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FRÁGIL, por Leticia Baeza Melgarejo

1.º Bachillerato

Contemplé un amanecer, el cual todas las mañanas presenciaba, pero aun así el de aquel día era mágico e inigualable. El cielo azul cobalto estaba encapotado de unas celestiales nubes de color rosado, además de las pequeñas estrellas que adornaban el firmamento. Me quedé prendida de aquella belleza que parecía tan insignificante pero que para mí era tan especial. Sin embargo, en el fondo, todo no era tan exclusivo por ello, sino por él.

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Lo tenía a centímetros de mí, y ambos nos rodeamos las piernas con los brazos en busca de calor. Me regaló un largo silencio después de una conversación en lo alto del tejado de su casa, todavía seguíamos ahí, y aún me seguía formulando preguntas en la cabeza mientras que él parecía concentrado en mirar las estrellas.

Mike era una persona un tanto introvertida y reservada, su mente era un absoluto misterio para mí, pero cuando hablaba sobre algo estaba sumamente segura deque todas sus palabras eran seguras y sentidas. No entendía por qué era una persona tan cerrada, tan insensible, tan fría. Minutos después, decidí soltar una pregunta.

¿Por qué no dejas que la gente vea tu parte buena? le pregunté en voz baja.

Él se giró a verme, me dedicó una mirada y volvió a mirar hacia delante, jugueteando con el anillo que llevaba en el dedo índice.

Pensé que no iba a contestar, él nunca solía responder a preguntas tan personales. Sin embargo, se lamió los labios y dejó caer su respuesta.

Porque cuando la gente ve lo bueno, espera cosas buenas, y mi vida no trata de cumplir expectativas.

Observé cómo una especie de humo salía delicadamente de su boca por el frío, y mis ojos rodaron por su perfil. Parecía relajado, pero aún no se deshacía de su semblante fruncido.

Asentí, al fin y al cabo no podía rebatírselo. Me miré las manos, pensativa. Entendí que quizás no era el momento indicado para que él me hiciera saber lo que pensaba de nuestra amistad. Aunque todavía no sabía si podíamos llamarnos amigos. No obstante, entre pensamientos, volví a escuchar su voz.

Lociertoesquecontigonomepasa,contigopuedomostrar esa parte buena que nunca me ha gustado dijo más serio de lo que otra persona lo diría.

¿Por qué no te ha gustado nunca? pregunté inmediatamente.

Porque es débil, vulnerable, frágil...Y cuando es así y te rompen, tardas un tiempo en volver a recoger los pedazos.

Entendí entonces que la personalidad de Myke no era un personaje, no era una actitud que él tenía para parecer más interesante o para hacerse el malote y ligar con las chicas. La personalidad de Myke era algo que estaba roto y debía volver a su forma, y aunque él no lo supiera en aquel momento, yo estaba dispuesta a ayudarlo.

AMAR ES DE VALIENTES, por Gisela Egidos Ruiz

1.º

Bachillerato

Todo comenzó con un simple mensaje de texto, aunque en un principio ninguno de los dos sabía de la existencia del otro. Surgió por un amigo que teníamos en común, y de ahí empezamos a hablar a diario. Poco a poco nos fuimos conociendo más, sabiendo nuestros gustos, fallos y virtudes… Pero teníamos muchos miedos en este camino, y uno de ellos era enamorarnos, sentir más de la cuenta. Con esto podríamos hacernos daño mutuamente y teníamos que ser maduros ante ello, saber si lo queríamos hacer de verdad y dejar nuestros miedos a un lado. Conforme iba pasando el tiempo nos dimos cuenta de que nuestros sentimientos iban avanzando rápidamente y estábamos convencidos de que no queríamos ir marcha atrás.

Después de un tiempo, yo tenía un viaje planeado al extranjero y ahí es donde me di cuenta de que realmente quería estar con él y era el indicado. A la vuelta del viaje, quedé con él y me pidió salir, yo estaba muy segura de lo nuestro y le dije que sí. Aquí fue donde comenzó nuestra relación. Al principio no nos veíamos muy de seguido, ya que yo estudiaba y él trabajaba. Cuando llegaba el fin de semana aprovechábamos el día para estar juntos. Cuando nos dieron vacaciones a los dos, nos fuimos una semana de viaje a Roma, pudimos visitar muchos sitios y eso nos hizo desconectar de tanto estrés que acumulábamos del trabajo y del estudio.

