UROLOGÍA
Incontinencia urinaria masculina, un problema silenciado ciones además de los ejercicios pélvicos dependiendo de diagnóstico en cada persona, desde algunas clases de fármacos hasta cirugías correctoras con mallas y, para el tratamiento en los casos más graves, la implantación de un esfínter urinario artificial.
La incontinencia urinaria masculina es un trastorno que padecen millones de hombres en el mundo y sin embargo recibe poca visibilidad social. La vergüenza es la causa principal por la que muchos afectados no buscan tratamiento, lo que les lleva a padecer esta enfermedad en silencio, con el empeoramiento de su calidad de vida que esto supone, que incluye sufrir experiencias incómodas en sociedad. El miedo a no poder controlar las pérdidas y la vergüenza hacen que sea una patología masculina difícil de diagnosticar y de tratar. Tradicionalmente asociamos las pérdidas de orina a una afectación propia de las mujeres, ya que suele padecerse después del parto o con la menopausia. Esta patología se ha ido normalizando entre ellas y desde hace años se aplican tratamientos de fortalecimiento y reparación del suelo pélvico (por ejemplo, los famosos ejercicios de Kegel). Sin embargo, suele afectar a muchos varones de edades tempranas y avanzadas. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce la incontinencia urinaria como uno de los siete problemas que requieren mayor atención sanitaria, y uno de cada cuatro hombres españoles reconoce sufrir esta dolencia a partir de los 40. Ante la creencia de que no debe hacerse un seguimiento de la incontinencia, acudir a un urólogo es la mejor opción para hablar sobre ello y realizar revisiones periódicas.
Causas El Dr. Antonio Prieto, urólogo y presidente de la Asociación Nacional de Cáncer de Próstata (ANCAP), explica que la pérdida de orina puede llegar medio litro diario en los casos de incontinencia severa. Las razones principales que suelen causarla, según explica el experto, son el traumatismo pélvico que afecta a la musculatura del suelo pélvico y al esfínter que controla la micción, la cirugía radical prostática y la 22
www.revistadelasalud.com
Es necesario normalizar esta dolencia para que deje de ser una dolencia no solo física sino emocional para millones de afectados radioterapia por cáncer de próstata, la diabetes o la hiperplasia benigna de próstata. El exceso de fuerza o el estrés (cuando lleva a tener siempre contraída la zona muscular pélvica) son otras de las causas de la incontinencia.
El suelo pélvico Formado por músculos y ligamentos, el armazón del suelo pélvico es fundamental para funciones básicas en el hombre y la mujer: sujeta los órganos abdominales bajos (el recto y la vejiga, y en las mujeres también el útero). Su función es controlar adecuadamente la micción y, en el caso de los hombres, también contribuye en la erección y la eyaculación. Por ello, los ejercicios de fortalecimiento y reparación de esta zona no solo se son un tratamiento para evitar la incontinencia urinaria, sino que pueden mejorar la vida sexual masculina. Los famosos ejercicios de Kegel son un tratamiento efectivo para ello, y además existen dispositivos que ayudan a identificar los músculos de esta zona y retroalimentan la efectividad de la contracción muscular.
El debilitamiento del suelo pélvico está estrechamente relacionado con las pérdidas de orina, y una de las principales causas de ello es la próstata, que “a partir de los 40 años”, explica el doctor Prieto, “tiende a agrandarse y poco a poco va debilitando esta estructura”. Otras circunstancias que causan su debilitamiento son la obesidad y el estreñimiento —al recibir una presión directa desde el colon y al hacer fuerza para defecar (se debe evacuar haciendo apnea para no dañar el suelo pélvico, pero la mayoría de las personas hacen fuerza con los pulmones llenos)—. Otro elemento que puede causar la incontinencia urinaria es el deporte de impacto, como correr o saltar. Un calzado adecuado y una correcta contracción muscular de la zona son muy relevantes para evitar este daño.
Otros tratamientos El doctor Prieto explica que “conviene acudir inmediatamente al médico para que evalúe la situación y decida cuál es el tratamiento más adecuado en su caso”, ya que existen otras solu-
Con todo, un estilo de vida saludable donde se cuide la alimentación y se evite el tabaco ayudará siempre a prevenir esta dolencia. En cuanto a la limitación de líquidos como forma de paliar las pérdidas, no es aconsejable ya que puede producirse una mayor irritación en la vejiga, pero sí se recomienda no beber refrescos gaseosos ni mucha cafeína.
Una enfermedad social Padecer la incontinencia urinaria puede causar mucho malestar en convivencia con otras personas, ya que deben manejarse emociones negativas como el estrés de no controlar las pérdidas, el miedo a que el mal olor llegue a los demás y la vergüenza si se dan cuenta. Además, el sentirse húmedos no hace sino recordar todas estas emociones, por lo que es muy común perder la confianza en uno mismo y que el autoestima del afectado se vea dañada, según apunta el doctor. Esta experiencia continuada puede llevar a la pérdida de la vida social y al aislamiento, afectando al carácter. En este sentido, no es una enfermedad grave en cuanto a que suponga un riesgo vital para una persona, pero sí es una “enfermedad social”, dice el experto.
Que deje de ser un tema tabú La normalización de esta dolencia es fundamental para conseguir diagnosticarla adecuadamente. El entorno social de los afectados puede ser una ayuda esencial para animarles a tratarse, “haciendo verles que tienen un problema que se puede resolver y que para ello, deben acudir a la consulta de un médico”, apunta el Dr. Prieto.