, posicio namientos y comentarios online lo que determina su identi dad virtual.

Remedios Zafra237 define la habitación propia conectada como un espacio de subversión en el que construir la nueva identidad del sujeto ciberfemenino. El cuarto propio de Woolf era un espacio autónomo, en el que la mujer podía desarrollar su subjetividad mediante la práctica creativa e intelectual. Sin embargo, esta autoconsciencia debía quedar recluida al ámbito doméstico. Las mujeres no podían reivindicar su identidad en la esfera pública238. El acceso a internet revierte el aislacio nismo de la domesticidad decimonónica: la habitación propia de Zafra, conectada mediante un ordenador y una red wifi, funciona como un espacio híbrido, que puede ser íntimo y liberador, pero también un espacio político —un ágora donde debatir con otras identidades virtuales y aprehender nuevas subjetividades ciberfemeninas— y un espacio de trabajo — una oficina virtual donde redefinir nuevas esferas productivas y de valor, que permitan superar la remuneración económica de la producción fuera del hogar y el «pago con ‘amor’239» del trabajo doméstico—.

Siguiendo la teoría del “A Cyborg Manifesto” de Donna Ha raway240, la habitación propia conectada es el paradigma de la mujer cyborg (fig. 55): es una extensión del propio cuerpo que resignifica la realidad social y corporal del sujeto ciberfe menino. Es una identidad política que desafía el binomio de género, un yo fragmentado y múltiple que rompe con las na rrativas de los dualismos: «yo-otro, mente-cuerpo, cultura-naturaleza, hombre-mujer, civilizado-primitivo, realidad-apariencia, privado-público, todo-arte, Dios-hombre241»

234_Instituto Nacional de Esta dística, "Mujeres y hombres en Es paña", Estadísticas con perspectiva de género (Madrid: Instituto Nacio nal de Estadística, 2019).

235_Rosi Braidotti, Sujetos nóma des: corporización y diferencia sexual en la teoría feminista contemporánea (México: Paidós, 2000).

236_Aura Meliss Hernández Pin zón, "Configuración de la subjetivi dad nómade" (Trabajo Fin de Grado, Universidad del Rosario, 2017).

237_Remedios Zafra, Un cuarto propio conectado: (Ciber)espacio y (auto)gestión del yo, Edición Kindle (España: Fórcola Ediciones, 2011).

238_Ibídem, "Capítulo habitación propia feminizada".

239_Ibídem, "Capítulo office-room: teletrabajo, valor y visibilidad".

240_Donna Haraway, A Cyborg Ma nifesto (Londres: Socialist Review, 1985).

241_Carmen R. Bachiller, Rubén Blanco, y V.A.L.I.S. (Vaste Active Li ving Intelligent System), "Donna Haraway y el Cyborg", ((Re)pensando la figura del ciborg, Medialab-Prado (Madrid): Devenidos contra-estra tegia, 2011), https://bit.ly/2oN1NyS.

Figura 53. Imagen editada del ori ginal. Manifestación del 8 de mar zo de 2019 en Madrid. Fuente: Mar cos del Mazo (Getty Images).

Figura 54. Imagen editada del ori ginal. El 89% de los cuidadores de dependientes son mujeres. Fuen te: EFE (Público).

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SIGLO XXI

242_A pesar de que Turkle escri bió el libro en los 90, los principios teóricos siguen estando vigentes y son extrapolables a las redes so ciales. Sherry Turkle, La vida en la pantalla: la construcción de la identi dad en la era de Internet (Barcelona: Paidós, 1997).

243_Lina Marcela Lasso et al., "La vida en la pantalla: la construc ción de la identidad en la era de Internet" (Protocolo n.o 7 del Capítulo VII: Aspectos del yo, Cali: Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, De partamento de Estudios Políticos, Universidad ICESI, 2010).

244_Francesc Núñez, Elisenda Ardèvol, y Agnès Vayreda, "La ac tuación de la identidad online: estrategias de representación y simulación en el espacio", Gircom, 2004, https://bit.ly/2BVSZcY. 245_Ídem. 246_Eurostat, "Estadísticas sobre sociedad y economía digital - Ho gares y particulares", Estadística explicada (Unión Europea-28: Eu rostat, marzo de 2018).

247_El éxito de Forocoches, Red dit, 4chan o Discord, se fundamen ta en el ‘síndrome de Dunning-Kru ger’ y el ‘efecto de desinhibición online’. John Suler, "The Online Dis inhibition Effect", CyberPsychology & Behavior 7, n.o 4 (2004), 321-325.

El sujeto ciberfemenino fabrica su identidad de acuerdo con sus aspiraciones íntimas, pero en su construcción también in fluye la cultura, la economía y la política externa (fig. 56). Si guiendo la teoría de Sherry Turkle242, el sujeto online es un yo fragmentado, flexible y múltiple, inserto en una cultura en la que se simulan las interacciones sociales de la realidad física. El espacio virtual se compone de infinitas interfaces de venta na que Turkle denomina MUD (Multi-user Dungeons). En cada uno de estos entornos cibernéticos el individuo construye su identidad: «los MUD proporcionan los escenarios propicios para la gestación de nuevas formas de interacción social y el desarrollo de una democracia intelectual: se abre la posibili dad de que las personas asuman identidades diversas que les permiten diversificar sus concepciones mundanas y persona les, al tiempo que ocurre un aprendizaje de sí mismos a partir de los personajes creados243»

La arquitectura de internet y su diseño gráfico, tecnológico y textual determina la construcción de la identidad digital. La programación del código fuente y de la interfaz gráfica canaliza las acciones y relaciones que el usuario puede esta blecer. La identificación en el espacio online se define por pa rámetros virtuales únicos (nick, avatar, contraseña y correo electrónico), pero también por variables sociodemográficas que remiten al espacio físico (edad, género, nombre, teléfono, dirección, etc.)244 .

La veracidad o subversión de estos datos virtuales es la princi pal causa de la multiplicidad de identidades (fig. 57): el sujeto online puede seguir una estrategia representacional, que hace referencia a un sujeto femenino o masculino offline (como en las redes sociales o en las apps para buscar pareja); o una estra tegia de simulación, en la que el sujeto se desprende del sis tema dialéctico de género (lo masculino contra lo femenino) para desarrollar una identidad anónima o ficticia245

Figura 55. Imagen editada del ori ginal. Fotograma del anime "Ghost in the Shell" (Mamoru Oshii, 1995), que plantea dilemas como la ética de las inteligencias artificiales o la separación del cuerpo y el alma. Fuente: Vice.

La democratización de internet ha trasladado al espacio vir tual los problemas derivados de la desigualdad de género. El anonimato virtual puede ser una herramienta para repensar los estereotipos, pero también es un espacio que ampara los mensajes de odio. La proliferación del acoso a través de in ternet (ciberbullying) ha desarrollado una nueva terminología para cada tipo de delito (fig. 58). Los colectivos sociales más vulnerables en la sociedad física lo siguen siendo en el espacio virtual.

Para poner en contexto el uso del espacio virtual, el 83% de los hogares españoles tienen acceso a internet según la estadística

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS NEGADOS 68 .05 SIGLO XXI

de Eurostat246 de 2017. De los usuarios, el 70% accede a la red diariamente: el 76% utiliza internet desde el móvil y el 55% tiene redes sociales. En cuanto a la privacidad, más del 70% de los usuarios facilitaron algún dato personal online, pero el 46% se negó a permitir el uso de datos personales con fines publicitarios. El 40 % limitó el acceso a su perfil en las redes sociales y el 31 % restringió el acceso a su localización geográfica.

En España, Forocoches representa el paradigma de la impuni dad en redes247. En un espacio online con 750.000 usuarios, de los que el 95% son hombres, el 87,5% españoles y el 77% tiene menos de 35 años248, la misoginia se destila de unas publicaciones escudadas en el anonimato cibernético y el humor negro. Frases como «a fregar», «todas putas249» o la difusión de datos de la víctima de ‘La Manada250’, son ejemplos del uso de la libertad y la clandestinidad en redes como una opor tunidad para expresar opiniones éticamente cuestionables en un contexto público, fuera de internet.

En Estados Unidos y Canadá, la preocupación por el fenó meno de los incels se inicia a raíz del atentado terrorista de Toronto del 23 de abril de 2018. Como justificación a su acto, el terrorista escribió en Facebook: «¡La rebelión incel ya ha comenzado!¡Derrocaremos a todos los chads y stacys!¡Alaben al Caballero Supremo Elliot Rogers!251». En su mensaje, Mi nassian hacía referencia a la terminología de la subcultura in cel, que ya había sido protagonista en el atentado en 2014 de Rogers y en el asesinato retransmitido en 4chan de Bianca Devins252

Los incels, acrónimo de ‘involuntariamente célibes’, son ge neralmente jóvenes blancos y heterosexuales de menos de 30 años, usuarios de Reddit, Discord y 4chan, que culpan a las mujeres de su fracaso en las relaciones sociales y sexuales. Consideran que todas las mujeres son promiscuas y manipuladoras —especialmente las atractivas (stacys)—, y su fin es encontrar a un hombre guapo y exitoso (chad). Es un discurso profundamente misógino, alimentado por el resentimiento y la inseguridad253 .

Por otro lado, la victoria de Trump en Estados Unidos en 2016, de Bolsonaro en Brasil en 2018 o la entrada de Vox en el Congreso de los Diputados, pone de manifiesto un nuevo fenómeno social y político: el ‘populismo político-cibernéti co254’ . La desinhibición online y las estrategias de viralidad del contenido, se han trasladado al contexto político. El ‘po pulismo político-cibernético’ sigue una estrategia basada en la dispersión de fake news255, en la propagación de posverdades

248_Para más datos estadísticos sobre Forocoches, consultar: Jordi Pérez Colomé, "Forocoches, el bar de internet", El País, 11 de enero de 2016, https://bit.ly/2JP1gny.

249_Alejandro Marín, "El funda dor de ForoCoches: «El ‘a fregar’ y ‘todas putas’ se saca de contexto, es un humor difícil de entender»", entrevistado por José Antonio Luna, eldiario.es, 4 de septiembre de 2018, https://bit.ly/2qnxZcz.

250_Pepo Jiménez, "Forocoches y Burbuja.info publican datos per sonales de la víctima de La Mana da", Vozpópuli, 5 de marzo de 2018, https://bit.ly/33jBqQc.

251_Por respeto a las víctimas del atentado, se cita el mensaje desde una fuente secundaria: Jonathan Griffin, "Incels: dentro del mundo oscuro y hostil de ‘célibes invo luntarios’ como el atacante de To ronto", BBC Trending, 15 de mayo de 2018, https://bbc.in/32g8DuA.

252_Andrew Clark asesinó a Bian ca Devins en 2019 y publicó imáge nes y vídeos en chats de Discord. Kelly-Leigh Cooper, "Bianca Devins: cómo el asesinato de una adoles cente fue utilizado para ganar clics y seguidores en redes socia les", BBC News, 22 de julio de 2019, https://bbc.in/2JTcaIH.

253_Jonathan Griffin, "Incels: dentro del mundo oscuro y hostil de ‘célibes involuntarios’ como el atacante de Toronto", BBC Trending, 15 de mayo de 2018, https://bbc. in/32g8DuA.

254_Jan-Werner Müller, "El auge ¿imparable? del populismo", La era de la perplejidad. Repensar el mun do que conocíamos BBVA OpenMind (2017), https://bit.ly/2PPbxnn.

255_Soroush Vosoughi, Deb Roy, y Sinan Aral, "The spread of true and false news online", Science 35, n.o 6380 (3 de septiembre de 2018), 1146-1151.

«[...] El cyborg es una suerte de identi dad personal, posmoderna y colectiva que se ensambla y desensambla. Ésta es la identidad que las feministas de ben descodificar.

[...] Preferiría ser un cyborg antes que una diosa».

Figura 56. Cita de Donna Haraway, A Cyborg Manifesto (Londres: Socia list Review, 1985).

ESPACIOS NEGADOS 69 05. SIGLO XXI

256_«Sin relación no hay espa cio, pues el espacio no existe sino abierto, suscitado, ritmado, am pliado por una correlación de los objetos y un rebasamiento de su función en esta nueva estructura.

El espacio es, de alguna manera, la libertad real del objeto. Hoy en día los objetos no se responden, comunican [...] Conforme a una combinatoria ilimitada, el hombre establece con ello su discurso es tructural». Jean Baudrillard, El sis tema de los objetos (Madrid: Siglo XXI, 1969), 17.

257_Beatriz Colomina, "Reflexio nes sobre la casa Eames", Ra. Revis ta de arquitectura, n.o 9 (2007), 3-16. 258_Charles Willard Moore, Ge rald Allen, y Donlyn Lyndon, La casa: forma y diseño (Barcelona: Gustavo Gili, 2002).

Identidad

Tipos de identidades

Tipo de

Identidad

Identidad legal

Identidad virtual o digital

Identidad real

Nick y avatar

Publicaciones

Registro en redes sociales

Respuestas y comentarios

Enlaces

Contactos

Uso relacional

Uso laboral

Uso creativo

Uso activo

Figura 57. Tipos de identidades on line. Elaboración propia.

a través de redes sociales y medios no verificados. El objeti vo es reducir la credibilidad de los medios de comunicación profesionales y manipular las decisiones de la población para obtener beneficios políticos y económicos.

En resumen, el acceso a internet y la conectividad del espacio virtual del siglo XXI ha permitido la construcción de nuevas identidades ciberfemeninas, múltiples, intercambiables y fragmentadas. Los dispositivos digitales, combinados con la habitación propia ‘woolfiana’, pueden resignificar y revalori zar los modelos de género, productividad y domesticidad. Sin embargo, la desinformación, la posverdad y los mensajes de odio anónimos también pueden convertir a estos dispositivos digitales en mecanismos de control del sujeto ciberfemenino.

5.2. LA VIVIENDA LÍQUIDA: LA CASA COMO GUARIDA FÍSICA Y VIRTUAL

Frente a la vivienda segregada y alcobada del siglo XIX —estancias del ámbito masculino, femenino, de servicio, familiar y público—, y los espacios funcionales de la casa del siglo XX —cocina, dormitorio, sala de estar y baño—, la domesticidad del siglo XXI se estructura en torno al sistema de objetos per sonales de cada usuario256

Sexting

Difusión de material fotográfico o audiovisual de contenido erótico o sexual sin el consentimiento de la persona implicada

Tipologías de cyberbulling Cuando un adulto trata de coartar e intimidar a un menor a través de las redes sociales con el objetivo de es tablecer contactos sexuales virtuales y/o físicos Grooming

Rumores que se difunden por las redes sociales y que acaban ‘macha cando’ la imagen de esa persona sea o no cierto lo que se dice

Figura 58. Tipos de cyberbulling.

Elaboración propia. Fuente: Rosa rio del Rey Alamillo, "Bullying, cyber bullying, sexting, grooming, gossip...", Culturamas. La revista de información cultural en el internet, 9 de agosto de 2013, https://bit.ly/2WRka2o.

Para Beatriz Colomina, el proceso de transición entre el ac tual modo de habitar posmoderno y el modelo del American Way of Life, cuyo máximo exponente es la vivienda unifami liar en los suburbios, se inicia con la casa de Charles y Ray Ea mes (fig. 59) en California (1949), dentro del programa de las Case Study Houses257. Empleando tecnología y materiales in dustriales, se proyecta un contenedor diáfano, caracterizado mediante el mobiliario y los objetos personales de los Eames. Siguiendo la idea del espacio abierto, en 1974 Charles Moore, Gerald Allen y Donlyn Lyndon editaron el libro “La casa: for ma y diseño258”, en el que proponen la planta abierta (open concept) como el mejor sistema para adecuar el mobiliario y los equipamientos, además de fomentar las relaciones subjetivas entre el usuario y sus objetos. Para Norberg-Schulz259 , la casa constituye el escenario en el que poder establecer los nuevos modos de habitar.

