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P. León Uribe Cadavid
+ Medellín, 22 de agosto de 2016
Por P. José de Jesús Prieto, SJ
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Hijo de don Julián Uribe y doña Teresa Cadavid, León nació en Salgar (Antioquia) el 13 de noviembre de 1922, en un hogar que compartió con sus trece hermanos. Ingresó a la Compañía de Jesús en el Noviciado de Santa Rosa de Viterbo, el 27 de noviembre de 1940 y realizó los primeros votos el 8 de diciembre de 1942. Allí mismo hizo el Juniorado entre 1943 y 1946; pasó luego a Chapinero para los estudios de Ciencias y Filosofía (1947-1950) y después fue destinado a Magisterio en Villa Gonzaga (1951-1953). Volvió a Chapinero para adelantar los estudios de Teología (1954-1957); recibió la ordenación sacerdotal el 3 de diciembre de 1956. Su Tercera Probación la hizo en Gandía (España) en 1960 y se incorporó definitivamente a la Compañía el 2 de febrero de 1961.
El Padre León fue forjando su vocación de jesuita como exalumno que fue del Colegio San Ignacio de Medellín. Fue ayudante del Maestro de Novicios en La Ceja en 1961, y Socio del Provincial de Colombia Occidental de 1962 a 1966.
Su trabajo pastoral lo realizó en torno a la parroquia San Ignacio de Medellín, donde fue vicario y párroco por más de 40 años, lugar de feliz recordación para muchas generaciones de jesuitas y feligreses, parroquia que luego se entregó a la Arquidiócesis de Medellín. Hombre madrugador para iniciar sus actividades parroquiales, en las que sobresalió su dedicación a llevar la comunión diaria a los enfermos y personas adultas del lugar. Pero su entusiasmo por seguir colaborando en la pastoral parroquial no terminó allí. En sus últimos años y ya con sus limitaciones de salud, ayudó en la parroquia de la Sagrada Familia y en la capilla de San Juan de Dios de Medellín. Esta línea de su trabajo apostólico fue el derrotero
de su vida como religioso y como jesuita al servicio de los demás, especialmente de los más necesitados. En todo ello fue ofreciendo su testimonio de vida religiosa, de amor por la Compañía y su generoso servicio. Fue de una personalidad muy sencilla, fiel a su vocación, persona de profunda experiencia de oración, discreto en el ambiente comunitario, y con dedicación incondicional a su trabajo parroquial y al servicio a la numerosa feligresía que atendió con esmero. Falleció en la Casa Pedro Arrupe de Medellín, el 22 de agosto de 2016.
Referencia: Noticias de Provincia, N° 8, agosto 2016, pg. 5.