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P. Rodrigo Ospina Vélez

+ Medellín, 1 de abril de 2018

Rodrigo Ospina nació en Medellín el 10 de septiembre de 1940. Fueron sus padres don Francisco Ospina y doña Libia Vélez, quienes tuvieron nueve hijos más. Ingresó a la Compañía de Jesús en el Noviciado de Santa Rosa de Viterbo, el 12 de diciembre de 1955 y emitió los votos del bienio el 25 de diciembre de 1957; en esa misma casa realizó el Juniorado entre 1958 y 1960 y pasó a Chapinero para hacer la Filosofía, que terminó en 1964. Durante los tres años siguientes realizó su Magisterio en Cali y Manizales, para volver a Chapinero a estudiar la Teología entre 1968 y 1971. Recibió la ordenación sacerdotal el 7 de diciembre de 1970 y luego sirvió en la Congregación Mariana de Medellín, en la pastoral del Colegio San Pedro de Bucaramanga, en pastoral familiar de la Arquidiócesis de Medellín y en la pastoral del Colegio Berchmans. Hizo la Tercera Probación en 1973 y emitió los últimos votos el 2 de febrero de 1979. Desde 1980 su labor apostólica se repartió entre los colegios, la pastoral familiar, el sector social y la Universidad Javeriana. Durante este período de tiempo trabajó en las parroquias de Cristo Rey en Pasto y del Sagrado Corazón en Bucaramanga, fundamentalmente en la pastoral familiar; este apostolado también lo extendió a los colegios San Bartolomé La Merced – donde fundó la CVX –, San Ignacio de Loyola de Medellín, San Pedro Claver de Bucaramanga y San Juan Berchmans de Cali; apoyó también la pastoral de la Javeriana; además, colaboró unos años en la Fundación Social y fue acompañante por más de diez años de la Fraternidad de la Divina Providencia. Falleció en la Casa Pedro Arrupe de Medellín, el 1 de abril de 2018.

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Rodrigo se fue al cielo a comer helados

Por P. Hernando Muñoz, SJ

Tuve la grata oportunidad de compartir con Rodrigo, aproximadamente 4 ó 5 años, durante su permanencia en la Parroquia del Sagrado Corazón en Bucaramanga. Era un hombre alegre, responsable y de mucha vida de oración, que siempre mostró su amor a la Eucaristía y al apostolado de parejas. Amaba a su familia y la seguirá amando desde el corazón de Cristo. Ponderaba con cariño y jocosidad su pertenencia a la “casa Ospina”, su tradición política, su laboriosidad y capacidad de emprendimiento.

Tenía un espacio para el deporte, era hincha ostentoso del Atlético Nacional y le hacía campaña a sus partidos. Normalmente usaba camisas de clergyman o guayaberas de color blanco. Cuando jugaba Nacional se ponía camiseta y gorra de este equipo. Si ganaba hacía mucho bombo y si perdía aguantaba con cara de resignado las bromas de sus compañeros y amigos. Por las mañanas, mientras pudo, procuró hacer ejercicio físico. Iba al parque San Pío, muy cercano al Colegio San Pedro Claver, para usar los aparatos destinados al servicio público.

El martes 3 de abril, en nuestra parroquia del Sagrado Corazón, celebramos por Rodrigo una Eucaristía concelebrada, presidida por el superior de los jesuitas y rector del Colegio San Pedro Claver, P. Rodolfo Abello, SJ. Tuvimos otra el 8 de abril. Muchos de los fieles estaban consternados y compungidos y daban gracias a Dios por la vida y trabajo apostólico de Rodrigo. Varias parejas del Encuentro Matrimonial Mundial hablaron brevemente del apoyo que recibieron permanentemente por parte de Rodrigo.

Por sus estudios y porque sentía que esa era su misión dentro de la Compañía de Jesús, dedicó especial atención al Encuentro Matrimonial Mundial, al Movimiento Familiar Cristiano y a los Equipos de Nuestra Señora. Además, atendía y orientaba personalmente a muchas parejas. Ya recluido en la enfermería de la Casa Arrupe, estuvo proponiéndole al P. Provincial que lo destinara a trabajar con parejas en la Congregación Mariana de Medellín.

Procuraba preparar muy bien las celebraciones de la Eucaristía y dar explicaciones que ayudaran a los fieles a entender mejor cada misa y a vivir su compromiso cristiano. Cuando su enfermedad se fue haciendo más aguda, se enredaba en las ceremonias y olvidaba algunas partes. Después de la concelebración del tres de abril, un grupito de amigos y colaboradores del templo sintetizó su vida diciendo que Rodrigo fue “un enamorado de la Eucaristía y del servicio”.

Referencia: Noticias de Provincia, N° 4, abril de 2018, pg. 11-15.

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