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ES EL SER HUMANO QUIEN, CON SU TALENTO, AGREGA VALOR
sante, descubrieron que la edad promedio de las empresas es algo cercano a 30 años, mientras que muy, muy pocas sobrepasan los 100.
Al profundizar encontraron una respuesta obvia: la empresa normal crece y forece mientras está al mando un titán, que puede ser el fundador, un buen sucesor o rescatador. A la empresa le va bien mientras esa persona es el timonel y, a veces, unos años más por la inercia o momentum que deja este personaje. Pero el momentum disminuye y lenta o súbitamente, la empresa pierde impulso y, por eso los 30 años de vida.
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Más interesante e importante es entender por qué algunas sobrepasan los 100 años: cultura empresarial. Cuando una empresa, como una sociedad o como un ser viviente, desarrolla cultura empresarial, deja de depender del liderazgo de una sola persona, deja de ser caudillo-dependiente, tiene liderazgo colectivo y es ese el que asegura su supervivencia. Es más, como un ser vivo, se defende del virus eventual que si no fuera por la cultura colectiva que lo rechaza, podría infectarlo y causarle una enfermedad, a veces mortal. En una mini encuesta de las que solíamos hacer en Spencer Stuart para conocer mejor el mercado y agregar valor a clientes y amigos, encontramos los siguientes grandes motivadores para cambiar de empleo:
Con tantos estudios, idiomas y preparacion, no me permiten aportar a la estrategia. No veo futuro. No comparto los valores de la empresa. Compensación aparecía como cuarto o quinto factor de cambio.
La cultura de la empresa debe asegurar que esta tenga la capacidad de atraer y retener los mejores talentos. En esta rapiña por el talento éste, porque tiene opciones, escogerá la empresa que le ofrezca la mejor cultura, lo cual defnitivamente no es compensación monetaria, es entorno físico, ambiente, oportunidades de formación y crecimiento, reglas claras, objetividad, valores y principios. Si no logra atraer talento con cultura, la empresa no tiene futuro.
Por Mauricio Mogollón Brand Strategist, CEO Periscopio / Hispania LLC
¿GOODWILL en tiempos de pandemia?
Este texto lo estoy escribiendo, justo en el momento en el que termina una cuarentena de 6 meses, el aislamiento colectivo más largo de los últimos años producto de una pandemia insólita, más de 2.000 millones de seres humanos confnados, haciendo que el mundo como lo conocíamos, cambiara radicalmente acelerando procesos que ya estaban siendo adoptados al nuestro día a día.
Es difícil evitar contagiarse de darle una perspectiva epidemiológica a la vida en medio de la mayor crisis de salud que hayamos podido vivir en las últimas décadas y que no dejó un solo espacio del mundo sin afectar, y del cual, las marcas no son la excepción.
“La reinvención” se volvió contagiosa, revisar LA SALUD DE NUESTRAS MARCAS, tomarle el pulso a la comunicación y hacer un chequeo ejecutivo, es una necesidad de vida o muerte: o te adaptas o mueres, es el diagnóstico generalizado.
Las marcas son como las personas, y como tal, son vulnerables, frágiles, pueden gozar de buena salud, y haberse esforzado para nutrirse, hacerse fuertes y crecer, pero inesperadamente pueden infectarse de algo altamente contagioso, solo basta un post, un comentario en falso para presentar un cuadro febril, con erupciones e irritación generalizada y desencadenar una crisis que ponga en peligro nuestra reputación, difícil de controlar incluso por el sistema inmune más fuerte de todos.
El GOODWILL o la reputación es en sí mismo el proceso de fortalecimiento del sistema inmune de nuestra marca. Los valores sobre los que construimos nuestro cuento son los anticuerpos que nos protegen cuando algún patógeno ataca el organismo de nuestra marca, y aquellos usuarios que salen a defender nuestra reputación, podríamos entenderlos como los glóbulos blancos que se encargan de neutralizarlos.
Nacimos y crecimos en medio de altos y bajos de mercado, recesiones, guerras, crisis geopolíticas, nueveonces, calentamiento global acelerado, conciencia ambiental creciente, furor de coaches, proliferación de mentores e infuencers, y a pesar de que hemos visto el ascenso y descenso del GOOD WILL de entidades como la OMS, o incluso de personajes como el mismísimo TRUMP, todo se resume a una cosa: TENER CLARA UNA ESTRATEGIA DE MARCA.
Nunca antes, habíamos tenido el privilegio y la obligación vital de revisar nuestros indicadores personales y empresariales. Nunca antes habíamos contado con tantas herramientas tecnológicas que nos permiten hacer seguimiento - TRACKING - , recopilar información - DATA MINING- , escuchar con atención - SOCIAL LISTENING - lo que la gente dice o percibe de nosotros para po-