Maluquer
de
Motes:
Carta Arqueológica
de
social de Hispania romana, 1999, p94, nº175.
España: Salamanca, 1956, p142, nº173
Solana Sáinz y Sagredo San Eustaquio: "La políti-
Morán en Acta Salmanticensia 2, 1941, p80
ca edilicia viaria en Hispania durante el reinado de
Morán: La Calzada Romana "La Plata" en la pro-
Trajano" en Hispania Antiqua 26, 2002, p78, nº38.
vincia de Salamanca, 1949, p16.
Hernández Guerra: Epigrafía de época romana de
Viu, Extremadura I, 1852, p123.
la provincia de Salamanca, 2001, pp180-181,
Gillani: "Revisión de los Miliarios del tramo
nº205.
Celionicco-Ad Lippos de la vía XXIV del itinerario de Antonino (Calzada de la Plata)" en Minerva 9,
3) Reclamaciones:
1995, p145, nº13.
Su devolución fue ya solicitada en 1994 por parte
Alonso Ávila y Crespo Ortiz de Zárate: Corpus de
de la alcadesa de Valverde de Valdelacasa, María
Inscripciones
Cruz Blanco. (El Norte de Castilla, 27/2/1994)
romanas
de
la
provincia
de
Salamanca. Fuentes epigráficas para la historia
Cañada-Calzada / Calzada-Cañada Santiago Bayón Vera Presidente de ARIC "90 varas", Asociación para la Recuperación Integral de las Cañadas La Vía Lata o Iter ab Emérita Asturicam ha deriva-
eje indiscutible sigue siendo la Vía. La vieja
do en una ruta que vértebra el occidente peninsu-
Emérita no se ver reducida bajo el dominio visigo-
lar desde el Cantábrico Asturiano hasta el
do.
Guadalquivir Sevillano, en la puerta del Atlántico. Efectivamente, su primera definición corresponde
Antes al contrario, se convierte en una referencia
a la cultura de Roma, que la utilizar como instru-
administrativo-religiosa del conjunto peninsular.
mento de colonización y dominio desde sus bases
Mantiene su jerarquía de centro urbano rector que
béticas. La ruta que habían recorrido las aves, los
proyecta su influencia tanto hacia Sevilla como ha-
herbívoros y todos aquellos pueblos que habían si-
cia los Campi Gothorum de la meseta del Duero.
do forzados a buscar el Estrecho como recursos
Proyectos todavía poco conocidos sobre la instala
de supervivencia, en uno o en otro sentido, por de-
ción humana y establecimiento del monacato, en-
cirlo de alguna manera, se institucionaliza. En ella
contrarán su origen en la obra de obispos emeri-
se apoya Roma para la explotación de los metales
tenses como Massona, a través del topónimo
y la guerra contra lusitanos, velones, iberos, astu-
Olalla o Eulalia, por ejemplo.
res, etc. La versión tradicional de la irrupción africana del s. Nunca dejar ya de ser la columna vertebral del oc-
VIII otorga a la vía un papel casi determinante, más
cidente, aun cuando su control haya sido disputa-
o menos caricaturizado por el trasiego de las cam-
do o su continuidad interrumpida. El Bajo Imperio
pañas entre Córdoba y Santiago de Compostela.
sigue organizando el espacio rural alrededor de un
Queremos creer, sin embargo, que ya entonces se
sistema de comunicaciones arborescente, cuyo
produce algún modo de trashumancia entre los in-
nº 2, junio 2006
El Nuevo Miliario
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