Todo iba bien hasta que un día que estaba con él lo notaba raro, sentía que no estaba igual de cariñoso y que me ocultaba algo. No le di mucha importancia hasta que un día vi un mensaje de mi mejor amiga en su móvil, donde le decía de quedar después de estar conmigo. Eso me hizo sentirme muy insegura e insuficiente conmigo misma, aparte de dudar mucho de ambos. Decidí no decirle nada y cuando volví a casa no tenía ganas de hablarconnadie,intentabadespejarmimenteynopodíadormir, necesitaba hablar con él para ver qué estaba pasando. Él me dijo que no era nada y que nadie le había hablado, cuando yo sabía perfectamente que sí, lo había visto con mis propios ojos. Esos días estuve muy distante con él, que intentaba darme muchas explicaciones, pero cada una era diferente y eso me daba más que pensar.

Pasó una semana y todo seguía igual. Salí andando por la mañana para ir a la universidad, como de costumbre, y cuando estaba llegando vi a dos personas hablando. Conforme me fui acercando, me di cuenta de que era mi novio hablando con mi supuesta “amiga”, yo quería acercarme para saber lo que estaba pasando, pero me sentí tan mal que decidí pasar de ello e irme sin que se dieran cuenta. Al volver de la universidad, le hablé para que me explicara de una vez qué estaba pasando y para que fuese sincero conmigo, pero iban pasando las horas y él seguía sin contestarme.

En ese tiempo yo estuve dándole muchas vueltas a la cabeza, y me llegué a plantear acabar con la relación si las cosas seguían así. Al día siguiente tenía examen y debía estudiar, pero eso me tenía tan confundida que no podía concentrarme. Por la noche no aguanté más y decidí ir a su casa para ver si así podía hablar con él al fin. Cuando llegué no había nadie y eso me hizo sospechar mucho, ya que él al día siguiente trabajaba y tenía que descansar. Después de eso me fui a casa con muy mal cuerpo y con ganas de llorar. A las cinco de la mañana, cuando ya dormía, me llegó un mensaje de voz, y como me vibró el móvil me desperté. Vi que el mensaje era suyo, pero tenía tan poca gana de hablar con él que volví a dormirme. A la mañana siguiente, me levanté muy agobiada por el examen, ya que no había estudiado nada y para no desconcentrarme más no escuché su audio, aunque después de terminar el examen lo primero que hice fue escucharlo. Decía que ese viernes quería quedar conmigo e ir a cenar para hablar las cosas.

Ese fin de semana era mi cumpleaños, pero después de lo que pasó no tenía ganas. Aun así, le dije que sí, porque aún tenía esperanzasdearreglarlascosas.Llegóeldíayvinoarecogerme. Mientras íbamos de camino casi ni hablábamos, fue muy incómodo porque él seguía con una actitud pasota y yo me temía lo peor.

Después de unos minutos me di cuenta de que el sitio al que estábamos yendo no me resultaba familiar. Le pregunté que a dónde me estaba llevando y él simplemente pasó de mí. Yo cada vez me estaba poniendo más nerviosa porque ya no me fiaba de él. Poco después, llegamos a un sitio en el que había una casa solitaria y a su alrededor estaba todo oscuro. De repente me tapó los ojos con un antifaz, me cogió de la mano y me llevó hasta lo que suponía que era la casa, escuché una puerta abrirse y me quitó el antifaz. Me quedé exhausta al ver que todos mis amigos estaban allí con una tarta de cumpleaños en la que ponía “Felices 20 años”. Me puse muy feliz y lo único que me salió en ese momento fue llorar de alegría por ver a toda la gente que me quería y se preocupaba por mí.

Cuando ya llevábamos un rato en la fiesta, fui a hablar con él, me dijo que el estar hablando con mi amiga y quedando con ella era para planear la fiesta y que no había nada más allá de esto. Yo respiré con un gran alivio al pensar que ninguno de los dos me había traicionado y que lo habían hecho por mí, aunque le dije que podría haberme dado unas mejores excusas, porque estuve dos semanas pasándolo muy mal. Él me dijo que cuando yo le preguntaba sobre este tema se ponía muy nervioso y no sabía qué decirme al respecto, decidí olvidar todo lo que había pasado y disfrutar de aquella noche. Nos dimos un abrazo muy fuerte, me dijo que me quería y que lo sentía mucho por haberme hecho sentir tan mal.