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS NEGADOS 70 .05 SIGLO XXI
Gossip
en internet
ficticia
Elementos de identifi cación
uso

A partir de los años 60 aparecerían las primeras teorías sobre vivienda líquida y domesticidad difusa. Bajo el lema «a home is not a house» (‘un hogar no es una casa’), Reyner Banham plantea la disolución de la tipología residencial mediante la inclusión de avances tecnológicos con un fin social. Tanto la Un-home de Banham de 1965 como el Suitaloon de Archigram en 1966, recurren al artefacto tecnológico, equipado y adaptado a las necesidades de un usuario nómada260 en la ciudad. La casa se abstrae para visibilizar la interacción de los habitantes con los objetos personales y su entorno urbano261

A finales del siglo XX, la tecnología se convierte en una forma de ocio. La Crate House de Allan Wexler (1990) o el Pao de la muchacha nómada (1985-1989) de Toyo Ito (fig. 60) definen las nuevas prácticas de consumo y conducta. Toyo Ito selec ciona a una mujer joven japonesa —sola y consciente de su feminidad— como usuaria de sus prototipos, símbolo de la ruptura con el estricto código moral del Japón tradicional. «El concepto de casa para ella está desperdigado por toda la ciudad y su vida pasa mientras utiliza los fragmentos de es pacio urbano en forma de collage. […] La muchacha nómada deambula por estos espacios muy de moda y pasa la vida coti diana como un ensueño262». Los efectos personales del sujeto femenino definen la fenomenología de su espacio doméstico, transportable y suspendido sobre las plazas y parques de To kio. El Pao consiste en una estructura ligera (tienda-cabaña) en la que se coloca la cama y tres dispositivos: el mueble in teligente, el mueble para el coqueteo —en el que maquillarse para acceder al escenario-ciudad— y el mueble para la comida ligera263

Tras la democratización de internet y el inicio del siglo XXI, los objetos contemporáneos son cada vez más livianos y ma nejables; son mutables, personalizables y construyen la at mósfera de sus usuarios264. Los proyectos de los arquitectos japoneses —la mediateca de Sendai de Toyo Ito (2001), el Rolex Learning Center (2010) (fig. 61) y la casa Moriyama de Sanaa (2005)— emplean la planta abierta como potenciador fenomenológico de los dispositivos y programas. En España sobresalen las performances y proyectos de Office of Political Innovation de Andrés Jaque (Techno-Geisha en 2003, Fray Foam Home en 2010 y Sweet Parliament Home en 2011 (fig. 62) y las viviendas con tabiques equipados móviles de PKMN Architectures.

Lo que anteriormente se definía como una casa, el espacio arquitectónico íntimo en el que el sujeto habitaba cotidiana

259_Christian Norberg-Schulz, Los principios de la arquitectura mo derna: sobre la nueva tradición del siglo XX (Barcelona: Reverté, 2005).

260_El sujeto nómada surge de la contracultura de los 60, inspirado en el movimiento hippie.

261_Manuel Carmona García, "El objeto en el marco de la vida: de la Un-home a la muchacha nómada de Tokio" (Tesis Doctoral, E.T.S. Ar quitectura (UPM), 2017), 15-20.

262_Toyo Itō, Escritos (Murcia: Co legio Oficial de Aparejadores y Ar quitectos Técnicos de la Región de Murcia, 2007), 62. 263_Ibídem, 61-65.

264_Juan Herreros, "Espacio do méstico y sistema de objetos", en Otra mirada: posiciones contra cró nicas: la acción crítica como reactivo en la arquitectura española reciente, ed. Manuel Gausa y Ricardo Deve sa (Barcelona: Gustavo Gili, 2010), 153-163.

Figura 59. Charles y Ray Eames en su casa. Fuente: Julius Shulman (Getty Research Institute).

Figura 60. Imagen editada del ori ginal. Pao de la muchacha nómada de Tokio de Toyo Ito. Fuente: Jaume Prat (blog).

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265_Manuel Carmona García, "El objeto en el marco de la vida: de la Un-home a la muchacha nómada de Tokio" (Tesis Doctoral, E.T.S. Ar quitectura (UPM), 2017), 26.

266_Pere Fuertes y Xavier Mon teys, Casa collage: un ensayo sobre la arquitectura de la casa (Barcelona: G. Gili, 2014), 64.

267_Manuel Carmona García, "El objeto en el marco de la vida: de la Un-home a la muchacha nómada de Tokio" (Tesis Doctoral, E.T.S. Ar quitectura (UPM), 2017), 23.

268_Atxu Amann, El espacio do méstico: la mujer y la casa (Buenos Aires: Nobuko, 2011), 127.

269_Instituto Nacional de Esta dística, "Censos de Población y Vi viendas", Censo (Madrid: Instituto Nacional de Estadística, 2011).

270_Observatorio de Vivienda y Suelo, "Boletín especial: Alquiler residencial 2019" (Dirección Ge neral de Arquitectura, Vivienda y Suelo (Ministerio de Fomento), 2019).

271_La cuenta de Twitter @elzulis ta denuncia las ofertas abusivas publicadas en portales inmobilia rias que, en muchas ocasiones, no cumplen con las mínimas condi ciones de habitabilidad.

272_Le Corbusier propuso la orga nización funcional de la ciudad y la estandarización de la vivienda mediante el Existenzminimun, uni dad mínima de vivienda asequible que garantiza las condiciones bá sicas de habitabilidad y salubri dad. José Antonio Blasco, "El sueño de Le Corbusier que se convirtió en pesadilla: de la Unité d’ Habitation a los Grands Ensembles", Urban Networks, 8 de octubre de 2013, ht tps://bit.ly/2JXv2ch.

mente, se diluye y configura de acuerdo con las necesidades de los dispositivos domésticos. La usabilidad de cada objeto determina los requerimientos de espacio, luminosidad y co nectividad.

Para Manuel Carmona, «los objetos al igual que comunican, también evocan y actúan como nexo, como unión emocional entre el sujeto y el espacio que habita. Son como su propio es pejo, ya que es el usuario quien los controla. Pero también son reflejo de la sociedad y marcan el estatus. Incluso delimitan su propio territorio en torno a ellos y establecen jerarquías en el espacio. En muchas ocasiones, todo gira en torno a sus relaciones topológicas, a la interacción con los habitantes, a las tensiones provocadas por su disposición que, en muchos casos no está falta de una gran intencionalidad. Distribuyen y organizan, cualifican el lugar, lo transforman. Inducen al movimiento a través de recorridos, generan rituales265».

Los muros y tabiques se sustituyen por muebles y objetos que ordenan la planta de la vivienda, capaces de generar una es tructura de relaciones, adaptada al programa y a los dispositivos acumulados. Para Xavier Monteys y Pere Fuertes en “Casa collage”, «la casa se coloniza—más que se ocupa en un sentido tradicional— a través, no de particiones que delimitan un es pacio, sino de unidades técnicas nómadas que permiten di versas disposiciones y concentran una determinada actividad a su alrededor266». En este sentido, la arquitectura doméstica debe ser polivalente para que cada ocupante pueda transfor mar el espacio a través de sus posesiones y organización267

La ‘ciberdomesticidad’ ha eliminado el límite de lo privado y lo público, de la propiedad y la colectividad. Los espacios asociados a la ciudad, como las tiendas y las zonas de ocio, son accesibles desde los dispositivos digitales domésticos. Desde el hogar se puede comprar ropa en la app de Zara, tecnología en Amazon, alimentos en Mercadona y comida a domicilio en Glovo; desde el hogar se puede ver una película en Net flix, jugar a videojuegos en Steam y charlar con los amigos en Whatsapp y Facetime.

Figura 61. Imagen editada del ori ginal. Vacío programático como potenciador fenomenológico en el Rolex Learning Centre de Sanaa. Fuente: Divisare.

La vivienda posmoderna es un generador potencial de ambientes y experiencias domésticas, un acumulador subjetivo de recuerdos pasados, presentes y futuros. El hogar de este si glo no solo contempla el factor tiempo, en cuanto a desarrollo tecnológico se refiere, sino que también garantiza la conecti vidad entre la multiplicidad de identidades del ‘cibersujeto’. La casa se transforma en una vivienda líquida, a caballo entre el espacio físico y el virtual, insertada en una red de cuartos

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS NEGADOS 72 .05 SIGLO XXI

propios conectados que se expande y se contrae según el gra do de intimidad que requieran sus usuarios. «La vivienda ya no es una unidad espacial sino mental268».

A pesar de la revolución sociocultural y tecnológica que se inició con internet, la vivienda sigue anclada a la estructura funcional, estandarizada y estática del siglo XIX y XX. La su perposición de los espacios virtuales, domésticos y públicos no han modificado las relaciones entre la esfera reproductiva y productiva. El mercado de vivienda tampoco ha sido capaz de responder a las necesidades del siglo XXI, dando lugar a una crisis habitacional a escala mundial. En España, el censo de Población y Viviendas de 2011269 recogía el dato de 3.443.655 casas vacías, de las que el 22,3% fueron construidas entre 2002 y 2011, mientras que la burbuja del alquiler sigue aumentan do, con un precio medio de 819 euros al mes en Madrid y 769 euros al mes en Barcelona, lo que supone una subida del 50% en cinco años270. La dificultad para acceder a una vivienda digna promueve la aparición de pisos patera271 y la ejecución de desahucios por impago para convertir la vivienda en un alquiler vacacional de Airbnb.

273_eldiario.es Economía, "UGT denuncia a Amazon Flex ante la Inspección de Trabajo por «frau de» con falsos autónomos", eldia rio.es, 16 de julio de 2019, https:// bit.ly/2PaJSv0.

274_Los micro-hubs logísticos son locales de distribución dentro de las ciudades que permiten el re parto de proximidad a través de medios más sostenibles, como bicicletas o motos eléctricas. Es un distribuidor de gestión externa que daría servicio a fabricantes y operadores. Fernando Peinado, "El efecto Amazon en Madrid: la ciu dad se «colapsará» si no se cam bia el modelo de reparto de pa quetes", El País, 15 de noviembre de 2019, https://bit.ly/2Ya39kw.

5.3. LA CIUDAD HIPERCONECTADA: ARQUITECTURA RIZOMÁTICA Y DIFUSA

Con el desarrollo del ciberespacio, la transformación de la vivienda también afecta a lo urbano. La estructura de la ciudad androcentrista —orientada a las infraestructuras que comuni can los centros de trabajo con las zonas de ocio y residencia les— no es capaz de integrar las conexiones y relaciones pos modernas entre productividad, domesticidad y tiempo libre. La virtualización de los comercios ha ‘hiperdimensionado’ la red de distribución a domicilio, pero la organización de la ciudad ‘lecorbuseriana272’ no está preparada para el flujo constante de vehículos de reparto. Los centros de distribución de las grandes multinacionales, como Amazon o Inditex, se ubican en polígonos fuera de los núcleos urbanos, donde el precio del suelo es más económico (fig. 63). Para realizar el reparto, las furgonetas de los ‘falsos autónomos273’ colap san las vías de comunicación y contaminan las ciudades, ante unas calles sin suficientes plazas de carga y descarga o puntos intermedios de distribución más sostenibles (micro-hubs)274

Figura 62. Maqueta de la propues ta Sweet Parliament Home de Offi ce of Political Innovation. Fuente: Plataforma Arquitectura.

Figura 63. Imagen editada del ori ginal. Amazon Logistics en España. Fuente: Consigmar.

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275_A pesar de que cambia la ti pología de profesiones entre los niños y niñas, sigue existiendo una clara división entre los em pleos etiquetados como mascu linos y femeninos. Europa Press, "‘Youtuber’ o ‘influencer’, entre las cinco profesiones favoritas de los niños de entre 2 y 8 años", Europa Press, 2 de junio de 2019, https:// bit.ly/2P5bTEo.

276_Marc Augé, Los ‘no lugares’: es pacios del anonimato. Una antropolo gía de la sobremodernidad (Barcelo na: Gedisa, 2001).

277_Luis Lisbona, "Espacio e iden tidad. Identidad en relación a la cultura de redes", II Congreso Inter nacional de Investigación en Artes Vi suales ANIAV 2015, junio de 2015.

278_En origen, el flâneur es el su jeto masculino decimonónico que explora las calles de París sin rum bo. Para Fournel, es un observador que con su deambular aprehende el paisaje urbano. En 1960, la Inter nacional Situacionista recupera ría el flâneur para caracterizar las derivas urbanas y la construcción de sus cartografías psicogeográfi cas. Luis Armando Durán Segura, "Miradas urbanas sobre el espacio público: el flâneur, la deriva y la et nografía de lo urbano", Reflexiones 90, n.o 2 (2011), 137-144.

279_Jung In Kim, "Gangnam style again? The origins of South Korean urban modernity", en Beyond Archi tecture: New Intersections & Connec tions. Proceedings of the ARCC/EAAE 2014 International Conference on Ar chitectural Research, ed. David Roc kwood y Marja Sarvimaki (Honolu lu: University of Hawaii at Manoa, 2014), 164-170.

Por otro lado, la monetización de los contenidos online ha transformado internet en un espacio productivo, potencial mente consumible por un público objetivo. Entre las genera ciones nacidas en el siglo XXI, las profesiones de youtuber o gamer (para los niños) y de influencer (para las niñas), se están imponiendo sobre la segregación tradicional de empleo: futbolistas o policías en el caso de los niños, y médicas o can tantes en el caso de las niñas275. La remuneración de los likes en Instagram y las visitas en Youtube no solo mercantiliza el espacio virtual a través de la publicidad encubierta, los popups y los anuncios entre vídeos; cualquier lugar, doméstico o público, es susceptible de convertirse en un espacio de trabajo o doméstico si tiene conexión wifi o 4G rápida y estable.

De la misma forma que la vivienda se ha expandido hacia los espacios públicos de la ciudad, el trabajo forma parte de lo cotidiano. En el transporte público, se actualiza el perfil de LinkedIn para mejorar el posicionamiento online de cara a una oportunidad laboral. De vacaciones con la familia, se siguen recibiendo llamadas y correos electrónicos del trabajo. Los dispositivos digitales construyen burbujas de intimidad, espacios reducidos y efímeros, tanto domésticos como pro ductivos.

La clasificación de un espacio como un no lugar276 se limitaba a los sitios en los que el sujeto perdía su identidad y se transformaba en un ser anómimo: vagones y estaciones de tren, aeropuertos y cabinas de aviones, autopistas, habitaciones de hotel o supermercados. Con el dispositivo móvil, cualquier espacio es susceptible de convertirse en una nuevo tipo de no lugar, de ser colonizado por las burbujas de intimidad de cada cibersujeto. La tipología de no lugar cibernético es múltiple, divisible en unidades mínimas de no lugares interconectadas entre sí a través de internet. El anonimato del espacio físico se sustituye por identidades digitales paralelas, intercambiables, moldeables e idealizadas.

Figura 64. Imagen editada del ori ginal. El uso del teléfono móvil en el transporte público permite ge nerar una burbuja de intimidad di gital. Fuente: Un país de blogs.

El acto de desbloquear el teléfono inteligente (fig. 64), o de le vantar la pantalla del portátil, desdobla el espacio en dos rea lidades coincidentes temporal y físicamente, pero separadas por un código informático y una pantalla iluminada: por un lado, el sujeto corporal, anónimo en el espacio físico pero enmarcado en las etiquetas de género, edad, orientación sexual, religión o poder adquisitivo; y por el otro, el sujeto virtual o cibersujeto, libre para escoger su identidad pero definida por el contenido online que consume, los productos que compra en Amazon, los tweets que responde o retuitea, los likes que deja en Facebook y los emojis que utiliza en Whatsapp277

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La sociedad hiperconectada ha dejado de percibir la ciudad como un espacio físico, en el que el ciudadano se caracteriza como el flâneur de la deriva situacionista278. El sujeto se ha transformado en un ciberflâneur, un individuo que deambu la entre dos realidades paralelas que el urbanismo moderno occidental todavía no ha sido capaz de integrar, experimentadas a través de la dualidad ciberespacial de los dispositivos digitales.

