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H. Helio Gentil Tálaga Garzón

+ Medellín, 25 de agosto de 2013

El H. Tálaga era oriundo de Timbío (Cauca), donde nació el 8 de enero de 1933. Sus padres fueron Secundino Tálaga y Zoila Garzón, quienes tuvieron diez hijos más. Ingresó al Noviciado de la Compañía de Jesús en Santa Rosa de Viterbo el 5 de abril de 1956. Allí emitió los votos del bienio en 1958. Adelantó estudios de enfermería en España entre 1964 y 1966; también se tituló como socorrista de la Cruz Roja Colombiana. Posteriormente fue destinado a Tercera Probación en Cochabamba (Bolivia) en 1968, y emitió sus últimos votos el 2 de febrero de 1969. Su servicio apostólico lo inició en el Colegio José Joaquín Ortiz de Tunja – entonces llevado por la Compañía de Jesús – en el que se desempeñó como prefecto de empleados entre 1958 y 1962. Los dos siguientes años se ocupó como enfermero en Santa Rosa de Viterbo, antes de ir a España a adelantar estudios de medicina general y enfermería. A su regreso, fue enfermero en el Colegio Máximo de María Inmaculada en Bogotá (1966-1971), para luego ser cofundador de la Casa Pedro Arrupe en Medellín (1972-1973), y pasar a ser enfermero y colaborador en Cali (1973-1977). Regresó a Medellín como enfermero hasta 1982 y después, entre 1983 y el 2000, de nuevo prestó sus servicios en la enfermería de Bogotá. Volvió a la Casa Arrupe desde el 2003, donde falleció el 25 de agosto de 2013.

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Recuerda el P. Gonzalo Castro que el H. Tálaga se destacó por su excelente desempeño académico en el Colegio San Francisco Javier de Pasto, del cual salió bachiller en 1955; además, “con su carácter callado y espíritu servicial, era para sus compañeros de curso el apoyo o la solución cuando por su descuido o su limitación intelectual no podían dar cuenta con el rendimiento académico exigido por los profesores. Era su ayuda”. En el ambiente espiritual de la

Congregación Mariana, durante los dos últimos años del bachillerato, manifestó su vocación de hermano jesuita, a la cual siempre se aferró con cariño y firmeza a pesar de que su acompañante espiritual, el P. Celestino Redín – rector del Colegio –, lo motivara a inclinarse por el sacerdocio en la Compañía de Jesús. Siempre conservó “la misma generosidad y sencillez que le había conocido en el Javeriano”, concluye el P. Castro en su semblanza.

Referencia: Noticias de Provincia, N° 8, septiembre 2013, pg. 13; N° 9, octubre 2013, pg. 6.

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