Esto lo estoy escribiendo cinco años después, ahora estoy muy feliz con él, estamos a punto de casarnos y de formar una familia.

SOMOS CANCIONES, por Alba Fernández Morcillo

2.º Bachillerato

Somos canciones. ¿Nunca te has parado a pensar cuántas personas escuchan la misma canción que tú en el mismo momento? La conexión entre dos personas para llegar a un mismo lugar y escuchar la misma canción es única, y realmente la posibilidad de que esto pase es una entre millones; no obstante, si esto ocurriera con cualquiera no tendría ni la menor importancia. ¿Vosotros qué creéis? Os leo por Twitter, por ahora, nos vemos a la misma hora mañana, no sin antes escuchar la última canción de hoy, día 16 de julio, “Perdona si te llamo amor”, de Maldita Nerea. Esto es radio Chapimar apaga el micrófono. Me acosté en la cama, cansada y contenta de aquella emisión, la cadena de radio iba viento en popa y había conseguido superar el número de audiencia de muchas otras cadenas más famosas. Sin embargo, la calidad de mi micrófono no era buena y lo cierto era que no podía pedirle más dinero a mamá. Desde que papá murió, nos tuvimos que mudar a la casa de la playa, nos manteníamos del pequeño chiringuito que teníamos frente al puerto, sin embargo, hacía meses que este no funcionaba del todo bien y mamá buscaba otros trabajos para que pudiese ir a la universidad y tener un buen futuro. La verdad, no sé si quiero ir a la universidad, peromamá insiste porque no quiere que dependade un chiringuito medio roto y triste con el fregadero atascado.

Escuché unos pasos cerca de la puerta.

¿Otra vez acostada, Carla? Deberías salir con gente de tu edad y no encerrarte en esta habitación, y mucho menos siendo verano.

Mamá, no conozco a nadie aquí; además, los vecinos son unos estúpidos.

Estás constantemente pegada a ese ordenador. ¿Sabes qué?

Se acabó, no tendrás ordenador hasta que acabe el verano. Llevas meses así, lo he dejadopasar por untiempo, pero tendrás que conocer a gente o, si no, me tendrás que ayudar con el chiringuito.

No pienso bajar a ese cuchitril estúpido, esto no pasaría si papá siguiera aquí, él no tomaría esta decisión, él me apoyaría rápidamente me di cuenta de cómo le cambió el rostro a mi madre . Lo siento, mamá, no quería decir eso.

Carla, lo cierto es que tu padre haría justo lo mismo que hago hoy por ti, espero que lo entiendas, tu padre nunca dejaría que te quedaras aquí durante dos meses. Así que arréglate y sal, no quiero que vuelvas a casa hasta la hora de cenar.

Solo pude afirmar. Me puse un bikini azul marinoa juego con un vaquero que tenía tirado por la habitación y me fui con la bici hasta la otra punta de la playa. Mamá decía que ese sitio era para chicos ricos y que no perdería nada si no iba. Aunque compartía opinión con ella, siempre me llamó la atención saber cómo sería, así que decidí acercarme. Cuando llegué, me quedé impactada: había piscinas privadas en cada uno de los chalets, una pista de tenis, voleibol y puestos con mucho ambiente. De repente, un coche me tiró de mi bicicleta. Cuando abrí los ojos encontré un chico moreno con los ojos verdes.

Perdona, no me he dado cuenta de que estabas delante, menos mal que no iba muy rápido; si no, te hubieras hecho más daño y no me hubieras conocido, me llamó Conrad.

Me levanté sin su ayuda, me tomé unos segundos y le respondí:

¿Tú estás loco o qué? ¿En qué estabas pensando? Regalan el permiso de conducir, por lo que veo.

Vaya, no me esperaba ese mal genio, ¿puedo ayudarte de algunamanera? ¿Necesitas quete lleve a tucasa?Por lo queveo, la rueda de tu bicicleta está pinchada y no pareces de por aquí.

¿Lo dices porque no llevo ropa de marca como tú? Prefiero mil veces irme a pie a que me lleve a mi casa un hipócrita como tú lo cierto es que mi orgullo no me permitía ver que, aunque quisiera, estaba a treinta minutos de mi casa. Con las piernas raspadas y una bicicleta pinchada no iba a ser fácil.

Conrad dejó a un lado su chulería y me suplicó que le dejara ayudarme.

Por favor, déjame ayudarte, prometo no ser desagradable y llevar más cuidado.