En países asiáticos como Japón o Corea del Sur, la ciudad propuesta por el Movimiento Moderno se ha subvertido y repensado para incorporar las conexiones cibernéticas dentro del espacio urbano. En el caso del país surcoreano, la vivienda social estándar del Existenzminimum se transformó en un pro totipo numerado (fig. 65), reproducido en serie en promo ciones que daban cabida a los trabajadores cualificados de los conglomerados empresariales nacionales (Samsung, Hyunday, KIA y LG). Además, de solucionar los problemas económi cos y demográficos tras los conflictos bélicos, el apartamento coreano (apatu) es un símbolo de ostentación y modernidad, objeto de la especulación inmobiliaria279

Más allá de la subversión de la torre en el jardín, la metamor fosis también se trasladó al espacio urbano de Seúl mediante una arquitectura ‘rizomática’ y ubicua, análoga a los valores confucianistas280. La ciudad difusa surcoreana está compuesta por una red de habitaciones genéricas multifuncionales (bangs), carentes de un programa espacial y morfológico que acote su flexibilidad281. El uso del espacio se define en función del cartel de neón colocado en la fachada del edificio, que ac túa como etiqueta identificadora (fig. 66). La señal luminosa adquiere el mismo nivel que la luz, la simetría, la regulación de la altura o la jerarquía de ordenes en la arquitectura occi dental. Es un mecanismo de producción arquitectónica.

El catálogo de posibles bangs se adapta al comportamiento de una sociedad en constante evolución: puede contener un spa coreano, una academia escolar, una sala de videojuegos, un café con gatos, un karaoke o un motel282. Cualquier pro grama imaginable puede reproducirse en el espacio interior de los edificios públicos sin modificar la arquitectura. El bang es, por lo tanto, uno de los pocos dispositivos arquitectónicos que integran la multiplicidad de internet en el sistema urbano de la ciudad, y por consiguiente, que responden a la necesi dad de relacionarse socialmente sin renunciar al ciberespacio.

280_El modelo de vivienda están dar de la modernidad triunfó en una sociedad sustentada en los valores del confucianismo, como la cohesión y el conformismo so cial, las relaciones familiares y el respeto a un orden jerárquico basado en la experiencia y la edu cación. María Belén Zayas Fer nández, "Evolución de la tipología arquitectónica y caracterización paisajística de los grandes equi pamientos urbanos", Baética. Estu dios de Arte, Geografía e Historia 34 (2012), 103-125.

281_Jung In Kim, "Bangs, where South Korea’s contemporary ur ban identity begin" (Groningen: The Northern Times, 2017), https:// bit.ly/2U8HRFl.

282_Sung Hong Kim, "City of the Bangs: Curatorial Statement for The Korean Pavilion of the 9th Ve nice Biennale", 9th International Ar chitecture Exhibition: 2004 Venice Pa vilion, 2004, https://bit.ly/2V7zSEB.

Figura 65. Imagen editada del ori ginal. Promoción de apartamentos en Seúl, Corea del Sur. Fuente: Ni kkei Asian Review.

Figura 66. Imagen editada del ori ginal. Carteles de neón que identi fican la arquitectura genérica co reana. Fuente: Urban List.

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283_Las principales marcas tecnológicas no fabrican ni en samblan sus productos, sino que subcontratan a empresas como Foxconn, la mayor fabricante de componentes electrónicos del mundo con instalaciones en Chi na e India. Saritha Rai y Debby Wu, "Foxconn to begin mass pro duction of iPhones in India", The Economic Times, 15 de abril de 2019, https://bit.ly/38Fgx48.

284_Cambridge Analytica reco lectó más de 50 millones de perfi les de Facebook para elaborar un software de propaganda electoral de Donald Trump. Cadwalladr y Emma Graham-Harrison, "Revea led: 50 million Facebook profiles harvested for Cambridge Analyti ca in major data breach", The Guar dian, 17 de marzo de 2018, https:// bit.ly/37zHPJ6.

285_Ángel Cobacho López, "Re flexiones en torno a la última ac tualización del derecho al olvido digital", UNED. Revista de Derecho Político, n.o 104 (abril de 2019), 200.

Figura 67. Niño extrayendo coltán. Fuente: Instituto Alavés de la Natu raleza.

Figura 69. Captura del perfil de Instagram de Aida Domenech (@ dulceida). Fuente: Instagram.

5.4. DISPOSITIVOS DIGITALES: LA CONSTRUCCIÓN DE LA MUJER 2.0.

Paralelo al progreso tecnológico y la digitalización de la información, los dispositivos femeninos se han convertido en plataformas informáticas móviles y táctiles, integradas por unos componentes (hardware) que han sido fabricados y en samblados en una fábrica asiática (fig. 67)283, y por un sis tema operativo (software) que pertenece a una multinacional que almacena y comparte los datos de sus usuarios284

A pesar de que los dispositivos móviles inteligentes no solo se dirigen a los sujetos femeninos, y por lo tanto, no ejercen una función de control directa sobre ellos, tanto los algorit mos personalizados como la infinita variedad de aplicaciones móviles guían al sujeto de forma indirecta hacia su rol establecido. A partir del análisis de los datos recopilados por el Big Data, el marketing predictivo influye en las decisiones de compra y ocio de los usuarios, pero también es determi nante en las relaciones sociales y familiares, la ideología, la participación ciudadana o el consumo de cultura. Para Ángel Cobacho, «asistimos a una vertiginosa proliferación de herra mientas tecnológicas que alteran nuestra forma de concebir nuestras relaciones sociales e incluso, en ocasiones, el modo en el que percibimos la realidad285»

Las apps de los dispositivos móviles inteligentes configuran el marco ontológico del sujeto conectado (fig. 68). Las plataformas digitales, ya sean físicas (smartphones) o virtuales (redes sociales y servicios de streaming) funcionan como recipientes de un contenido ilimitado y omnipresente, supuestamente accesible para todos los usuarios. Siguiendo la reflexión de Cobacho, «internet […] se erige, así, en el gran panóptico digital en el que, revestidos de un cierto anonimato más o menos evidente, todos los vemos todo en un presente omni comprensivo286».

Sin embargo, el contenido múltiple e interconectado del ciberespacio no llega intacto al usuario final. Para adaptarse a las restricciones físicas, la información tiene que ser filtrada y organizada por unos algoritmos fundamentados en patro nes de comportamiento normalizado. El sujeto conectado no percibe una imagen completa del contenido disponible en internet, puesto que solo tiene acceso al marco acotado por los filtros digitales, en función de su datos personales en línea y su historial web.

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Para Eli Parisier, autor de “El filtro burbuja”, «la nueva ge neración de filtros de internet observa las cosas que parecen gustarte […] e intenta extrapolar. Son máquinas de predicción cuyo objetivo es crear y perfeccionar constantemente una teo ría acerca de quién eres, lo que harás y lo que desearás a continuación. Juntas elaboran un universo de información único para cada uno de nosotros —lo que he llamado una ‘burbuja de filtros’— que, en esencia altera nuestra manera de encon trar ideas e información287»

En el caso de la mujer como usuaria, el filtrado de datos sigue respondiendo a un rol de sujeto femenino (fig. 69). Cuando los filtros burbuja clasifican cierto contenido como ‘femenino’ o ‘dirigido a mujeres’, segrega la información en función del género y perpetúa la dualidad de sujetos masculino y femeni no. Acceder a un contenido ‘masculino’ o ‘dirigido a hombres’ cuando el usuario es mujer —o viceversa— supone el rechazo social en los espacios físico y virtual288

Los resultados del estudio de “Nativos digitales289” corrobo ran que «los patrones de consumo masculinos y femeninos, cerrados y diametralmente opuestos entre sí, condicionan la creación y difusión de contenidos290». Los jóvenes varones consumen tutoriales de youtubers (fig. 70) y videojuegos que, en ocasiones, naturalizan la violencia y las actitudes machis tas; las mujeres jóvenes consumen mayoritariamente tutoria les de belleza y moda y exhiben su imagen pública en las redes sociales (fig. 71)

En definitiva, la utilización de herramientas de predicción de comportamientos para el filtrado del contenido digital supo ne la reproducción de los roles de género en el espacio virtual. El sujeto femenino 1.0., moldeado por los valores socioculturales presentes desde el siglo XIX, se reafirma como sujeto femenino 2.0. en internet gracias a la influencia de los conte nidos estereotipados.

286_Ibídem, 201.

287_Eli Pariser, El Filtro burbuja: cómo la red decide lo que leemos y lo que pensamos (Madrid: Taurus, 2017), 10-11.

288_La presencia de streamers femeninas y jugadoras profesio nales es prácticamente inexisten te a causa del machismo. Jorge G. García, "Los eSports son territorio hostil para las mujeres", El País Re tina, 6 de marzo de 2018, https:// bit.ly/2Gr8ax1.

289_Ainhoa Fernández de Arro yabe Olaortua, Iñaki Lazkano Arri llaga, y Leyre Eguskiza Sesumaga, "Nativos digitales: Consumo, crea ción y difusión de contenidos au diovisuales online", Comunicar XXVI, n.o 57 (octubre de 2018), 61-69.

290_Ibídem, 67.

5.4.1. CARACTERÍSTICAS Y CLASIFICACIÓN DE LOS DISPOSITIVOS DIGITALES

Los teléfonos y tabletas inteligentes, los ordenadores y las consolas de videojuegos —en adelante dispositivos femeninos digitales (fig. 72)— tienen la función de construir la identidad paralela del sujeto femenino en el ciberespacio.

Figura 70. Captura del perfil de Instagram de El Rubius (Rubén Doblás, @elrubiuswtf). Fuente: Ins tagram.

Figura 71. Captura del perfil de Ins tagram de Patry Jordán (@patry jordan). Fuente: Instagram.

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Figura

Interfaces de las apps de los disposi tivos femeninos digita

del siglo XXI. Elabo ración propia. Fuente:

cámara

google drive

fotos

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68.
les
Apple. 38 39 40 41 42 43
de snow instagram
google
netflix whatsapp

airbnb twitter

Tanto el análisis de las relaciones que estable cen los sujetos con el espacio virtual, como los dispositivos y meta dispositivos femeninos digitales que internet contiene, se describen detalladamente en los anexos.

DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS NEGADOS 79 05. SIGLO XXI
44 45 46 47 48 49
zara glovo uber tinder

291_Eli Pariser, El Filtro burbuja: cómo la red decide lo que leemos y lo que pensamos (Madrid: Taurus, 2017), 79-83.

292_Aníbal Monasterio Astobiza, "Ética algorítmica: Implicaciones éticas de una sociedad cada vez más gobernada por algoritmos", Dilemata, n.o 24 (2017), 197.

293_Ibídem, 197-198.

Clasificación según la tipología

Dispositivos digitales

Frente a la manufactura casera de los dispositivos artesanales decimonónicos, o la fabricación en serie de los objetos feme ninos industriales del siglo XX, los dispositivos digitales reú nen las ventajas de los dos periodos cronológicos anteriores: permiten la customización de la interfaz y de sus aplicaciones móviles, pero sigue siendo un aparato diseñado y fabricado en serie por una empresa y, por lo tanto, un bien de consumo sujeto a la publicidad, símbolo del poder adquisitivo de su dueña.

Smartphone (móvil inteligente) Dispositivos móviles digitales

Metadis positivos digitales

Smartwatch (reloj inteligente)

Tablet

Consola de videojuegos Ordenador portátil y de sobremesa

Smart TV

Placa computadora

Drones Programas informáticos Páginas web

Videojuegos Interfaz del dispositivo

Figura 73. Clasificación tipológica de los dispositivos digitales. Ela boración propia.

Clasificación según la identidad del sujeto femenino Metadispositivos digitales

Belleza

Figura 74. Clasificación según la identidad del sujeto femenino de los metadispositivos digitales. Elaboración propia.

Si bien cada usuaria decide qué apps instalar en su dispositivo según sus intereses, el registro de los datos personales y los filtros burbuja generan un contenido tamizado. El comportamiento de las amistades en las redes, las cuentas de influencers que sigue, el historial de navegación o los productos compra dos online determinan y moldean las decisiones del sujeto fe menino conectado291

Para Aníbal Monasterio Astobiza, los algoritmos predictivos de las aplicaciones móviles «no son neutrales, objetivos o preanalíticos, […si no que] se enmarcan en un contexto tecnológico, económico, ético, temporal y espacial292». Los intereses corporativos o los estereotipos de los diseñadores de software —fundamentalmente hombres blancos heterosexua les— trasladan el contexto sociocultural al ciberespacio. La invisibilidad, la ubicuidad y la conformidad en cuanto a los efectos de los filtros algorítmicos conlleva la discriminación racial, de género, económica, de privación de libertad, de ac ceso libre y de abuso de control293

En este sentido, las aplicaciones de los teléfonos inteligentes se configuran como metadispositivos, herramientas de con trol del sujeto femenino dentro del dispositivo digital están dar. Bajo la apariencia de libre elección del contenido online, las aplicaciones móviles son fetiches del empoderamiento fe menino en el siglo XXI, puesto que reproducen e instauran los roles de género.

En cuanto a la clasificación de los dispositivos femeninos, es tos pueden agruparse en función de su tipología (fig. 73): por un lado, los dispositivos móviles digitales, plataformas informáticas con un hardware y un software en el que se pueden instalar y ejecutar aplicaciones; y por otro, metadispositivos o aplicaciones móviles, programas cuyo contenido perpetúa el rol de sujeto femenino. Dentro de los metadispositivos, las aplicaciones se pueden organizar según la variable del espectro ontológico femenino que controlan, en base a los mitos de la feminidad (fig. 74)

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS NEGADOS 80 .05 SIGLO XXI
Sexualidad Cultura y ocio Youtube Netflix HBO Prime Video Pinterest Instagram Snow Google Fit Tinder Grindr Relaciones sociales e información Whatsapp Twitter Facebook LinkedIn Google Drive Onedrive Dropbox Personalidad Amazon Google Pay Bizum Fintonic Consumo Tinder GrindrSeguridad Otros

El análisis de los dispositivos digitales se centrará en los as pectos que construyen la identidad del sujeto femenino del si glo XXI: las influencers y la imagen pública en Instagram como paradigma del mito de la belleza, y las apps de vigilancia y se guridad femenina como dispositivos paliativos de la violencia de género y el ciberacoso en redes sociales.

294_Rosa Fernández, "Instagram - Datos estadísticos", Statista, 12 de septiembre de 2019, https://bit. ly/3aK3kZP.

295_Sara Aleixandre Rodrigo et al., "Influencers, nuevos mode los para una nueva generación. Una aproximación al escaparate de los adolescentes de hoy" (Tra bajo académico, Valencia, Colegio Guadalaviar, 2017), 4.

5.4.2. LAS INFLUENCERS Y LOS FILTROS: DISPOSITIVOS DE BELLEZA Y MATERNIDAD

Instagram es una aplicación y red social disponible en dis positivos móviles cuya función es compartir imágenes y ví deos, tanto en formato de publicaciones como en historias o instantáneas que desaparecen a las 24 horas. Las imágenes pueden ser modificadas y retocadas mediante filtros y ajus tes. Según los datos recogidos por la empresa de análisis Sta tista294, a finales de 2018, Instagram registró una media de 100.000 millones de usuarios activos mensuales y 500 millones de usuarios activos diarios. Es la red social con más interacciones después de Facebook y destaca especialmente entre los menores de 35 años (71%), que invierten de media 53 minutos al día en su consulta.

Ante estas cifras, Instagram se ha convertido en la plataforma online más rentable para las marcas; el 50% de los usuarios sigue cuentas de empresas y el 83% declara que ha descubierto nuevos productos y servicios gracias a una publicidad que es capaz de influenciar las decisiones de consumo del 80% de los usuarios.

El éxito de la red social radica en la figura del influencer, defi nido como una «persona que cuenta con una gran presencia en las redes sociales, lo que le aporta un alto grado de credi bilidad con respecto a un sector concreto. […] Cuentan con el apoyo de un alto número de seguidores y repercuten sobre su público mediante el contenido que publican a diario en las plataformas de internet295». Los influencers representan la versión actualizada y digital de la publicidad de masas del siglo XX. Frente al contenido estandarizado de los anuncios en televisión, radio y prensa, la publicidad en las redes sociales se fundamenta en la persuasión del usuario mediante las recomendaciones, sorteos, eventos o patrocinios que se comu

Figura 75. Imagen editada del ori ginal. Olivia Wilde amamantando a su hijo en un reportaje fotográfi co. Fuente: Glamour.

