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UN CUMPLEAÑOS ESPECIAL, por Álvaro Abenza Martínez

2.º Bachillerato

Pii, pii. Volvía a sonar el despertador como todas las mañanas, ya era hora de levantarme, extendí mi brazo y conseguí apagarlo, otra vez era lunes, y de nuevo tocaba ir a clase, pero hoy había algo especial, era mi cumple, cumplía 11 años.

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Nada más despertarme tuve una sensación extraña, mi puerta estaba aún cerrada, cuando normalmente mi madre la abría cada mañanaantes de irsealtrabajo,noledi másimportancia ydecidí ir al armario a ver la ropa, cogí lo primero que pillé, ya que para ir a clase me da un poco igual cómo vaya, me vestí y fui a desayunar. Al salir noté que estaba todo muy en silencio, pero no le di mayor importancia, mi padre se habrá ido a sacar al perro, y mi hermano mayor se habrá tenido que ir antes a la universidad, pensé. Abrí el frigorífico para ver qué había, y decidí tomarme un yogur natural, ya que, como siempre me dice mi madre, no es bueno ir en ayunas a clase, y luego se queja y se enfada conmigo. Me fijé en la mesa, y mi almuerzo no estaba preparado, qué raro, pero bueno, me tocará hacérmelo a mí, dije. Miré la horayviqueibajustodetiempo,así quedecidícogerunpaquete de galletas y un plátano por si me quedaba con hambre, me lavé los dientes, me eché las cosas a la mochila y me fui a clase, y como no había nadie en mi casa, tuve que ir andando.

Cuando llegué a mi colegio solo estaba abierta una puerta, qué extraño,aún eratemprano como para que cerrasen las demás puertas, pero bueno, entré y me dirigí hacia mi clase. Conforme iba entrado me iba extrañando cada vez más, el parking de los profesores estaba vacío, eso sí que me pareció muy extraño, y el no ver a ningún alumno también, me planteé si igual no había clase, o era algún día festivo, pero decidí seguir y entrar a mi clase, igual estaba allí todo el mundo esperando para darme una fiesta sorpresa por mi cumple, pensé, y por eso ni mis padres ni mi hermano estaban esa mañana en casa, pero conforme iba avanzando esa idea se me iba desvaneciendo, no oía nada, era todo muy extraño. Iba subiendo las escaleras y no veía a nadie por ningún lado. Llegué a mi clase, y no había nadie, esto ya no me hacía gracia, no sabía dónde estaba todo el mundo. Al ver que no había nadie decidí irme y llamar a mis padres a ver dónde estaban y por qué no había nadie en clase. Primero llamé a mi madre, y no tuve respuesta, entonces decidí llamar a mi padre, e igual, sin respuesta ¿Qué está pasando?, me dije. Entonces opté por llamar a mi hermano, él siempre estaba con el móvil y se enteraría seguro, igual mamá y papá estaban trabajando y estaban muy ocupados, pensé, llevaba ya seis tonos y no había respuesta, se acabaron los tonos y se colgó. Volveré a llamarlo, igual no se ha enterado, y otra vez igual. Esto me estaba empezando a desesperar, y encima era el día de mi cumple.

Viendo que no me respondía nadie decidí acercarme al centro del pueblo a comprarme algo de almorzar, ya que era un día especial y me apetecía algo distinto.

De camino a la confitería no veía a nadie por calle, y cuando llegué allí, estaba todo vacío. TODO. Era como si todo el mundo hubiese desaparecido y estuviese yo solo, pero las tiendas y los comercios estaban abiertos.

Se me ocurrió una idea: si todo el mundo había desaparecido, y estaba yo solo, podía comer, comprar, coger y hacer todo lo que quisiera sin que nadie me prohibiese nada. Uh, qué guay pensé.Ymedispuseacogeruncucuruchodeheladobiengrande con un montón de bolas, y mientras me lo comía, me acerqué a mi tienda favorita de videojuegos a ver si ahí había alguien, y efectivamente, también estaba vacía. Esto me estaba empezando a gustar más de lo que pensaba. Cogí y me llevé los dos juegos que tanto quería y nunca me compraban mis padres porque decían que eran muy caros y que ya tenía demasiados. Entonces me fui a mi casa corriendo para probarlos.

Tras varias horas jugando a la Play y probando mis juegos nuevos, fui a la cocina a hacerme algo de comer, me metí al microondas los trozos de pizza que sobraron de la noche anterior y me los comí.

El resto de la tarde estuve jugando con mis juegos nuevos, luego salí a dar una vuelta y estuve comprando y haciendo más cosas que quería y no podía porque mis padres nunca me dejaban.

Era ya tarde, así que decidí volver a mi casa y dormir, igual mañana me despertaba y ya había vuelto todo el mundo. Ha estado bien el día, pensé.

Al día siguiente me desperté y parecía estar todo igual que el día anterior. Qué raro. Desayuné y decidí salir a comprobarlo: efectivamente, seguía solo. Y así durante varios días.