Metí mi bicicleta en su maletero y subí al asiento de copiloto del coche. Estuvimos hablando durante un tiempo en su coche, me pareció un completo imbécil y un ligón, pero no me interesaba lo más mínimo. Al bajar de su coche, sus palabras me hicieron replantearme ciertas cosas.

Bueno, mañana vendré para arreglarte la rueda, y así podrías venirte conmigo a la fiesta que hacemos todos los 17 de julio, la noche de la hoguera, es muy entretenida y no creo que conozcas a nadie, así que te vendrá bien.

¿Piensas que necesito tu hostilidad? No soy ese tipo de chica.

Lociertoesquellevonotandoquenoeresesetipodechica desde que te he conocido. Mira, deberías de relajarte, solo te estoy invitando a una noche, te recogeré y te traeré a tu casa sana y salva.

Llegué a casa confusa. Esa noche no cené y fui a dormir directamente, no quería pensar en todo lo que había pasado. Cuando me desperté al día siguiente, Conrad estaba en la puerta de mi casa con una rueda de bici nueva. Arregló mi bici y lo invité a una limonada en mi chiringuito. Mamá estaba contenta de ver que conocía a alguien.

Si quieres puedo desatascar el desagüe dijo Conrad.

¿Cómo sabes que está atascado? De todos modos, es imposible desatascarlo.

He visto a tu madre, anda, dame 15 minutos.

Se metió en la cocina y allí estuvo un buen rato. Desde Twitter pude ver cómo los oyentes de mi cadena de radio preguntaban por la emisión de hoy; sin embargo, por mucho que quisiera, no podía hacer nada: sin ordenador, no había radio Chapimar.

Conrad salió de la cocina y vio mi móvil, se interesó de inmediato.

¿No me digas que te gusta la radio Chapimar? Yo escucho todas sus emisiones, aunque hoy no ha habido.

La cadena de radio Chapimar es mía, pero mi madre me ha quitado el ordenador, así que puedes olvidarte de la radio Chapimar.

Conrad me agarró del brazo y me llevó a su coche. No dijo nada durante todo el camino. Cuando llegamos, me di cuenta de que estábamos en su casa. Entramos y me llevó a su habitación. Tenía un ordenador increíble y un micrófono nuevo.

Me ofreció su ordenador durante todo el verano. La cadena subía cada vez más la audiencia y empecé a sentir cosas por él. Un día estaba en directo cuando llegó a su habitación. Había ido a correr su hora y media diaria y seguía escuchando en su móvil Spotify. Fue ahí cuando encendí el micrófono para anunciar la última canción del día.

¿Os imagináis una vida sin esa persona? Conrad me miró . Inmediatamente después de esta pregunta, estoy segura de que te ha venido alguien a la cabeza, por ahora no sabemos, pero sí sabemos lo que es “Un verano sin ti”, de Bad Bunny.

Esto es todo por hoy, 4 de agosto, nos vemos mañana. Esto es radio Chapimar.

Apagué el micrófono y sonreí a Conrad, seguidamente él me enseñó su teléfono, estaba escuchando la última canción que sonaba en mi cadena, nos miramos y nos besamos. Desde ese momento supimos que estábamos hechos el uno para el otro. Pasamos todo el verano juntos y prometimos esperarnos el tiempo necesario para volver a vernos.

Al año siguiente las cosas habían cambiado mucho. Mi cadena de radio Chapimar estaba siendo mundialmente conocida, mi madre me apoyaba, ya ganaba un dinero con el que mantenerme y habíamos reformado el chiringuito por completo. Estaba muy nerviosa por ver a Conrad. A mitad del invierno habíamos perdido el contacto, así que nada más llegar me acerqué a su casa. Sin embargo, las cosas no habían cambiado solo para mí. Él estaba con una nueva chica. En ese momento me sentí rota y me fui a mi casa.

Inicié una nueva emisión y solo pude decir lo que sentía. EstoesradioChapimar enesemismomomentosupeque Conrad me escuchaba . Toda mi vida he creído que coincidir en una canción con alguien era especial, que la conexión era única y que eso no lo podía borrar ni el tiempo ni la distancia; sin embargo, hoy solo puedo decir que esto no es así mis ojos se pusieron vidriosos , por eso os traigo una canción especial:

“Tuyo”, de Mora, porque es ahora cuando me doy cuenta de que solo fuimos canciones.

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