Figura 76. Feed de la influencer @ taramilktea en Instagram. Fuente: Instagram.

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NEGADOS 81 05.
SIGLO XXI

. Dispositivos

digitales del siglo XXI. Elaboración

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS NEGADOS 82 Figura 72
femeninos
propia. 25 26 27 28 29 30 smartphone tablet portátil smartwatch videoconsola smart tv .05 SIGLO XXI

placa de programación

dispositivos y meta dispositivos femeninos digitales del siglo XXI

describen detallada mente en

anexos.

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE
CONTROL
DE
LOS ESPACIOS NEGADOS 83 Los
se
los
31 32 33 34 35 36 auriculares brazo robot dron
pen drive asistente personal 05. SIGLO XXI

296_Luis Lisbona, "Espacio e identidad. Identidad en relación a la cultura de redes", II Congreso In ternacional de Investigación en Artes Visuales ANIAV 2015, junio de 2015, 3.

297_Laura Baena, "Somos Equipo. La corresponsabilidad, lejos de ser una realidad", Club de Malasmadres, 13 de febrero de 2017, https://bit. ly/2vxEoVn.

298_María López Villodres, "El lucrativo negocio de ser madre en Instagram", Smoda (El País), 8 de octubre de 2018, https://bit.ly/ 2vwyCmP.

299_Suavinex, "Conclusiones es tudio sobre depresión postparto", Living Suavinex Magazine, 25 de abril de 2017, https://bit.ly/2t5AbHn.

300_Las influencers femeninas españolas con más seguidores en Instagram cumplen con los es tereotipos de género analizados. Destacan los perfiles de Aida Do menech (@dulceida), Alexandra Pereira (@lovelypepa), Jessica Goi coechea (@goicoechea22), María Pombo (@mariapombo) y Marta Lozano (@martalozanop).

301_Los móviles de marcas chi nas incorporan el ‘modo belleza’ en el propio sistema operativo del teléfono, basado en blanquear el rostro y agradar los ojos. Portaltic/ EP, "Nace la familia de ‘smartpho nes’ Xiaomi CC, orientada a muje res y con las funciones de belleza de Meitu", Europa Press, 21 de junio de 2019, https://bit.ly/2U6MaiT.

302_El transhumanismo es un movimiento cultural que aboga por la mejora de la condición hu mana mediante el desarrollo de tecnologías. BBC, "Qué es el trans humanismo y por qué muchos aseguran que es un futuro inevi table", BBC News Mundo. Ideas BETA: serie «An A-Z of -isms», 20 de enero de 2018, https://bbc.in/2RAaloA.

303_‘Prosumidor’, acrónimo de productor y consumidor, es un tér mino utilizado por Remedios Zafra para referirse a la redefinición de las nuevas esferas productivas, normalmente asociadas al trabajo online desde entornos domésti cos. Remedios Zafra, Un cuarto pro pio conectado: (Ciber)espacio y (auto) gestión del yo, Edición Kindle (Espa ña: Fórcola Ediciones, 2011).

nican en las publicaciones del líder de opinión. Más allá de la cuestionable ética de la publicidad encubierta en redes so ciales296, los influencers se configuran como modelos de con ducta inalcanzables e idealizados que, en el caso de las cuentas dirigidas a mujeres, perpetúan los estereotipos de género y el rol del sujeto femenino.

Las influencers femeninas transmiten a sus seguidoras una vida perfecta en la que sigue vigente la figura del ‘ángel del hogar’ decimonónico, ahora reinterpretado como ‘ángel de la red’: si la influencer se centra en la maternidad, aparecerá como una madre perfecta y abnegada, sin sobrecargas de trabajo, con una casa ordenada y limpia, recuperada del postparto, y dando el pecho recién peinada y maquillada a unos hijos que jamás lloran (fig. 75).

Sin embargo, las estadísticas reflejan las dificultades a las que se enfrentan las mujeres trabajadoras que deciden ser madres. Según el estudio realizado por el colectivo Malasmadres297, el 58% de las mujeres renuncian a su carrera profesional para ser madres frente al 6% de hombres que renuncian para ser pa dres, puesto que 54% de las mujeres son responsables de las ta reas domésticas asociadas a la esfera reproductiva. Para Pilar López Díez, la maternidad en Instagram «fortalece el estereo tipo de la mujer perfecta que ninguna de las mujeres que ven esta imagen es tras parir un hijo o una hija […] Causará, en el mejor de los casos, envidia y desazón y en el peor, frustración y tristeza298». Según la encuesta de la empresa Suavinex so bre la depresión postparto299, el 35,14% de las mujeres afirma haber padecido una enfermedad que todavía es un tabú.

En el caso de las influencers de estilo de vida, su contenido también perpetúa los mitos de la feminidad. Estas líderes de opinión viajan por todo el mundo junto a sus parejas, familiares y amigos, mientras acuden a eventos y a galas en los que nunca repiten el mismo outfit, y cenan en restaurantes de moda cada día sin engordar (fig. 76)300. Para las mujeres jóve nes, nativas digitales, estas influencers se convierten en mode los de conducta a imitar a través de los dispositivos femeninos digitales.

Los filtros de belleza (fig. 77) de las redes sociales y de las cá maras de los dispositivos móviles301 representan la nueva ci rugía estética digital o ‘cibermaquillaje’ del siglo XXI. Ante la imposibilidad de alcanzar el modelo de belleza que se norma liza en internet, los filtros y los likes actúan como sucedáneos, píldoras digitales que permiten componer una identidad ficticia y transhumana302

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS NEGADOS 84 .05 SIGLO XXI

El sujeto femenino queda fragmentado en dos realidades en frentadas: por un lado, la mujer del espacio físico, cuya identi dad —al no poder ser transformada— acaba siendo censurada y rechazada por la sociedad y por el propio sujeto; y por otro, la mujer cyborg o sujeto femenino 2.0 del ciberespacio, en el que el ‘yo’ se convierte en un contenido publicitario, editable y consumible por el público online

De esta forma, el sujeto femenino conectado es «un prosu midor303 de contenido digital [que] construye su propio yo consumiendo elementos digitales identitarios y ese resultado puede ser consumido por otros para la construcción de su propia identidad […]. La construcción de un yo digital im plica cosificar nuestras acciones, convertir en objetos lo que somos en nuestros perfiles de usuario304». La cosificación de la mujer a través de imágenes externas desaparece en pos de unos estereotipos de género que se retroalimentan con la ‘pro sumición’ del usuario femenino.

Los mitos de la feminidad, y en concreto los mitos de la be lleza y la maternidad, se producen y consumen por y para las mujeres. Por lo tanto, las redes sociales y aplicaciones basadas en imágenes ejercen la función de dispositivos femeninos de control, puesto que el fetiche del empoderamiento se mantie ne a causa de la ‘auto-objetivación’ de los sujetos femeninos conectados.

304_Estela Santos Díaz, "Cons trucción de la identidad digital a través del yo-objeto: proceso de auto-objetivación y su relación con la cosificación del cuerpo de las mujeres", Teknokultura 15, n.o 2 (26 de junio de 2018), 306.

305_Delegación del Gobierno para la Violencia de Género et al., "El ciberacoso como forma de ejer cer la violencia de género en la ju ventud: un riesgo en la sociedad de la información y el conocimien to" (Madrid: Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad. Centro de Publicaciones, 2014), 3.

5.4.3. LAS REDES SOCIALES Y EL PINKWASHING: DISPOSITIVOS PARA LA MUJER FEMINISTA

Según el informe de la Delegación del Gobierno para la Vio lencia de Género, «las formas de violencia de género en las relaciones de pareja se han proyectado a las redes sociales, y muy especialmente en los jóvenes. […] A su vez, esta violencia de género en alguna medida se está transformando con nuevas formas de expresión dentro del llamado mundo digital305»

El acoso a las mujeres se ha trasladado y reforzado en el cibe respacio ante la impunidad de los delitos digitales y la facili dad para acceder a la red mediante perfiles falsos o anónimos.

Los contenidos de carácter íntimo, compartidos en un con texto privado, pueden viralizarse en las redes sin el consenti miento de las víctimas. Una vez que la imagen es almacenada

Figura 77. Imágenes editadas del original. Filtros de Instagram. Fuente: Instagram (@exitsimula tion y @cardenasbrend).

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NEGADOS 85 05. SIGLO XXI

306_Alicia Miyares, "La ‘Cuarta Ola’ del Feminismo, su Agenda", Tribuna Feminista, 11 de marzo de 2018, https://bit.ly/37EynUH.

307_Los trolls son usuarios fun damentalmente hombres que — bajo el paraguas del anonimato digital— insultan y acosan a otros usuarios desconocidos escudán dose en el humor y el derecho a la libertad de expresión. Silvina Moschini, "Trolls y cyberbullying: El lado oscuro de las redes sociales", La Vangurdia, 26 de septiembre de 2011, https://bit.ly/2GzFxh7.

308_En el siguiente artículo se recogen capturas de mujeres que han denunciado el acoso en los chats de Wallapop: Redacción El HuffPost, "¡Wallapop no es Tinder! Aunque haya gente que crea que sí", El Huffington Post, 28 de agosto de 2016, https://bit.ly/2GxWb0D.

309_Sobre la cultura de los des nudos online, la privacidad y el consentimiento, consultar: Justin Myers, "The age of sending nudes is upon us. Here’s how to do it ri ght", GQ State of Man, 18 de noviem bre de 2018, https://bit.ly/2Oajsdo.

310_Los succionadores de clítoris como el Satisfyer se han populari zado a finales de 2019, suscitando comentarios y memes en las redes sociales. Patricia Moreno, "Mucho estamos hablando del Satisfyer y poco de lo trascendental que es que las mujeres hablemos de la masturbación en público", Vogue, 15 de diciembre de 2019, https:// bit.ly/2S359Zn.

311_Erika Irusta, "Tu regla, tu ma dre y tú", El camino rubí, s. f., https:// bit.ly/2GKRQrj.

312_Remedios Zafra, Un cuarto propio conectado: (Ciber)espacio y (auto)gestión del yo, Edición Kindle (España: Fórcola Ediciones, 2011).

en un dispositivo móvil ajeno, el propietario original pierde el control de su comunicación. La capacidad de viralización del entorno 2.0. se vuelve en contra de las mujeres cuando los estereotipos femeninos y el machismo se manifiestan a través de la ciberviolencia de género.

La Cuarta Ola del feminismo, nacida en las redes sociales, tiene como punto de mira las prácticas machistas que se pro ducen en las redes sociales306, tanto en las relaciones tóxicas de pareja como en los mensajes vejatorios de los trolls de in ternet307. La publicación de una imagen o la foto de perfil de una usuaria suscita comentarios que reproducen los estereotipos implantados en la sociedad no virtual. Se valora el aspecto físico y se pone en cuestión el éxito profesional de las mujeres, especialmente en profesiones tradicionalmente masculinas.

El acoso de usuarios desconocidos se produce en todos los contextos del espacio virtual. Destaca el caso de los chats de aplicaciones no dirigidas a las relaciones, como Wallapop (compraventa) y Cornerjob (portal de empleo)308; vender una bicicleta de segunda mano u ofrecerse como profesora de clases particulares puede suponer que, a través de los chats, te envíen imágenes sexuales, te soliciten fotografías desnuda (‘send nudes’) y te insulten si no lo haces (fig. 78)309.

A pesar de las conductas machistas, el auge del feminismo cibernético y la incorporación de la violencia de género a la agenda mediática ha permitido la ruptura de ciertos tabúes asociados a la mujer. En las redes sociales se habla sin tapujos del placer femenino310, el vello corporal o la menstruación, temas que hasta hace unos años quedaban restringidos al ámbito doméstico femenino. Para la pedagoga Erika Irusta, «la relación que tenemos con nuestro cuerpo, con nuestro ciclo está estrechamente unido a la relación que aprendimos a te ner a través de cómo nos enseñó a vivirnos, entendernos y habitarnos nuestra madre311». La madre instruía a su hija en el significado de ‘ser mujer’ cuando tenía su primera regla; ahora, las adolescentes comparten su experiencia y aprenden de otras mujeres en la redes sociales. En este sentido, el ‘cibe ranonimato’ presenta un efecto de doble rasero: el acoso y la violencia contra las mujeres tiene un mayor impacto, pero el sujeto también está protegido y empoderado por la intimidad del cuarto propio conectado312

Para algunos autores, la democratización del feminismo está transformado el movimiento en una estrategia de marketing para las empresas. Según Lola Fernández, «con la explosión de Twitter y Facebook como plataforma de noticias y la pro

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liferación de activistas feministas que pudieron proyectar y explicar su mensaje sorteando el desinterés de los grandes medios, el feminismo ha alcanzado el territorio de la cultura mainstream e impactado en la órbita en constante construc ción del marketing313»

Las marcas han detectado el feminismo como un nuevo nicho de mercado muy rentable; empresas como Dove, Pantene o Campofrío generan una publicidad basada en el femvertising o pinkwashing (fig. 79). Siguiendo la idea de Lola Fernández, el modelo publicitario de estas marcas consiste en realzar los estereotipos de género o la inseguridad femenina para así ofrecer un producto que empodere a la mujer en su consumo. Para la autora, «el femvertising es la falsa solución que nuestra cultura mainstream elabora para rentabilizar la frustración que produce en las mujeres el modelo único, imposible e inalcanzable de feminidad314». Para Susan Douglas, el femvertising funciona como un trampantojo del empoderamiento feminis ta, como «fantasías de poder315».

El pinkwashing también se reproduce en las aplicaciones de los dispositivos femeninos digitales, más allá de los chats y las redes sociales. Amparándose en un mayor control y poder del sujeto femenino, se han desarrollado aplicaciones que per miten marcar los lugares peligrosos de las ciudades (Bypass), que ofrecen servicios de transporte privado exclusivo para mujeres (SheRides en Estados Unidos, Kolett en París o Taxi Dona en Valencia) y que geolocalizan la posición de forma constante (Alertcops). De hecho, la mayoría de smartphones ya incorporan de serie la función de emergencia316

Aunque su uso es innegablemente beneficioso para las mujeres en situaciones límite, estas aplicaciones ‘antiacoso’ o de seguridad femenina no rompen de manera efectiva con la violencia de género, sino que generan una falsa sensación de libertad en el sujeto femenino, perpetuando así el fetiche del empoderamiento. Si una mujer tiene que llevar las llaves en una mano, el móvil encendido en la otra, cambiarse de acera si se encuentra con un hombre, mirar hacia atrás constante mente para comprobar que no le siguen y enviar un mensaje a sus amigos cuando llega a casa, los dispositivos femeninos digitales no están construyendo un modelo más igualitario de sociedad. En cambio, funcionan como un espejismo de la realidad, que impide centrar los recursos contra la violencia de género en la raíz del problema: la ruptura de los estereotipos y roles socialmente establecidos.

314_Ibídem, 462.

315_Susan J Douglas, The Rise of Enlightened Sexism: How Pop Culture Took Us from Girl Power to Girls Gone Wild, St. Martin’s Griffin (Nueva York, 2010), 3-26.

316_A través de un comando de teclas, que varía en función de cada marca, se envía de forma au tomática la localización a los con tactos de emergencia. En algunos modelos también es posible con tactar directamente con los servi cios de emergencia.

Figura 78. Chat en Wallapop com partido por @JennyVillamarin. Fuente: Twitter.

Figura 79. Anuncio de Etam por el 8M. Fuente: Etam (borjalona.com).

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ESPACIOS NEGADOS 87 05. SIGLO XXI
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LA MUJER TUTELADA CONCLUSIONES

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6. CONCLUSIONES

El presente Trabajo Fin de Grado tenía como objetivo el aná lisis cronológico, a lo largo de los siglos XIX, XX y XXI, de los objetos personales que configuran la experiencia vital de la mujeres. La investigación parte de la premisa de que estos ob jetos, entendidos como dispositivos ‘foucaultianos’, acumulan las normas morales y éticas de una sociedad, asignando a sus usuarios los roles y jerarquías establecidos en ella.

En el caso de la mujer como usuaria, los dispositivos tienen la función de perpetuar los estereotipos de género, en base a unos mitos de la feminidad tradicionalmente asociados a las mujeres como sujetos femeninos: la maternidad, la virgini dad, el matrimonio y la belleza.

