Pág. 134
PROSA P Aprendamos con constancia
N
os juntaremos para ser más capaces. Nos quitaremos determinados pesos. Nada será lo que hasta ahora ha parecido. Nos enseñaremos a estar en calma. No aceptaremos las locuras sin finalidades dichosas. Nos regalaremos colores especiales. Nos convertiremos en refugios frente al mal. Nos valdrá todo lo que aporte positivismo. No asumiremos injerencias que nos impidan despegar en la vida. Sepamos, sin vacilaciones, ser nosotros mismos con criterios y razones fuertes y adaptables al tiempo. Nos ansiaremos desde la óptica de lo mejor: también para los demás, por favor. Nos encantaremos con los hechos que nos vayan llegando. Vivamos con paciencia y en sintonía con los entornos, que hemos de procurar con jovialidad. Veamos la luz al final del túnel. Compartamos las pretensiones. Vibremos. Cantemos con y sin lluvia. Tratemos que la imaginación nos lleve a la vera de las ilusiones más grandes. Nos estrenaremos cada día. Elijamos estupendamente para respirar en calma. La vida pasa con celeridad, y, ante todo, debemos verla transcurrir. Hagamos que nuestros ecosistemas tengan su propio microclima. Nos instalaremos en la alegría. Tejamos óptimos sentimientos. Aprendamos con constancia. Juan Tomás Frutos
(España)
El hombre y el mar
T
anto jodío que nunca la tuvo En la alquimia de sus negros besos lloro Mas una mañana gris con tela negra su amor entubo El barco del olvido sigue como esquela en el mar, se enamoro Las quietas olas de abril lo llenaron de nostalgia, de recuerdo, de melancolía Su existencia le pedía un poco más un tiempo más y en su habitación rememoro No sabía si quererla u odiarla su amor nunca fue correspondido de su pecho pronto perecería Barcos sin muelle seguro todos usados desvalijados y con historias de añejas de las cuales conocía El océano nos saluda con amplia sonrisa de nervios que espinan el alma, me punzan me lastima El barco se aleja el barco se va… el barco se hunde..... El barco no está desaforo El mar, lo soporta, lo escoge en sus, aguas lo enamora, envuelve lo lleva al estasis al clímax Brayner Abrahán Gomez Báez (Santo Domingo)