De cierta manera me gustaba vivir solo, podía hacer todo lo que quisiese, pero ya llevaba varios días así y me estaba empezando a aburrir, echaba de menos a mi familia y amigos.

Un día después estaba ya desesperado, y no sabía qué hacer para que todo el mundo volviese, ¿y si igual me había ido yo solo a otro lado, o me había muerto y estaba en otro mundo? No sabía qué hacer ya. Desesperado, me puse a llorar y me quedé dormido.

Pii, pii.

Vengaaa, Marcos, que es tarde ya, y no puedes llegar tarde hoy a clase, que es tu cumple.

POR FIN, pensé. Al oír a mi madre me puse muy feliz, pero no entendía nada. ¿Cómo que mi cumple? Si mi cumple fue hace varios días ya. Me levanté y fui a desayunar, y ahí estaban en la cocina mis padres, mi hermano y mi perro, con una tarta con las velas y una sonrisa, los abracé a los tres muy fuerte, y les conté lo que me había pasado, y resulta que me había sonado el despertador y lo había apagado y había seguido durmiendo y todo eso había sido un sueño. La verdad es que no estaba mal ser el único en el mundo y hacer lo que quisiese, pero para siempre eso ni de broma, un día así no estaría mal, pero prefiero estar con mi familia y amigos que no solo para siempre.

VOLVER A CAMINAR, por José Alfonso Vicente Díaz

2.º Bachillerato

James Ford siempre tuvo una vida llena de alegría y suerte. Si bien era huérfano, su orfanato tenía cierto prestigio y nunca le faltó comida, ropa ni educación. A su vez, era el mejor de su clase y tenía un talento innato para los deportes, especialmente para el fútbol, lo que le permitió finalmente conseguir una beca en la universidad con el equipo de fútbol más famoso del país, en el cual se convirtió rápidamente en el capitán y el jugador estrella.

Para éltodoera perfecto,pues a sus 19años habíaconseguido todo lo que se había propuesto y confiaba en que seguirá siendo así. Él consideraba que no había absolutamente nada en el mundo que se le pudiera resistir, algo lógico para él, pues a su tan temprana edad ya tenía el dinero que mucha gente soñaría tener, conquistaba a cualquier chica que se proponía y tenía un físico propio de años de entrenamiento.

Con su equipo logró llegar a la final del campeonato. A un punto de ganar quedaban segundos y James se encontraba con el guardameta cara a cara, un solo disparo del balón lo decidiría todo, se dispuso a alzar el pie para chutar cuando, de repente, solo podía ver el cielo y sentir un gran dolor en sus piernas, levantó la mirada y al ver al defensa lo entendió, le habían robado el balón, trato de levantarse, pero al intentarlo el enorme dolor de sus piernas junto a sus interminables vibraciones se lo impidió, a pesar de que lo intentó un millón de veces.

El partido acabó con una contra que hizo perder el partido al equipo de James cuando él perdió balón, al acabar, lo llevaron al hospital y el doctor le explicó que nunca podría volver a jugar al fútbolosiquieracaminar;sinembargo,tambiénledijoquesiempre había una muy pequeña posibilidad de que algún día pudiera volver a caminar, pero con una gran cantidad de esfuerzo y con un tratamiento que había funcionado únicamente con tres pacientes en toda la historia.

Tras oírlo, se pasó días, semanas, meses intentando a volver acaminarmediantelaayudadelosdiversosenfermerosqueiban a su casa y con el tratamiento. No obstante, tras cinco años de diversos esfuerzos dejó de intentarlo y empezó a pasar todo su tiempo comiendo y viendo la tele mientras se revolcaba en su miseria.

Tras llegar al límite de la tristeza que podía sentir, compró un arma y decidió dispararse en el sofá, o eso tenía pensado hasta que en la tele apareció el defensa que le dañó de por vida, siendo ahora un famoso jugador en el extranjero. En esos momentos atribuyó todo lo malo que le sucedió a que era culpa de ese defensa y, sin pensarlo dos veces, viajó en avión hacia el país donde se encontraba actualmente y luego a su casa, totalmente decidido a asesinarlo cuando de un momento a otro la silla de ruedas se atascó y salió volando en el jardín de la persona que tanto odiaba, con tal impotencia que comenzó a llorar en el suelo hasta desmayarse.

Cuando despertó se encontró con un extraño hombre el cual fue a recogerle, el extraño hombre se presentó como Robert Nebbercracker y dijo que él fue una de las pocas personas a las cuales el tratamiento del que el médico hablaba le había funcionado. Tras ello, le explicó a James que él se sentía reflejado en él y que lo ayudaría en lo que pudiese.

Robert lo llevó a un campamento en medio de la nada y se mantuvoconJamesdurantedosaños.Enesteperiododeltiempo le enseñó a meditar, reflexionar sobre el pasado, la vida y las diversas filosofías sobre la vida. James finalmente, frente al amanecer en una colina, pudo volver a andar y alzarse, sintiendo que ya no era el mismo y que no había vuelto a caminar de manerafísicasinotambiéndemaneraespiritual,siendounapersona nueva que ha dado un paso importante en su vida.

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