Por lo tanto, los objetos femeninos se configuran como dispositivos de control. Su función es, por un lado, acotar el marco ontológico del sujeto femenino al rol de madre y esposa —án gel del hogar—. La esfera reproductiva y las tareas domésticas (cuidado de los hijos, compras, limpieza y asistencia a per sonas dependientes) se definen como exclusivas y naturales a las mujeres. Y, por otro lado, los dispositivos ofrecen una falsa sensación de empoderamiento a su usuaria; son fetiches o espejismos de una supuesta libertad de decisión, que en rea lidad está condicionada por parámetros socioculturales y mo delos de comportamiento normalizados.

En el siglo XIX, la mujer queda restringida al ámbito domés tico. La noción de invidualidad, del ‘yo’ romántico consciente de su libertad, solo recoge al sujeto masculino. Las mujeres siguen siendo legalmente propiedades, sujetos femeninos tute lados por el hombre de referencia: padre o marido. Los mitos de la feminidad se propagan a través de las liturgias asociadas a los dispositivos femeninos artesanales, cuyos máximos ex ponentes son el ajuar de novia y el tocador. Mientras que el ajuar inserta a la mujer en su rol de madre y esposa mediante la confección cotidiana de las prendas y objetos domésticos, el tocador mitiga la necesidad de emancipación, dotándola de una posesión y un espacio propio por primera vez.

En el siglo XX, el sujeto femenino sale de casa para formar parte del mercado laboral. La ciudad, configurada por y para el sujeto masculino, es un espacio inseguro y ajeno a las necesidades de las mujeres en su rol de madre, esposa y ahora, trabajadora. Para evitar la completa independencia de los mi

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tos de la feminidad, los dispositivos de control se transforman en bienes de consumo fabricados en serie y acotados por los cánones de belleza. La mujer ideal está representada por el ama de casa, provista de una cocina equipada con electrodo mésticos que facilitan sus deberes domésticos, pero que impiden la conciliación familiar. El maquillaje y la cirugía estética permiten que el sujeto femenino siga siendo bello y perfecto, a pesar de la larga jornada de trabajo y las tareas que tiene que realizar después en el hogar, mientras que la píldora y la congelación de óvulos garantizan el cumplimiento de las obligaciones reproductivas después de que se haya desarrollado parcialmente la vida profesional. Aunque trabajadora, el sujeto femenino sigue enmarcado por los roles de género.

En el actual siglo XXI, los dispositivos femeninos evolucionan conforme a la aparición de internet y los nuevas tecnologías de la información. La conectividad del espacio cibernético ha diluido los límites entre la ciudad y la casa, entre la intimidad del espacio privado y el público. El sujeto femenino 2.0. ad quiere dos identidades paralelas, pero no necesariamente convergentes. Con el fin de impedir el desarrollo de subjetivida des femeninas múltiples, fuera de los mitos de la feminidad, los filtros burbuja y los algoritmos asignan un determinado contenido online en función de las pautas de consumo norma lizadas y los estereotipos de género. El mensaje del rol femenino se personaliza mediante los metadispositivos digitales de control, aplicaciones instaladas por una usuaria dentro de un dispositivo móvil digital y universal. Las redes sociales y sus influencers, los filtros de belleza, las aplicaciones de seguridad urbana o los comentarios machistas en chats, acaban por perpetuar los estereotipos femeninos, tanto en el espacio físico como en la red.

Por lo tanto, los dispositivos femeninos —artesanales en el siglo XIX, industriales en el siglo XX y digitales en el siglo XXI— evolucionan en función del contexto económico, cul tural y tecnológico de una sociedad, con el fin de instaurar y perpetuar una dicotomía de género en la que el sujeto femenino queda restringido a la esfera reproductiva y el mas culino a la productiva. Frente a una vivienda anclada en el modelo alcobado decimonónico, y una ciudad androcentrista cuya zonificación y espacios públicos siguen respondiendo a parámetros agotados en el siglo XX317, el sujeto femenino 2.0. transita entre dos espacios extraños (casa y ciudad), provisto de un filtro digital de control y una red de contenidos online estereotipados que le impiden reconocerse como un ‘yo’ inde pendiente, libre de juicios morales y prejuicios sociales.

317_Santiago De Molina, "Vives, sin saberlo, en la casa de tu abue la", Múltiples. Estrategias de arquitec tura, 26 de agosto de 2019, https:// bit.ly/31jTVnc.

NEGADOS 91 06. CONCLUSIONES

318_Gema Lozano, "Con el gan chillo XXL ‘se hace pueblo’ y se lleva mejor la solanera", Yorokobu, 11 de agosto de 2016, https://bit. ly/390heoN.

319_Jessica Hemmings, In the Loop: Knitting Now (London: Black Dog Publ, 2010).

La identificación de los objetos femeninos como dispositivos de control permite detectar y señalar los mecanismos socio culturales que perpetúan los mitos de la feminidad, con el fin de promover nuevos modelos de ser mujer más flexibles y equitativos y, sobre todo, elegidos por cada sujeto. La ruptura de la dualidad de género —masculino contra femenino— no solo afecta a estereotipos, prejuicios y etiquetas asociados a las dos identidades, sino que también abre la posibilidad de que surjan nuevas formas de un ‘yo’ múltiple, universal y co nectado mediante las redes rizomáticas de internet.

El control que ejercen los dispositivos femeninos puede ser subvertido a través de alteraciones que modifiquen la usabilidad establecida. En este sentido, existen propuestas artísticas y situaciones espontáneas que han supuesto la transformación de los objetos analizados en dispositivos de empoderamiento femenino.

Figura 80. Parasoles del proyecto "Tejiendo la calle" en Valverde de la Vera. Fuente: Yorokobu.

En Valverde de la Vera, la arquitecta Marina Fernández Ra mos lidera desde 2013 el proyecto colectivo “Tejiendo la calle” (fig. 80). Cada mes de agosto se instalan parasoles de ganchillo, tejidos por las vecinas de Valverde con plástico reciclado, que funcionan como protectores solares durante el día e in dicadores luminosos durante la noche. Las piezas se tejen du rante todo el año, individual o colectivamente, y representan tanto elementos del imaginario colectivo de la región, como el propio universo creativo de las tejedoras. De esta forma, la propuesta pone en valor el papel de las mujeres como pro ductoras y valedoras de la memoria cultural, subvirtiendo la escala doméstica de estas piezas artísticas para transformar las en instalaciones urbanas y polos de atracción turística318

Figura 81. Imagen editada del ori ginal. Rahaf Mohammed en su ha bitación del hotel del aeropuerto de Bangkok. Fuente: La Razón.

Para Jessica Hemmings, «el acto de tejer se convierte en una metáfora de la vida diaria, y también en una herramienta para construir espacio, construir grupos y comunidades, activida des e ideales que de otra forma permanecerían escondidos, olvidados o perdidos319». La emancipación femenina de los roles de género y los mitos de la feminidad puede lograrse a través de la subversión colectiva de los dispositivos de control. La extrapolación de un objeto femenino de su contexto doméstico, o la difusión de la etnología femenina en contex tos académicos y públicos, permite visibilizar el dispositivo como un objeto artístico y cultural, testimonio social despro visto de estereotipos de género.

La subversión del dispositivo de control también puede ser una decisión personal del sujeto femenino. Tal fue el caso de Rahaf Mohammed Al-Qunun, la joven de Arabia Saudí que huyó de su país a raíz de las amenazas de muerte que recibió

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por renunciar al Islam320. Ante la indiferencia de las autori dades internacionales tras su petición de asilo en Australia, decidió encerrarse en la habitación de un hotel del aeropuerto de Bangkok y difundir vídeos en directo de su encierro a tra vés de su smartphone y su cuenta de Twitter. La viralización de sus peticiones de ayuda y la presión de la opinión pública permitió que, después de una semana encerrada, ACNUR y la ONU le otorgasen el estatus de refugiada y Canadá le con cediese la petición de asilo (fig. 81)321

En definitiva, la transformación de los dispositivos femeninos de control en dispositivos de empoderamiento femenino pue de lograrse a través de la subversión —personal o colectiva— de los modos de uso normalizados, así como con la difusión de la esfera reproductiva como espacios creativos y constituyentes de las identidades futuras de los niños y niñas. La educación en los valores de igualdad es un motor de cambio y de ruptura con los roles establecidos que no solo se tiene que producir en el ámbito académico. La pedagogía feminis ta desde el entorno doméstico es fundamental para formar ciudadanxs empáticxs, diversxs y conscientes de su libertad, como individuos y como ciudadanos de una sociedad.

320_En Arabia Saudí, las mujeres están bajo un sistema legal de tu tela masculina, por lo que deben obtener la aprobación de un pa riente masculino para viajar, ca sarse o estudiar en el extranjero. Redacción BBC News Mundo, "Ra haf al Qunun: la joven saudita que huía de su familia viaja a Canadá como refugiada", BBC News, 11 de enero de 2019, https://bbc.in/37R QqH9.

321_La experiencia de Rahaf Mo hammed se vivió en tiempo real en Twitter, donde todavía es posible consultar sus tweets y vídeos (@ rahaf84427714, https://bit.ly/38T b8qm).

NEGADOS 93 06. CONCLUSIONES

Figura 1. Los museos etno gráficos recopilan los ob jetos de un territorio para caracterizar una sociedad. Museo Etnográfico Casas Cuevas Artenara. Fuente: fe dac.org

Figura 2. Imagen edita da del original. El tocador como dispositivo generador del sujeto femenino. Fuente: MementoMori Stock.

Figura 3. Imagen editada del original. Betty Draper (January Jones) encarna el papel de esposa y madre perfecta en Mad Men. Fuente: Cordon Press.

Figura 4. La mujer se repre senta como virgen y madre. Jean Fouquet, Virgen de Me lun, óleo sobre tabla (Museo Real de Bellas Artes de Am beres: 1452-1458).

Figura 5. En "Bodas de San gre", Federico García Lorca critica el matrimonio con certado y el destino funesto de la mujer adúltera. Fuen te: fotogramas de La novia de Paula Ortíz (2015).

Figura 6. Dormitorio de Vir ginia Woolf en Monk’s Hou se. Fuente: Wikimedia Com mons.

Figura 7. Imagen editada del original. Los espacios de trabajo actuales tienen como núcleo el ordenador conectado a internet. Fuen te: www.estiloydeco.com

Figura 8. Clasificación ti pológica de los dispositivos femeninos en las tres eta pas cronológicas de estu dio. Elaboración propia.

Figura 9. Diagrama com parativo de los dispositivos

7. ÍNDICE DE FIGURAS

femeninos en función de su etapa cronológica. Elabora ción propia.

Figura 10. La mujer encarna el papel de ‘ángel del hogar’. Joaquín Sorolla, Mi familia (Ayuntamiento de Valencia, 1901).

Figura 11. Imagen editada del original. Educación de adorno durante la infancia. Fuente: Biblioteca Nacional de España.

Figura 12. Imagen editada del original. Recreación de un comedor del siglo XIX en el Museo del Romanticismo de Madrid. Fuente: Ministe rio de Cultura y Deporte.

Figura 13. Estancias del es pacio doméstico del siglo XIX. Elaboración propia. Fuente: Museo del Roman ticismo.

Figura 14. Imagen editada del original. Grabado de una ciudad industrial inglesa a finales del siglo XIX. Fuente: English Fine Cottons.

Figura 15. Dispositivos fe meninos artesanales del siglo XIX. Elaboración pro pia.

Figura 16. Clasificación cro nológica de los dispositivos femeninos artesanales del siglo XIX. Elaboración pro pia.

Figura 17. Clasificación ti pológica de los dispositivos femeninos artesanales del siglo XIX. Elaboración pro pia.

Figura 18. Clasificación morfológica de los disposi tivos femeninos artesana les del siglo XIX. Elabora ción propia.

Figura 19. Imagen editada del original. Exposición de un ajuar de novia. Fuen te: Fotografía cedida por la Asociación de Mujeres Adel fa de Cortegana.

Figura 20. Imágenes edita das del original. Las muje res eran instruidas desde su infancia para elaborar su ajuar. Fuente: Centro de Es tudio de Castilla la Mancha.

Figura 21. Composición de un ajuar de novia según la etiqueta. Elaboración pro pia. Fuente: "Historia del Ajuar de la Novia", https:// bit.ly/31N2iaQ.

Figura 22. Imagen editada del original. Alcoba femeni na en el Museo del Roman ticismo. Fuente: Yaroslav Romanenko (Flickr).

Figura 23. Imagen editada del original. Mujeres votan do por primera vez en 1933. Fuente: Asociación Clara Campoamor.

Figura 24. Imagen editada del original. Las sufragistas Annie Kenney y Christabel Pankhurst. Fuente: The Has tings Press.

Figura 25. Imagen edita da del original. Rosie la re machadora, We Can Do It!. J. Howard Miller para Westin ghouse, National Museum of American History.

Figura 26. Imagen editada del original. Labores en el Servicio Social. Fuente: Dia rio16.

Figura 27. Imágenes de la "Guía de la buena esposa". Fuente: elpolvorin.over-blog. es.

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS
DE
CONTROL
DE
LOS ESPACIOS NEGADOS 94 .07 ÍNDICE DE FIGURAS

Figura 28. Imagen editada del original. Ville Radieuse (1924), propuesta de Le Cor busier en París. Fuente: The Charnel-House.

Figura 29. Prototipo del es tilo de vida americano de posguerra. Fuente: www.npr. org.

Figura 30. Estereotipos de género en un anuncio de re frigeradores de 1950. Fuen te: Alamy.

Figura 31. Madre y esposa en el American Way of Life Portada de la revista "John Bull". Fuente: John Bull, Fine Art America.

Figura 32. Jane Jacobs fue una activista urbana en contra de las políticas de renovación urbanas en Nue va York, como la Lower Man hattan Expressway de Robert Moses. Fuente. Metalocus.

Figura 33. Diferencias en tre los espacios de la ciu dad. Fuente: A. de Miguel y M. Boix, "Los géneros de la red: los ciberfeminismos", en The role of humanity in the information age. A Latin Pers pective (Santiago: Universi dad de Chile, 2002).

Figura 34. Espacios públi cos y privados de las ciu dades en el siglo XX. Elaboración propia. Fuente: Plataforma Arquitectura.

Figura 35. Imagen edita da del original. Organiza ción científica del trabajo (taylorismo) en una fábrica con mano de obra femeni na. Fuente: Conhecimento Científico - r7.com

Figura 36. Marilyn Monroe representa el canon de be lleza y la cosificación del cuerpo femenino hasta con vertirlo en un bien de con sumo. Fuente: El Mundo.

Figura 37. Dispositivos femeninos industriales del siglo XX. Elaboración pro pia.

Figura 38. Clasificación de los dispositivos femeninos industriales según la iden tidad del sujeto femenino múltiple. Elaboración pro pia.

Figura 39. Clasificación tipológica de los dispositi vos femeninos industriales. Elaboración propia.

Figura 40. Espacio de co cinado en la propuesta de Catharine Beecher. Fuente: "The American Woman’s Home", Museum of Fine Arts (Houston).

Figura 41. Imagen editada del original. Cocina Frank furt de Margarete Schütte. Fuente: MAK Museum Vien na.

Figura 42. Imagen editada del original. Cocina de Lilly Reich. Fuente: docplayer.org

Figura 43. Cocina de Char lotte Perriand en el apar tamento de Le Corbusier. Fuente: champ-magazine. com

Figura 44. Axonométrica de los dispositivos abier tos y cerrados de la cocina de Charlotte Perriand en el apartamento de Le Corbu sier. Fuente: Esther Liñan Pedregosa, "La evolución del espacio doméstico en el siglo XX: la cocina como elemento articulador de la vivienda" (Tesis (Doctoral), E.T.S. Arquitectura (UPM), 2015), 118.

Figura 45. Imagen editada del original. Cocina abierta de la Case Study House n.o 20-B. Fuente: Julius Shul man (Getty Archives).

Figura 46. Imagen editada del original. Ganadores de

las Estrellas Michelin 2019 en España. De los 15 chefs que aparecen en la fotogra fía, solo 3 de ellos son muje res. Fuente: Expansión.

Figura 47. Imagen editada del original. Anuncios de cirugía estética en el metro de Seúl, Corea del Sur. Fuen te: Pousta.

Figura 48. Tipos de opera ciones. Elaboración propia. Fuente: Marie Claire y Este ticGirl.

Figura 49. Conversación en tre Peggy Olson (Elisabeth Moss) y el Doctor Emerson. Fuente: Matthew Weiner, prod., "Capítulo 1, Tempora da I: El humo ciega tus ojos", en Mad Men, serie de televi sión (Los Ángeles: Lionsga te, 2007), minuto 20-22.

Figura 50. Anuncio de un centro de fertilidad. Fuente: HM Hospitales.

Figura 51. Imagen edita da del original. Recreación de la primera web. Fuente: CERN.

Figura 52. Imagen editada del original. Interfaz del sis tema operativo iOS 13 para smartphones. Fuente: La Manzana Mordida.

Figura 53. Imagen editada del original. Manifestación del 8 de marzo de 2019 en Madrid. Fuente: Marcos del Mazo (Getty Images).

Figura 54. Imagen editada del original. El 89% de los cuidadores de dependien tes son mujeres. Fuente: EFE (Público).

Figura 55. Imagen editada del original. Fotograma del anime "Ghost in the Shell" (Mamoru Oshii, 1995), que plantea dilemas como la

ESPACIOS NEGADOS 95 07. ÍNDICE DE FIGURAS

DE FIGURAS

ÍNDICE

ética de las inteligencias artificiales o la separación del cuerpo y el alma. Fuente: Vice.

Figura 56. Cita de Donna Haraway, A Cyborg Manifesto (Londres: Socialist Review, 1985).

Figura 57. Tipos de identi dades online. Elaboración propia.

Figura 58. Tipos de cyber bulling. Elaboración propia. Fuente: Rosario del Rey Ala millo, "Bullying, cyberbullying, sexting, grooming, gossip...", Culturamas. La revista de in formación cultural en el inter net, 9 de agosto de 2013, ht tps://bit.ly/2WRka2o.

Figura 59. Charles y Ray Eames en su casa. Fuente: Julius Shulman (Getty Re search Institute).

Figura 60. Imagen editada del original. Pao de la mu chacha nómada de Tokio de Toyo Ito. Fuente: Jaume Prat (blog).

Figura 61. Imagen editada del original. Vacío progra mático como potenciador fenomenológico en el Rolex Learning Centre de Sanaa. Fuente: Divisare.

Figura 62. Maqueta de la propuesta Sweet Parlia ment Home de Office of Po litical Innovation. Fuente: Plataforma Arquitectura.

Figura 63. Imagen editada del original. Amazon Logis tics en España. Fuente: Con sigmar.

Figura 64. Imagen editada del original. El uso del telé fono móvil en el transpor te público permite generar una burbuja de intimidad digital. Fuente: Un país de blogs

Figura 65. Imagen editada del original. Promoción de apartamentos en Seúl, Co rea del Sur. Fuente: Nikkei Asian Review.

Figura 66. Imagen edita da del original. Carteles de neón que identifican la ar quitectura genérica corea na. Fuente: Urban List.

Figura 67. Niño extrayendo coltán. Fuente: Instituto Ala vés de la Naturaleza.

Figura 68. Interfaces de las apps de los dispositivos fe meninos digitales del siglo XXI. Elaboración propia. Fuente: Apple.

Figura 69. Captura del per fil de Instagram de Aida Do menech (@ dulceida). Fuen te: Instagram.

Figura 70. Captura del per fil de Instagram de El Ru bius (Rubén Doblás, @elru biuswtf). Fuente: Instagram.

Figura 71. Captura del perfil de Instagram de Patry Jor dán (@patryjordan). Fuente: Instagram.

Figura 72. Dispositivos femeninos digitales del siglo XXI. Elaboración propia.

Figura 73. Clasificación ti pológica de los dispositivos digitales. Elaboración pro pia.

Figura 74. Clasificación se gún la identidad del sujeto femenino de los metadis positivos digitales. Elabora ción propia.

Figura 75. Imagen edita da del original. Olivia Wil de amamantando a su hijo en un reportaje fotográfico. Fuente: Glamour.

Figura 76. Feed de la influen cer @taramilktea en Insta gram. Fuente: Instagram.

Figura 77. Imágenes edita das del original. Filtros de Instagram. Fuente: Insta gram (@exitsimulation y @ cardenasbrend).

Figura 78. Chat en Walla pop compartido por @Jenn yVillamarin. Fuente: Twitter.

Figura 79. Anuncio de Etam por el 8M. Fuente: Etam (borjalona.com).

Figura 80. Parasoles del proyecto "Tejiendo la calle" en Valverde de la Vera. Fuen te: Yorokobu.

Figura 81. Imagen editada del original. Rahaf Moham med en su habitación del hotel del aeropuerto de Ban gkok. Fuente: La Razón.

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA.
DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS
NEGADOS 96 .07

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IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS
DE
CONTROL
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LA MUJER TUTELADA ANEXOS

105
09

9. ANEXOS

Para fundamentar la hipótesis del presente trabajo, esto es, la existencia de unos dispositivos femeninos de control que cronológicamente van evolucionando y adaptándose a los roles de género, las pautas de consumo y el desarrollo tecnológico de la casa y la ciudad, se ha optado por investigar empírica mente estos contextos.

En primer lugar, se analizan gráficamente los comportamien tos, posiciones, recorridos y relaciones que se observan en los sujetos masculinos y los sujetos femeninos en las tres etapas de investigación.

En el siglo XIX, se acude al Museo del Romanticismo de Ma drid con el fin de comprender las circunstancias sociales e históricas y cartografiar en planta las estancias y objetos que se describen en el espacio del museo. Para detallar los movi mientos y relaciones entre los sujetos, se analizan los textos y largometrajes sobre la vivienda decimonónica, anteriormente citados en la introducción de este trabajo. Para el siglo XX se delinean, también en planta, un catálogo de espacios y edificios públicos obtenidos de Plataforma Arquitectura. Para registrar de forma empírica la cartografía de los movimientos de los sujetos en la ciudad, se visitan una serie de espacios de la ciudad de Madrid —metro, calles, peluquerías, cafeterías, restaurantes, etc.— y se dibujan las relaciones observadas so bre los anteriores planos. Por último, para el análisis del siglo XXI se obtienen capturas de pantalla de las principales apli caciones para móvil, en concreto para un iPhone 6s. El funcio namiento de las apps se estudia desde los iconos, dibujando el catálogo de opciones posibles en las que se puede hacer click o pulsar.

En segundo lugar, se elabora un catálogo o fichero de disposi tivos femeninos de control, doce por cada época investigada, con la finalidad de inventariar los objetos de la vida cotidiana de las mujeres y analizarlos desde una perspectiva de género. La clasificación se estructura en una imagen de referencia, el nombre del dispositivo, la etapa, la tipología, el mito de la feminidad, el método de adquisición, el espacio que ocupa, los materiales, el tipo de fabricación y la descripción del dispositivo. La intención del catálogo es que pueda ser ampliable y revisable en el futuro, conforme evolucionen las tecnologías y los roles de género.

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS NEGADOS 106 .09 ANEXOS

Los espacios masculi nos se relacionan con el poder y el control de la vivienda (despacho, fumoir o gabinete) desde una perspectiva económica o social, y no doméstica o de cui dados.

Ámbito masculino de la vivienda deci monónica. Análisis gráfico de los reco rridos y relaciones entre los sujetos y los dispositivos femeninos artesa nales que se distri buyen en el espacio doméstico del siglo XIX.

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE
LOS ESPACIOS NEGADOS 107 09. ANEXOS
hombre servicio hijxs mujer

Los espacios femeni nos se relacionan con la crianza (alcoba de los hijos), la belleza y la virginidad (boudoir) y el matrimonio (alco ba femenina).

Ámbito femenino de la vivienda deci monónica. Análisis gráfico de los reco rridos y relaciones entre los sujetos y los dispositivos femeninos artesa nales que se distri buyen en el espacio doméstico del siglo XIX.

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA
MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS NEGADOS
108 .09 ANEXOS hombre
servicio hijxs mujer

Los espacios de ser vicio se relacionan con la alimentación (cocina principal, des pensa, trascocina y almacenaje) y con los elementos de comuni cación entre ámbitos y estancias, como esca leras, pasillos y distri buidores.

Ámbito de servicio de la vivienda deci monónica. Análisis gráfico de los reco rridos y relaciones entre los sujetos y los dispositivos femeninos artesa nales que se distri buyen en el espacio doméstico del siglo XIX.

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS
ESPACIOS NEGADOS 109 ANEXOS 09. hombre
servicio hijxs mujer

En los espacios pú blicos o sociales de la casa del siglo XIX, el sujeto femenino tiene una función ornamen tal o de entretenimien to. La educación de ‘adorno’ que reciben las mujeres, en canto, piano o literatura, tie ne como fin su revalo rización en el mercado matrimonial.

Ámbito público de la vivienda decimo nónica. Análisis grá fico de los recorridos y relaciones entre los sujetos y los dis positivos femeninos artesanales que se distribuyen en el es pacio doméstico del siglo XIX.

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA
MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS
NEGADOS 110 .09 ANEXOS hombre
servicio hijxs mujer

En los espacios del ámbito familiar, el su jeto femenino cumple con el rol de ‘ángel del hogar’ y los mitos de la feminidad: cuida del bienestar de su ma rido y sus hijos (sala de estar y comedor) de acuerdo con el mo delo judeocristiano de familia (biblioteca y oratorio).

Ámbito familiar o privado de la vi vienda decimonóni ca. Análisis gráfico de los recorridos y relaciones entre los sujetos y los dispo sitivos femeninos artesanales que se distribuyen en el es pacio doméstico del siglo XIX.

ESPACIOS NEGADOS 111 09. ANEXOShombre
servicio hijxs mujer

mujer

En los supermercados, las mujeres ocupan el rol de cajeras, limpia doras y clientas, que se corresponde con la es fera reproductiva y ser vicial del sujeto feme nino, mientras que los hombres se encargan del trabajo logístico y pesado, como mozos de almacén, gestores y transportistas.

En el metro, las mu jeres circulan por las zonas más visibles y seguras, cerca de las vías, mientras que los hombres recorren el espacio libremente.

Supermercado y metro en la ciudad moderna. Análisis gráfico de los reco rridos y relaciones entre los sujetos y los dispositivos fe meninos industria les que se distribu yen en el espacio público del siglo XX.

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MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS NEGADOS
112 .09 ANEXOS
hombre

mujer

En las cafeterías, res taurantes y teatros, los clientes suelen acudir en pareja (hombre y mujer) o en grupos de amigos segregados por género. En restau ración y hostelería, las mujeres ocupan los empleos más pre carios para conciliar (auxiliares de cocina y sala) y los hombres los puestos de gestores y chefs.

En el hospital, las mujeres ocupan los puestos de enfermería mientras que hay ma yor número de hom bres cirujanos o médi cos. Como pacientes, las mujeres se encar gan de acompañar a personas dependien tes en su rol de cuida doras.

Cafetería, teatro, hospital y restau rante en la ciudad moderna. Análisis gráfico de los reco rridos y relaciones entre los sujetos y los dispositivos fe meninos industria les que se distribu yen en el espacio público del siglo XX.

DE LOS ESPACIOS NEGADOS 113 09. ANEXOS
hombre

hombre

mujer

Las peluquerías y cen tros de estética son espacios plenamente femeninos, siguiendo el mito de la belleza. En cambio, el gimnasio se organiza en espacios femeninos (cardio y actividades en grupo) y espacios masculinos (musculación).

En la oficina, los pues tos de responsabilidad quedan restringidos a los hombres a cau sa de la conciliación familiar y la brecha salarial, puesto que en la vivienda la mujer si gue ocupándose de las tareas domésticas y de cuidado familiar. En el espacio públi co exterior, con el co mienzo de la pubertad se observa una segre gación por género en el uso de los parques y en las interacciones sociales. Especialmen te de noche, las muje res evitan andar solas a causa de la inseguri dad de un urbanismo androcentrista.

Oficina, peluquería, vivienda, gimnasio y parque y calle en la ciudad moderna. Análisis gráfico de los recorridos y relaciones entre los sujetos y los dispo sitivos femeninos industriales que se distribuyen en el es pacio público del si glo XX.

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA
MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS NEGADOS
114 .09 ANEXOS

hombre mujer

En los museos, el pú blico es mayoritaria mente femenino pero las obras expuestas son de autores mascu linos. En los colegios, las niñas suelen preocu parse más por el ren dimiento académico, distribuyéndose en las primeras filas de asientos en el aula. En los patios, los niños utilizan el espacio libre y abierto para desarro llar juegos deportivos, en equipo y competiti vos, mientras que las niñas se sitúan en los bordes del patio. Esto implica el desarrollo de juegos más socia les, relacionados con los mitos de la femini dad, como la materni dad y la belleza.

Colegio y museo en la ciudad moder na. Análisis gráfico de los recorridos y relaciones entre los sujetos y los dispo sitivos femeninos industriales que se distribuyen en el es pacio público del si glo XX.

DE LOS ESPACIOS NEGADOS 115 09. ANEXOS

La cámara de Snow permite modificar di gitalmente el aspecto físico para adaptarlo a los estereotipos de be lleza femenina.

En el caso de las apli caciones de almace namiento en la nube, como Google Drive, los roles de género no que dan determinados por la interfaz, sino que el contenido subido por cada usuario permite a la empresa obtener in formación en metada tos sobre su género y patrones de consumo. En Netflix, los algorit mos predictivos su gieren los contenidos en función de estereo tipos económicos, de género, edad, etc.

Cámara de Snow, Google Drive y Ne tflix, apps móviles de un smartphone Análisis gráfico de las interfaces de los dispositivos femeni nos digitales del si glo XXI y del catálo go de opciones que, a través de iconos, se incluye en cada aplicación móvil o metadispositivo di gital.

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MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS NEGADOS
116 .09 ANEXOS

En Instagram, los in fluencers y el culto a la belleza siguen per petuando los roles de género y los mitos de la feminidad.

En Google Fotos, las imágenes se suben con metadatos que recopilan los patrones de consumo y ocio de los usuarios, funda mentados en estereo tipos de género.

En Whatsapp, el con tacto directo y conti nuo, la sensación de impunidad y el ano nimato, pueden llevar a prácticas de acoso como ciberbullying, sexting y violencia de género.

Cámara de Insta gram, Google Fotos y Whatsapp, apps móviles de un smartphone. Análisis grá fico de las interfaces de los dispositivos femeninos digitales del siglo XXI y del catálogo de opcio nes que, a través de iconos, se incluye en cada aplicación mó vil o metadispositi vo digital.

LOS ESPACIOS NEGADOS 117 09. ANEXOS

En Airbnb, la turistifi cación de las ciudades está expulsando del centro urbano a los colectivos más vulne rables, como familias monoparentales, mu jeres viudas, mujeres a cargo de familiares dependientes, etc.

Las aplicaciones de tiendas online, como Zara, siguen perpe tuando un prototipo de mujer preocupada por su apariencia física, según los mitos de la feminidad.

En el caso de las apli caciones de vehícu los de transporte con conductor, como Uber, las mujeres recurren a estos servicios fun damentalmente por la noche, puesto que la ciudad se transforma en un espacio insegu ro para el sujeto femi nino.

Airbnb, Zara y Uber, apps móviles de un smartphone. Análisis gráfico de las inter faces de los disposi tivos femeninos di gitales del siglo XXI y del catálogo de op ciones que, a través de iconos, se incluye en cada aplicación móvil o metadispo sitivo digital.

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA
MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS NEGADOS
118 .09 ANEXOS

Las redes sociales, como Twitter, pueden convertirse en espa cios de acoso, en el que el anonimato intensifi ca los estereotipos de género, los prejuicios y el ciberbullying.

Las aplicaciones de productos a domicilio, como Amazon o Glovo, permiten reducir los tiempos dedicados a las tareas domésti cas, pero las mujeres siguen encargándose del consumo en el ho gar y de los cuidados familiares.

En el caso de las apli caciones para ligar, como Tinder, el siste ma de clasificación de las personas perpetúa los mitos de la femini dad y los estereotipos de género.

Twitter, Glovo y Tin der, apps móviles de un smartphone. Aná lisis gráfico de las interfaces de los dis positivos femeninos digitales del siglo XXI y del catálogo de opciones que, a través de iconos, se incluye en cada apli cación móvil o me tadispositivo digital.

LOS ESPACIOS NEGADOS 119 09. ANEXOS

FICHA ./01: XIX_JOYERO

DISPOSITIVO

Joyero

TIPOLOGÍA

FICHA ./02: XIX_TENACILLAS

ETAPA

Siglo XIX

FICHA ./03: XIX_TOCADOR

Caja contenedora

MÉTODO DE ADQUISICIÓN

MITO DE LA FEMINIDAD ESPACIO

Belleza, virginidad y matrimonio Regalado o heredado

TIPO DE FABRICACIÓN

MATERIALES

Doméstico: alcoba femenina o boudoir Madera, plata, oro y piedras preciosas Artesanal, orfebrería, ebanistería

DESCRIPCIÓN DEL DISPOSITIVO

En el siglo XIX, las joyas reflejaban el estatus que la mujer, como ‘ángel del hogar’, había alcanzado como hija o esposa. Cada joya requería de una determinada vestimenta y se uti lizaba para un acto social concreto. El joyero es el lugar donde se almacenan las alhajas, que solía formar parte del ajuar de novia.

DISPOSITIVO

Tenacillas

TIPOLOGÍA

ETAPA

Siglo XIX

MITO DE LA FEMINIDAD

Objeto singular

MÉTODO DE ADQUISICIÓN

MATERIALES

ESPACIO

Belleza, virginidad y matrimonio Comprado o heredado

Doméstico: alcoba femenina o boudoir

TIPO DE FABRICACIÓN

Metal y plata Artesanía en metal, orfebrería

DESCRIPCIÓN DEL DISPOSITIVO

Los rizadores de cabello, aparecidos en el siglo XIX, simbolizan el culto a la belleza frente a la salud de las mujeres. A pesar de que los primeros modelos quemaban el cuero cabelludo, el peinado era una forma de distinción y representación social durante el Romanticismo. El set dibujado contiene un calentador, un rizador, una tenaza y un separador del pelo.

DISPOSITIVO

Tocador

TIPOLOGÍA

ETAPA

Siglo XIX

MITO DE LA FEMINIDAD

Mueble contenedor, expositor y superficie Belleza, virginidad y matrimonio

MÉTODO DE ADQUISICIÓN

Por encargo, heredado

MATERIALES

Madera, cristal y metal

DESCRIPCIÓN DEL DISPOSITIVO

ESPACIO

Doméstico: alcoba femenina o boudoir

TIPO DE FABRICACIÓN

Artesanal, ebanistería

El tocador es un mueble asociado al ámbito de los gabinetes femeninos (alcoba y boudoir). En sus cajones, la señora solía guardar artículos de aseo, cosmética y de costura, pero tam bién frascos de perfume, joyeros y una palangana para asearse por secciones. El tocador era un símbolo de belleza y de estatus social, primer objeto relacionado con la higiene corporal.

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS NEGADOS 120 .09 ANEXOS

DISPOSITIVO

Peine y cepillo

TIPOLOGÍA

Objetos singulares

MÉTODO DE ADQUISICIÓN

Comprado o heredado

MATERIALES

Metal y plata

DESCRIPCIÓN DEL DISPOSITIVO

FICHA ./04: XIX_PEINE Y CEPILLO ETAPA

Siglo XIX

MITO DE LA FEMINIDAD

Belleza, virginidad y matrimonio

ESPACIO

Doméstico: alcoba femenina o boudoir

TIPO DE FABRICACIÓN

Artesanía en metal, orfebrería

El cuidado del cabello era uno de los principales símbolos de belleza en el siglo XIX. Los peines y cepillos, objetos heredados que configuraban el ajuar de novia, reflejaban el estatus social en función de su material de fabricación y artesanía. Se almacenaban en los cajones del tocador.

FICHA ./05: XIX_ARMARIO ETAPA

DISPOSITIVO

Armario

TIPOLOGÍA

Mueble contenedor

MÉTODO DE ADQUISICIÓN

Encargado o heredado

MATERIALES

Madera y metal

DESCRIPCIÓN DEL DISPOSITIVO

Siglo XIX

MITO DE LA FEMINIDAD

Belleza, matrimonio y maternidad

ESPACIO

Doméstico: alcoba femenina o boudoir

TIPO DE FABRICACIÓN

Artesanal, ebanistería

El armario es el principal objeto contenedor de la vivienda decimonónica. Almacena los ob jetos que constituyen el ajuar de novia; el número y calidad de los bienes determina el poder económico de la familia. Los armarios se distribuyen por toda la vivienda y especifican el programa de las estancias en función de su contenido.

DISPOSITIVO

Espejo y perfume

TIPOLOGÍA

FICHA ./06: XIX_ESPEJO Y PERFUME ETAPA

Siglo XIX

MITO DE LA FEMINIDAD

Objetos singulares

MÉTODO DE ADQUISICIÓN

MATERIALES

Plata, cristal y metal

DESCRIPCIÓN DEL DISPOSITIVO

ESPACIO

Belleza, virginidad y matrimonio Comprado, regalado, heredado

Doméstico: alcoba femenina o boudoir

TIPO DE FABRICACIÓN

Artesanía en metal, orfebrería

Al igual que el peine y el cepillo, el espejo y el perfume formaban parte del ajuar de novia, donde el estatus social de la futura pareja se reflejaba en la calidad de los materiales y la artesanía. También se almacenaban en los cajones o en la superficie del tocador.

DISPOSITIVOS
DE CONTROL
DE LOS ESPACIOS NEGADOS 121 09. ANEXOS

FICHA ./07: XIX_ROSARIO

DISPOSITIVO

Rosario

TIPOLOGÍA

FICHA ./08: XIX_COSTURA

FICHA ./09: XIX_POLVERA

ETAPA

Siglo XIX

MITO DE LA FEMINIDAD

Objeto singular

MÉTODO DE ADQUISICIÓN

MATERIALES

ESPACIO

Virginidad, maternidad y matrimonio Regalado o heredado Doméstico: alcoba femenina y oratorio

TIPO DE FABRICACIÓN

Plata y oro Artesanal, orfebrería

DESCRIPCIÓN DEL DISPOSITIVO

El rosario es un objeto religioso católico que sirve para rezar. Como dispositivo femenino, simboliza la influencia de la Iglesia en la educación y en la configuración de la mujer decimo nónica como ‘ángel del hogar’. La calidad de su factura refleja el estatus social de la familia y su fe. Suele ser un objeto heredado que formaba parte del ajuar de novia.

DISPOSITIVO

Costura

TIPOLOGÍA

Herramientas

MÉTODO DE ADQUISICIÓN

Comprado o heredado

MATERIALES

Madera, textil, metal y plata

DESCRIPCIÓN DEL DISPOSITIVO

ETAPA

Siglo XIX

MITO DE LA FEMINIDAD

Matrimonio y maternidad

ESPACIO

Doméstico: alcoba femenina, boudoir, sala de estar, biblioteca

TIPO DE FABRICACIÓN

Artesanía en metal y madera, orfebrería

La costura era el principal pasatiempo de la mujer decimonónica. Durante toda su vida, el sujeto femenino cosía y bordaba los elementos textiles de su ajuar de novia. Cuando ya era una mujer casada, ayudaba y enseñaba a sus hijas para realizar la misma labor. Su esfuerzo, dedicación y habilidad reflejaban su validez como ama de casa y ‘ángel del hogar’.

DISPOSITIVO

Polvera

TIPOLOGÍA

ETAPA

Siglo XIX

MITO DE LA FEMINIDAD

MÉTODO DE ADQUISICIÓN

MATERIALES

Plata y cristal

DESCRIPCIÓN DEL DISPOSITIVO

ESPACIO

Objeto singular contenedor Belleza y matrimonio Regalado o heredado

Doméstico: alcoba femenina o boudoir

TIPO DE FABRICACIÓN

Artesanal, orfebrería

Las polveras son objetos contenedores de los polvos y ungüentos que se utilizaban en la cosmética decimonónica. Eran cajas muy ornamentadas, cuya factura reflejaba el estatus social. El maquillaje era un símbolo de belleza y de poder económico, a pesar de que las fórmulas tenían un efecto muy perjudicial en la salud de las mujeres.

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS NEGADOS 122 .09 ANEXOS

DISPOSITIVO

Vestidos

TIPOLOGÍA

FICHA ./10: XIX_VESTIDOS

ETAPA

Siglo XIX

MITO DE LA FEMINIDAD

Objetos singulares

MÉTODO DE ADQUISICIÓN

MATERIALES

Textil

DESCRIPCIÓN DEL DISPOSITIVO

ESPACIO

Belleza, virginidad, maternidad y matrimonio Comprado o heredado

Doméstico: alcoba femenina o boudoir

TIPO DE FABRICACIÓN

Sastrería y modista

Junto al tratamiento del cabello y las joyas, la vestimenta era un símbolo del estatus social, del nivel económico y de la posición de la mujer, como hija, novia, esposa, madre o viuda. Para cada uno de estos estados civiles, existía un código que el sujeto femenino debía acatar, con el fin de ser identificado frente a la sociedad.

FICHA ./11: XIX_CARTAS

DISPOSITIVO

Armario

TIPOLOGÍA

ETAPA

Siglo XIX

MITO DE LA FEMINIDAD

Objeto singular

MÉTODO DE ADQUISICIÓN

MATERIALES

Papel

DESCRIPCIÓN DEL DISPOSITIVO

ESPACIO

Belleza, matrimonio y maternidad Comprado

Doméstico: alcoba femenina, boudoir, sala de estar y biblioteca

TIPO DE FABRICACIÓN

Artesanal, papelería

La alfabetización de las mujeres burguesas en el siglo XIX permitió el desarrollo de la corres pondencia femenina. El sujeto femenino escribía cartas para comunicarse con sus familiares, amigas o hijos, tal y como se esperaba de su rol como ‘ángel del hogar’. Las cartas solían escribirse en el tocador, puesto que era un mueble exclusivo de la señor de la casa.

DISPOSITIVO

Abanico

TIPOLOGÍA

FICHA ./12: XIX_ABANICO

ETAPA

Siglo XIX

MITO DE LA FEMINIDAD

Objeto singular

MÉTODO DE ADQUISICIÓN

MATERIALES

Textil y madera

DESCRIPCIÓN DEL DISPOSITIVO

ESPACIO

Belleza, virginidad y matrimonio Comprado o heredado

Doméstico: alcoba femenina o boudoir

TIPO DE FABRICACIÓN

Artesanal, orfebrería y ebanistería

El abanico es un símbolo del erotismo y la seducción asociados al sujeto femenino, cuya colocación, movimiento y forma de agarrarlo tenía un significado social. Como objeto, es un artículo de lujo que representaba el estatus y la distinción de su poseedora.

DISPOSITIVOS
DE CONTROL
DE LOS ESPACIOS NEGADOS 123 09. ANEXOS

FICHA ./13: XX_TELEVISOR

DISPOSITIVO

Televisor

TIPOLOGÍA

FICHA ./14: XX_SPRAY DE PIMIENTA

ETAPA

Siglo XX

FICHA ./15: XX_CÁMARA

MÉTODO DE ADQUISICIÓN

MITO DE LA FEMINIDAD ESPACIO

Objeto fabricado en serie Belleza, virginidad, maternidad y matrimonio Comprado

Doméstico: salón

TIPO DE FABRICACIÓN

MATERIALES

Plástico y cristal Industrial

DESCRIPCIÓN DEL DISPOSITIVO

La televisión es el objeto por excelencia del siglo XX. Estructura la organización de la vivien da moderna, y difunde los estereotipos de género y los patrones de consumo asociados a la familia occidental. Los anuncios y la publicidad de los programas de televisión perpetúan el modelo de la mujer ama de casa, a pesar de ser trabajadora.

DISPOSITIVO

Spray de pimienta

TIPOLOGÍA

ETAPA

Siglo XX

MITO DE LA FEMINIDAD ESPACIO

Objeto fabricado en serie Virginidad Comprado

MÉTODO DE ADQUISICIÓN

MATERIALES

Urbano: dentro del bolso femenino

TIPO DE FABRICACIÓN

Plástico Industrial

DESCRIPCIÓN DEL DISPOSITIVO

El spray de pimienta es un dispositivo de autodefensa que se popularizó en el pasado siglo, a raíz de la incorporación de la mujer en el mercado laboral y la ocupación del espacio urbano androcentrista. Este tipo de objetos dan una falsa sensación de seguridad ante las violaciones y agresiones a mujeres, pero no educan en el problema base: la desigualdad de género.

DISPOSITIVO

Cámara

TIPOLOGÍA

ETAPA

Siglo XX

MITO DE LA FEMINIDAD

Objeto fabricado en serie Belleza

MÉTODO DE ADQUISICIÓN

Comprado

MATERIALES

ESPACIO

Urbano: dentro del bolso femenino

TIPO DE FABRICACIÓN

Plástico y cristal Industrial

DESCRIPCIÓN DEL DISPOSITIVO

La imagen del cuerpo femenino, simbolizada en la cámara de fotos como dispositivo, está car gada de estereotipos y prejuicios que forman un modelo inalcanzable e irreal del significado de ser mujer. Las fotografías de los anuncios muestran la extrema delgadez y la perfección facial como la cúspide de la belleza femenina.

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS NEGADOS 124 .09 ANEXOS

DISPOSITIVO

Anticonceptivos

TIPOLOGÍA

FICHA ./16: XX_ANTICONCEPTIVOS ETAPA

Siglo XX

MITO DE LA FEMINIDAD

MÉTODO DE ADQUISICIÓN

ESPACIO

Objeto fabricado en serie Virginidad y matrimonio Comprado

TIPO DE FABRICACIÓN

MATERIALES

DESCRIPCIÓN DEL DISPOSITIVO

La píldora anticonceptiva es un medicamento que permite controlar los embarazos y la re gularidad de la menstruación. Aunque sus beneficios son múltiples, en muchos casos implica retrasar la maternidad a causa de la nula conciliación familiar y laboral. También tiene efectos secundarios, como la depresión o la falta de libido.

FICHA ./17: XX_ELECTRODOMÉSTICOS ETAPA

DISPOSITIVO

Urbano: dentro del bolso femenino Plástico Industrial, farmaceútica Electrodomésticos

Siglo XX

TIPOLOGÍA

MÉTODO DE ADQUISICIÓN

MITO DE LA FEMINIDAD ESPACIO

Objeto contenedor, herramienta Matrimonio y maternidad Comprado

Doméstico: cocina

TIPO DE FABRICACIÓN

MATERIALES

DESCRIPCIÓN DEL DISPOSITIVO

Los electrodomésticos son herramientas que facilitan la realización de las tareas domésticas, tanto en tiempo como en eficacia. La automatización de las tareas no impide que la mujer, aunque sea también trabajadora, sea la principal encargada de la esfera reproductiva, tanto en la limpieza del hogar como en el cuidado de las personas dependientes.

DISPOSITIVO

Plástico y cristal Industrial Tabaco Siglo XX

TIPOLOGÍA

Objeto fabricado en serie

MÉTODO DE ADQUISICIÓN

Comprado

MATERIALES

FICHA ./18: XX_TABACO ETAPA

MITO DE LA FEMINIDAD

Virginidad y matrimonio

ESPACIO

Urbano: dentro del bolso femenino

TIPO DE FABRICACIÓN

Papel y plástico Industrial

DESCRIPCIÓN DEL DISPOSITIVO

El tabaco era símbolo de la sensualidad y del erotismo femeninos durante el siglo XX. Para aumentar las ventas de este producto, las tabacaleras promovieron en sus anuncios y en el cine estadounidense un modelo de mujer fumadora sensual, liberada y a la moda. El estereo tipo tenía un fin lucrativo, a costa de la salud de las mujeres.

DISPOSITIVOS
DE CONTROL
DE LOS ESPACIOS NEGADOS 125 09. ANEXOS

FICHA ./19: XX_TACONES

DISPOSITIVO

Tacones

TIPOLOGÍA

FICHA ./20: XX_CIRUGÍA ESTÉTICA

FICHA ./21: XX_BIKINI

ETAPA

Siglo XX

MITO DE LA FEMINIDAD ESPACIO

Objeto fabricado en serie Belleza y matrimonio Comprado

MÉTODO DE ADQUISICIÓN

MATERIALES

DESCRIPCIÓN DEL DISPOSITIVO

TIPO DE FABRICACIÓN

Doméstico: habitación y pasillo Plástico, cuero y textil

Artesanal e industrial

Los tacones son un símbolo de la mujer trabajadora, que sale por primera vez a la ciudad para ser autónoma y económicamente independiente. No obstante, lo que se vende como un objeto emancipador, es en realidad un bien de consumo que malogra la salud física de las mujeres e impide realizar la jornada laboral de forma cómoda y eficaz.

DISPOSITIVO

Cirugía estética

TIPOLOGÍA

ETAPA

Siglo XX

MITO DE LA FEMINIDAD ESPACIO

Herramienta, objeto fabricado en serie Belleza y virginidad Comprado (servicio)

MÉTODO DE ADQUISICIÓN

MATERIALES

Urbano: hospital

TIPO DE FABRICACIÓN

Plástico y metal Industrial, farmaceútica

DESCRIPCIÓN DEL DISPOSITIVO

Las operaciones estéticas tienen como fin acercarse a un canon de belleza que, por inalcanza ble e irrealizable, requiere de modificaciones corporales. Bajo una falsa sensación de bienestar físico y mejora de la autoestima, se esconden unos estereotipos de género que perpetúan los mitos de la feminidad y el consumismo.

DISPOSITIVO

Bikini

TIPOLOGÍA

ETAPA

Siglo XX

Objeto fabricado en serie Belleza, virginidad y matrimonio

MÉTODO DE ADQUISICIÓN

Comprado

MATERIALES

MITO DE LA FEMINIDAD ESPACIO

Doméstico: armario del dormitorio

TIPO DE FABRICACIÓN

Textil y plástico Industrial

DESCRIPCIÓN DEL DISPOSITIVO

El bikini, junto con la minifalda o el pantalón vaquero, son prendas de vestir que simboli zan la liberación femenina. Sin embargo, también difunden los estereotipos de género y la dificultad de cumplir con el canon de belleza. El cuerpo de la mujer expuesto es objeto de especulación económica, prejuicios y violencia.

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS NEGADOS 126 .09 ANEXOS

DISPOSITIVO

Maquillaje y piercings

TIPOLOGÍA

FICHA ./22: XX_MAQUILLAJE Y PIERCINGS ETAPA

Siglo XX

MITO DE LA FEMINIDAD

MÉTODO DE ADQUISICIÓN

MATERIALES

ESPACIO

Objeto fabricado en serie Belleza, virginidad y matrimonio Comprado

Doméstico: baño o habitación

TIPO DE FABRICACIÓN

DESCRIPCIÓN DEL DISPOSITIVO

El maquillaje y los piercings permiten modificar el aspecto facial de las mujeres sin necesidad de cirugía, pero sigue estando sujeto a un canon de belleza y a un consumismo difundido por los anuncios y la publicidad dirigida al sujeto femenino. Un canon de belleza inalcanzable garantiza el consumo constante de productos cosméticos.

FICHA ./23: XX_BOLSO ETAPA

DISPOSITIVO

Plástico, metal, polvo Industrial Bolso

Siglo XX

TIPOLOGÍA

Objeto contenedor

MÉTODO DE ADQUISICIÓN

MITO DE LA FEMINIDAD ESPACIO

Belleza, matrimonio y maternidad Comprado

Doméstico y urbano

TIPO DE FABRICACIÓN

MATERIALES

DESCRIPCIÓN DEL DISPOSITIVO

El bolso es un objeto contenedor asociado exclusivamente a las mujeres, dependiente de las modas y el consumismo. El sujeto femenino se encarga de todos los objetos personales de los miembros de su familia, en su rol de cuidadora y ama de casa.

FICHA ./24: XX_MUÑECA ETAPA

DISPOSITIVO

Plástico, cuero, textil y metal Artesanal e industrial Muñeca

TIPOLOGÍA

Objeto fabricado en serie

MÉTODO DE ADQUISICIÓN

Regalado

MATERIALES

Plástico

DESCRIPCIÓN DEL DISPOSITIVO

Siglo XX

MITO DE LA FEMINIDAD

Maternidad y matrimonio

ESPACIO

Doméstico: habitación de las hijas

TIPO DE FABRICACIÓN

Industrial

Las muñecas, y especialmente las Barbies, no son solo objetos para el juego, sino que trans miten los mitos de la feminidad desde la infancia. Las niñas aprenden a ser madres, esposas e hijas a través de muñecas que reproducen los roles y estereotipos de género.

DISPOSITIVOS
DE CONTROL
DE LOS ESPACIOS NEGADOS 127 09. ANXOS

FICHA ./25: XXI_SMARTPHONE

DISPOSITIVO

Smartphone

TIPOLOGÍA

FICHA ./26: XXI_TABLET

FICHA ./27: XXI_PORTÁTIL

ETAPA

Siglo XXI

MITO DE LA FEMINIDAD

Dispositivo digital

MÉTODO DE ADQUISICIÓN

MATERIALES

ESPACIO

Belleza, virginidad, matrimonio y maternidad Comprado

Urbano: dentro del bolso femenino

TIPO DE FABRICACIÓN

DESCRIPCIÓN DEL DISPOSITIVO

Los dispositivos digitales con pantalla, sea cual sea su formato y precio, son objetos estándar que no se dirigen a un público concreto. La transmisión de los mitos de la feminidad y los es tereotipos de género se produce a través de las aplicaciones y programas dirigidos a los sujetos femeninos, que promueven los comportamientos sociales del espacio físico.

DISPOSITIVO

TIPOLOGÍA

ETAPA

Metal, cristal y plástico Tecnológica Tablet

Siglo XXI

MITO DE LA FEMINIDAD

Dispositivo digital

MÉTODO DE ADQUISICIÓN

MATERIALES

ESPACIO

Belleza, virginidad, matrimonio y maternidad Comprado

Urbano: dentro del bolso femenino

TIPO DE FABRICACIÓN

Metal, cristal y plástico Tecnológica

DESCRIPCIÓN DEL DISPOSITIVO

Los dispositivos digitales con pantalla, sea cual sea su formato y precio, son objetos estándar que no se dirigen a un público concreto. La transmisión de los mitos de la feminidad y los es tereotipos de género se produce a través de las aplicaciones y programas dirigidos a los sujetos femeninos, que promueven los comportamientos sociales del espacio físico.

DISPOSITIVO

Portátil

TIPOLOGÍA

Dispositivo digital

MÉTODO DE ADQUISICIÓN

Comprado

MATERIALES

ETAPA

Siglo XXI

MITO DE LA FEMINIDAD

Belleza, virginidad, matrimonio y maternidad

ESPACIO

Urbano: dentro del bolso femenino

TIPO DE FABRICACIÓN

Metal, cristal y plástico Tecnológica

DESCRIPCIÓN DEL DISPOSITIVO

Los dispositivos digitales con pantalla, sea cual sea su formato y precio, son objetos estándar que no se dirigen a un público concreto. La transmisión de los mitos de la feminidad y los es tereotipos de género se produce a través de las aplicaciones y programas dirigidos a los sujetos femeninos, que promueven los comportamientos sociales del espacio físico.

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS NEGADOS 128 .09 ANEXOS

DISPOSITIVO

Smartwatch

TIPOLOGÍA

FICHA ./28: XXI_SMARTWATCH ETAPA

Siglo XXI

MITO DE LA FEMINIDAD

Dispositivo digital

MÉTODO DE ADQUISICIÓN

MATERIALES

ESPACIO

Belleza, virginidad, matrimonio y maternidad Comprado Wearable (tecnología vestible)

TIPO DE FABRICACIÓN

DESCRIPCIÓN DEL DISPOSITIVO

Los dispositivos digitales con pantalla, sea cual sea su formato y precio, son objetos estándar que no se dirigen a un público concreto. La transmisión de los mitos de la feminidad y los es tereotipos de género se produce a través de las aplicaciones y programas dirigidos a los sujetos femeninos, que promueven los comportamientos sociales del espacio físico.

FICHA ./29: XXI_VIDEOCONSOLA ETAPA

DISPOSITIVO

Metal, cristal y plástico Tecnológica Videoconsola

TIPOLOGÍA

Siglo XXI

MITO DE LA FEMINIDAD

Dispositivo digital

MÉTODO DE ADQUISICIÓN

MATERIALES

ESPACIO

Belleza, virginidad, matrimonio y maternidad Comprado

Urbano: dentro del bolso femenino

TIPO DE FABRICACIÓN

Metal, cristal y plástico Tecnológica

DESCRIPCIÓN DEL DISPOSITIVO

Los dispositivos digitales con pantalla, sea cual sea su formato y precio, son objetos estándar que no se dirigen a un público concreto. La transmisión de los mitos de la feminidad y los es tereotipos de género se produce a través de las aplicaciones y programas dirigidos a los sujetos femeninos, que promueven los comportamientos sociales del espacio físico.

DISPOSITIVO

Smart tv

TIPOLOGÍA

FICHA ./30: XXI_SMART TV ETAPA

Siglo XXI

MITO DE LA FEMINIDAD

Dispositivo digital

MÉTODO DE ADQUISICIÓN

ESPACIO

Belleza, virginidad, matrimonio y maternidad Comprado

TIPO DE FABRICACIÓN

MATERIALES

Urbano: dentro del bolso femenino Metal, cristal y plástico

Tecnológica

DESCRIPCIÓN DEL DISPOSITIVO

Los dispositivos digitales con pantalla, sea cual sea su formato y precio, son objetos estándar que no se dirigen a un público concreto. La transmisión de los mitos de la feminidad y los es tereotipos de género se produce a través de las aplicaciones y programas dirigidos a los sujetos femeninos, que promueven los comportamientos sociales del espacio físico.

DISPOSITIVOS
DE CONTROL
DE LOS ESPACIOS NEGADOS 129 09. ANEXOS

FICHA ./31: XXI_AURICULARES

DISPOSITIVO

Auriculares

TIPOLOGÍA

FICHA ./32: XXI_BRAZO ROBOT

ETAPA

Siglo XXI

FICHA ./33: XXI_DRON

Dispositivo digital

MÉTODO DE ADQUISICIÓN

MITO DE LA FEMINIDAD ESPACIO

Belleza, virginidad, matrimonio y maternidad Comprado Urbano: dentro del bolso femenino

TIPO DE FABRICACIÓN

MATERIALES

Metal, cristal y plástico Tecnológica

DESCRIPCIÓN DEL DISPOSITIVO

La música, tanto en el siglo XX como el siglo XXI, sea cual sea su estilo, promueve los este reotipos y prejuicios asociados a la desigualdad de género. Los auriculares, como objetos, no son dispositivos plenamente femeninos, pero el contenido que difunden sí promueve los mitos de la feminidad.

DISPOSITIVO

Brazo robot

TIPOLOGÍA

ETAPA

Siglo XXI

Dispositivo digital

MÉTODO DE ADQUISICIÓN

MITO DE LA FEMINIDAD ESPACIO

Belleza, virginidad, matrimonio y maternidad Comprado

Urbano: fab-lab o universidad

TIPO DE FABRICACIÓN

MATERIALES

Metal, cristal y plástico Tecnológica

DESCRIPCIÓN DEL DISPOSITIVO

La robótica es una disciplina dirigida indistintamente a mujeres y hombres, dado que son objetos tecnológicos estandarizados. Sin embargo, las profesiones científicas y tecnológicas son rechazadas por los sujetos femeninos, ante unos estereotipos de género que acentúan las ocupaciones relacionadas con los cuidados (docencia y enfermería) como femeninas.

DISPOSITIVO

Dron

TIPOLOGÍA

ETAPA

Siglo XXI

Dispositivo digital

MÉTODO DE ADQUISICIÓN

MITO DE LA FEMINIDAD ESPACIO

Belleza, virginidad, matrimonio y maternidad Comprado

MATERIALES

Metal, cristal y plástico

DESCRIPCIÓN DEL DISPOSITIVO

Doméstico y urbano: fab-lab o universidad

TIPO DE FABRICACIÓN

Tecnológica

El dron, como sistema de vigilancia, tiene como fin perpetuar el orden social establecido. Como objeto de ocio, los aparatos tecnológicos siguen estando fundamentalmente dirigidos a hombres. Es, en este sentido, un dispositivo estándar que rechaza el uso por parte de los sujetos femeninos, al no adecuarse a los mitos de la feminidad.

IRENE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ LA MUJER TUTELADA. DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS NEGADOS 130 .09 ANEXOS

DISPOSITIVO

Placa de programación

TIPOLOGÍA

FICHA ./34: XXI_PLACA DE PROGRAMACIÓN ETAPA

Siglo XXI

MITO DE LA FEMINIDAD

Dispositivo digital

MÉTODO DE ADQUISICIÓN

MATERIALES

ESPACIO

Belleza, virginidad, matrimonio y maternidad Comprado

Urbano: fab-lab o universidad

TIPO DE FABRICACIÓN

Metal, cristal y plástico Tecnológica

DESCRIPCIÓN DEL DISPOSITIVO

Aunque en su inicio la programación se consideraba una profesión menor y por lo tanto, dirigida a mujeres, tras su profesionalización, con el desarrollo tecnológico, se centró en la figura masculina. De la misma forma que con la robótica, la informática ya no se define como profesión femenina, puesto que no responde a la esfera reproductiva o de cuidados.

FICHA ./35: XXI_PEN DRIVE ETAPA

DISPOSITIVO

Pen drive

TIPOLOGÍA

Siglo XXI

MITO DE LA FEMINIDAD

Dispositivo digital

MÉTODO DE ADQUISICIÓN

MATERIALES

Metal, cristal y plástico

DESCRIPCIÓN DEL DISPOSITIVO

ESPACIO

Belleza, virginidad, matrimonio y maternidad Comprado

Urbano: dentro del bolso femenino

TIPO DE FABRICACIÓN

Tecnológica

El pen drive es un objeto contenedor de información personal que se puede transmitir entre dispositivos digitales. Aunque es un dispositivo estándar, en contenido almacenado responde a los estereotipos de género y los mitos de la feminidad.

FICHA ./36: XXI_ASISTENTE PERSONAL ETAPA

DISPOSITIVO

Asistente personal

TIPOLOGÍA

Dispositivo digital

MÉTODO DE ADQUISICIÓN

Comprado

MATERIALES

Metal, cristal y plástico

DESCRIPCIÓN DEL DISPOSITIVO

Siglo XXI

MITO DE LA FEMINIDAD

Belleza, virginidad, matrimonio y maternidad

ESPACIO

Doméstico: sala de estar

TIPO DE FABRICACIÓN

Tecnológica

Los asistentes personales, como los comercializados por Google o Amazon, tienen siempre una voz femenina y relajada. De esta forma, los cuidados y el servilismo se siguen asociando a la esfera del sujeto femenino.

DISPOSITIVOS
DE CONTROL
DE LOS ESPACIOS NEGADOS 131 09. ANEXOS

LA MUJER TUTELADA: DISPOSITIVOS DE CONTROL DE LOS ESPACIOS NEGADOS consiste en un análisis cronológico, en los siglos XIX, XX y XXI, de los objetos personales que configuran la experiencia vital de la mujeres. La investigación parte de la premisa de que estos objetos, entendidos como dispositivos ‘foucaultianos’, acumulan las normas mo rales y éticas de una sociedad, asignando a sus usuarios los roles establecidos en ella.

En el caso de la mujer como usuaria, los dispositivos tienen la función de perpetuar los estereotipos de género en base a los mitos de la feminidad: la maternidad, la virginidad, el matrimonio y la belleza. La investigación se es tructura en un marco teórico, donde se definen los conceptos de sujeto femenino y de dispositivos, y en un análisis cronológico, en el que se estudian los objetos femeninos en función de la evolución de la mujer, la casa y la ciudad.

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